¿Se puede morir de amor?
Sí, se puede.
Hoy habrías cumplido los 84 y en unos días hará 6 meses desde que nos dejaste. Duele.
Hace meses que intentó escribir y aunque siempre ayuda poner por escrito lo que sientes cuando el dolor es tan intenso no me resulta fácil, me hace tanto daño que lo dejo una y otra vez. Aún no consigo no llorar cuando pienso en él, cuando pienso en ella, cuando pienso en ellos.
Mi padre, mi querido y admirado padre. Hombre vitalista donde los haya siempre bromeaba con vivir como mínimo hasta los 100 años y en nuestra família ya había precedentes.
Había tenido muchos sustos y su salud era delicada pero tenía una vitalidad y una fuerza impresionante y sobre todo muchas ganas de vivir pero las perdió.
Se le fueron las ganas y los 3 meses y 18 días que sobrevivió a mi madre se le hicieron insoportables. no quería ni podía seguir sin ella. La pérdida de su compañera de vida le quitó las ganas, ya no había futuro que le interesara, ni el amor por y de sus hijos y nietos fue suficiente. La pena era tan grande, que decidió que no quería seguir y su cuerpo también se rindió.
El paso del tiempo, incluso en personas que han sido deportistas y activas, no perdona y asumir esas renuncias en su vida costaba. Era muy independiente, un hombre vitalista, positivo cuando eso ni estaba de moda, que sabía lo que quería y luchaba por ello, valiente, un avanzado para su tiempo, disfrutaba de la vida y a su lado nunca tenías tiempo para aburrirte, de intereses sencillos y de convicciones..
Era de esas personas especiales, únicas, que apetece tener cerca en tu vida. Luminoso y alegre, divertido, ocurrente, rápido y compasivo, generoso, bueno, de esas personas que no tienen un no para nadie, generoso, de los que hacen y no dicen.
Duele, duele mucho ver como tu padre, el hombre al que más he admirado, ese hombre fuerte, que todo lo hace fácil, que todo lo podía, que era capaz de conseguir lo que se propusiera, no podía seguir con su vida como siempre. Duele ver la vulnerabilidad de aquellos a los que quieres.
La pérdida de mi madre nos dejó hundidos, por lo inesperado y para mi padre fue un mazazo y como él repetía "era él el que tenía que irse". Nunca imaginó, nunca imaginamos que fuera mamá la primera en marcharse y nunca, nunca podiamos imaginar que papá dejaría de luchar, de tener ganas de vivir.
Duele. Han pasado casi seis meses y sigue doliendo mucho. Tengo el consuelo de pensar que han tenido una muy buena vida, que han querido mucho y los hemos querido mucho pero le echo mucho de menos, los echo mucho de menos. Sé que ahora, allá donde sea, estarán juntos de nuevo.
De mi padre aprendí a ser optimista, a valorar la vida, a enfrentar los problemas y no rendirse nunca. Aprendí que la familia es lo primero y que es importante sentirse bien con uno mismo.
Mi padre fue un avanzado para su tiempo, que nunca tuvo miedo a ser como era, aunque en algunos momentos significara ir contracorriente. Él apostaba siempre por aquello en lo que creía y la vida le fue bien aunque la luchó, nadie le regaló nunca nada. Hombre de valores, era una persona más de hacer que de decir. Nunca hubo ni una recriminación para aquellos que se aprovechaban de su bondad, él siempre nos decía "que él estaba muy tranquilo con lo que hacía, que allá los otros".
Estaba satisfecho con su vida, la disfrutaba y se notaba en su manera de ser y de vivir. Generoso, vitalista, amigo de sus amigos, marido, padre, suegro y abuelo ideal, siempre dispuesto, se adaptaba a cualquier plan con una sonrisa. Seguro que ahora sigue alegrando a otros, con su sonrisa, con sus bromas, con su manera de hacer y sobre todo está de nuevo con el amor de su vida.
Allí donde estés brindaremos hoy por ti y cada día estás, estáis, en nuestros corazones siempre.
Te quiero papá.
T'estimo papa.
Solo puedo darte mis condolencias y decirte que os dejo una gran lección de vida. Se fue tras el amor de su vida.
ResponderEliminarUn abrazo.