De blogs, de idas y venidas y de ausencias

Desde aquel 2014 en que inicié la andadura de este blog han pasado unos añitos. Hoy me gustaría hacerlo un poquito protagonista y compartir con vosotros algunas reflexiones.

Enredando con las letras, en red ando con las letras o enredando con las letras para crear historias en red. 

Elegir un nombre no es casual, no es al azar, al menos no en mi caso. Quería que reflejara aquello que hacía y quería hacer: seguir enredando con las letras y con todas esas sensaciones que la escritura y la lectura siempre han provocado en mi. Quería seguir jugando con las frases, las palabras, las letras aunque esta vez en público, compartiendo algo que era personal y contar esas historias o como después he ido haciendo en los últimos tiempos en los que el covid me ha quitado las ganas de contar historias, para expresar aquello que me apetecía explicar y lo hacia en la red, en ese ente intangible que imagino como un construir puentes y pasarelas entre palabras y sentimientos y  personas.

Aún recuerdo esas primeras sensaciones.

Pasar del miedo a la hoja en blanco a lo digital añadiendo el desconocimiento de lo qué era un blog y cómo hacerlo posible. Trasladar ese cuento que me apetecía fuera el primero porque fue el primero que compartí y atreverme con publicar. Hacer ese clic. ¿Y después? Fantasear con si alguien llegará a leer tus palabras y ¿qué pensará de lo escrito? Ay cuántas sensaciones encontradas. 

Y sí, no sabes cómo pero de repente alguien llega, te lee, decide ¡comentar! y lo mejor ¡¡¡¡ quedarse!!!!! y a partir de ahí empiezan las complicidades. 

A lo largo de estos años he sido muy afortunada y habéis sido muchos los que os habéis decidido a dedicar vuestro tiempo a leerme, a comentar y a crear esas complicidades. 

Como en tantos blogs, también a Enredando con las letras han llegado los buscadores de seguidores, esos que te siguen si me sigues, no te leen pero te dejan su blog y dejan de ser seguidores cuando no los sigues porque solo interesa la cantidad no la calidad y en el mundo rápido de los me gusta dedicar un tiempo a leer es algo un poco antiguo y como dicen algunos los blogueros somos unos románticos de las letras, quizá un punto desfasé y todo. No me interesan los grandes números, de hecho no me interesa aquello que no me aporta y seguir por seguir, lo siento creo que a mi no me interesa.

Dicen los que saben que el momento de máximo esplendor de los blogs fue allá por el 2005. Hace unos días escuchaba una charla de Genis Roca que justamente comentaba "en ese momento si no tenías un blog no eras nadie". Así que llegué tarde aunque cuando llegué me pareció un lugar genial, muy interesante y me lo sigue pareciendo porque por aquí sigo, disfrutando y aprendiendo en el mundo bloguero.

Un amigo bloguero me comentó una vez que seleccionaba aquellos blogs en los que quería quedarse no solo por el texto escrito sino por la manera de responder  en los comentarios, porque era cuando nos mostrabamos tal y como somos. 

¿Qué pensáis vosotros? 

Y hablaba de complicidades, de relaciones, de amistades y en un mundo tan cambiante en el que aparecen y desaparecen blogs y en el que vamos haciendo miles de cosas, no apareces mucho por el blog, el propio y el de otros, y de repente te llega un mensaje ¿Estás bien? He visto que hace tiempo que no escribes. Y sabes, aunque ya lo sabías, que no es necesario conocerse presencialmente para conocerse y apreciarse porque las complicidades están ahí y sientes a esas personas con las que nunca has coincidido presencialmente como amigos. 

Esta entrada hace unos días que la voy escribiendo a ratos, surgía de reflexiones y de alguna preocupación al ver que blogueros a los que seguía hacía bastante tiempo que no publicaban nada y que no había noticias de ellos y en sus blogs se acumulaban mensajes de preocupación sin responder. Eso era preocupante cuando eran personas que publicaban a diario. 

Y justo ayer con un grupo de amigos blogueros a los que sí tengo la suerte de conocer personalmente, también surgió este tema sobre otra compañera bloguera que estaba desaparecida y la dificultad de saber si estaba bien o no. La preocupación por cómo contactar, cómo saber si estaba bien. La incerteza también forma parte de este mundo bloguero y aprender a gestionar ese no saber aunque duela.

Hace años escribí un relato a partir de un comentario y que, si os apetece os animo a leer El club de los lectores muertos en el que en los comentarios un bloguero se lamentaba y sugería crear una biblioteca de blogs porque reivindicaba todo el conocimiento y saber que había en los blogs. Estaba y estoy totalmente de acuerdo, hay tantos blogs interesantes, se disfruta y se aprende tanto... 

Y hasta aquí esta larga entrada de reflexiones. Me encantará saber vuestras opiniones.

Un beso