Lo que codiciaba era la fragancia de ciertas personas: aquellas, extremadamente raras,
que inspiran amor.
El perfume. Patrick Suskind
No tenía ninguna duda su libro iba a ser El perfume. No había conseguido
leerlo la primera vez. Lo abandonó en los primeros capítulos. Más tarde embarazada de su hijo, recordó ese libro que a su madre tanto le gustaba. Entonces lo
disfrutó. La veía con el bolígrafo en la mano subrayando las
frases que más le gustaban. ¡Le encantaba hacer eso! Después hablaban durante horas
sobre lo que le había sugerido o su significado.
No sentía ninguna admiración por Grenouille
pero entendía la fascinación de muchos, incluida su madre, por ese libro y por
las personas que inspiraban amor. ¿Cuándo uno se da cuenta de que lo ha tenido?
Ella lo supo siempre aunque lo valoró tarde. Su madre la dejó demasiado pronto
aunque ahora sabía que no había un momento adecuado para un adiós, sobre
todo para esos adioses que se saben definitivos. La recordaba con su sonrisa de
hada buena susurrándole que la recordara feliz porque así era como había vivido. Se lo prometió pero no pudo cumplirlo, había
momentos en que se le encogía el corazón pensando en ella. ¡Sí, la echaba de menos y pasaban los años
pero su falta no desaparecía!