—¿Cuánto tiempo es para siempre?
—A veces, solo un segundo.
Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas.
Tenía que dejar a la pequeña en casa de su madre antes de las cinco que era
cuando iban a acercarse hasta la plaza. Estaban tan emocionadas y ella también
lo estaba. Le gustaba ver a su madre ilusionada, con ganas y compartiendo esos
momentos con su hija. Era bueno verlas así, que la pequeña acumulara recuerdos.
Su hija supo desde el primer momento el libro que iba a regalar y su
dedicatoria le hizo estremecer de amor:
Este es mi libro preferido. Mamá me lo leía cada noche y me lo sé de memoria. Mi abuelita se lo leía a ella y yo también lo haré cuando tenga hijos. Habla de una niña que se llama como yo y como mi mamá y que hace un viaje por un mundo fantástico. Me gustaría ser como el sombrerero para dedicarle a mi abuela su fiesta del No cumpleaños y que ella viviera siempre a las seis de la tarde con su té preferido.