Hace unos días me vacuné de la tercera dosis. Me comunicaron que podía vacunarme, reservé cita y lo hice ningún cuestionamiento, con ganas de estar más protegida. Al llegar me sorprendió la ausencia de colas. Las dos veces anteriores tuve que esperar cerca de una hora. Esta vez era un domingo, post año nuevo, a las 19 horas pero ¿Nadie?
En la entrada me preguntaron si era para la tercera vacuna o para la primera y me indicaron los mostradores. Todas las ventanillas abiertas, con el personal y solo yo para que me tomaran los datos. No las conté pero por lo menos había 15 ventanillas para gestionar la admisión. Con el DNI y la tarjeta sanitaria recogían tus datos y ya podías pasar al box de vacunación.
El centro en el que me he vacunado en las tres ocasiones, tiene capacidad para vacunar a 9000 personas diarias. Desde el recinto de la Fira de Barcelona han diseñado el espacio, los flujos y la operativa de vacunación y han realizado el montaje del centro y la operativa no sanitaria. El Departament de Salut aporta todo el personal assistencial (vacunadores, auxiliars, administrativos), el materiol médico (vacunas, subministros, etc) y la tecnología necesaria (ordenadores, programario).
Hice el recorrido en un minuto. Me senté en el box en el que había dos personas: la que comprobó los datos de la tarjeta sanitaria y la que me vacunó. Un pinchacito y andando. Le comenté a la sanitaria mi sorpresa por lo vacio que estaba y su respuesta fue "desgraciadamente, hoy ha fallado mucha gente".
Me indignó y me sigue indignando cuando lo recuerdo.
Para acceder a la vacunación, te registras con tus datos y te envian diferentes recordatorios al móvil y al correo electrónico. Me pareció una falta de respeto y una irresponsabilidad ver que muchas de las personas que tenían cita, al menos a esa hora, decidieron no acudir. No es necesario saber de finanzas para imaginar lo que cuesta un montaje como el vacunodromo de la Fira.
A esas personas se les pasa por la cabeza lo afortunados que somos por poder acceder a las vacunas, saben que otros interesados en vacunarse se han quedado fuera para que ellos no lo aprovechen y el coste de tantos profesionales y vacunas esperandolos, supongo que no. Parece que solo se valora aquello que pagamos rascandonos el bolsillo y aquello que, aparentemente, es gratuito (aunque lo pagamos con nuestros impuestos) no se acaba de valorar. Seguro que si los hubieran penalizado, entonces sí se quejarían e igual sí acudían a todas sus citas.
En fin y esto viene a cuento porque hoy por fin se ha resuelto el serial del tenista Novac Djocovic en Australia.
"Lo lleva escrito en el nombre".
Twitter se llena de memes a costa de Djokovic
Twitter iba lleno de comentarios creativos y poniendo humor a la polémica que ha protagonizado el tenista serbio que hoy finalmente ha sido deportado.
Es el juego de palabras que hace alusión al nombre del tenista y a su no vacunación. Y volvemos a la responsabilidad. Es claro que el tenista podía decidir no ponerse la vacuna y aceptar las normas pero parece que él ha preferido saltarselas y mentir.
Me parece triste que personajes que tienen tanto poder mediático monten este tipo de espectáculos. Estarás más o menos de acuerdo con las vacunas, con los engaños y/o medias verdades y con las medidas que se toman pero es lo que hay y personajes que tienen tanta repercusión no pueden creerse que están por encima del resto de mortales.
Así que me alegra ver que las autoridades australianas han sido coherentes y han mantenido cerradas sus vacunas también para este millonario tenista y no solo a él también a los organizadores del Torneo se les debería dar un toque de atención. No todo vale y esto también va por los padres de la criaturita y las barbaridades que han estado diciendo.
Espero y deseo que este 2022 podamos volver a la normalidad sin Covid.
Un beso enorme