—Todo vale, consíguelo.
Martín salió con esa consigna mientras cabreado se repetía no quiero verme condicionado por mi entorno,
quiero que mi entorno se vea condicionado por mí, ¡como si eso fuera tan
fácil! Se le acababa el tiempo y, las ideas, si acaso las hubiera tenido,
también. Llevaban días y días embarrancados en esa negociación en la que todos
intentaban sacar tajada y ninguno cedía, aunque Martín había empezado a dudar
sobre qué pastel era el que se repartían.