Se sobresaltó.
Sus tacones resonaban sobre el cemento.
Demasiado ruidosos.
La calle, demasiado solitaria.
Intentó, sin mucho éxito, caminar sin hacer tanto ruido. Las sombras caprichosas la acobardaban y aunque solo era el viento, sentía aprensión. Un movimiento cercano, quizás un gato o peor una rata, la inquietaron. Echó una ojeada. Suspiró. Se riñó por asustadiza aunque aceleró el paso.
¿Por qué se había puesto tacones?
Unas voces la alertaron. Miró a su alrededor y no vio a nadie. Siguió
avanzando. Tampoco un taxi. Se irritó.
¿Por qué nunca estaban cuando se los necesitaba?
¡Qué lejos, qué oscuro, qué sola!
Animosa intentaba convencerse que ya casi llegaba, que apenas unas manzanas
la separaban de su casa.
Las voces. Más cerca. Varios. No quiso girarse, si no los miraba igual no
la veían. Empezó a caminar levantando los talones para reducir ese indiscreto repiqueo.
¡Hazte invisible Claudia! Aumentó la velocidad de sus pasos mientras una y otra vez se recriminaba. ¿Por qué no había esperado a sus amigas?
La culpa de todo era del baboso de Carlos. ¡Joder! ¿Por qué no entendía que no quería nada con él? ¿Por qué había algunos tíos que no entendían que no es no? No soportaba sus bromas sin gracia ni tampoco tener que apartar sus manos que aprovechaban cualquier ocasión para tocarla. ¡Vaya capullo! La había cabreado tanto que ni siquiera esperó a sus amigas. No aguantaba ni un minuto más y ahora, allí estaba, sola.
La culpa de todo era del baboso de Carlos. ¡Joder! ¿Por qué no entendía que no quería nada con él? ¿Por qué había algunos tíos que no entendían que no es no? No soportaba sus bromas sin gracia ni tampoco tener que apartar sus manos que aprovechaban cualquier ocasión para tocarla. ¡Vaya capullo! La había cabreado tanto que ni siquiera esperó a sus amigas. No aguantaba ni un minuto más y ahora, allí estaba, sola.
Claudia, déjate de historias
y corre. Se debatía entre
no demostrar miedo y su instinto que le decía que corriera.
—Eh tú…
Un escalofrío la recorrió y empezó a correr. Seguro que si llegaba a la
próxima calle encontraría a alguien.
Son las 5 de la mañana.
¡¡¡¡Joder!!!! TIENE que haber alguien que me ayude.
El corazón le palpitaba a toda velocidad.
—¡Eh! ¡Tú, rubia! ¡No corras tanto!
Los segundos se le hacían eternos. La memoria inoportuna le recordaba las veces que su madre
le había pedido que cogiera un taxi al volver sola a casa, que se dejara
acompañar de un conocido, que no saliera hasta tan tarde… «Claudia, de noche las
calles no son seguras». Mamá, solo quiero divertirme.
—Tía, párate. Venga no te hagas la estrecha. Si vas a pasarlo muy bien.
Sus risas llenas de alcohol la aterrorizaron. La oscuridad le parecía más cerrada y la calle mucho más tétrica. Se sentía demasiado frágil. Estaba muy sola.
Las voces la seguían increpando. Las risas y carcajadas se entremezclaban con
los gritos que le lanzaban a ella. Ellos, se
animaban y jaleaban.
—¡Mira! Vas a hacer que nos cabreemos.
Carcajadas.
—¡Nena pero si te vamos a pillar!
El nuevo coro de carcajadas ebrias, la hizo sollozar. No conseguía
dejarlos atrás. Cada vez estaban más cerca. Contuvo un gemido. No le iba a
servir de nada llorar. ¡¡¡¡¡Corre!!!!!
—Y después vas a querer más.
La nueva bravuconada ya ni siquiera la hirió. No quería escuchar ni sus risas
ni sus comentarios groseros ni ninguna de las fanfarronadas que le proferían. Se
sentían cazadores y la persecución los excitaba. Estaban jugando con ella. Le
dejaban alejarse pero no demasiado, sabían que la cogerían. Estaba sola. ¿Qué
podía hacer?
Aterrorizada, no dejaba de culparse por su imprudencia. ¡¡¡Mierda!!! ¿Por qué no se había quedado? No llegaba nunca. Sus voces borrachas se peleaban por la botella que parecían compartir. Apretó las llaves en su mano. Ya casi estás Claudia, ya llegas.
Aterrorizada, no dejaba de culparse por su imprudencia. ¡¡¡Mierda!!! ¿Por qué no se había quedado? No llegaba nunca. Sus voces borrachas se peleaban por la botella que parecían compartir. Apretó las llaves en su mano. Ya casi estás Claudia, ya llegas.
Notó las luces más que las vio y sin pensarlo,
cruzó la calle. No le importaba nada. El coche frenó brusco, miró sin ver al conductor que la insultaba y siguió
corriendo. Sus perseguidores lo encontraron muy divertido. Claudia se tropezó, siguió trastabillando pero consiguió
no caer. Corre. Corre. Corre.
Mierda, ¿por qué llevaba
tacones? ¿Por qué se había puesto aquel vestido? ¿Estaba guapa? ¡¡¡Idiota, mira qué has conseguido!!!
Era demasiado corto, demasiado escotado, demasiado provocativo. Llamaba la atención. ¡Estúpida
coqueta!
Miró a sus espaldas, parecían estar más lejos. Lloraba. Salió a la avenida
pero allí tampoco había a quien pedir ayuda. Gimió frustrada. Le faltaba
el aire. Siguió corriendo. De nuevo, las voces. ¿Eran los mismos?
¡¡¡Allí!!! Las luces verdes de un taxi. Se lanzó en medio de la calzada y el taxista tuvo que frenar en seco.
—¡¡¡Mujer!!! ¿Quieres que te mate?
Claudia se subió al coche mientras le gritaba al taxista.
—¡¡¡Cierre!!! Cierre. Por favor, por favor…
Repetía una y otra vez lo mismo, llorando histérica. El taxista la miró y también
a los cuatro tipos que llegaban por la avenida, muy bebidos y con evidentes ganas
de gresca. Puso el coche en marcha.
—Pero mujer ¿Cómo vas sola a estas horas? ¿A quién se le ocurre? —El coche
avanzaba demasiado lentamente— Es que parece que solo vais buscando
problemas. ¿No había nadie para
acompañarte a casa… a una chica tan guapa como tú? Has tenido suerte que esos imbéciles van tan
borrachos que no podrían pillar ni a su abuela.
Claudia se hizo pequeña en el asiento mientras el coche dejaba atrás esa
pesadilla. Ni siquiera entonces se sentía segura. Seguía
intentando calmar la respiración y el ritmo alterado de su corazón. Se miró la
mano y vio las heridas que se había hecho con las llaves. Su zapato estaba
roto, había perdido uno de los tacones. Los tiraría al entrar en casa.
Balbuceó su dirección al taxista que gruñó que «solo eran dos
calles» para después seguir despotricando sobre su mala cabeza, las fiestas, el
vestuario que llevaban y lo inconscientes que eran.
Claudia no tenía ánimos para llevarle la contraria. Seguía demasiado asustada
para reaccionar. Solo quería llegar a casa.
En unos minutos estaban frente al portal de su casa y mientras le pagaba,
le suplicó que esperara a que entrara en el portal.
—Claro que sí mujer. Pero, hazte un favor no salgas sola a estas horas. Hay
mucho degenerado suelto.
Claudia lo miró, en su mirada el miedo, la vergüenza, la frustración y la impotencia. Ya no le quedaba ni
siquiera rabia.
Por fin estaba en casa.
Por desgracia y con demasiada frecuencia aun sigue siendo de alto riesgo el hecho de caminar sola por las noches.
ResponderEliminarMirar a tus espaldas, no estar tranquila, pedir que esperen a que entremos, sentirse muy indefensa, tener miedo... Es algo muy duro.
Creo que avanzamos pero todavía hay mucho camino por recorrer.
Como siempre me encantará saber vuestras opiniones.
Personalmente no estoy tan seguro de que avancemos. Creo que cada vez invertimos menos recursos en la educación y la inculcación de valores en esos niños que pronto dejarán de serlo. Ya hemos perdido parte de algunas generaciones, espero que no vaya a más pero soy bastante pesimista con el tema.
EliminarUn abrazo.
Viendo lo que vemos, escuchando lo que escuchamos y sintiendo lo que sentimos muchas veces es difícil pensar que avanzamos. La educación y la cultura no es algo que se priorice en este país y así nos va.
EliminarEl camino es muy lento, de granito a granito y seguir insistiendo de todas las maneras posibles, a pesar de la falta de medios y de sensibilidad.
Hace tiempo que parece que vamos hacía atrás pero vamos haciendo camino aunque sea muy lentamente. Cada vez son más los hombres y mujeres que no toleran conductas ni comentarios que antes se veían como normales, cada vez son más los y las que se atreven a denunciar comportamientos inadecuados... Es verdad que sobrecoge ver la falta de valores actuales y te planteas qué es lo que como sociedad estamos haciendo tan mal, pero también encontramos ejemplos de gente tan maravillosa que te reconcilia con el ser humano.
Un abrazo y que tengas un buen sábado y mejor domingo aunque parece que va a ser muy frío por lo que anuncian.
Ufffffff... ¿qué mujer, qué chica, qué adolescente, puede decir que no pasó por algo así o parecido? Es un horror... y lo peor de todo es que aún se educa a las mujeres a "cuidarse", a correr, a qué decir o gritar (en vez de 'ayuda' hay que decir 'fuego', por ejemplo), dónde pegar... en vez de educar a no agredir, a no violar. Porque no hay excusas... no hay vestidos, no hay tacones, no hay peinados, no hay 'no' que quieren decir 'sí'...
ResponderEliminarGran texto...como siempre.
Besos Conxita.
Hola Alma tú lo has dicho, ¿qué mujer no ha pasado por algo parecido? Es un horror, cierto.
EliminarNo hay excusas. No hay justificación y no importa si se lleva un vestido o si se va con pantalones, si se sale de fiesta o se viene de trabajar. Totalmente de acuerdo.
Gracias por tus palabras. Es un placer tenerte por aquí, lo sabes.
Besos
Bien lograda la tensión, ¡uf! has descrito una pesadilla que ocurre con frecuencia. Ante una situación así solo queda correr. Saludos Conxita.
ResponderEliminarGracias MariaÉ se te echaba de menos, espero que estés muy bien.
EliminarPor desgracia ese tipo de pesadillas siguen existiendo y a veces ni siquiera correr es suficiente.
Un abrazo
Un gran relato Conxita. Angustiante, me he sentido en la piel de la protagonista y vivido su terror e impotencia. Dura realidad...
ResponderEliminarBesos y abrazos miles querida amiga.
Hola Marina dura y triste realidad.
EliminarCon demasiada frecuencia hemos sufrido y se sufre este tipo de pesadillas.
Mi protagonista tuvo suerte esta vez y a pesar de su miedo, impotencia, frustración, rabia... llegó a su casa pero otras, demasiadas, no siempre lo consiguen.
Besos y feliz domingo
Llega un momento en que ya no se sabe si hemos avanzado gran cosa, la verdad. Incluso hombres supuestamente normales —como el taxista— piensan que la culpa de que pasen cosas es de la imprudencia o la coquetería de las mujeres.
ResponderEliminarMuy bien escrito. Has conseguido angustiarme.
Besos.
Macondo Entiendo esas dudas sobre si hemos avanzado pero yo quiero pensar que algo sí lo hemos hecho, de momento hay muchos hombres (y mujeres) que para nada piensan/pensáis así. Queda un largo camino por hacer para que personas como el taxista o como un juez o como un político o como un policía crean que eso pasa porque la mujer es imprudente o va provocando. Y lo peor es que el taxista lo dice por su bien, está convencido.
EliminarMe halaga si he conseguido hacerte sentir un poquito de la angustia que puede sentir una mujer en esa situación. Es un auténtico horror, muy difícil de contar.
Gracias por tus palabras.
Besos
Hola Conxita, un relato con suspense, angustia y en el que se congenia con tu protagonista a las primeras de cambio.
ResponderEliminarTriste actualidad, real y muy dolorosa.
Está claro por los sucesos acaecidos últimamente, que la libertad de tránsito no está garantizada de ninguna manera. Ha veces he pensado que la figura del sereno (si volviera), o el aumento al menos de las patrullas policiales nocturnas, podrían ayudar a disuadir a posibles violadores o acosadores en las calles.
Realmente las mujeres están demasiado expuestas al infortunio y es absolutamente lamentablemente.
Un beso Conxita.
Triste actualidad, real y muy dolorosa, es así como lo cuentas Miguel
EliminarLos últimos hechos (si pensamos en los mismos lamentables sucesos y comentarios que se han realizado) hacen que sea imposible no interrogarse sobre qué está pasando, pero lo cierto es que ese miedo no es nuevo y es con frecuencia el día a día de cualquier mujer que regresa sola, bien porque vuelve de fiesta o porque sale o va a trabajar.
No había pensado en esa función del sereno y ciertamente podría ser una muy buena figura disuasoria, eso y mucha más educación a todos los niveles, porque incluso la ayuda del taxista se mezcla con sermones sobre imprudencia y provocación.
Gracias por tu tiempo, un abrazo y feliz domingo.
La verdad es que tienes un dominio absoluto del climax de un relato.
ResponderEliminarLo peor no es que esos estúpidos acosadores se crean con derecho a coartar tu libertad porque eres demasiado guapa o tu minifalda es demasiado corta, lo peor es que tu también lo crees. Lo peor es que te recriminas a ti misma haberte pintado mucho o llevar mucho escote o demasiado tacón.
No cabe duda, estamos en una sociedad con una gran dosis de violencia y hombres y mujeres deben estar alerta pero, duele que ese estado de alerta deba ser mayor en las mujeres.
Me ha gustado mucho Conxita.
Un beso
Exacto Ámbar consiguen que la mujer se cuestione y que se sienta mal por llevar un minivestido, por maquillarse o caminar sola por la noche. Cierto y esa trampa aún es más terrible.
EliminarPreocupa esa altísima dosis de violencia tanto para hombres como mujeres, es así y permanentemente vemos el poco valor que parece tener la vida humana. Y preocupa y mucho, que se siga viendo a la mujer como un trofeo, como alguien a quien usar o violentar cuando apetezca porque así se lo busca solo por ser mujer.
Aún queda mucho camino por hacer y como siempre la educación es fundamental.
Gracias por tus palabras.
Besos
Hasta ese taxista me parece peligroso...
ResponderEliminarCreo que el estado debería penalizar muy seriamente este tipo de conductas.
Si los acosadores supieran que pueden pasar diez o quince años en la cárcel seguramente se lo pensarían...
Besos.
No me extraña que te lo parezca Xavi, a veces no se sabe si sale de las llamas y se acaba en las brasas. Me han contado que hay familias que contratan a taxistas mujeres para recoger y llevar a chicas adolescentes especialmente por las noches.
EliminarY sí estoy contigo que seguramente con sanciones mucho más duras, los acosadores lo pensarían antes de hacerlo y también, seguir trabajando mucho más en la educación de la sociedad.
Besos
Y lo mas chungo es que esto no tiene perspectivas de cambiar mucho, al menos en un tiempo razonable... No se si vamos a mejor o a peor... Solo veo que hay mucha confianza (a veces irracional) y mucha maldad suelta...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Es preocupante Ildefonso que parece no acabarse.
EliminarCreo que a todos nos gustaría no preocuparnos, pero como bien dices y antes también comentaba Ámbar, hay demasiada violencia en nuestra sociedad contra hombres y mujeres, y las mujeres para algunos son como objetos de usar y tirar, todo vale con una mujer y se es incapaz de entender que No es No, que los juegos son para que todos los que quieren jugar, participen y que tener miedo ni es divertido ni nos gusta.
Un abrazo
El problema es que pasa casi siempre y que no solo lo hemos solventado, sino que ha aumentado.
ResponderEliminarNo deseo hablar de "antes", esto es un tema humano y deberíamos tener conciencia de ello, pero no puedo dejar de pensar que las penas se cumplían en su total magnitud.
Por otra parte, es penoso que una persona no pueda ir sola por la calle independientemente la hora que sea, de donde venga y se dedique a lo que le venga en gana.
El relato aquí nos habla de que se va de un lugar en donde ya "estaba siendo acosada " por el baboso de Carlos, pero podría haber sido que acababa una guardia en el Hospital Clinic.
En fin, se trata de educación, ese es el nudo gordiano. Buen relato.
salut
Hola Tot Barcelona por desgracia sí parece haber aumentado. No sé si la causa son la rebaja de las condenas o que estamos en una sociedad cada vez más violenta y menos respetuosa con todo, con las personas, con los animales, con las cosas...
EliminarEs triste y muy penoso que una persona, como bien dices, no pueda ir sola por la calle. Muy penoso y indigno que algunos lo justifiquen por imprudentes o provocadoras y que llegue hasta el punto que las propias mujeres nos interroguemos y culpemos por ir maquillada, por caminar sola por la noche, por llevar un vestido o tacones. Y sí mi protagonista ya estaba siendo acosada por alguien que no acababa de entender que No es No pero esa situación se puede dar en una mujer que acaba o empieza un turno de noche. Solo por el hecho de ser mujer ya parece que se nos pueda acosar.
Estoy contigo en que falta mucha educación y no tolerar ni un solo comentario de este tipo que nos denigra a todos como sociedad.
Un abrazo
Hola Conxita he sentido las palpitaciones, las heridas en las manos, porque hay mujeres que hemos vivido esa persecución que te deja sin alienti, y ya no es porque vayas con tacones o con un vestido provocativo, porque seas una adolescente, no, simplemente porque eres mujer. Un relato en primera persona con toda la intensidad, el miedo, la frustración de no poder volverte y agredir con los puños a tu perseguidor, sentir en ese momento que debiste nacer hombre, la vida sería más fácil. Un beso
ResponderEliminarHola Emerencia por desgracia es un miedo muy común que hemos padecido muchas y sí, no importa si vas con tacones o con un vestido provocativo o con pantalones y saliendo de trabajar... pasa porque se es mujer.
EliminarQué bien cuentas esa frustración, esa rabia por huir, por no poder hacer frente a quién te está causando miedo, a quién se cree con derecho a decirte y a opinar sobre ti, sobre tu físico, sobre lo que te gusta o te puede gustar, que te hace sentir mal. Es injusto, indigno y lamentable.
No sé si la vida es más fácil por ser hombre o mujer, solo sé que algunos no saben ni entienden nada. Afortunadamente hay muchos y cada vez más hombres que deploran este tipo de conductas y nos tratan como sus iguales.
La educación y seguir insistiendo me parece fundamental para no tolerar estas conductas e insistir con los más jóvenes.
Besos
Tu relato me pone de muy mala leche. No por el relato, por supuesto, que me ha gustado, sino por lo que representa. Que una panda de descerebrados se crean con derecho a decirle a una mujer lo que le va a gustar y lo que no; que porque vaya vestida de una determinada forma se crean con derecho a juzgarla y decidir que pueden agredirla porque "lo va pidiendo"; todo eso es algo con lo que no puedo. Y como soy mala y vengativa, creo que ya que les gusta tanto la violencia y la fuerza, alguien debería practicarlas con ellos mismos y darles un poco de su propia medicina.
ResponderEliminarBuen relato, Conxi, aunque me haya indignado. O por eso mismo.
Un beso.
Hola Rosa lo entiendo perfectamente, a mi también.
EliminarMe enciende y creo que saca lo peor de mi porque es justo lo que comentas, que un tipo que no tiene dos dedos de frente, un patán, se crea con derecho a opinar sobre ti, sobre tu manera de vestir, sobre tu manera de maquillarte o de no maquillarte, sobre tus hábitos, sobre tu provocación, sobre tus deseos... Es insultante. Es indigno. Es humillante y patético.
Es muy frustrante porque consiguen que las propias mujeres nos lleguemos a culpar, a cuestionar si nos merecemos eso, si resulta que igual sí vamos provocando, mentiras. La provocación está en los ojos de aquellos que solo ven lo que quieren ver porque el otro es una mujer y se creen con derecho a todo con ella.
En este caso querida Rosa me alegra haberte indignado.
Besos
Hola Conxita, lo triste es que la realidad supera tu ficción...así nos va....
ResponderEliminarGracias, pasa buen día, besos de relámpago..
Hola Don Vito por desgracia es tal y como dices, la realidad se empeña en superar a la ficción y ojalá no fuera así.
EliminarQue tengas un buen día.
Besos
Ni siquiera hace falta llevar tacones y minififalda o escote. Un tipejo de esos no se detiene aunque vaya una vestida de la manera más sobria. La ropa es la excusa para culpar a la mujer, simplemente. Porque a veces parece que la mujer es la culpable de todos los males del mundo, aunque sea de manera indirecta y ella sea la primera víctima.
ResponderEliminarDe todas formas, yo sí creo que se ha avanzado mucho en este terreno, porque cada vez hay más conciencia y más sensibilidad.
Y aun así tu relato es muy realista y dibuja muy bien la situación.
Feliz domingo.
Ángeles Estoy de acuerdo contigo en que hemos avanzado pero también que queda mucho por hacer. Afortunadamente cada vez hay más hombres y mujeres que demuestran su rechazo a estos comportamientos pero se necesita más educación, más sensibilización y más compromiso por parte de todos.
EliminarComo bien dices no depende de la ropa ni del maquillaje ni nada, eso son las mentiras que se usan para culpar a la persona inocente que o es una inconsciente o se lo ha buscado por provocar y se siguen utilizando como hace el taxista de mi relato, cuando en realidad poco importa porque hay gentuza que no respeta a la mujer.
Desafortunadamente la situación de mi relato es demasiado común entre las mujeres.
Feliz domingo también para ti.
Contxita has escrito un relato donde se pasa miedo cuando una mujer va sola por la calle a ciertas horas. No pasa nada si no te cruzas con energúmenos que van a por ellas. Todo esta en la educación que se recibe y el respeto a la mujer. Sea de la forma que va vestida. Nosotras mismas pensamos que vamos demasiado provocativas, si no nos sale gente como esa al encuentro, no pasa nada. Y nosotras no somos culpables, nos hacen serlo por lo que se hacen de comentarios en los medios. Si vas vestida de una manera o de otra y te cruzas con gente sin escrúpulos da igual lo que te pongas. Espero que nunca nos pase algo así. Aunque recuerdo que a mi me persiguió un chico cuando iba a mi casa a las 9 de la noche y era una niña. El objetivo de él era tocarme el trasero. No lo consiguió llegue yo antes a casa. Un abrazo
ResponderEliminarSi Mamen depende de la educación y el respeto por la mujer y algunos olvidan eso. Como bien dices no importa la ropa que se lleve ni el maquillaje ni el escote ni nada, porque eso es la mentira que se utiliza para culpar encima a la mujer.
EliminarNadie tiene derecho a violentar, a intimidar, a agredir a una mujer, por supuesto tampoco a un hombre o a un niño, a nadie y mucho menos porque se crea que su aspecto le permite tomarse libertades.
Por desgracia, son situaciones demasiado frecuentes que, con suerte solo te dejan llena de impotencia y frustración.
Un abrazo
Creo que ya lo han dicho más arriba, con ser terrible la conducta machista que denuncias (ese "te va a gustar" lo dice todo), es más lamentable aún el sentimiento de culpa que desencadena en la víctima, hasta el extremo de que Claudia llega a no saber si ha sido ella la que con su vestido, sus tacones, su escote ha provocado la situación.
ResponderEliminarLa sociedad sigue esta misma corriente mental (el taxista es una muestra de ello) y juicios como el de "La Manada" (donde la víctima parecía más un acusado que al revés) lo demuestran.
Tu relato es magistral. Se masca el peligro desde el primer momento y puedes sentir, con Claudia, el miedo, la angustia, la desesperación por huir...
Besos, Conxita, y feliz semana.
Hola Sara sí es terrible y aún más porque la propia víctima se siente culpable. Por desgracia esa terrible violación y la manera en cómo se ha culpabilizado a la víctima es sencillamente asqueroso, deplorable y como sociedad me parece vergonzoso.
EliminarEl taxista de mi relato, siendo el bueno repite esos argumentos machistas que culpan a la mujer de lo que les pasa, por inconsciente, por provocadora, por tonta. Y lo hemos visto en taxistas pero también en sentencias insultantes de jueces, en periodistas o en abogados que justifican lo injustificable...Vamos que queda mucho camino por hacer para evitar que se sigan produciendo estas situaciones, pero me gusta pensar que hemos avanzado y cada vez hay más hombres que rechazan estos comportamientos. Educar y sensibilizar a los más jóvenes y no tolerar ningún tipo de agravio por el hecho de ser mujer.
Me alegra haber sido capaz de transmitir esas sensaciones de vulnerabilidad, de miedo, de impotencia... que por desgracia, muchas mujeres hemos sufrido.
Besos querida Sara y que tengas una feliz semana.
Caramba, Conxita. Me has puesto los pelos de punta. Has descrito tan bien el acoso y la persecución que lo he pasado mal por la pobre Claudia.
ResponderEliminarPero lo que más me ha impactado es cómo dejas calar ese sentimiento de culpa que la sociedad hace recaer sobre las víctimas de abusos sexuales. Eso es lo peor y tú lo has reflejado estupendamente.
Hasta la propia Claudia se echa la culpa por su manera de vestir, por no hacer caso a su madre, por llevar tacones.
Me sumo al alegato de muchos y a lo que tú denuncias con este relato: No es no, y la culpa es del agresor, no de la agredida. A ver si se nos mete bien en la cabeza.
Estupendo relato, aunque me lo hiciste pasar mal.
Un beso grande, guapa.
Hola Paloma es exactamente ese pequeño matiz que hasta la víctima se siente culpable por no ser más prudente, por no escuchar los consejos, por vestir como le apetece o por salir a la hora que quiere y eso es lo más terrible, se consigue culpabilizar a la persona agredida y no solo lo hacen los otros sino una misma.
EliminarRecientemente hemos visto y escuchado como los agresores de una chiquita se justificaban diciendo que ella estuvo con ellos voluntariamente, que lo quería, que no se defendió ni se quejó, vaya cafres cobardes y malnacidos por ser suave. Y lo más indigno es que esa chica ha tenido que escuchar esos juicios paralelos sobre su conducta, que la hayan seguido y que hayan argumentado que hace vida normal. ¿Qué sabrán esa gentuza de las secuelas que tiene esa chica? de lo complicado y traumático que es superar una agresión así, que va a llevarla toda su vida... Es tan indigno. A veces me pregunto por qué no hay más humanidad y respeto, no todo vale. Y siempre, no es no.
Gracias por tus palabras. Sé que me perdonas por hacerte pasar un mal rato ;)
Besos y feliz semana
Efectivamente, hay mucho por hacer todavía al respecto. Un besote.
ResponderEliminarHemos avanzado pero hay mucho camino por hacer, mucha educación, mucho debate, mucha sensibilización y que ni las mujeres ni los hombres justifiquemos este tipo de situaciones.
EliminarGracias por tu tiempo Rocio.
Besos y feliz semana
Ojalá esta historia solo fuese eso, Conxita: una historia. Pena que todavía sea una realidad con la que las mujeres tenemos que lidiar todas las noches. Cuántas veces habré echado a correr por una calle solitaria, habré cruzado de acera para evitar a esa figura desconocida que camina hacia mí o habré llegado con el corazón acelerado al portal de mi casa. Lo dicho, ¿cuándo este tipo de situaciones se convertirán en ficción?
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tú lo has dicho Sofia ojalá solo fuera una historia. Por desgracia, somos muchas las que hemos tenido que correr, cambiar de acera, llegar temblando a casa o pedir que nos acompañen o directamente renunciar a hacer algo y todo por ser mujer.
EliminarSe ha hecho mucho pero aún queda mucho por hacer y como siempre, la educación es fundamental, el respeto por el otro y por la otra y seguir insistiendo y haciendo todo tipo de campañas para concienciar.
Abrazos y feliz semana.
Que buen relato.No todos los hombres son iguales, pienso. Esto puede pasar a cualquier hora del día con unos cafres como esos. Me ha parecido genial tu escrito. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Betty y bienvenida a Enredando con las letras.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, no todos los hombres son iguales y afortunadamente ese tipo de depredadores no son lo habitual pero por desgracia aún existen.
Vuelves a tener razón y por desgracia puede pasar a cualquier hora y de hecho es así si se tiene la mala suerte de encontrarse con esa gentuza.
Si te apetece, me encantará tenerte de vuelta por este rincón de letras.
Un abrazo
Qué angustia he sentido por la protagonista, Conxita, qué fácil me ha sido empatizar con sus pensamientos, su nerviosismo creciente, su miedo, su desesperación. Me temí que el desenlace fuera el peor, pero afortunadamente no.
ResponderEliminarEs triste que que haya semejante inseguridad cuando una mujer vuelve a casa sola por la noche, y mucho peor que se la pueda culpabilizar por llevar tacones, ir vestida de fiesta o no tener compañía. Espero que dentro de poco esta sociedad nuestra avance lo necesario como para que episodios como el que relatas sean solo ficción.
Muy bien escrito y muy bien reflejado el estado de ánimo de la protagonista. ¡Me ha gustado mucho!
Un beso grande y feliz comienzo de semana.
Hola Julia como dices la inseguridad de la protagonista es algo aún demasiado habitual y básicamente radica en el hecho de ser mujer y que algunos creen que con nosotras todo vale.
EliminarMe gustaría que sí, que solo fuera ficción pero queda mucho camino por recorrer y aunque avanzamos, aún hay mucho por hacer para que las mujeres no tengamos que tener miedo de la noche, que nadie nos culpabilice ni haga responsables de los abusos de otros y que seamos respetadas y tratadas como iguales.
Besos también para ti y feliz semana
Me temía lo peor. Me ha costado mucho leer tu relato. Es muy difícil no ponerse en el lugar de Claudia y no sentir el horror. Por desgracia hay muchas Claudias que no encuentran un taxi y que viven marcadas por el miedo, la culpa y la vergüenza. Un beso muy grande, Conxita. Cada día escribes mejor
ResponderEliminarUyyy Ana cuánta razón tienes, hay demasiadas mujeres que no encuentran ese taxi y que encima tienen que sobrellevar esa culpabilidad insana de la sociedad. No, nunca la culpa es de las víctimas. Nunca.
EliminarEres muy generosa conmigo, gracias de corazón.
Un beso enorme querida Ana
Has creado la tensión adecuada para mantenerme pegado a tu relato. Es cierto que ninguna mujer por el hecho de ejercer su derecho a divertirse y salir a dar una vuelta tenga que tomar medidas diferentes a las que pueda tomar cualquier hombre, pero tristemente a lo largo de la historia y por más que nos empeñemos fue así. La mujer siempre acompañada por otras o por algún varón de confianza. Ese siempre fue el patrón y por desgracia y seguridad es el que se mantiene sobre todo en ciertos barrios conflictivos.
ResponderEliminarComo siempre supiste escribir sobre un tema candente.
Un beso.
Hola Francisco me alegra haber sido capaz de transmitir esa tensión, esa angustia y si por un momento, he conseguido contagiar un poquito del miedo de la protagonista, me doy por muy satisfecha.
EliminarPor ser mujeres, muchas de nosotras hemos tenido que pasar estas situaciones como demuestran muchos de los comentarios de las compañeras, para una mujer, vista como vista, se comporte como quiera, por desgracia este tipo de situaciones no son infrecuentes aunque afortunadamente muchas acaban "bien" quedando solo en un susto.
Y pasan los años y continua pasando. Es muy triste.
Es como tú dices, siempre acompañada y no solo en barrios conflictivos. Es depender de los horarios de otros, es pedir que te acompañen, es...sencillamente injusto.
Muchísimas gracias por tu tiempo.
Un beso enorme
Ufff, qué alivio. Me has tenido con el corazón encogido durante todo el relato. Llegué incluso a pensar que el taxista no sería de fiar y se aprovecharía de ella.
ResponderEliminarHas ido desgranando todo el relato manteniendo el ritmo trepidante y atrapando la atención del lector. Suspense y tensión a tope.
Por otra parte, has tocado un tema hipersensible hoy día y, por desgracia, demasiado frecuente. Todos hemos dicho lo mismo a nuestras hijas, como una cantinela: no vayas sola por la calle de noche, no vuelvas a las tantas sin compañía, ojo con quien vas, etc, etc. Es una verdadera lástima que una mujer llegue a auto inculparse por no seguir ciertas reglas de conducta y de vestimenta, por resultar demasiado "apetecible" y provocativa. El "ella se lo ha buscado" es repulsivo y todavía está en boca de muchos.
Volviendo a la historia, yo de ella me hubiera deshecho de esos zapatos de tacón alto mucho antes y hubiera echado a correr como una posesa descalza, jeje
Un estupendo relato, Conxita.
Un beso.
Cierto Josep Mª podía haber resultado que ese taxista tampoco fuese de fiar, que por desgracia también ha habido casos.
EliminarEs un tema en el que no se avanza y en ese no vayas sola, espera a volver acompañada o incluso que te acompañe algún amigo varón es algo habitual entre los padres. Tal y como comentaba, hay servicios de taxistas mujeres para acompañar a las chicas por la noche, por tanto es un miedo generalizado y bastante real.
Y sí ese repulsivo ellas se lo buscan por ir provocando sigue siendo aún demasiado habitual. Es ese culpar a las víctimas en lugar de cargar las tintas con los culpables. Los terribles hechos de la violación de los Sanfermines deja en evidencia cómo piensan aún muchos. La víctima acusada de intentar hacer vida normal, es una auténtica atrocidad.
Jajaja correr con zapatos de tacón es muy complicado, tienes razón.
Gracias por tus palabras.
Besos
Un relato muy triste la verdad porque refleja muy bien nuestra sociedad. Yo creo que como mujeres en algún momento hemos pasado por una situación parecida, quizás no tan extrema pero si en algún momento pasar cierto miedo o inseguridad y para colmo de los colmos la solución del taxista y otras muchas personas que piensan de forma similar. Hemos avazado pese a todo pero todavía queda muchísimo por hacer. Un besazo.
ResponderEliminarHemos avanzado pero aún queda muchísimo por hacer. Es cierto que mi protagonista consigue salvarse con el taxista y tiene que acabar escuchando los mismos argumentos equivocados que ella se achacaba.
EliminarNatalia como le comentaba al amigo Francisco somos muchas las mujeres que hemos sentido ese miedo, la inseguridad, que hemos pedido que nos acompañen a casa o que esperen a que entremos, sigue siendo aún demasiado frecuente y ojalá solo se quedara en un relato de ficción y en la realidad no pasara.
Un beso
Menuda tensión que le has imprimido al relato Conxita, casi sufrimos en nuestras propias carnes la tensión que experimenta Claudia. Un tema cada vez más de actualidad. Creo que como ya han comentado la raíz del problema es un tema de educación, con un componente en algunos casos de desestructuración de ciertas capas de la sociedad. En ambos casos las medidas a tomar son a medio plazo y dedicando recursos, algo que a quienes compete este tipo de decisiones no interesa pues trabajan con visiones cortoplacistas y de beneficio propio e inmediato. Y así seguimos. Buen texto de denuncia. Besos.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo Jorge que es un tema de educación, de sensibilización y de tolerancia cero.
EliminarQue un tipo aparentemente normal (con todas mis reticencias por la palabra normal) le diga a la protagonista lo que le dice el taxista, ya nos dice mucho de ese culpabilizar a la víctima, que la propia Claudia se recrimine por salir sola, por llevar un vestido, por maquillarse... dice mucho de la sociedad que aún existe, porque no importa ni la hora ni cómo se vaya vestida, el problema es por ser mujer y porque algunos depredadores sexuales son incapaces de respetar a otro ser humano que es una mujer.
Cierto, nuestros dirigentes tendrían que actuar mucho más en campañas para luchar contra este tipo de acciones. Mira no sé si solo son ciertas capas de la sociedad, porque me estoy acordando de ese juez que culpó a una mujer de su violación porque llevaba minifalda o que incluso la justificó porque ella provocaba.
Como dices, toca invertir más recursos en educación y en hacer sociedades más igualitarias y más justas.
Gracias por tus palabras.
Besos
Dramático y gran relato denuncia. Fíjate que, al principio, cuando comienza la persecución, pensé que no iba a ser más que un mal susto, y que el hombre la seguía para devolverle el móvil o algo así. Ahora me doy cuenta que era una visión que no tenía en cuenta lo buen narradora que eres. Fallo mío por infravalorar el texto en las primeras frases. La tensión, el ritmo, son perfectos, igual que las frases de los perseguidores y los pensamientos de la chica. Has conseguido al cien por cien centrar nuestra atención en la indefensión de ella, incluso cuando parece que ya está en lugar seguro (el taxi), que tampoco a nosotros, lectores, acaba por parecernos el sitio más seguro.
ResponderEliminarEs algo que ya se ha comentado, pero yo lo reitero porque estoy de acuerdo: es un problema de educación de muy lento proceso, difícil de atajar con medidas a corto o medio plazo. Y eso que, si tenemos en cuenta que, por ejemplo, en la edad media, las violaciones colectivas eran consideradas como algo habitual y sin importancia, pues.... Algo se ha conseguido. Ahora que, como tengan que pasar tantos años, vamos dados, porque con casos que a veces se ven en la tele, parace que, en tema de educación y mentalidad, nos queda muuuuchas
Gran trabajo, Conxita. Te felicito
Un beso grande
También podía haber sido eso Isidoro pero seguramente ella también hubiera reaccionado con miedo porque son mensajes que se nos repiten desde siempre: no salgas sola de noche, que te acompañen,... Y sí alguien corre detrás de ti, corre mucho más rápido por si acaso.
EliminarMe alegra que te haya parecido bien la manera de llevar el relato, muchas gracias por tus palabras tan bonitas. Sí, quería que se sintiera su indefensión, su miedo, su frustración cuando está en el taxi y tiene que escuchar agradecida los consejos que la culpan a ella por inconsciente. Nunca las víctimas son las culpables y se sigue haciendo pagar a las que no lo son.
Como dices y estoy de acuerdo, hemos avanzado pero aún queda muchísimo más camino por hacer porque estas situaciones, por desgracia, se siguen produciendo. No sirven excusas, ni si se está bajo los efectos del alcohol o de las drogas o del subidón y la valentía (??????????) que da el grupo porque sigue siendo una auténtica lacra y sus consecuencias siguen siendo terribles para las víctimas.
Educar, educar y educar y tolerancia cero para este tipo de conductas.
Gracias por tus palabras, eres un encanto Isidoro, siempre me animas.
Besos
Si, como hombre, he sentido miedo en algunas ocasiones, imagino lo que es siendo una mujer. Y no es que solo dependa de la educación que recibimos, sino de la psicopatía que tienen algunas personas.
ResponderEliminarGenial relato, Conxita.
Besos.
Ignacio
Pues tú lo has dicho Ignacio y como muchas de las compañeras han comentado, por desgracia sigue siendo habitual.
EliminarPor desgracia parece que no podemos evitar que sigan habiendo casos de personas que disfrutan provocando miedo y dolor, pegando o violando a sus víctimas pero se debe avanzar en no justificar nunca este tipo de actos y eso creo que es con mucha educación y sensibilización. Nadie se lo merece ni por cómo va vestido ni por ser imprudente porque sale de noche o porque está en un parque o porque va a trabajar. Nadie se merece este tipo de trato o de maltrato,
Gracias por tus palabras.
Besos
Tremendo! Qué bien mostrada la angustia y la impotencia de la protagonista. Durísimo y tristemente real.
ResponderEliminarGracias Marta me alegra haber sido capaz de transmitir el miedo, la angustia y la impotencia de la protagonista.
EliminarPor desgracia sigue siendo demasiado real.
Besos
Jó, Conxita, qué bueno. Logras transmitir la angustia que esta pobre mujer, -Claudia la llamas-, ha pasado hasta que ha llegado a su casa. Al final pensaba yo: ¡A ver si ahora el taxista se une al coro de degenerados que la acosaba! Pero no, no ha sido así. Menos mal.
ResponderEliminarQue las mujeres sufren más agresiones que los hombres es sabido pues a las compartidas por ambos sexos (robo, secuestro, asesinato...) se une la de abuso sexual que puede llegar al grado máximo: violación. es cierto que sobre el papel también un chico como Claudia tras un día de fiesta volviendo sólo a su casa podría sufrir de abusos, pero no es lo más frecuente. De ahí el inmenso terror que sabes reflejar en los pensamientos de Claudia que lejos de culpabilizar a los cinco salvajes que la persiguen se culpa a sí misma por su atuendo, por no haberse quedado con los demás en la fiesta, por ser ella misma. Eso en el fondo es lo más duro de ser víctima, que al final interiorices que el culpable de lo que te pasa eres tú.
Veo, amiga mía, que los Premios te van a rondar cada vez con más frecuencia.
Un beso
Muchas gracias Juan Carlos, sí he logrado transmitir su angustia ya estoy muy satisfecha, porque sí quería transmitir su miedo, su frustración, su debilidad y su rabia.
EliminarEs cierto que nadie está libre de agresiones y que la mujer añade la del abuso, es así y también que la presión de la educación recibida y de la propia sociedad hacen que sea la víctima la que en muchos casos se culpe, por ser imprudente, por ir sola, por ir con un vestido determinado o maquillada o lo que sea y eso es lo que se debe cambiar. La víctima nunca es culpable, el culpable es el que abusa, el que daña, el que viola, el que no respeta a la mujer.
Mi protagonista debe agradecer que los consejos del taxista la culpabilicen aún más de lo que ella ya lo ha hecho y podía ser peor, podía no haberlo encontrado así que se calla y le agradece que espere a que entre en casa, que la deje en casa a salvo.
Me lees siempre con muy buenos ojos querido Juan Carlos. Te agradezco mucho tus ánimos.
Un beso enorme
Olá, historia incrível neste tempo que vivemos, o álcool e o mau caracter são amigos, ganham coragem para perseguir ao ponto de violar, o inesperado pode acontecer de dia ou de noite, o melhor é prevenir.
ResponderEliminarFeliz semana,
AG
Hola Existe Sempre Um lugar el alcohol siempre es mal consejero y algunos parecen usarlo para dejar libres sus impulsos más salvajes y lamentables. Y tienes razón puede pasar de día o de noche siempre que te encuentres con energúmenos incapaces de respetar a otro ser humano.
EliminarFeliz semana también para ti.
Un abrazo
Un relato en el que has mostrado con una viveza de detalles y sentimientos la travesía de esa mujer que consigue que el lector la acompañe hasta ese taxi. Un ritmo trepidante como el que dicta la situación, y esa mezcla de reflexiones en el que la propia víctima cae en el error de pensar que la culpa es suya por vestir así o salir sola, como si lo que pudiera haberle pasado no fuera culpa de esos degenerados. Un relato muy necesario en los tiempos que corren y que ha captado ese momento de terror ante el acoso de esos criminales. Fantástico, Conxita. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David.
EliminarEs cierto que lo peor es que la propia víctima es la que se acaba culpando cuando la culpa, la única culpa, es de esos cafres. Y eso es lo que me parece más terrible, que se sigue culpando a las víctimas con comentarios como los del taxista, que en su sermón se olvida que la víctima es la mujer asustada a la que lleva en su coche por dos travesías porque ella ni siquiera se atreve a ir caminando porque su integridad peligra porque unos tipos bebidos han decidido hacerla objeto de su atención. Y ese tipo de comentarios siguen haciendo mucho daño a las mujeres, porque es un doble juicio, la agresión y el haberlo merecido por imprudente, por tonta, por coqueta. Eso es intolerable.
Un abrazo
Julio David Estoy completamente de acuerdo con educar en el respeto, a los niños y también a las niñas. Las niñas, las chicas, las mujeres... también tenemos que aprender que no es culpa nuestra, que quien agrede es el culpable. No hay provocaciones ni tentaciones ni justificaciones, el que agrede es el culpable siempre. Y eso es fundamental que como mujeres y como sociedad lo tengamos claro para que no haga sentir mal a las víctimas, encima.
ResponderEliminarAfortunadamente cada vez sois más los hombres sensibles, respetuosos que, no solo no toleran estas situaciones sino que son los primeros que denuncian este tipo de acciones.
Educar, educar y educar y también no tolerar ni una sola de estas conductas.
Un abrazo
Ufff, me has puesto el corazón en la boca. Yo tuve una experiencia parecida, aquella carrera con final feliz no la olvidaré nunca.
ResponderEliminarUn asco que sigamos las mujeres teniendo miedo de ir solas por la calle.
Un abrazo.
Ya sabes entonces Laura. Nunca se olvida ese miedo, esa carrera o esa sensación de desamparo, de fragilidad diría, de angustia y sí, es un auténtico asco que las mujeres sigamos teniendo miedo de ir solas de noche por la calle.
EliminarEs totalmente injusto y muy frustrante.
Un abrazo
¡Hola Conxita!
ResponderEliminarHas tratado un tema muy de actualidad y por desgracia, con una solución complicada.
Yo lo paso fatal cuando mi hija sale de noche(por suerte es poco) y siempre la acompañan o vamos a buscarla, y a mi hijo también pero es que con ella da más miedo justo por lo que cuentas.
Que llevar ropa corta o que se considere provocativa dé derecho a que abusen de ti es algo que no se puede explicar con palabras, de verdad que no sé ni como calificarlo.
Besos y me has tenido con el corazón en un puño.
Hola Gema imagino que lo pasas mal y sigues insistiendo en que la acompañen o la vais a buscar. Es así, ya he comentado que sé que hay taxistas mujeres que se dedican a recoger a chicas porque se sienten más seguras.
EliminarEs imposible justificar que se abuse de nadie y menos justificarlo en su apariencia, en su vestuario o en sus horarios. Y por desgracia, seguimos viendo a energúmenos que lo hacen y a otros que lo justifican.
Necesitamos más educación, más concienciación y más personas diciendo basta a todo tipo de abusos sobre la mujer.
Besos y feliz semana
me olvidé,son los años,je, no entro casi nunca en G+ no me gusta mucho,es como se pierden versos,entre tantas personas
ResponderEliminarlidia-la escriba
Hola Lidia a mi también me resulta bastante complicado esto del G+, no acabo de saber muy bien cómo funciona, a veces no van los comentarios y otras veces se pierden pero el tuyo ahora ha llegado.
EliminarGracias por comentar.
se borro el comentario? va de nuevo, tenes la capacidad extraordinaria de escrbir en tercera persoan, es un guion perfecto!!! que bien se podría dramatizar, o bien llevar al escenario real,con actores,; en argentina,existe una LEY DE VIOLENCIA DE GENERO, que no se aplica,salvo que la mujer esté muerta,o quemada,o golpeada, ahí si inteviene la justicia,la cuestión es que la sociedad-la nuestra,no se en los demás paises-se ha llenado de VIOLENCIA permanente,lo que no acaban de comprender, algunas mujeres, que si las rozan sin querer,o la espalda, salen gritando ABUSO en la TV-picadora de cerebros,sentimientos- se corre el riesgo,de creanr un autoritarismo femenino, -a las lesbianas,o gay, salen todo el tiempo a despotricar,contra todos,pues creen que la sociedad,las discrimina- por ejemplo, la LEY está para una violencia permanente diaria, violenta de hecho y de palabra, no hay casas de acogida,ninguna,y se quedan con el "abusador", pues no tienen dinero,los hijos tienen que ir al cole, y aguantan,es muy malo esto! eso creo
ResponderEliminaren este hermoso texto, me deja reflexionar,y por eso me encanta!haber llegado por mozilla, google no me lo permite,un enorme GRACIAS!
lidia-la escriba
www.nuncajamashablamos.blogspot.com.ar x si quieres seguirme,no entro por G+, lo hago pocas veces!gracias
No sé qué te ha pasado con el comentario Lidia pero agradezco tu paciencia y volver a dejarlo.
EliminarLas leyes avanzan pero seguramente más lentamente de lo que los que sufren las consecuencias querrían y sí la protección de las mujeres maltratadas y de sus hijos aún son muy imperfectas y deben avanzar mucho más.
Tienes razón en que la sociedad cada vez es más violenta y eso es un problema. Creo en la educación, en mucha educación, en mucho diálogo en las escuelas, en campañas de sensibilización, regulaciones legislativas apropiadas y que cada uno de nosotros ponga su granito de arena para intentar hacer una sociedad mejor y seguir avanzando porque hemos avanzado pero aún queda mucho por hacer.
Me alegra que te haya gustado el relato, creo que la escritura ayuda a plantear preguntas, aunque a veces no tenemos las respuestas sí nos ayuda a reflexionar.
Ya me paso a leerte.
Saludos
Ay qué ansiedad por Dios...No sabía si Claudia llegaría o no sana y salva a su portal. Lo has transmitido de maravilla, Conxita; hasta me he visto reflejada porque en alguna ocasión que he pensado que no pasaba nada por irme sola a casa, si por alguna de aquellas he oído pasos por detrás el corazón se me ha disparado.
ResponderEliminarY pagan justos por pecadores porque todo el mundo que sale de noche no es igual de impresentable como esos que perseguían a Claudia, pero es irremediable sentir miedo ante la incertidumbre y mas, de noche (como bien titulas tu post).
Estupendo relato, tan bien narrado como nos tienes acostumbrados.
¡Un petò molt gran, solet!
Hola Chelo y el mal rato que se pasa porque el corazón se dispara y las sombras son muy oscuras y no se llega nunca a casa. Y por desgracia y como se ha ido viendo en los comentarios somos muchas las que hemos pasado ese miedo, esa angustia y ese desespero. Y mi protagonista ha encontrado a un taxista de los buenos que podía haber sido aún peor, porque por desgracia haberlos haylos.
EliminarPor supuesto, los impresentables son los menos pero existen y por supuesto cada vez hay más hombres que son los primeros en no tolerar este tipo de conductas, y por supuesto hemos avanzado mucho y espero que avancemos más en el respeto mutuo y que nadie tenga que pasar miedo por salir sola o solo de noche.
Moltes gràcies per les teves boniques paraules. Un petonàs enorme bonica
Un relato fantástico!! Sabes mantener la lector en un suspense!! Qué angustia, madre mía!! Además sabes que el lector se identifique en algunos momentos, no en todos, del relato. Me ha encantado!!
ResponderEliminarBesicos!!
Muchas gracias A Little Things Bcn me alegra haber sabido mantener la tensión y sí lo he conseguido me siento muy satisfecha.
EliminarSí, quería que se sintiera el terror de la protagonista, ese miedo y esa culpa injusta pero no sabía si lo conseguiría, así que muchas gracias por decírmelo.
Besos
Por desgracia tu relato es más real de lo que debería. Es verdad que nosotras somos vulnerables a ciertas cosas, y si te toca vivir algo así, creo que no hay nada que hacer. Me ha gustado lo que comentas del vestido y los tacones, porque es lo que se suele decir siempre, que si donde vas asi...y bla bla bla. En el caso de Diana Quer han llegado a decir que es que la chica era muy extrovertida. Pero es que no tiene nada que ver una cosa con la otra, lo que le pasó le puede pasar a cualquiera, sea más guapa o más fea, sea más sociable o no. Pero es que parece que aun se tiende a culpar un poco a la mujer, o quizás no culpar, pero sí buscar un motivo para demostrar su poca sensatez. No será que los hombres de hoy en día no se arreglan y se exhiben!! !! Hace poco vi una serie, donde a la chica la viola un amigo suyo, y al comentarlo con otras personas, siempre era: es que no se defendió. Yo creo que nadie sabe cómo va a actuar en un momento así, y ¿si te bloqueas??? O y si te entra pánico?? Y si te amenazan con un cuchillo!?? En fin, que muy en el fondo se sigue buscando un pretexto para exculpar al hombre. Por cierto, en un comentario he leído lo de gritar fuego. Es cierto, mis amigas y yo nos lo decimos siempre. Si pides ayuda quizas nadie se arriesgue, pero si gritas fuego es cuando la gente sale porque se asustan :)) por si te sirve la info :))
ResponderEliminarPor cierto, genial relato!! Te deja en tensión todo el rato :)) muaaa
Es justo eso Maria esos juicios paralelos que culpan a las víctimas por su manera de vestir, por su inconsciencia al ir sola o pasear por lugares oscuros o poco frecuentados y lo peor es que las mujeres lo interiorizan y acaban sintiéndose culpables cuando son las víctimas.
EliminarEsos casos que comentas son indignantes. No importa si la mujer es guapa o fea, si va con vestido o con pantalones, el problema es que hay energúmenos que creen que pueden abusar de las mujeres. A algunas mujeres se las culpa por no resistirse, a otras que se resisten las matan, a otras porque provocan o porque son inconscientes. Las mujeres agredidas tienen que defenderse, sienten vergüenza y culpa por algo que ellas no han hecho.
Es indigno e injusto. ¡No! No es culpa de las mujeres. No hay excusas ni justificaciones para agredir a una mujer, tampoco a un hombre o a un niño, no contra la violencia nunca hay excusas.
Antes otros compañeros comentaban sobre la violencia de nuestra sociedad y yo añadiría que también es una sociedad bastante indiferente por todo lo que le sucede a otros que no seamos nosotros mismos. A veces creo que es miedo y otras que como no nos afecta, no nos queremos implicar. Y es un problema de todos.
Me alegra que te haya mantenido en tensión jajaja. Eso es bueno para mí.
Besos
En tu excelente relato, has reflejado muy bien esta situación agobiante y angustiosa. En esta ocasión ha tenido un buen final pero, desgraciadamente, no siempre es así. Una pena de sociedad.
ResponderEliminarUn beso y mi felicitación por lo bien que escribes.
Gracias querida Amalia por la generosidad de tus palabras con mis letras.
EliminarTienes razón que esta vez mi protagonista ha tenido mucha suerte y por desgracia no siempre es así y eso es terrible. Es algo que pasan los años y sigue pasando, hemos mejorado pero aún hay mucho desaprensivo que no respeta a las mujeres.
Besos y que tengas una feliz semana
En tu excelente relato has reflejado muy bien esta situación agobiante y angustiosa. En esta ocasión ha tenido un buen final pero, desgraciadamente, no siempre es así.
ResponderEliminarUna pena de sociedad.
Un beso y mi felicitación por lo bien que escribes.
Este blogger últimamente no funciona muy bien Amalia. A mi hace unos días que me cuesta mucho poder publicar los comentarios en otros blogs y a veces que creo que los he dejado después veo que no se han publicado. No sé qué le está pasando.
EliminarAgradecerte tu tiempo y tus palabras.
Besos
Una vergüenza, que todavía las mujeres se vean privadas de salir a la hora que les de la gana, y de vestir como les apetezca, porque si no van de forma recatada, de inmediato se les acusa, de ir provocando. Leyes y mano más dura contra este tipo de acosadores y violadores, es lo que hace falta.
ResponderEliminarSe nota que lo has hecho adrede, porque has puesto muy bien el dedo en la llaga, con los comentarios de taxista. Miedo me da de este tipo de personas, que piensan así.
Muy interesante relato.
Un beso.
Hola Manuel tú lo has dicho una vergüenza y sigue pasando. Para mi lo más indigno es que se acabe culpando a las víctimas cuando el problema es de los indeseables que hacen este tipo de conductas.
EliminarCiertamente creo que es necesario seguir educando a nuestros niños y a toda la sociedad en el respeto por la mujer, en la igualdad de ambos sexos y también es necesario como dices que haya leyes que no toleren ni una sola de estas conductas y que nunca se culpe a las víctimas.
Sí, el taxista era de los buenos y soltaba esas perlas que se siguen escuchando en nuestra sociedad.
Me alegra que te haya parecido interesante, gracias por tu tiempo.
Feliz semana, un beso enorme.
ahora te sigo,por acá, espero no molestar,eso y mas aprendí con los años!
ResponderEliminarlidia-la escriba-ya sabes la dirección de mi blog,comparto en G+, Y NO NADIE ALLÍ ME SIGUE! ,tal cual ejerciendo la libertad de hacerlo, o no!
un abrazo de letras
lidia-la escriba/
Gracias Lidia me alegra que te hayas animado a quedarte en este rinconcito de letras. Siéntete muy bienvenida.
EliminarUn abrazo y feliz semana
Caray, qué bien has transmitido el pavor de la pobre Claudia ante esa situación de acoso, un hecho tan dramático como indignante.
ResponderEliminarSoy padre de dos niñas, por tanto es una situación que me preocupa.
Parece que ser mujer ha sido “una profesión de riesgo” (si me permites la expresión), desde el principio de los tiempos. Imagínate como sería la realidad de tantas mujeres hace doscientos años, cuando ellas ni siquiera podían soñar con algunas de las conquistas que ha conseguido la mujer actual, aunque aún quede un largo trecho, pero estremece pensar en el pasado de tantas mujeres.
Yo soy, igual que tú, de los que tienen fe en la educación social para ir ganando terreno a las conductas denigrantes y acosadoras, es un trabajo arduo y difícil, pues es un problema complejo, enraizado en nuestro pasado remoto.
Sé que hacer pedagogía no garantiza resultados a corto plazo, pero llegar, llegan. Si no fuera así, desde la educación en la igualdad, aún existiría el derecho de pernada, no se habría producido el sufragio femenino ni las mujeres tendrían acceso a la Universidad, por citar algunos ejemplos, son logros que no llegan de un día para otro, pero llegan.
Está claro que no existe la eficacia absoluta, pero eso es inherente a nuestra condición humana.
Gracias, querida Conxita, por hacernos pensar y ejercitar la empatía (algo imprescindible), y además con un excelente relato.
Abrazos!!
Hola Paco sí, soy una defensora a ultranza de la educación pero como bien dices es un proceso lento, que requiere de constancia y medios y esos con frecuencia van a otros asuntos más rentables.
EliminarHemos avanzado mucho como bien reflejas y ha sido gracias a la constancia y el buen hacer de mujeres y hombres y hemos de seguir avanzando.
Aunque a veces veo con preocupación como conductas que creía superadas se siguen dando en los más jóvenes. Sin ser una especialista creo que se tiene que insistir mucho en esas franjas de edad, quizás de forma prioritaria aunque sin olvidar al resto de población con campañas constantes de información, de sensibilización, de debate y que cada vez hombres y mujeres tengan más claro que somos iguales y que no es no.
Me preocupa cuando veo a niñas aceptar con tranquilidad que el noviete de turno les controle el móvil o les diga con quién pueden hablar o no. Me disgusta ver a adultos aceptar con tranquilidad ser casi siameses con sus respectivas parejas, controlados a todas horas en nombre del amor, como si los celos fueran un gran acto de estima. Me indigna cuando se justifica que una mujer sea agredida porque iba sola o llevaba una minifalda. Me angustia pasar miedo por ir sola de noche. Me enfada muchísimo estar en una conferencia y que presenten a la guapa doctora cuando al guapo doctor no lo han presentado así, es indignante pero confío en que entre todos seremos capaces de cambiarlo.
Muchas gracias a ti por tu tiempo y por tus palabras siempre acertadas.
Un abrazo
Realmente una historia apasionante. Has ido graduando el "tempo" del relato y en ningún momento has permitido que el suspenso decline. La angustia interior de la protagonista hace permanente contrapunto con la agitación y la huida. Me gustó que no le agregaras tragedia al cuento, su dramatismo no lo necesitaba. Y ese tacón roto del final es un simbólo digamos, alegórico, de "lo femenino" que campea en el relato. Creo que tienes una sencilla (y difícil) maestría para atrapar la atención del lector hasta el punto final del texto. Me gusto mucho. Un beso. Pasa bellos días.
ResponderEliminarMuchas gracias Nestor.
EliminarQuería mostrar esa angustia y miedo, por la persecución y por los propios pensamientos que ella está teniendo. Con frecuencia nuestros propios mensajes son muy dañinos y mi protagonista se está culpando de una situación que no es culpa suya. Eso es lo que tenemos que superar, a cada cual su responsabilidad.
Y sí, esos tacones son un símbolo, en algunos casos incluso un tanto fetiche de esa feminidad para algunos aunque no me gustaría que se malinterpretara, porque tan femenino es llevar tacones como no llevarlo, la feminidad no está en nuestros ornamentos externos sino en cómo nos sentimos y lo importante antes de nada, es sentirse bien con uno mismo.
Muchísimas gracias por tus bonitas palabras, gracias de corazón.
Besos y que tengas un gran día de verano para vosotros aunque ya he escuchado que está siendo un verano muy caluroso, un poco demasiado cálido, cosas del cambio climático ya que nuestro invierno es de lo más raro, tan pronto hace frío como calor.
Sí, Conxita, creo que el sentimiento que domina al relato es la angustia y es con esta herramienta que logras expresar en plenitud el tema del texto que es la violencia de género. Como tú dices hace falta mucho para que las mujeres alcancen similar status al de los hombres. Arrastran el peso de una desigualdad que se mide en siglos. Las estadísticas por femicidios son alarmantes simplemente porque antes no se tenían en cuenta. Pero las mujeres avanzan, Conxita, aunque es necesario que persistan para seguir conquistando derechos, con la ayuda de los hombres que, como yo, apoyamos sus luchas.
ResponderEliminarUn relato en el cual la intensidad tensa el argumento, en una justa medida, hasta el punto adecuado para que el lector se introduzca en la vivencia del personaje. Muy bien narrado por cierto. Un beso.
Ariel
Cierto Ariella suma de la persistencia de las mujeres y de los hombres hará que sigamos avanzando, cada vez sois más los hombres que defendéis como nosotras nuestra igualdad, hombres y mujeres iguales aunque seamos distintos.
EliminarAprovechando que el 25 de Enero (gracias Mrs.Sofia por el recordatorio) se cumplía el 136 nacimiento de Virgina Woolf desde que ella se atrevió a reivindicar esa habitación propia, ese espacio para pensar, para tener nuestra voz, para ser críticas, para expresar nuestras opiniones, para discrepar...las mujeres hemos avanzado mucho pero aún sigue habiendo mucho por hacer.
Me alegra que te haya gustado.
Un beso y feliz fin de semana
Hola contxita,
ResponderEliminarYo de más joven me he visto en situaciones parecidas. Ser mujer y vestir bien o enseñando o insinuando algo con tus atuendos es signo de golfa o guarra. Por si no quedara claro, algunos se creen con el derecho de despotricar cosas que creen bonitas. El no saber cuando parar es el pan de cada noche para las adolescentes. Parece, y claro que se ve, que una no puede hacer y deshacer cuanto se le antoje. En algunos casos, creo que tuve suerte. Quizás la inocencia de creer que no te va a pasar nada. Pero es peor si es el taxista el que te acosa. Bueno, tantas cosas pueden pasar... Me imagino diferentes situaciones y no sé yo creo que si un hombre se sintiera acosado de esta manera quizás se lo pensaria dos veces. (Y hasta tres)
Lo siento, pero este tipo de situaciones me indignan mucho. Es señal que el relato, ha cumplido su cometido, impactar, reflexionar. Buen trabajo. He estado con problemas con mi linea pero ya vuelvo a leerte. Besos guapa!!
Hola Keren por desgracia y tal y como otras muchas compañeras han comentado son demasiado habituales estas malas experiencias. Creo que no se trata ni de ser joven, ni de cómo vas vestida ni siquiera de la hora sino simplemente porque se es mujer y eso parece que deja abierta la temporada de caza a algunos energúmenos. Y lo digo desde la más absoluta indignación porque es un tema que a mi también me indigna.
EliminarMi protagonista tiene suerte y su persecución se queda solo en el susto y después en el sermón del taxista pero podría haber sido peor y haberse encontrado con otro depredador como por desgracia ha pasado en la realidad.
Ciertamente el miedo, la angustia, la frustración, la rabia y también el alivio porque al final solo se ha quedado en susto y estás en casa, todo eso es difícil de olvidar y si, si esos lo sufrieran en sus carnes supongo que se lo pensarían muy mucho pero por desgracia no es así.
En este caso, y si me perdonas, me alegra que te haya indignado el relato.
Por cierto, yo también estoy teniendo muchos problemas con blogger y con los comentarios, me cuesta mucho poder dejar comentarios en otros blogs. No sé qué pasa.
Besos y feliz finde y gracias por quedarte en Enredando con las letras
Magnífico relato, Conxita. Has logrado mantenerme alerta como si fuera la protagonista, he sentido su respiración muy cerca, su miedo, su angustia, su impotencia...
ResponderEliminarTe felicito por ello.
Has tocado un tema viejo y nuevo de nuestra sociedad que parece que unas veces avanza y otras retrocede. Al ser algo cultural, es muy difícil de erradicar, porque las nuevas generaciones van tomando esos mismos roles de conducta desde la más tierna infancia. Me asombra que chicos muy jóvenes tengan estas actidudes machistas.
Un fuerte abrazo.
Tienes razón Maripaz es un tema viejo, que no se acaba nunca y que cuando parece que estamos avanzando, vuelve.
EliminarComo bien dices nuestra sociedad aún tiene demasiados tics machistas y cambiar eso cuesta mucho.
A mi también me preocupan esos chicos tan jóvenes, ellos y ellas, con actitudes muy machistas, muy retrógradas y me preocupa cuando se asocian los celos y el control con el amor, eso nunca es amor, si quieres a una persona ni la dañas ni la controlas. Es equivocado creer que los celos son una muestra de estima, nunca lo son.
Soy una defensora de la educación, insistir, insistir e insistir y tolerancia cero hacía este tipo de conductas.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo y que tengas un gran fin de semana.
Enhorabuena Conxita, has conseguido la tensión, el miedo y la angustia que muchas de nosotras hemos sentido alguna vez. En un relato corto das todas las claves de la vulnerabilidad en la que nos hemos acostumbrado a vivir las mujeres. La palabra "Caza" la has utilizado a la perfección.
ResponderEliminarToda la educación hacia las mujeres ha sido siempre enfocada para no llamar la atención, para no ponerse en peligro, para protegerse... y si te pasa algo.. será porque algo no has hecho bien. Un mundo salvaje y desigual. Y dando gracias que vivimos en el primer mundo, no quiero ni imaginar en el tercer mundo.
Te felicito Conxita, un tema para que reflexionemos.
Un gran abrazo amiga.
Hola Xus como comentaba antes con Keren muchas de las que estamos aquí hemos sentido alguna vez ese miedo y esa angustia y sí, la palabra es vulnerables, te sientes así, muy vulnerable y es del todo injusto. Cuando en esta pequeña muestra de las personas que os habéis acercado hasta aquí es así, es que estamos delante de un problema por desgracia muy generalizado.
EliminarA las mujeres se nos educa en protegernos como muy bien dices, porque en esto parecemos no evolucionar y de hecho, más de una vez quisiéramos tener el poder de la invisibilidad para evitar problemas.
Hemos avanzado mucho pero hay aspectos en los que parece que lo hacemos menos, como en la vulnerabilidad frente a esos depredadores que siguen pensando que las mujeres están para satisfacer todos sus instintos. Supongo que a estos con la educación sola ya no se está a tiempo y son necesarias leyes mucho más estrictas para evitar que dañen a nadie más.
Gracias por tus palabras.
Un beso enorme y muy feliz fin de semana.
Es terrible que a todas nos ha pasado lo mismo, o incluso peor, y nos ha calado tan hondo el mensaje de que la culpa es de la mujer por su ropa o por su actitud que hasta nosotras mismas nos lo hemos creído y, siendo víctimas, nos sentimos culpables.
ResponderEliminarLos hombres no tienen miedo de ir solos por la calle a según qué horas, ni se plantean si su ropa puede "incitar". Desde siempre culpando a las mujeres de la mente sucia de algunos hombres.
Aún hoy en día hay gente que piensa que la violencia de género no existe como tal porque también hay hombres maltratados, no comprenden que a la mujer se la maltrata y se la trata como objeto sexual al servicio del hombre por el simple hecho de ser mujer. Por esto yo creo que sí hay mucho camino por recorrer todavía, lo demuestras muy bien en tu relato, hasta el taxista (que me ha parecido también peligroso) la ha culpado a ella. Recientemente he leído que al ritmo actual aún tardaremos 200 años en alcanzar la igualdad en el "primer mundo", pero yo añadiría que si no vamos hacia atrás, porque demasiadas veces hemos retrocedido... Mientras siga habiendo gente que justifique de algún modo estos comportamientos y culpe a una mujer por su modo de vestir o por la "imprudencia" de salir sola de noche, poco va a cambiar la cosa.
P.D. Y no nos dejemos atrás al "amigo" que no aceptaba un no por respuesta y por el que tuvo que marcharse antes de la discoteca, que ese es otro tema peliagudo...
Hola MJ demasiadas veces sigue pasando y sí lo peor es que las propias víctimas acaban pensando que ha sido por su culpa, por algo que han hecho y la única razón es por ser mujer. Es indignante que se sigan escuchando opiniones como las del taxista de mi relato, pero en la realidad también se escuchan en tribunales, en tertulias televisivas... Es muy indigno, por desgracia el caso de los San Fermines sigue muy reciente con toda la inmundicia y las barbaridades que se hicieron y dijeron.
ResponderEliminarHace unos días se recordaba el nacimiento de una gran escritora, defensora de la mujer y de nuestros derechos, se ha avanzado mucho desde que ella reclamó esa habitación propia para las mujeres pero por desgracia, todavía queda mucho camino por hacer.
Como se ha comentado, educar a nuestros niños para que cada vez seamos más iguales y que casos como el del relato solo se quden en la ficción. Educar, sensibilizar, informar y no tolerar ningún comportamiento de este tipo.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo y feliz finde
Un texto inquietante Conxita... Demasiado recientes algunos sucesos!
ResponderEliminarNo entro a valorar la situación. Doy por sentadas las múltiples opiniones de todo el mundo.
Fuerte abrazo.
Es inquietante Ernesto, que siga pasando y esos sucesos que todos tenemos en la memoria.
EliminarEl relato nace del miedo y de la impotencia que cualquier mujer puede sentir de noche o paseando por lugares solitarios sean de día o de noche, habla de la frustración, de la rabia y del terror y de esos mensajes de ir con cuidado, no exponerse, volver acompañada..., pasan los años y sigue pasando. Por ser mujer. Es injusto.
Como se ha dicho hemos avanzado, son muchos los hombres que nos ven como iguales y no tienen miedo, pero aún queda mucho camino por hacer y todos tenemos nuestra responsabilidad en ese hacer camino.
Un abrazo
Buen relato.....y siguen pasando cosas así.....y seguirán creo yo......Saludos
ResponderEliminarPor desgracia Sandra siguen pasando y ojalá solo se quedara en la ficción.
EliminarMe alegra que te haya gustado y siéntete muy bienvenida a este rincón de letras.
Saludos
Mientras te leia trate de imaginarme la situación. La gente aqui anda en auto Y de noche no se camina por lo tanto mi imaginacion volo hacia vos
ResponderEliminarun abrazo querida
Recomenzar Ciudades distintas, costumbres diferentes. Aunque ese miedo no está restringido e caminar sola por la calle, es inherente a esa vulnerabilidad que parece tenemos las mujeres solo por ser mujeres cuando nos encontramos con algunos energúmenos.
EliminarOjalá solo fuera un relato, pero por desgracia y como aquí se ha mostrado en los comentarios, demasiadas veces las mujeres hemos sentido ese miedo. Ojalá no fuera así.
Gracias por tu empatía.
Un abrazo
Fijate soy mujer y no tengo ese miedo por lo tanto decir a nosotras las mujeres es demasiado abierto
ResponderEliminarA ciertas mujeres les pasa....no a todos
Sonrisas desde un lugar del planeta
Buena matización Recomenzar y por fortuna, no pasa a todas las mujeres porque sería terrible, pero sí, sigue pasando y acostumbra a pasar más en mujeres que en hombres. Es cierto que decir todas es una generalización y que aunque somos muchas (demasiadas) las que lo hemos sentido también hay otras muchas mujeres como tú que no lo habéis sentido. Y ojalá ninguna lo tuviéramos y pudiéramos ir solas por cualquier lugar y a cualquier hora sin tener miedo de nada.
EliminarSaludos
Creo que has citado en una sola escena todas las barbaridades que se escuchan sobre una mujer sola a altas horas de la madrugada, tu denuncia es necesaria, Conxita, pero también que recapacitemos sobre lo que tu protagonista llega a decir sobre sí misma. ¿Por ser rubia y guapa no puede llevar un vestido ceñido y escotado si no es escoltada por alguien? Es muy fuerte que a estas alturas sigamos padeciendo semejante acoso, como bien ejemplificas con este texto. Te felicito por ello, y ojalá este tipo de situaciones no se produjeran. Fíjate que por un momento llegué a creer que el taxista igual también se intentaba aprovechar de la pobre chica... En fin, de vergüenza ajena todos y cada uno de los estereotipos que tan bien describes. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarHola Eva es que lo peor es que las víctimas llegan a sentirse culpables y por desgracia viendo los últimos sucesos que han citado algunos compañeros es así, por desgracia los terribles sucesos de los San Fermines acababan buscando culpabilizar a la víctima por hacer una vida normal, por salir con sus amigas, divertirse.... ¿Impresionante no? O esos jueces que dictan sentencias donde se pone por escrito que la víctima iba con minifalda y provocando u otras barbaridades parecidas.
EliminarNadie debería ni tener miedo ni sentirse culpable ni merecedora de nada malo, por ir como quiera ir vestida por la calle, a la hora que sea y sola o acompañada, pero los comentarios del taxista son los que aún algunos siguen diciendo. Y por desgracia, también salió en la prensa el caso de un taxista que abusaba de sus pasajeras.
Gracias por pasarte y por tus comentarios.
Un abrazo
El acoso existe
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.
y es terrible.
Yo no hablo de eso.....
Hablo de los miedos que no todas las mujeres tenemos
Por supuesto que lo otro existe
es el tema de esta nacion donde vivo
El acoso a las mujeres
Hasta pronto y gracias por tu comentario en mi blog
Gracias Recomenzar lo dejaste muy claro en tu comentario. Y tal como te comentaba un poquito más arriba, es cierto que decir todas es una generalización y no es adecuado porque afortunadamente no pasa a todas las mujeres y no todas las mujeres tienen miedo.
EliminarOjalá, insisto, ninguna tuviera que tener miedo sería fantástico, ¿no crees?Y ojalá no se acosara a nadie por ser mujer, por ser hombre o por ser distinto.
Gracias a ti por tu comentario.
¡Enhorabuena Conxita! Lo has clavado en todos los aspectos y por desgracia muy actual. Aun me late el corazón. ¡Si te contara lo de un taxista impresentable! Un besazo.
ResponderEliminarHola Mara demasiado actual es así y ojalá no lo fuera.
EliminarSí, corre mucho especímen impresentable, siento que tuvieras que encontrarte con uno de ellos. ¡Qué rabia e impotencia!
Besos y feliz fin de semana
emotivo relato lleno de aventura y sensaciones a traves de la mujer su protagonista Conxita , te invito a leer min mnuevo post de horas rotas y espero sea de tu agrado. jr.
ResponderEliminarHola Jose Ramon bienvenido a este espacio y muchas gracias por tu comentario.
EliminarPor supuesto me acercaré a leer tu post de horas rotas.
Un saludo
Inquietante relato Conxita,... estremece pensar la cantiedad de descerebrados que andas sueltos por el mundo,... solos y cuando se juntan. Estupenda entrada!
ResponderEliminarEs así como dices, inquietante Norte, que algo tan normal y cotidiano se pueda convertir en un mal rato o peor en una pesadilla por culpa de energúmenos que deciden ir de caza. Terrible y lo peor es que sigue pasando.
EliminarGracias por tus palabras.
Besos
¡Que coraje me da Conxita! Así que resulta que la culpa es de la chica… por ir sola, por ser guapa, por ponerse falda corta y tacones… solo le faltaba ponerse un letrero en el culo dando permiso para que la violen. ¡No te jode!
ResponderEliminarEs una triste realidad que estas cosas ocurren, muchas no pueden contarlo. Tú lo has contado muy bien compañera, tanto que estoy llena de rabia por dentro, de verdad.
Hola Isabel sí encima la culpa es de la mujer, es así de torticero el tema. Demasiadas veces se han justificado agresiones en base a esas excusas cuando en realidad los únicos culpables son los que agreden. Nunca las víctimas. No importa si se es guapa o fea, si se va con faldas o pantalones, el problema es que algunos cafres se creen que las mujeres están para usarlas cuando quieran y como quieran. Y sí, por desgracia algunas no pueden contarlo.
EliminarEn este caso la rabia y la indignación me halagan, ojalá solo se quedara en la ficción.
Besos
Muy bien logrado el relato. Sentí que me estaban persiguiendo a mi. Demás está decir que estaba tan erizada que hasta pensé que el taxista se traía una sorpresa desagradable. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Mirna.
EliminarAfortunadamente el taxista solo se quedó en el sermón y culpabilizarla a ella, algo que aún mucha gente hace, es muy indignante.
Un abrazo y que tengas una feliz semana
Un excelente relato, Conxita. Me he sentido angustiada, incluso se me aceleró el corazón.
ResponderEliminarEl caso es que hay que ser muy prudentes dados los tiempos que corren.
¡Estupenda entrada!
Besos :)
Muchas gracias Carmen, en este caso me halaga haberte acelerado el corazón.
EliminarNo sé parece que pasa el tiempo y hay cosas que no evolucionan bastante rápido.
Gracias por tu visita.
Un beso y feliz (fría) semana
Hola Conxita, acabo de descubrir tu blog y me encanta. Este relato es el primero que he leído y me he decidido a escribirte porque se me han puesto los pelos de punta, has conseguido que el miedo que siente la chica lo sienta yo también. Muy bien llevado el relato hasta el final.
ResponderEliminarLamentablemente en esta sociedad que vivimos nadie está a salvo y las mujeres mucho menos, no hay escusas ni justificaciones posibles para atosigar a una mujer, acosarla ni violarla, es una lacra que se debe erradicar de raíz. La forma? mucha educación desde pequeños y leyes mucho más duras para el que cometa tales delitos. Ojalá todo cambie pronto a mejor.
Por otro lado quiero decirte que yo también tengo un blog donde escribo relatos, igual que tú, me gustaría que me visitaras y si te gusta, te animes a seguirme y te animaras a comentar mis historias. Estaría encantada de que lo hicieras. Yo por mi parte ya te empiezo a seguir y me suscribo ahora mismo.
Un abrazo. Espero que pronto comencemos a leernos. Aquí abajo tienes en enlace a mi blog.
https://elcasardelosrelatos.blogspot.com.es/
Hola Conchi bienvenida a Enredando con las letras, me alegra mucho que te haya gustado y que te animes a quedarte por aquí compartiendo comentarios con todas las personas que me acompañan. Como puedes ver me gusta mucho saber las opiniones de las personas que me dedicáis un ratito de vuestro tiempo, y me encanta intercambiar comentarios, saber qué os parece, es muy enriquecedor y aprendo mucho. Gracias y por supuesto me pasaré a visitarte.
EliminarRespecto al relato, por desgracia sigue pasando demasiadas veces. Nadie está a salvo como bien dices y las mujeres por partida doble. No hay ninguna justificación ni ninguna excusa y mucho menos hacer sentir culpables a las víctimas.
La educación es fundamental, seguir insistiendo, no dejar pasar ni una conducta de este tipo y sí, como dices probablemente leyes más duras. Se van haciendo pasitos pero todavía estamos lejos.
Precisamente esta semana escuchaba en las noticias que los autobuses buhos en Bilbao establecerán paradas intermedias en el servicio nocturno para prevenir y evitar las agresiones machistas. Son medidas que pueden ayudar.
Un saludo y hasta pronto.
Hola de nuevo, he intentado acceder a tu blog desde el enlace que me pones y me dice que hay un error en la página, mañana vuelvo a probar.
EliminarSaludos