31 de octubre de 2015

El más temido miedo...

La mano avanzaba, fría como el hielo y se detenía palpando de nuevo. 

Toda la angustia de la mujer se transmitía en esos dedos que se aproximaban, retrocedían y volvían a insistir. Su temblor indicaba el terror que su dueña padecía, la acompañaban suspiros trémulos que intentaba sofocar y lágrimas de desesperación, apenas contenidas. 

Y de nuevo, las manos se movían, cada vez más rígidas y ateridas, como muertas por una angustia inmensa que anticipaba el pavor y la desesperación que la acompañaba.
¡No podía ser!
Volvía a tocar, intentando negar en cada nueva pasada. Seguro que no era nada, solo era una broma de mal gusto, otra más del puñetero destino.

24 de octubre de 2015

Incomprensión pedagógica


Han pasado los años y Carlos aún recuerda aquel día.
 —    Carlitos, ¿tienes algo qué decirme?
      No, mamá.
La mirada huidiza del niño le dice a Gloria que miente. Hace semanas que lo observa preocupada. Está apagado y sombrío, sin ganas de nada y, en muchos momentos, con una actitud desafiante que la saca de quicio. Sabe que aún es muy reciente lo de su tía Luisa, pero Carlitos no levanta cabeza, vamos, ni él, ni nadie en la familia. Han ido sumando desgracias que cada vez parecen más difíciles de encajar o quizás es que su resistencia ya está al límite. Sea lo que sea, el niño no sabe cómo afrontarlo. La escuela tampoco está ayudando.

11 de octubre de 2015

La bicicleta azul

foto Muntsa López
La llamada del móvil lo sacó de su concentración. 

No tenía un buen día, todo se le hacía muy cuesta arriba, de tanto en tanto sentía esa melancolía que se apoderaba de él y no le gustaba. Por eso, casi agradeció la interrupción, miró el número que salía en el dial de su móvil, era Laura su esposa.

 Hola… ¿dime qué pasa?

3 de octubre de 2015

Estampida


Conducían más de 4000 cabezas por la Chushol Trail desde Texas hasta Kansas. Era una ruta fácil sin grandes conflictos con los nativos, que les permitía trasladar más rápidamente el ganado con el que abastecían de carne al país. 

Su equipo estaba formado por 10 vaqueros que montaban turnos para cuidar de las reses las 24 horas del día. 
Algunos de ellos eran nuevos, jóvenes y muy pendencieros, las continuas peleas y chascarrillos sin gracia hacían que el ambiente estuviera enrarecido, cualquier cosa podía prender las chispas.


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