Llevaba días
escuchando aquel ruido en cualquier lugar, casi formaba parte de su cabeza. No
conseguía explicarse por qué se le erizaba el vello y aunque se tapara los
oídos, no desaparecía ni averiguaba el origen.
No le daba tregua.
No le daba tregua.
Criic-cric-c-cri-cr-criiiiic
Recordaba uñas
rasgando una pizarra, le producía escalofríos, todo lo molestaba y aquel ruido lo estaba
volviendo loco.
Criic-cric-c-cri-cr-criiiiic
Había
inspeccionado a fondo cada una de las habitaciones del pequeño apartamento en
el que vivía, regalado a su vecina, las pocas plantas que apenas malvivían en su casa, revisado paredes, puertas, armarios… Y no había encontrado nada.
Criic-cric-c-cri-cr-criiiiic
Y con su
historial médico no se atrevía a hablarlo con nadie. Su última visita al
cabecera lo había escarmentado. El tipo lo había mirado con cara de pocos
amigos y le había preguntado si había vuelto a beber o si tomaba algún
psicotrópico, se había cabreado tanto que salió dando un portazo de la
consulta.
Y allí estaba de
nuevo en casa oyendo aquel zumbido. Volvió a inspeccionar una vez más toda la casa,
deteniéndose en la ventana que daba a la calle y allí en el vidrio ahora había
un insecto, una especie de saltamontes gigante que lo miraba fijamente mientras
raspaba las alas y las patas delanteras sobre el cristal.
Criic-cric-c-cri-cr-criiiiic
Julio sintió
dentera mientras apretaba los puños buscando la manera de abrir a la vez la ventana y
reventar a ese maldito bicho. El ruido iba subiendo de
intensidad y se parecía al que hacía el viento, sordo y ronco. Miró al animal,
no podía ser que un solo animal lo causara o tenía una plaga en casa. El bicho
no se inmutaba ante su cercanía es más lo miraba fijamente. Las piernas le
flojearon mientras seguía hipnotizado por cada movimiento del insecto.
Agudizó el oído, no era un ruido al azar. De repente ya no lo molestaba, se pegó al vidrio y el insecto siguió con el golpeteo rítmico de sus patas.
Agudizó el oído, no era un ruido al azar. De repente ya no lo molestaba, se pegó al vidrio y el insecto siguió con el golpeteo rítmico de sus patas.
Criic-Cinco- cric-cuatro-
c-uno- cri-tres-cr-dos-criiiiic- ocho y volvía a empezar.
¿Era eso posible? Julio se te ha ido la pinza.
Cinco- cuatro-
uno- tres- dos- ocho y volvía.
Examinaba al
animal: su abdomen, sus patas, sus alas y esos ojos prominentes que le daban
escalofríos. Era más grande que un saltamontes normal, de hecho estaba casi
seguro que no lo era, ¿una chicharra? Recordó que esos bichos podían vivir
dormidos años bajo tierra alimentándose de savia y que de repente, aparecían plagas
de millones de cigarras en masa apareándose en un ritual que duraba de cuatro a
seis semanas. Espeluznante. Se estremeció.
Pero eso que estaba allí… ¿Qué era? Qué asco, era
un engendro.
El teléfono
empezó a sonar aumentando de sonido. Colgaron. Volvió la cadencia: cinco-
cuatro- uno- tres- dos- ocho.
—¡¡¡Puto bicho, deja de joderme!!!
De nuevo el
timbre del teléfono, el insecto mirándolo inmutable y él sin poder
espachurrarlo. Con esfuerzo se alejó a coger el móvil...
—Todos vais a ser
nuestros.
El móvil se reventó
contra el suelo y al levantar la mirada el animal ya no estaba.
Ese día no hubo
más ruidos.
A la mañana siguiente
se acercó a una tienda de telefonía. Le sorprendió fijarse en
la gente, no había ruidos, apenas circulaban coches y las pocas personas con
las que se cruzaba solo miraban sus teléfonos, sonreían, hablaban, escuchaban a
sus pantallas, lo normal.
Su móvil no tenía
arreglo, era demasiado viejo y él necesitaba un aparato de última generación
esa fue la conclusión del amable empleado mientras le mostraba una variedad de
smartphones con precios de risa. El hombre no contestó a ninguna de sus
preguntas solo le hablaba de cualidades, prestaciones y necesidades que él no
sentía pero que parecían imprescindibles en su vida. Necesitaba salir de allí,
no se dejó retener aunque sí le prometió que volvería.
Se acercó hasta la biblioteca. Allí, los pocos que habían contemplaban alelados
sus móviles mientras los libros seguían en los estantes o abiertos sobre las
mesas sin ser leídos. Se acercó a los ordenadores, buscaba información sobre
formas de comunicación animal, no encontró nada. Al desviar la vista de la
pantalla se fijó en lo que había escrito, toda la cuartilla estaba llena de
esas cinco palabras. Sintió un escalofrío.
T-o-d-o-s, cinco letras. V-a-i-s, cuatro letras.
A, una letra. S-e-r, tres letras. N-u-e-s-t-r-o-s ¡¡¡8 letras!!!
Abandonó corriendo
la biblioteca sin que nadie le llamara la atención. En la calle el silencio era
ensordecedor. Caminaba a toda prisa mirando
a su alrededor. Una mujer le pasó muy cerca mirando el móvil mientras un niño a
su lado se desgañitaba pidiendo atención.
Julio buscó con la mirada a otros niños pero los que veía cerca tenían la misma expresión congelada de la madre. Se apresuró hasta un parque cercano lleno de mamás, algún papá… todos callados, los niños de corta edad correteaban arriba y abajo, reían, chillaban, se empujaban, y tan solo algún que otro anciano estaba pendiente de ellos.
Julio buscó con la mirada a otros niños pero los que veía cerca tenían la misma expresión congelada de la madre. Se apresuró hasta un parque cercano lleno de mamás, algún papá… todos callados, los niños de corta edad correteaban arriba y abajo, reían, chillaban, se empujaban, y tan solo algún que otro anciano estaba pendiente de ellos.
¿Y él? ¿Qué pasaba con él?
Tenía ganas de
beber, apartó ese pensamiento mientras recordaba al hombre de la tienda de
telefonía.
—Necesita un
teléfono inteligente.
—Yo solo quiero que
sirva para llamar.
—Son el futuro
señor. Necesita un smartphone, sin ellos estamos perdidos.
Julio lo había
mirado y sus ojos vacíos le recordaron a los del saltamontes. Había conseguido
escapar, después la biblioteca y el parque. Tenía miedo.
No entendía qué pasaba
ni quiénes eran, no tardarían en seguirlos
aquellas criaturas y los ancianos que aún resistían.
No había futuro,
el mundo era de ellos.
Volvió cabizbajo
a casa y en la ventana volvía a estar la langosta que lo miraba burlón.
Criic-cric-c-cri-cr-criiiiic
Pd. Me gustaría compartir un corto Error 0036 de Raúl Fernández Rincón que recrea el año 2057 y a un tipo llamado Jorge Arellano que interpreta fantásticamente Paco León, atrapado por la tecnología. Me parece fantástico y muy acorde con el contenido de mi relato y por eso me animo a compartirlo con vosotros. Espero que os guste. Error 0036
Pd. Me gustaría compartir un corto Error 0036 de Raúl Fernández Rincón que recrea el año 2057 y a un tipo llamado Jorge Arellano que interpreta fantásticamente Paco León, atrapado por la tecnología. Me parece fantástico y muy acorde con el contenido de mi relato y por eso me animo a compartirlo con vosotros. Espero que os guste. Error 0036
Estupenda alegoría, Conxita, los nuevos teléfonos y sus aplicaciones nos tienen sorbido el seso.
ResponderEliminarNos hemos hecho totalmente dependientes de unas máquinas que a cambio dan más quebraderos de cabeza que ayuda.
Menos mal que todavía hay personas, como Julio, inmunes a la invasión que hace tiempo se está pergeñando.
Inquietante relato.
Un beso grande y pasa buen fin de semana.
Hola Kirke
EliminarNo sé si sorbido el seso pero desde luego lo que sí somos es muy dependientes de ellos. A mi me sorprende cada vez más cuando veo a grupos de personas (antes eran jóvenes y adolescentes) ahora cada vez hay gente de todas las edades, que están más pendientes de su móvil que de las personas con las que están, es algo que no entiendo.
La tecnología es súper útil, nos facilitan la vida pero no pueden o (para mi) no deberían sustituir a las conversaciones, a las risas, a pasar un buen rato alejado de ellas.
A veces no sé si somos del todo conscientes de esa invasión, como mínimo de nuestra privacidad, de todo lo que sin saberlo las redes saben sobre nosotros y mucho gracias a esos aparatitos que consultamos a todas horas y que nos geolocalizan, rastrean, investigan, saben nuestras preferencias, gustos...de todo.
Muchas gracias por tus palabras Paloma.
Un beso y tú también pasa un buen fin de semana ya muy tranquila, con los deberes hechos.
Como siempre un placer leerte
ResponderEliminarBesos
Gracias Marijose.
EliminarEl placer también es mio al tenerte en el blog y saber que te ha gustado este relato un poco de ciencia ficción que me ha salido.
Un beso y feliz sábado
hola! me habia quedado con la idea de los grillos, y no caia en la cuenta de la verdad, que impactante! fabulosamente realizado, mil gracias, por un momento me descolocaste y es muy bueno a veces! saludosbuhos.
ResponderEliminarHola Buho Evanescente
EliminarEs difícil descolocar a unos buhos tan leídos pero me alegra que te haya gustado el relato.
Como todo en esta vida se trata de no llevarlo a los extremos, la tecnología nos ayuda, mucho pero nunca puede sustituir y a veces nos dejamos llevar por lo virtual y nos olvidamos de lo real.
Un saludo buhos
Hola, el progreso del desprogreso...
ResponderEliminarGracias, pasa buena noche, besos risueños..
Cierto Don Vito.
EliminarLo dices de una forma muy acertada el progreso del desprogreso y es que la tecnología, el progreso nos ha de ayudar nunca perjudicarnos y a veces tanta comunicación nos hace estar mucho más solos.
Besos risueños también para ti.
Qué bueno. Me pasó un poco como a Búho, de mano me quedé con la idea de los grillos pero luego ya lo capté y me ha encantado. Es que el progreso tiene cosas buenas pero también nos vuelve un poco menos humanos...
ResponderEliminarBesos.
Hola Gema es que los grillos ya lo tienen, que con sus cantos nos van despistando...
EliminarEl progreso tiene muchas cosas buenas, muchísimas, el problema es cuando pensamos que lo virtual es mucho mejor, cuando nos olvidamos de conversar con un hijo para contestar a un comentario en el móvil, cuando para pasarlo bien tenemos que hacer una fotografía que se tiene que compartir inmediatamente, que necesitamos que nos digan quiénes están cerca de nosotros para ligar en lugar de charlar y conocer a aquellos que nos rodean,esos grupitos de personas que no charlan, pendientes de sus móviles, ¿para qué se reúnen? Esos que solo viven a través de lo que comparten, ... Da por pensar.
Un beso y feliz sábado
Un relato de ciencia-ficción muy imaginativo y terrorífico. Desde ahora miraré mi smartphone con otros ojos. ¡A ver si esta historia acabará haciéndose realidad! De hecho, todos estamos, en mayor o menos medida, alelados por una cosa u otra.
ResponderEliminarHas sabido mantener la tensión de principio a fin.
Un abrazo!
Jajaja Josep Mª espero que no se haga realidad, a mi los saltamontes no me gustan nada de nada.
EliminarPero lo cierto es que ya estamos invadidos, solo con pensar todo lo que saben de nosotros, de nuestros gustos, de nuestras fobias, de nuestra manera de pensar, de lo que compramos o compartimos a mi personalmente me da un poco de miedo.
No hace tanto se difundía todo lo que se espiaba a través de las smart tv o los móviles y lo cierto es que asusta un poco aunque no se tenga nada que esconder.
Y sí, ya se ve a muchos alelados que ya no saben vivir sin su móvil.
Me alegra haber mantenido la tensión con este relato un poco de ciencia ficción, gracias por decírmelo.
Un abrazo
Yo no soy tan pesimista. Pienso que las máquinas siempre serán controladas por el ser humano y no al revés, aunque a veces pueda parecer lo contrario. Otra cosa es que unos seres humanos puedan controlar a otros por medio de las máquinas, pero bueno eso es otra historia.
ResponderEliminarAparte de eso, tu relato es muy bueno y mantiene la tensión muy alta, como dice Josep Mª, de principio a fin. El escoger insectos, y más tipo saltamontes, ha sido una gran idea porque son bichos bastante siniestros con esos ojos que siempre miran muy fijo.
Me ha gustado mucho.
Un beso.
Hola Rosa espero que nunca las máquinas nos controlen jajaja, aunque a veces estamos tan enganchados a ellas que no acabas sabiendo quién controla a quién, es como esos perros que a veces ves en la calle y que no acabas sabiendo quién pasea a quién.
EliminarMe alegra haber sido capaz de mantener la tensión es este relato un tanto extraño que me salió, con esa mezcla de ciencia ficción o realidad futurible o presente, ya no lo sé.
Y sí, los saltamontes son un tanto siniestros, o al menos a mi me lo parecen con esos ojos saltones, fijos...buff dan un poco de escalofrío, ideales para el relato.
Gracias por decírmelo y por tu generosidad siempre compartiendo.
Un beso
Se te ponen un poco los pelos de punta leyendo ésto, pero también reconozco que me ha hecho muchísima gracia la paradoja ésa del "teléfono inteligente", que tan extendida está en nuestros días.
ResponderEliminarCreo que no le falta razón a tu relato. Yo, al menos, me siento "invadida" por el móvil, por eso le bajo el volumen de voz y solo lo consulto cuando realmente tengo tiempo o me apetece.
Besos, Conxita.
Cierta Sara ¡ay esos teléfonos inteligentes!
EliminarA mi se me ponen los pelos de punta cuando leo sobre todo lo que saben sobre nosotros gracias a los teléfonos móviles o a las smart tv, toda esa vigilancia masiva a la que parece que nos someten, como filtró Edward Snowden.
Hay una invasión del móvil ayudada por la desconsideración de mucha gente que se olvida que su teléfono o sus conversaciones pueden molestar a otros, estar consultando el móvil a todas horas o que nos acompañe a todas partes a mi me parece un agobio pero hay gente para todo.
Besos y feliz fin de semana
Apocalíptico.
ResponderEliminarPor cierto, ¿sabes que siempre te leo a través de mi "smartphone"?
¿Apocalíptico? jajaja
EliminarUn gusto verte por aquí Jose Mª y me alegro mucho que me leas siempre aunque sea con el smartphone.
Lo cierto es que no tengo nada en contra de ellos siempre que se usen y no se abuse de ellos, me parecen muy útiles pero me parece un error hacerse dependiente de ellos y cada vez hay más gente que está enganchada a sus móviles, no saben estar sin ellos. Se debe utilizar la tecnología y el progreso en nuestro favor nunca para hacernos esclavos de ella, pero claro son opiniones.
Un beso enorme y hasta prontito
Un relato genial, Conxita. Me has tenido intrigada todo el tiempo, temiendo sin saber exactamente a qué. La combinación de "bichos", lenguaje en clave, la dominación de las personas a través de los teléfonos, la angustia por no sucumbir del protagonista que empieza a darse cuenta... elementos todos bien mezclados que producen desasosiego y tensión. Me ha gustado mucho :))
ResponderEliminar¡Un beso de domingo!
Hola Julia
EliminarNo sucumbir parece algo muy pero que muy complicado como vemos cada día. La tecnología nos ayuda mucho pero también hace que uno se plantee si no nos estamos haciendo tan dependientes que no sabemos hacer nada sin ella. Es algo que pensaba mientras lo escribía y sobre todo cuando se mira a nuestro alrededor y se ve como tantas personas que se olvidan que la vida también es eso que pasa al margen de sus móviles.
Me alegra haber sido capaz de provocar esas sensaciones con mis letras, gracias por decírmelo.
Feliz domingo también para ti y una mejor semana.
Madre mía ¡Qué día! Precisamente, esta tarde he visto una película Cell protagonizada por Samuel L. Jackson y John Cusak basada en un relato de King. La película parte de un momento en el que todos los que están hablando por el móvil se vuelven más o menos zombies. Y ahora tu relato... Me parece que voy a seguir sin móvil durante una temporada.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, ese grillo un tanto extraño parece como una señal de que algo no va bien, la tecnología se está adueñando de nosotros y de una manera entregada. Cada vez porfiamos a ella más y más tareas, hasta que ese futuro que apunta tu relato pueda no ser tan lejano ni tan improbable como parece. Un abrazo!
Jajaja David no me extraña King es un maestro en meternos el miedo en el cuerpo.
EliminarAunque ¿A veces no has tenido la sensación de que hay mucho zombie agarrado a un móvil?
La tecnología a mi me parece algo magnifico, que nos facilita y mucho la vida pero cuando empieza a hacernos dependientes me hace pensar.
No hace mucho una amiga me comentó que en un desplazamiento tuvo un problema, sin móvil ni posibilidad de cargarlo y al llegar a un pueblecito ni siquiera podía llamar por teléfono porque no sabía los números, la necesidad primordial era cargar el teléfono para poder saber el número de la persona que la esperaba y avisarla, me hizo pensar en todo lo que olvidamos o no intentamos recordar porque ya lo tenemos en el móvil. Yo ahora por si acaso también los llevo anotados en un papel.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo y feliz domingo
Es muy difícil no ver a las personas con móviles o tablets en las manos. zoombies tecnológicos.
ResponderEliminarchatean y hablan en el coche, whasean cruzando los semáforos de tal manera que en algunos países están poniendo en el suelo las señales luminosas de los cruces.
Es una pena que como tú dices se pierden las conversaciones, los debates y las risas. los juegos, los abrazos y todo lo referente a la relación humana y directa.
Nos estamos volviendo auténticos desconocidos lo unos de los otros y por otro lado muy irascibles y violentos. La estupidez humana es infinita.
Estupenda alegoría a lo que está ocurriendo con nuestra bendición. yo me resisto a ser abducido.
Besos.
Hola Francisco
EliminarNo ser abducido es prácticamente imposible, porque realmente son muy útiles pero de ahí a estar a todas horas pendientes de ellos... Bueno, hay gustos para todos.
En una conferencia ya hace un tiempo, el ponente puso una diapositiva sobre las nuevas necesidades (basado en la famosa pirámide de necesidades de Maslow) y aparecía el cargador de batería y el wifi como nuevas necesidades que tenemos las personas, era francamente curioso y cierto.
Creo que como todo es cuestión de encontrar el equilibrio, usar las nuevas tecnologías y disfrutar de una conversación, de una charla o de unas risas con los amigos sin necesidad de estar whatsapeando con los que no están allí en ese momento.
Gracias por tus palabras, lo cierto es que sí permitimos que lo sepan todo sobre nosotros, igual si somos de ellos como se dice en el relato.
Un beso y feliz domingo
Hola Conxita, qué bueno por un momento pensaba que era un grillo de verdad y pensé a ella le ha pasado igual que a nosotros con las cucarachas,...jeje pero luego es cuando me di cuenta que es una alegoría de los móviles, ¡qué imaginación! por un lado es verdad que el móvil está presente demasiado en nuestras vidas, pero también que el uso tal vez no sea el más adecuado, tiene muchas ventajas tecnológicas y ha supuesto un gran avance social, todo depende de la relación que establezcas con él. Por otro lado, los grillos están desapareciendo, los pobres con la contaminación ambiental lo sufren; los machos (que son los que cantan para atraer a las hembras) tienen afectados sus sentidos (dejan de cantar con temperaturas por encima de 30º) con el cambio climático están ausentes. Bueno esto te lo cuento como curiosidad. Pero volviendo a la relación que estableces (que me ha resultado super-ingeniosa es que en verdad a la gente se la ha ido la "olla" con el uso del móvil, en el fondo estamos en una sociedad "con pocos grillos", y a veces el whatsapp se convierte en una caja de grillos mismamente no dejando de sonar (yo lo tengo en silencio sobre todo los grupos) es una locura diaria. Como me enrollo. Un abrazo!!!
ResponderEliminarEstoy contigo Eme que son muy útiles los móviles y las nuevas tecnologías es un placer que nos ayuden, que nos hagan más fácil la vida, el problema es si dejamos que nos la compliquen. Hay personas que viven para sus móviles y sus redes sociales, nada parece merecer la pena si no lo publican en sus redes sociales, las que sean. Y esos grupos de personas o incluso parejas cenando en la que cada cual está pendiente de su móvil, me parece francamente muy triste. ¿Para qué van? ¿Por qué no se hablan? Me sorprende.
EliminarMe ha parecido muy graciosa esa imdgen del whatsapp con una caja de grillos, es un horror todos esos ruidos de los grupos y la cacofonía de ruidos, ojalá fueran grillos. Al final como bien dices es la relación que cada uno de nosotros establecemos con la tecnología y a algunos sí, se les ha ido del todo la olla.
No sabía lo de los grillos, pero imagino que es lo que pasa con las mariposas que cada vez hay menos con tanta contaminación, pesticidas y otras sustancias que están afectando como dices lo del cambio climático, pero para algunos no parece que sea muy importante.
Para nada te enrollas, muchas gracias por tu opinión y por esas curiosidades que no sabía, gracias por compartirlas.
Un beso y feliz semana
Muchas veces me pregunto como nos apañábamos antes,... sinceramente creo que esto no tiene marcha atrás,... en todo caso no oponer resistencia no significa que no seamos conscientes. Como siempre me ha encantado tu entrada!
ResponderEliminarMuchas gracias Norte.
Eliminar¿Cómo nos las apañábamos? Parece imposible y nos íbamos sin teléfono y no se nos podía localizar y teníamos que mirar mapas de papel (que para mi eran un horror) y buscar la información en bibliotecas, librerías... mucho menos cómodo y fácil pero se podía hacer.
La tecnología nos facilita mucho la vida, el GPS es un invento magnífico para las que no llevamos muy bien la orientación jajaja y poder comunicarnos con personas que están lejos por whatsapp, por Skype no tiene precio y lo cierto es que tiene muchísimas cosas buenas pero no nos puede hacer esclavos de ellas y ahí es dónde muchos se equivocan y no saben vivir sin ellas, ni siquiera unos días.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso y feliz semana
Hola Conxita, yo soy un grillo muy loco y me defendí de la plaga de los móviles hasta hace aproximadamente dos años cuando Telefónica suprimió el 90 por ciento de las cabinas telefónicas de mi ciudad. Creo que fuí el último ser de mi entorno familiar y de mi circulo de amistades que sucumbió al mundo zombi telefónico. El mayor ejemplo de esta zombificación colectiva es entrar en vagón de Metro o de Cercanías, y ver un espectáculo que es sencillamente de ciencia ficción. Bueno y es tu excelente relato el que ha dado pie a esta reflexión personal. Un abrazo y ha sido un placer leerte.
ResponderEliminarJajaja Miguel es que es muy difícil luchar contra la tecnología y seguramente no tenemos que hacerlos porque es muy cómoda y nos hace la vida más fácil, pero sin olvidarnos que en la vida hay muchas otras cosas. Corre un chistecillo por la red que dice Twiter te hace pensar que eres sabio, Instagram que eres fotógrafo y facebook que tienes amigos, el despertar va a ser muy duro.
EliminarCierto ese ejemplo de zombificación como tú dices al entrar en un vagón y ver a casi todo el personal pendiente de su móvil, lo cierto es que asusta.
Gracias por compartir tus reflexiones, es un placer.
Feliz semana, un abrazo
Has llegado a agobiarme. Qué bien descrito, Conxita. Así estamos de agilipollados.
ResponderEliminarBesos.
Jajaja Macondo creo que agilipollados lo describe perfectamente.
EliminarEn este caso me alegra el agobio producido con el relato (no porque quiera agobiarte que no es mi intención) aunque seguro que las tecnologías inteligentes no te controlan ni agobian ni un poquito, lo importante es saber usarlas y que no nos controlen a nosotros.
Un beso y feliz semana
Estupendo relato Conxita que parece de terror y lo es, pero no en el sentido que creíamos al principio. Me ha parecido como si fuera un episodio de la serie Black Mirror, no sé si la conoces, pero mientras leía el relato me ha venido al instante. En esta serie, en todos sus capítulos, se hace una especie de crítica sobre lo que los avances tecnológicos (y otras cosas) nos pueden llegar a acarrear, es realmente desasosegante (pero espléndida). Es increíble pero el pensar que es inevitable vivir sin teléfonos móviles resulta inquietante, pero es que si no estás excluido, te quedas como solo. Es increíble.
ResponderEliminarTodo esto lo has reflejado perfectamente en el relato, ¡felicidades!
Un fuerte abrazo.
Hola Ziortza sí que he visto algún episodio de Black Mirror y tal y como dices produce mucho pero que mucho desasosiego por decirlo de forma suave. Todo aquello que nos acaba controlando, que se convierte en una necesidad y nos hace dependientes sean las nuevas tecnologías o sean las personas nunca es bueno, la dependencia como su nombre indica nos hace sufrir si eso de lo que se depende no está, y nunca se debería ser dependiente, sí libre para elegir aquello que queremos que nos ayude y facilite la vida no que nos haga dependientes.
EliminarMe has hecho pensar en esa exlusión que produce a los adolescentes no tener un móvil inteligente, quedan como fuera de lo que está pasando, están solos como muy bien dices y digo los adolescentes porque son los que parecen necesitar más el grupo pero lo cierto es que nos pasa a todos, es como estar aislado del mundo y eso produce mucha inquietud.
Muchas gracias por tus generosas palabras.
Un abrazo y feliz semana
Es cierto, Conxita. Creamos tecnología para hacernos más fácil la vida y acabamos siendo esclavos de ella, alienados para ser exactos. Muy buena la imagen de los grillos que nos ensordecen. Un beso y mis felicitaciones
ResponderEliminarHola Ana es como tú dices, lo que en principio nos tiene que facilitar la vida nos acaba haciendo dependientes de ella, acabamos esclavizados, sufriendo por si se acaba la batería del móvil, por si no tenemos wifi o cobertura... Bastante agobiante.
EliminarMe alegra que te guste la imagen de los grillos y ese ruido que está ahí a todas horas y que sí, como bien dices que nos acaba ensordeciendo, porque cuando no se quiere escuchar, no se oye.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso enorme y que tengas una gran semana.
Tu relato me recuerda a la otra plaga de "langostas" egipcias, hoy de "móviles", que ya se dio en el pasado. Y es que ya se sabe: "pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla". :))))
ResponderEliminarRespecto a estos últimos prefiero con mucho preservar mi propia inteligencia y no depender nunca de: "...la paradoja ésa del "teléfono inteligente".
El relato es inquietante, hasta que se descubre la causa del mensaje en morse, la pretensión del insecto/móvil de invadir nuestro espacio vital.
¡Bastará con cerrar la puerta a esa posibilidad! Y ahí ya es cada quien quien tiene que lidiar consigo mismo y sus debilidades.
Abrazos, Conxi.
Hola Ernesto muy buena tu reflexión, cada uno tendremos que lidiar con nosotros mismos y con nuestras debilidades. Hace pensar, porque al final esa inteligencia que nos diferenciaba parece que se olvida y se deja en manos de otros que, muchas veces ni siquiera sabemos quiénes son, que acaban manipulando lo que pensamos, lo que queremos, lo que necesitamos... Nos convertimos en esclavos de la tecnología, la tecnología nos tiene que facilitar la vida, ayudarnos no hacernos dependientes.
EliminarNo había pensado en esa plaga de langostas pero lo que está claro es que no recordamos la historia.
Un abrazo y que tengas una buena semana.
Buena semana para ti también y que sepas, que ya sabes, que se te hecha de menos por estos lares.
EliminarAbrazos, Conxi.
Muy amable Ernesto, se agradece.
EliminarBesos
Por ahora me voy salvando: no tengo móvil, no me es tan necesario porque trabajo en casa.
ResponderEliminarMe espanta ver la dependencia que han generado estos adminículos, que deberían ser usados para casos más urgentes y no para pavear todo el día con mensajitos y sacarle fotos a todo lo que se mueve.
El relato es hechizante y da un poco de escalofríos porque simboliza algo que podría ocurrir si nos dejamos atrapar por esos "insectos". Muy bueno, mantiene la tensión hasta el final.
Besos, Conxita.
Uy Mirella creo que necesarios no sé si habría muchos, facilitan la vida pero me explicaban que hay padres, que dentro de su casa se comunican con sus hijos que están en sus habitaciones a través del whatsapp, me parece rizar el rizo y una muestra más de que la tecnología nos está haciendo poco inteligentes.
EliminarHay mucho de pavoneo como bien dices y ese crear necesidades que no existen, ¿cómo es posible que se hagan largas colas para ser de los primeros en comprar el último teléfono de apple? En fín, hay gente para todo.
Me alegra haber sido capaz de transmitir esa tensión y esa dependencia de los teléfonos que nos apartan al final de la vida real.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso
Pues me ha parecido Conxita una alegoría parodiada de una realidad cotidiana. Es horrible ver como un grupo de personas reunidas no se comunican entre ellos, cada una de ellas centrado en su móvil, vamos a terminar perdiendo la capacidad de hablar y a cambio se nos van a desarrollar los dedos del darle tanto a las teclas.
ResponderEliminarHas conseguido un in crescendo tenso e intenso a medida que avanzaba el relato, el sonoro, chirriante y onomatopéyico Criic-cric-cri—criiiiic ha funcionado como alterador emocional, y además, como recurso para separar las escenas, un recurso original.
Un abrazo Conxita, enhorabuena por este original trabajo.
A mi me parece terrorífico cuando veo a grupitos de gente todos pendientes de sus móviles, incapaces de disfrutar de ese momento con amigos o con sus parejas o sus hijos, me gustaría decirles señores, vivan por favor y parodiando la frase de Lenon diria la vida es eso que pasa mientras tú estás ocupado mirando el móvil.
Eliminar¿Sabes que ya hay lesiones que afectan a los dedos de escribir con el móvil?
El ruidito de los grillos es de esos que se van metiendo poquito a poco y pensé que era ideal para describir lo que se está haciendo con esos teléfonos inteligentes que están invadiendo toda nuestra cotidianidad, empezando por la privacidad que cada vez lo es menos.
Estoy a favor de los móviles y de las tecnologías que me parecen muy útiles y me encantan pero siempre que no nos dominen, que no nos hagan dependientes, no me gusta nada que haga dependiente a otro.
Muchas gracias Tara por tus palabras. Este relato salió así entre grillos y móviles, será que los saltamontes y esos ojos saltones y fijos dan un poquito de yu-yu y los veía capaces de hipnotizarnos jajaja, pobres saltamontes.
Un beso y que tengas una buena semana
Una auténtica historia de ciencia-ficción-terror, del estilo de "El pueblo de los malditos", "La invasión de los ultracuerpos", "El día de los trífidos", etc, que a mí me gustan tanto.
ResponderEliminarEs decir, que tu relato también me ha gustado :)
Saludos!
Jajaja Ángeles, sí que salió un relato como dices de ciencia-ficción-terror y yo añadiría tontería de los humanos y los móviles.
EliminarMira el pueblo de los malditos y La invasión de los ultracuerpos me sonaban pero para nada El día de los trífidos, voy a tener que buscarlo.
En general tanto los libros como las pelis en las que los animales pasan a ser los dominadores o a tener comportamientos que no tocan me dan cierto miedo porque como nos portamos tan mal con ellos, el día que decidan vengarse va a ser terrorífico, será que sigo recordando Los pájaros de Hitchcock y aún me sigo estremeciendo.
Gracias por tus palabras, me alegra mucho que te haya gustado.
Un saludo
Responder
Relato fantástico, en el más amplio de los sentidos. Yo debo decir que voy a períodos... he tenido momentos de mucha dependencia, y otros (como ahora) donde hasta me olvido de él. Creo que lo mejor es encontrar un equilibrio, no negar su utilidad y funcionalidad, pero no depender de ellos.
ResponderEliminarUn beso y buen inicio de semana!
Exactamente es como tú lo dices Alma, se trata de encontrar el equilibrio porque es muy útil y muy necesario pero no podemos depender de ellos.
EliminarSupongo que en el darse cuenta es como uno acaba encontrando ese equilibrio que a veces tanto falta, el móvil es lo que es, un aparatito no una extensión de uno mismo.
Un beso y feliz semana también para ti
Hola, Conxita, al principio me descolocaron las onomatopeyas, pero luego entendí. Es verdad que la obsesión por el móvil se presta a un relato tan interesante como este. En mi instituto es una pasada como lo usan los alumnos. Está permitido y parecen zombis.
ResponderEliminarMuy bueno, Conxita. Un abazo.
Lo cierto Ángeles es que a veces, se ve a gente tan alelada pendiente de sus teléfonos que una se acaba preguntando si los habrán abducido, pero viendo el nivel de estupidez de algunos que son capaces de arriesgar sus vidas para salir en un selfie, ya todo me parece posible.
EliminarBuff tiene que ser muy complicado en los institutos combinar la atención de los alumnos con esos móviles conectados las 24 horas del día, educarlos en un uso racional es tarea de las familias pero después ves a chicos totalmente enganchados y a sus padres que también lo están, eso es lo preocupante que hay auténticas dependencias al móvil.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
La verdad es que la dependencia del móvil es preocupante, por otro lado tu relato me ha recordado a "La Metamorfosis" de Kafka. Ese bicho es toda una metáfora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Laura
EliminarLos insectos tienen un no sé qué que se prestan a imaginarlos un tanto perversos, que me perdonen pobres, pero será porque a mi no me gustan demasiado. Es tal y como tú lo dices una metáfora de lo que está pasando y sin ser muy conscientes.
Actualmente para muchas personas no llevar el móvil es algo imposible, se sienten mal. No hace tantos años de su existencia y ya parece imposible imaginar cómo nos las apañábamos antes sin estos artilugios y lo cierto es que vivíamos sin ellos. Insisto en lo que ya he comentado, me parecen muy útiles siempre que nos faciliten la vida no que nos hagan dependientes.
Un abrazo
Excelente relato/alegoría.
ResponderEliminarMuy, muy bueno.
Los teléfonos no son inteligentes, pero toda esa gente que se siente obligada a ver a cada segundo que ofrece la pantalla no demuestran estar en uso de muchas neuronas.
Es mas, creo que es mas útil el aparato que quienes se dejan esclavizar por la tecnología.
Hola Guille me alegra que te haya gustado, gracias por decírmelo.
EliminarEs así como dices esclavizar, el móvil, internet, wifi, cualquier tecnología tiene que servir para hacernos las cosas más fáciles no para hacernos dependientes, no para no poder mantener una conversación cara a cara porque estamos hablando por el móvil, no dejar de disfrutar de un paseo, de una charla o de lo que sea porque estamos pendientes de lo que nos dirá el móvil, eso me parece absurdo.
El problema no son los móviles ni la tecnología, sino lo que hacemos con ello. Hay personas que son incapaces de valorar los buenos momentos si nos los registran y retransmiten con sus móviles y también hay personas que son incapaces de disfrutar con móvil o sin móvil, así que allá cada cual con lo que quiera hacer con su vida.
Un beso y que tengas una feliz semana sin dependencias
Genial...
ResponderEliminarTantos medios para comunicarnos y al final estamos más solos que nunca.
Es un horror... millones de solitarios aislados... progreso?, Ja!!!
Besos.
Así es Xavi, estamos más solos que nunca a pesar de que estamos super comunicados, tenemos cientos de amigos en el facebook, en el twiter, en instagram pero estamos más solos que antes. Igual es por eso, que algunos se olvidan que la vida está ahí fuera, no en un móvil ni en un ordenador, que es cuestión de levantar los ojos y mirar y ver a nuestro alrededor.
EliminarEsos progresos vistos así dan miedo, la tecnología está para que nos ayude, que nos facilite la vida no para convertirnos en zombies solitarios que se creen la vida que llega a través del móvil, las noticias que nos seleccionan, la publicidad que nos llega, ...hay una información desinformada y nos pensamos que el mundo es como nos están haciendo creer que es.
En una charla escuchaba sobre los peligros de estos sesgos que está haciendo la tecnología en nuestra manera de mirar el mundo, ser capaces de discriminar y ver más allá de las pantallitas y de lo que nos muestran, eso cada vez parece que cuesta más.
Un beso y que tengas una buena semana
¡Qué bueno! Sé que la idea del relato es MUY terrorífica, (y a tener en cuenta) pero es que en varias ocasiones he soltado una carcajada, y es que estamos tan absorbidos que ya no me recuerdo sin un teléfono en la mano, ¿qué hacíamos? ¿cómo nos comunicábamos? Y lo mejor, ¿cómo quedábamos?
ResponderEliminarMe ha encantado, :)
Besos.
Es bueno Irene soltar una carcajada, claro que sí y también tu reflexión.
Eliminar¿Sabes que uno de los miedos de los adolescentes sobre los móviles es ese no enterarse de lo que está pasando?
Antes vivíamos sin y te aseguro que no era en la edad de piedra y ahora uno cuando sale de casa y se ha olvidado el móvil pues se piensa si no volver a recogerlo. Genera dependencia y lo ves en ese no poder dejar de mirar el móvil y en ese perderse cosas importantísimas...
Podríamos hacer un ejercicio para recordar qué hacíamos, cómo nos comunicábamos, cómo quedábamos o cuando alguna vez nos hemos quedado sin batería y no ha pasado nada, nos hacemos dependientes y eso, es lo que parece preocupante.
Gracias por decírmelo.
Un beso y feliz semana
¡Fantástico relato, Conxita! a mí los saltamontes me dan "yuyu". Nunca sé cuándo van a saltar y asustar, jajaja (no me gustan nada los bichitos).
ResponderEliminarComparto la filosofía que encierra tu post: la prioridad que a todas luces se está dando a la nueva tecnología (en particular, los smartphones) sobre las relaciones humanas.
El otro día ví a un revisor de Renfe en la estación dar un chillido a un usuario que cruzaba la vía (todavía no subterránea) pendiente de su móvil. Y cuando subí al tren, todooooos los pasajeros estaban tecleando en el suyo. La imagen era surrealista.
Es bien triste que nadie ahora te dirija unas palabras, como antes ocurría (o yo, al menos, lo he experimentado).
Muy original tu forma de plasmar lo que hoy en día sucede, ¡un beset enorme!
Ya somos dos las de los yuyus con los saltamontes y otros insectos, como comentaba esos ojos saltones y esos ruiditos que hacen con las patas me producen escalofríos y me parecía ideal para hacerlo responsable de nuestra dependencia con los móviles.
EliminarSí, es más importante whatsapear con los amigos que no están, que hablar con los amigos con los que se está, me parece algo asombroso pero solo se tiene que mirar.
Parece ser que hay ciudades en las que han puesto avisos en el suelo y señales avisando a los peatones que dejen de mirar los móviles y ese ejemplo del tren que dices es aterrador, se está tan pendiente del móvil que uno se juega la vida sin darse cuenta. Y sí, viajar en transporte público y observar a las personas es ver a casi todo el mundo pendiente del móvil y asusta un poco, parecemos como hipnotizados o alelados. ¿Qué nos está pasando?
Creo que a todos nos puede gustar chatear o entretenernos con el móvil pero dónde se ponga una buena conversación, unas risas con los amigos o con la pareja o los hijos no hay nada que sea capaz de sustituir a esa experiencia, pero supongo que como todo son opciones y cada uno escogemos cómo queremos pasar el tiempo y con quién.
Me alegra que te haya parecido original esa manera de mirar lo que está pasando.
Un petonàs gran per tu i que tinguis una bona setmana.
En un principio me pareció estar leyendo un relato de terror, luego fui captando mejor el mensaje que poco a poco va tomando forma con otra clase de "horror" implantado en nuestra vida con nombre común de móvil como si éste hubiera coartado la comunicación natural a nuestra vida.
ResponderEliminarDe todas formas, y a pesar de cada vez estar más enganchados a él, pienso que el hombre siempre tiene y tendrá la última palabra.
Muy buena idea la del sonido del grillo y los códigos matemáticos, Conxita.
¡Un fuerte abrazo!!
Hola Mila
EliminarEspero y deseo que siempre en la tecnología seamos nosotros los que pongamos los límites y seamos capaces de situar a cada cosa en su lugar.
Como todo en esta vida lo importante es encontrar el punto justo y eso también pasa con las tecnologías, que ellas estén a nuestro servicio y no que nos conviertan en esclavos.
Como comentaba parece triste ver a esas personas que estando juntas solo se comunican con sus móviles con otras personas que no están presentes, me parece que hay tiempo para todo, pero allá cada cual con lo que decida hacer con su vida.
Me alegra que te haya gustado lo del código y el grillo terrorífico.
Un abrazo y feliz semana
Que bueno, al principio me despistaste, pero luego se fue acoplando todo. La verdad que la dependencia es cada vez mayor. Viendo un día a Martes y 13 decía Josema las parodias de humor que se podían hacer hoy en día con el móvil y ponía de ejemplo. Resulta que quedas con un amigo que tienes delante de ti tomando un café y en lugar de hablar con el, te pones hablar con otro que vive en Soria(por móvil of course) en lugar de con tu amigo jajaja. Buen relato guapa. Un beso.
ResponderEliminarEstoy encantada de haberte sorprendido un poco Natalia.
EliminarMuy bueno ese ejemplo que pones de Martes y trece, los humoristas son fantásticos porque consiguen sacar la parte humorística de esas situaciones tan cotidianas, en las que personas que están juntas están hablando con otros que no están allí. Es tan habitual ver a grupos de personas que chatean con el móvil y a parejas en las que cada uno está hablando con el móvil, es muy triste, o al menos a mi me lo parece.
Un beso y que tengas una feliz semana
A mi también me lo parece e intento evitar estas situaciones, la verdad que hoy en día la tecnología nos atrapa. Un besito.
EliminarHola Natalia, justo ahora he incorporado el enlace a un corto que se llama Error 0036 al final del relato, en los comentarios no me funcionan los enlaces, que creo vale la pena ver sobre una persona atrapada por las nuevas tecnologías.
EliminarTe lo recomiendo, si te animas ya me contarás qué te parece.
Un beso
Dejo también aquí el enlace, puedes copiarlo en el navegador porque directamente aquí en el comentario no se abre.
http://www.dalealplay.es/videos/Error-0036-corto_435794
Un beso
jajaja, adoro ver cortos muchas veces me pongo y me entretengo muchísimo. Lo acabo de ver la verdad que me ha dado un agobio increíble y luego al final me he reído mucho yo creo que me he sentido identificado porque me he puesto en su lugar, menudo estrés...jaja gracias por la recomendación.
EliminarA mi me pareció genial, te agobias y acabas soltando una carcajada pobre hombre.
EliminarUn beso
Estupendo manejo del suspenso, Conxita. No imaginé que el final venía con forma de moraleja.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Raúl
EliminarLo cierto es que fue un relato raro, que salió así de repente supongo como una necesidad de mostrar esa incomunicación que da tanta comunicación, como decía Toro cada vez estamos más solos a pesar de que estamos hipercomunicados. Tal y como he comentado a mi me produce una cierta tristeza ver a gente que están juntos y en lugar de disfrutar de su presencia se dedican a contarlo a aquellos que no están, o esos papás que riñen a los chicos por estar enganchados al móvil cuando ellos mismos lo hacen a todas horas, o ese vivir a través de lo que se muestra, si no se enseña parece que no se disfruta...
Al final resulta que lo que debería hacernos la vida más fácil nos la acaba complicando porque nos hacemos dependientes de ello.
Un saludo y que pases un gran día.
Hola Conxita. Me encanta el enfoque de ciencia-ficción/terror que le has dado al relato; el tema se presta, desde luego, porque a veces resulta verdaderamente escalofriante cómo nos dejamos absorber por el móvil. En mi caso, se cumplió la profecía del grillo, porque intenté resistirme a tener móvil y luego móvil con Internet, pero sucumbí en los dos casos. La paradoja es que yo lo hice para poder comunicarme con mis amigos y no quedarme al margen, pero a veces tengo la sensación de que el móvil me aisla más que otra cosa. Es un gusto cómo consigues hacer reflexionar con tus relatos. En este, en concreto, me parece que has dado en el clavo con el título que has escogido, porque los móviles nos van a dejar más grillados que otra cosa. ¡Un gustazo leerte!
ResponderEliminarJajaja Desbordamientos Puntuales muy buena esa profecía del grillo, pero creo que has dado en la clave, uno intenta estar comunicado y no quedarse al margen y al final acaba chateando con gente que no está en la reunión. Es un poco de risa. Comenté una anécdota que me explicaba una mamá que para que su hijo le hiciera caso, en su propia casa, se comunicaba con él con ¡¡¡whatsapp!!! Algo no estamos haciendo del todo bien, ¿no te parece?
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Supongo que mis relatos responden a observar a mi alrededor, a las personas, escucharlas, es realmente un espectáculo sentarse en cualquier lugar y pararse a observar. Dicen que la realidad supera a la ficción y no tengo ninguna duda al respecto.
Y sí, muy observadora con el título porque tenía varios sentidos, por un lado ese más evidente del ruido generado por los grillos y en el figurado por ese volverse loco, algo que el protagonista parece bordear viendo una realidad que no entiende y eso que parecía que él podía ser el enfermo.
Me alegra mucho que te apetezca estar por aquí, para mi es un lujo leer tus comentarios.
Besos
Estaré al tanto. En cualquier momento aparecerá la langosta en mi ventana.
ResponderEliminar¿De verdad no hay escapatoria del smartphone?
Besos.
Ignacio
Jajaja vigila Ignacio que en nada se te presenta el saltamontes y dan miedo con esos ojos fijos.
EliminarBueno, sí hay o no escapatoria eso nos lo tendrías que explicar tú si sigues resistiendo sin. ¿Se puede estar en este mundo tan inteligente sin smartphone? ¿Se puede vivir? Me encantará saber tu opinión de experto al respecto.
Antes se hacía, ahora no sé si todos podrían o podríamos.
Un beso
Un relato inquietante y genial. Encierra una gran verdad.
ResponderEliminarNos estamos convirtiendo en esclavos de tanta tecnología,
Un beso. Un placer leerte,
Hola Amalia
EliminarMe alegra que te haya gustado, muchas gracias por comentarlo.
Como bien dices al final nos estamos haciendo esclavos de la tecnología y no hay nada peor que eso, la tecnología nos ha de facilitar la vida no ponernos obligaciones.
Un beso y que tengas un buen fin de semana
Jajaja tienes razón Julio David de momento el smarphone no nos observa fijamente pero... tiempo al tiempo. ¿Quién nos iba a decir que íbamos a ir como locos con esos aparatitos buscando cobertura o hablando solos por la calle o persiguiendo seres que no existen con el móvil...?? Por poner algunos ejemplos.
ResponderEliminarMe alegra que te hay gustado el relato.
Un abrazo y feliz finde
Toda una lección. Es un relato imaginativo y muy reflexivo y que además te atrapa desde la primera línea. Besos
ResponderEliminarHola Ambar muchas gracias por tus palabras. Me alegra haber sido capaz de mantener ese suspense y atraparte un poquito en él. Lo cierto es que esa imagen de los saltamontes inmóviles, listos para saltar y observando con esos ojos fijos en una, que me dan un poco de yuyu me sirvió para contar el abuso de las tecnologías que a veces parecen tenernos prisioneros de ellas, atrapados y dependientes.
EliminarUn beso
Me ha gustado. Qué agobio. Cuesta encontrar un equilibrio sano con tanta inmersión tecnológica. Muy útil, cierto, pero a veces se nos va la pinza.
ResponderEliminarBesos
Es eso que dices Lorena, encontrar el equilibrio y que no nos invadan, aprender a usarla y que jueguen en nuestro beneficio, no que nos hagan dependientes. Ver esas reuniones en las que el protagonista acaba siendo el móvil es muy curioso, son muy útiles pero realmente hay veces en que da hasta risa por lo absurdo que resulta visto desde fuera.
EliminarMuchas gracias, me alegra que te haya gustado.
Besos
Me ha encantado la originalidad de la comparación. Gracias por compartir. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Rocío
EliminarLas gracias a ti por quedarte en el blog y comentar.
Hay veces en que no sabes el motivo y el relato sale así, y tengo que reconocer que los saltamontes, pobrecitos, no me gustan mucho, así que les tocó, aparentemente, ser los malos del relato. Aunque lo que es cierto es que las cosas no son ni buenas ni malas, es el uso que hagamos de ella los que nos ayuda o nos vuelve dependientes como pasaba en este relato y en muchos casos en el abuso del móvil que algunos hacen.
Un abrazo y feliz semana.
No recuerdo haberte leído nunca, un relato con tanto suspense y actualidad, ya que lo que cuentas, no es ficción, es pura realidad, de la que yo me libro, porque no me gustan las redes sociales, donde todo el mundo sabe de todo, y de todos. Utilizo mi zapatófono, que solo sirve para recibir y hacer llamadas, y tan feliz como unas Pascuas.
ResponderEliminarUn beso, amiga.
Es cierto Manuel
EliminarMe salió un relato entre la ciencia ficción, el terror y la realidad que vemos cada día que a veces asusta un poco, tan comunicados y tan aislados, ¿no te parece?
¿Tu zapatófono hace su funciób, verdad? La tecnología nunca nos debería esclavizar y algunas veces parece que lo hace, cuanta gente se confunde porque tienen muchos amigos en facebook, porque escribe en twiiter o porque con instagram se cree un fotógrafo, eso no debería hacernos perder de vista la realidad.
Al final del relato he enlazado un video Error 0036 que si puedes y te apetece te recomiendo verlo, es sobre la atención al cliente y la tecnología y acaba resultando asfixiante, si lo ves ya me contarás.
Gracias por tu visita.
Un beso
Has realizado un relato con una intensidad tan equilibrada que me ha dado mucho gusto leerlo. Pones como parte central del texto al tema del poder que se autodeclama como dominador de conciencias, y que declara, además, que lo hará a través de los teléfonos inteligentes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho que hayas colocado como personaje a alguien que se rebela a ello.
Tengo que decirte que por propia decisión nunca he tenido, ni tendré uno. Sin embargo, no me molestan en absoluto. Sí me provoca asombro la compulsión que generan algunas aplicaciones, como por ejemplo, el wathsapp, o los juegos. Creo que está en cada uno de nosotros la elección del modo de uso, pero también, debo confesar, que existe una población vulnerable que son los niños y las generaciones adolescentes.
Por otra parte yo disfruto mucho las relaciones no virtuales, las reuniones con amigos, con la familia, los hijos. Obviamente sin el contacto con el otro sería imposible la vida. Pero que creo que también hay que saber utilizar los canales virtuales, que de algún modo y en algunas circunstancias se hacen imprescindibles, por ejemplo para emergencas o ciertas discapacidades.
Y también para generar vínculos, como por ejemplo el que mantengo contigo, en este momento, que sin esta tecnología sería imposible.
Tus relatos tienen este doble objetivo, el de atraer por lo literario y poner en tela de juicio nuestros comportamientos, humanos, tan humanos. Y siempre lo logras. Un abrazo, Conxita.
Ariel
Estoy totalmente de acuerdo contigo Ariel hay que saber disfrutar de las relaciones no virtuales y también de todas las oportunidades que nos dan las nuevas tecnologías, como bien dices, que nos permiten en estos momentos conocernos virtualmente y crear esos vínculos a pesar de la distancia que nos separa.
EliminarActualmente viendo la dependencia que se genera con esa conectividad a todas horas, una se plantea cómo lo hacíamos para sobrevivir sin teléfonos, sin tener respuestas inmediatas, trabajando la espera y la paciencia para muchas cosas y lo hacíamos sin ningún problema, por tanto también se ha ido apoderando de nuestras vidas y genera auténticas adicciones que están empezando a llegar a las consultas clínicas requiriendo tratamientos.
Como siempre usar sin abusar parece la receta, utilizarlas sin que nos genere obligaciones y que nos facilite la vida.
Muchas gracias por las palabras que dedicas a mis letras. Sí, quería que el protagonista fuera alguien que no se conforma fácilmente y que el que daba la alerta era un tipo que había tenido alguna adicción pero en este caso no era el que estaba enganchado.
Te agradezco como siempre tu acertado comentario y el análisis detallado que dedicas al relato, se aprende mucho con tus reflexiones, gracias por compartirlas.
Un abrazo en esta, para nosotros, festiva verbena de San Juan
Con lo que me gusta a mí escuchar los grillos en las noches de verano... jajaja Inquietante relato, Conxita, muy lograda la atmósfera asfixiante, aunque todo tiene pros y contras, indudablemente los smartphones se están convirtiendo en una plaga por el poder de atracción que ejercen sobre nosotros, no sé si en el futuro pasará un poco como con la tele, que acaba por dejar de hacérsele caso si tienes una conversación interesante a tu alrededor, aunque es un tanto diferente debido al individualismo que implica el teléfono inteligente, también adaptados a los tiempos que vivimos, de soledad e incomunicación en la era de la revolución de las redes sociales, un contrasentido, pero es lo que hay. Enhorabuena y un saludo.
ResponderEliminarSeguro que esos grillos que escuchan son menos inquietantes que los del relato jajaja
EliminarMe alegra Eva haber sido capaz de crear ese clima creíble para imaginar esa dominación a la que nos someten las nuevas tecnologías, cuando nos dejamos.
Hay mucho individualismo, tú lo dices, estamos permanentemente conectados y comunicados y estamos más solos que nunca, es un auténtico contrasentido pero cada vez hay más personas que viven aisladas y muy solas.
Supongo que como todo una vez pasa la novedad (que dura mucho) se acaba relativizando y se pone en su lugar, pero preocupa ver a esos grupos de personas juntas que no hablan entre ellas y se comunican con otras que no están, eso sí me parece una auténtica paradoja. O aquellos que no saben disfrutar si no lo publican o lo cuentan a otros, la vida está para disfrutarla no solo para contarla.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso y feliz noche de San Juan.
Inquietante relato, amiga... Me atrapó... Realmente de cuento de terror el modo en que estamos atrapados en las nuevas tecnologias
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Ildefonso.
EliminarTerrorífico es ver cómo nos hacemos dependientes, totalmente de acuerdo, atrapados y con unas necesidades a veces un poco absurdas. Circulaba una imagen por internet en la que a las necesidades de Maslow ahora se añadía la batería y WIFI.
Un beso y feliz noche de San Juan
Muy buena alegoría de un futuro, o quizás presente ya, aterrador y deshumanizado. Está escrito con velocidad y eso contribuye a aumentar la tensión y atrapar al lector. La repetición del constante cri-cri transmite esa sensación de angustia que vive el protagonista. En una sociedad en la que los individuos están dominados por la tecnología, aquel que se sustrae a ello es el inadaptado, el apartado... mientras que la masa vive deshumanizada y controlada a cada segundo. Nos dejas un final abierto en el que podemos imaginar a un loco, un levantamiento de los insectos o la mano del algún poder oscuro jaja. Muy buen relato Conxita.
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge.
EliminarEs así como dices un protagonista con problemas es quien se percata de lo que está pasando y no quiere ser atrapado por otra adicción, una mucho más silenciosa que ese ruido constante de los grillos, una dependencia que poco a poco nos va atrapando y nos hace totalmente atrapados por ella.
Vivimos en una sociedad comunicada a todas horas en las que de forma paradójica, las personas parecen estar cada vez más solas.
Un abrazo
Una historia inquietante cuantos menos, Conxita. Lo cierto es que son unos bichos extraños, como bien dices: mira que estar aletargados durante tanto tiempo y luego salir a dar disgustos todas en manada... :)
ResponderEliminarSon unos bichos raritos, sí muy raritos Holden, tienes razón, están ahi aletargados durante mucho tiempo y se ponen a incordiar todos al mismo tiempo. Escalofríos me dan al pensar en esas plagas que lo asolan todo...así que me pareció ideal ponerlos ahí de posibles dominadores.
ResponderEliminarNada que ver con las encantadoras ardillas ni los listos zorros.
Un beso
Uffff, me ha recordado a cuando leí La metamorfosis de Kafka, me ha puesto de los nervios jajajaja. Saludos.
ResponderEliminarHola Maru
EliminarA mi los insectos me resultan bastante desconocidos y cuando ves a esos saltamontes con sus ojos fijos en una, bufff para poner de los nervios.
Cuando decidía qué tipo de insecto utilizaba para el relato, investigué un poco sobre las langostas y como decía Holden son bichos que pueden estar años inactivos y de repente se convierten en una plaga (como las bíblicas), así que me servía para ilustrar esa colonización a la que a veces llevan las nuevas tecnologías mal usadas, que convierten a muchos en solitarios muy comunicados.
Un saludo
Un magnifico relato donde nos haces ver la realidad de manera cristalina, hoy estamos de una manera u otra enganchados, manipulados y enfermos de tecnología y lo que es peor cada vez a más temprana edad. A mí me da verdadero pavor ver a niños (ahora preadolescentes) de 9 o 10 años con el móvil, y cuyo mayor castigo sea estar sin él.
ResponderEliminarLa era de la comunicación está convirtiéndonos en seres tan obtusos que incluso cuando eres amable con alguien por internet ya se piensan que quieres ligar... tan poca vida tienen algunos.
Como siempre un placer leerte.
Besos.
Muchas gracias Mariola.
EliminarAsusta ver la dependencia que tenemos de la tecnología, salir sin móvil de casa es casi como imposible y sí estoy contigo que ver a niños cada vez más pequeños pendientes del móvil a todas horas es triste. Son muy útiles pero también es necesario que se sepan usar.
En una sociedad hipercomunicada resulta que las personas están mucho más solas que antes.
No sé si has visto el vídeo que incorporé al final del relato, si te apetece es muy interesante.
Muchas gracias por tus palabras, es un placer recibirte y poder intercambiar opiniones gracias a la tecnología, que bien usada es una auténtica maravilla que nos facilita un montón la vida.
Besos
Olá amiga, passando para matar saudade das suas maravilhosas postagens que proporcionas aos visitantes. uma alegoria perfeita, típica de quem gosta de ler e escrever. Parabéns!
ResponderEliminarUm final de semana feliz e uma nova semana abençoada com muita saúde e esperanças de dias melhores.
Abraços da amiga Lourdes Duarte.
Hola Lourdes me alegra que te haya gustado la alegoría y esos grillos dominadores.
EliminarLo cierto es que los humanos a veces nos complicamos mucho la vida y nos olvidamos que la tecnología está para ayudarnos, no para hacernos dependientes de ella.
Espero que tú también pases una fantástica y feliz semana.
Muchas gracias por tu visita.
Abrazos