El pasado viernes 23 de abril celebramos Sant Jordi, que desde el año 1456 es el patrón de Catalunya, sin olvidar las medidas de seguridad los libros y las rosas volvieron a las calles.
Estos días escuchaba algunas conversaciones interesadas en las que se obviaba que la celebración de rosas y libros era anterior a la Conferencia General de la UNESCO que en 1955 declaró el 23 de abril como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.
¿Por qué algunos se empeñan en negar cosas que parecen evidentes?
La fiesta de Sant Jordi se celebra el 23 de abril porque justo ese día murió el caballero Jordi, un santo que bajo las órdenes del emperador Diocleciano se negó a perseguir a los cristianos por lo que fue martirizado y decapitado y se empezó entonces a venerar como mártir y aparecieron historias fantásticas relacionadas con su figura.
En el siglo XV ya se organizaba en Barcelona una feria de rosas con motivo de Sant Jordi a la que acudían sobre todo novios, prometidos y matrimonios jóvenes y se celebraba en el Palau de la Generalitat, de esa fiesta parece que se ve el origen de regalar rosas entre los enamorados. En Catalunya el 23 de abril, Sant Jordi, también es el día de los enamorados y se intercambian rosas y libros con las personas a las que queremos.