“Hoy, no me he podido resistir. He ido a nuestra esquina, he mirado, pero tú no estabas. Lo sabía y, aún y así, he esperado sabiendo que tú no vendrías. Te quiero, te querré siempre.”
Sí esta es mi historia, nuestra historia, quizás una típica y tópica
historia de alguien que ama demasiado, una historia de
amor y desamor. No lo sé, nuestra historia.
No sé cómo empezó ni en qué instante me enamoré, ahora sólo sé que fuiste entrando
en mi vida y que llegó un momento en que tú eras como el aire que respiraba, vivía
para ti, para esas ocasiones que, juntos, robábamos a la vida que ambos
teníamos.
Me acostumbré cada martes y cada jueves a esperar tu mensaje, ese que
llegaba apresurado y que me hacía sonreír mientras me ponía la chaqueta e iba a
tu encuentro.
«¿Nos vemos?»
Con el tiempo, incorporamos otras modalidades como el “Salgo”, “¿Quieres que nos veamos?” “Te espero” “Ahora puedo”…pero el mensaje era el mismo: tenías 10 minutos para vernos. Aún me recuerdo, sonriendo emocionada, volando por la calle, para ganar tiempo al tiempo, cuanto más pronto llegara más segundos podría disfrutarte y te encontraba, la mayor parte de las veces, ya parado con tu coche en la esquina y tu mirada, fija en mí, mientras me acercaba, Recuerdo, como te agachabas para abrirme la puerta, tu sonrisa y ese beso ligero en los labios. Otras, llegaba antes y te veía maniobrando para estacionar.
Ahora mientras lo recuerdo, sonrío.
Muchas veces, era yo la que me apropiaba de tu mano y te
acariciaba de forma dulce, después tu olor me acompañaba unas cuantas horas.
Otras, eras tú quién la buscaba y la acariciabas con ternura o jugueteabas con
mis rodillas y me hacías reír.
Me encantaba oírte explicar tu día a día, tus viajes, tus agobios…yo solo podía mirarte y sonreír, feliz, muy feliz. A veces, era más osada y te acariciaba el pelo, la cara, o jugueteaba con esos michelines, que no tenías, pero con los que me encantaba provocarte. Me gustaba oír tu voz, ver tu sonrisa y tus labios acercándose a los míos, discretos besos que sabían divinos.
Me encantaba oírte explicar tu día a día, tus viajes, tus agobios…yo solo podía mirarte y sonreír, feliz, muy feliz. A veces, era más osada y te acariciaba el pelo, la cara, o jugueteaba con esos michelines, que no tenías, pero con los que me encantaba provocarte. Me gustaba oír tu voz, ver tu sonrisa y tus labios acercándose a los míos, discretos besos que sabían divinos.
Y el tiempo volaba y no podía retenerte, ambos sabíamos que esa corta
parada iba a significar probablemente un retraso, a veces considerable, en tu
jornada laboral. Pero vivíamos intensamente esos momentos, explicándonos cosas
normales del día a día. Intentando vivir una vida que no teníamos. Mi mirada se
desviaba al reloj, la tuya también y sabíamos que tenías que marcharte. Nos besábamos,
a veces tú también me cogías la mano y me la besabas, deseándome un buen día.
Y mientras salía del coche, ya te echaba de menos.
Me encantaba notar tú mirada, provocadora, escudriñando mis formas, mi
cuerpo…¿qué te voy a decir? me encantaba verme con tus ojos, atractiva y
sensual, toda tuya. En alguna ocasión mientras caminaba, me llegaba tu mensaje
provocador, burlón, de referencias claramente sexuales, que nos hacía
recrearnos en bromas más excitantes, que nos gustaban a los dos, nos sentíamos vivos y tan a gusto en ese juego entre tonto y encantador.
Nos olvidábamos de que había una vida fuera de nosotros, que esos
minutos eran robados, que ni tú ni yo éramos libres, pero en ese momento, como
casi siempre que estábamos juntos, sólo vivíamos intensamente. Simplemente eso, vernos, tocarnos, mirarnos, escucharnos...amarnos.
Y te decía que ojalá no llegara nunca el día de marcharte. Egoísta yo, porque
sabía que tu querías estar en aquella nueva casa, pero deseaba que se
alargara, quizás eternamente. Eras mío, era tuya y no quería perder esos
momentos.
Es cierto que a veces no nos veíamos, salías de casa acompañado y era
imposible desviarte, o tenías gestiones o alguien te acompañaba en el coche…pero
me avisabas que no podías pasar. Y notaba tu desengaño al tiempo que yo aguantaba
mi decepción, también como podía, porque en mi cuenta atrás, eso también se nos
acababa.
Pero como todas las cosas buenas se terminan y se acabó, así, de repente.
Un día ya no llegó tu mensaje. Dolida no entendí nada. Te echaba de menos
intensamente, te escribí pero tampoco me contestaste.
Me sentí perdida, no quería creer que ya te habías marchado…pero lo habías
hecho y ni siquiera me habías preparado.
Lo sé, lo sé…tu y yo sabíamos que se acabaría, que estaba por llegar, pero yo esperaba un milagro, que
no se acabara, que siguieras allí eternamente.
Y me dolió que te fueras así, sin avisarme, que de un día para otro ya no
estabas. Y al cabo de una semana, llegó tu mensaje.
«Ya en la casa nueva. Hoy me marcho a Bilbao»
Me dolió mucho, aún me duele. Supongo que nunca hubiera
estado preparada para perder aquello que me llenó y me llena, han sido muchos minutos,
semana a semana, mes a mes…más de un año y de repente, me he de acostumbrar a la
nada.
Y así estoy sin verte, dolida, esperando y tú, de nuevo demasiado ocupado
para recordarme. Te supongo feliz, viviendo de nuevo esa vida a la
que robábamos minutos de sueños cotidianos, cuando en esos escasos momentos, tú
y yo solo éramos, tú y yo.
“Hoy, a la hora de siempre he ido a nuestra esquina. Y tú no estabas. Y aunque lo sabía, te he esperado. Te quiero, te querré siempre.”
Con este relato me gustaría iniciar una serie de relatos sobre mujeres que aman demasiado...aunque igual también se cuela algún relato de hombres que aman demasiado.
ResponderEliminarEspero que os guste.
Pues también me gustará escuchar a esos hombres que aman demasiado.
ResponderEliminarMuy nostálgico. Se intuye desde el principio que habrá un punto final (aunque para ella han sido puntos suspensivos). Pero es bonito.
Besos!!
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarSí, tienes razón que ella no ha puesto el punto final, sigue esperando a alguien que, seguramente, no la ama demasiado, alguien que puede olvidarla de un día para otro sin pensar en que ella sufre, sin darle alternativas...
Es triste amar demasiado y no ser correspondido, pero también podríamos pensar que es lo que ella se ha buscado por amar a alguien que no estaba libre, aunque ella tampoco... ¿por qué a él no le afecta? ¿por qué unos pueden desprenderse con facilidad y otros no pueden? ¿se puede elegir de quién te enamoras? El corazón elige con frecuencia sobre la razón, ¿no te parece?
Y sí espero que los hombres también aparezcan, porque aunque se dice que no...hay hombres que también aman demasiado y sufren igual que las mujeres, aún peor porque se entiende menos.
Un saludo
Conxita, en el párrafo que empieza con "Nos olvidábamos de que había una vida fuera de nosotros, que esos minutos eran robados, que ni tú ni yo éramos libres" intuí un inminente final, porque amar sin 'ser libre' es anticipar un punto final a la historia.
ResponderEliminarNo poder vivir el amor con transparencia, dedicación y, por supuesto, atención exclusiva al otro es encadenarse a una relación que tiene los días contados por más intensamente que se viva.
Entiendo perfectamente el sentido de ese 'demasiado', y es porque en ese caso de que trata el relato ella suma sentimientos a la pasión, de ahí que le duela el adiós de él 'a la francesa'.
Me ha encantado, y espero seguir leyendo todos los que escribas, ¡besos!
Gracias Chelo por tu comentario.
EliminarTienes razón que amar sin ser libre tiene muchos puntos en contra...pero cómo decía antes...¿se puede elegir de quien uno se enamora? ¿no hay siempre la esperanza de que el amor todo lo pueda?
Ella es ingenua, seguramente, porque cree que la pasión es igual al amor, cree que él tiene sus mismos sentimientos, que la ama tanto como ella lo hace con él...y no sabemos qué piensa él, ...igual es una historia más por la que no vale complicarse, una anécdota en una vida compleja, un espacio irreal...a saber qué siente..
Me alegra que te haya gustado, espero no decepcionar con esta serie que quiero escribir.
Un abrazo
Bonito, intenso, lleno de emociones... Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari,
EliminarMe alegra que te haya gustado y lo sientas lleno de emociones. El amor y el desamor siempre generan mucho ruido y complican las existencias, pero también hacen que se viva.
Vivir el momento, disfrutar intensamente...¿se puede? ¿siempre? ¿algunos más, otros menos? igual para la mujer que ama demasiado igual hubiera sido mejor no haberlo conocido nunca. ¿quién sabe? ¿igual él también sufre y la echa de menos a su manera? podríamos soñar en que llega un momento en que la busca, que la echa de menos intensamente, que la necesita...igual... el sapo se convierte en buena persona...quizás...aunque los príncipes no existen y los sapos...siempre son sapos.
Un saludito y feliz fin de semana.
Qué bonito relato, Conxita, y también qué triste. Una situación que puede ser tan cotidiana hoy día entre tantas personas y que sin embargo es única para cada uno de ellos. El amor y la ilusión llegan como y cuando quieren, atados a la persona que quizás menos nos convienen como si fuesen globos de colores. Y lo mismo que los globos, sabes que algún día dejarán de estar flamantes, brillantes y llenos...
ResponderEliminarElla quería demasiado a una persona que sabía que no podía ser para ella. Pero no le importó precisamente porque quería demasiado :)
Una sección muy interesante, me ha gustado mucho esta primera historia con la que la inicias.
Un gran abrazo!!
Gracias Julia por tus bonitas palabras.
EliminarComo bien dices el amor y la ilusión llegan cuando llegan y no se puede elegir. Ternura, pasión, amor, él parece que él también lo siente y sin embargo, olvida sin mirar atrás, deja de ser brillante, lleno de promesas preciosas y se va haciendo pequeño, desapareciendo deshinchado, sin fuelle, sin nada...solo restos de un brillo que quizás no era cierto.
Ella quería demasiado, pero parecía que él también, él le dedica esos momentos, esa ternura que ella nos transmite y que él le da, jugando a esos mismos juegos que ella...¿por qué él es distinto? ¿por qué él no se enamora? ¿por qué puede desaparecer sin más, sin preocuparse por ella?
Me alegra que te haya gustado la historia y esta sección en la que espero no decepcionaros.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Hola!!!! Me ha gustado mucho, me imagino lo doloroso que tiene que ser querer tanto y que de repente un día nos dejen, así, sin más, como si nunca hubiese ocurrido.
ResponderEliminarEstoy deseando leer el siguiente.
Un besito.
Gracias Marigem por tus palabras, me alegra que te haya gustado.
EliminarElla siente dolor porque ha dado mucho y ha creído en él, que lo que se daban, lo que sentían era auténtico. ¿Se engaña? un poco las personas siempre nos engañamos y dicen que no vemos las cosas aunque estén delante de nuestras narices.
Es doblemente dolorosa la indiferencia con la que él desaparece, como si aquellos interludios inocentes no hubieran significado nada de nada. Uno se pregunta, si tan poco le interesa, ¿por qué estuvo? ¿qué le daba ella para que él estuviera feliz con ella? ¿por qué no se pone en el lugar de ella? ¿no la echa de menos?¿por qué se va así?
Estaría bien saber que es lo que él siente y por qué lo hace...
Un beso también para ti. Feliz fin de semana
Hola!!!! ¿Sabes qué me encantaría? Que contaras esta misma historia desde el punto de vista de él, contestando a todos los interrogantes que me planteas, estaría genial.
EliminarUn beso.
Magnifica idea. Le daré vueltas, sería interesante.
EliminarUn beso
Un relato que empieza lleno de nostalgia, sigue con los recuerdos de lo que fue un periodo feliz e ilusionante lleno de pasión, diría que respetuosa, pues no llegó a mucho más que las caricias y esos besos delicados. Después la despedida sin despedirse de forma adecuada.Y ese mensaje en el que se intuye un : Ya no te veré más.
ResponderEliminar¡Precioso! ¡Nostálgico! y triste, muy triste.
Creo que esta serie relatada de mujeres y hombres que aman demasiado va a estar la mar de interesante.
Besos Conxita.
Bonitas tus palabras Francisco.
EliminarTienes razón que que parece respetuoso, tierno, apasionado y después...uno no acaba de entender el por qué desaparece sin mirar para atrás, y sobre todo sin pensar en ella que lo echa de menos.
Es un contraste, ese hombre que está durante todo ese tiempo con ella, que parece tan tierno y dulce como ella y después ese ser frío que desaparece sin más, que no la recuerda ni parece ni echarla de menos...¿quién entiende el por qué? ¿él la ha querido? Espero que sí...aunque mucho me temo que la respuesta es que no.
Espero no decepcionarte con tantas expectativas sobre esta serie.
Un beso, feliz fin de semana largo
Hola Conxita,
ResponderEliminarqué triste historia. Nunca enteré cómo es posible que alguien (ya sea hombre o mujer) pueda decidir desaparecer del mapa de esa forma tan fría. Es muy dolorosa para la otra parte.
Me ha gustado esta serie. Me quedaré por aquí para leer las siguientes entradas ;)
Feliz puente, besos
Hola Erika, gracias por tu comentario.
EliminarEs difícil entender por qué se hacen las cosas, y mucho menos en el amor. Tienes razón que estas desapariciones son especialmente dolorosas porque, como ya comentamos con el relato de los Missings, se necesitan espacios para explicar, para saber los por qué, pero también se ha de ser valiente y afrontar los momentos dolorosos, tanto para ella como para él. Tampoco sabemos qué es lo que piensa él, por qué lo hace...parece que como mínimo ama menos y sobre todo, no se preocupa demasiado por ella. Y en una relación tan dulce como la que parecía que tenían, hubiera sido lo mínimo...¿no te parece?
Me alegra que te guste la idea de esta serie. Creo que el amor y sobre todo, las distintas visiones de cómo se ve el amor, pueden ser interesantes, bajo el nombre de amor hay cosas que no lo son.
Feliz puente también para tí.
Un abrazo
Tu historia me ha recordado una frase que leí una vez: "Cuanto más pequeña es la esperanza, más nos aferramos a ella". Yo creo que con el amor a veces pasa lo mismo. Hay personas que aman tanto que cuando le dan una migajita de amor les parece el Paraíso, como a tu protagonista, para quien un breve encuentro significaba tanto. Me ha gustado mucho, Conxita. Te felicito. Un beso
ResponderEliminarGracias Ana, que frase más oportuna. Sí,quizás la protagonista se aferra y conforma con algo tan pequeño, porque seguramente lo ama demasiado. Intenta disfrutar de ese momento intensamente y cuando lo pierde, así de repente, se siente mal y sola, sobre todo porque él no está a su altura. Aunque quizás le podríamos decir que "es mejor amar intensamente que haber pasado por la vida de puntillas, sin entregarse de verdad", que no se lamente de haber amado, peor para él.
EliminarMe alegra que te haya gustado, gracias por tus bonitas palabras.
Un beso
Genial, gracias por compartir un relato tan apasionado y una perspectiva de amor, espera y sufrimiento que puede terminar... (o acaba de empezar?) de muchas formas...
ResponderEliminarFeliz semana¡¡¡
Gracias a ti Francis por tus palabras y tiempo.
EliminarNo se sabe qué nos depara la vida o ¿si? En el amor es lo mismo, a veces las cosas se ponen muy difíciles y cuando se está a punto de tirar la toalla...todo cambia. ¿Quién sabe? ¿Es el fin? ¿es un principio? Es algo distinto y evolucionará a---¿ peor? parece difícil, ¿a mejor? ¿quien sabe? ¿Qué siente él? ¿Siente? ¿la quiere?...no lo parece, pero las cosas no siempre son como parecen. En el relato, como en la vida...siempre surgen más preguntas.
Un saludo y feliz semana también para ti.
Hay una frase de mi poeta de cabecera que dice "Nunca te quise mas que cuando te deje marchar".
ResponderEliminarEsos amores que se saben limitados por fuerzas exteriores. Pero aún asi avanzan. Que se sabe que acabaran, pero se sueña con que no lo hagan.
Existen.
No hay excusa para acabar sin despedida. A ese seguro que en Bilbao le llueve todos los días.
¿De quién es Guille la frase? triste, pero realmente si quieres a alguien, quieres lo mejor para esa persona. Aunque a veces...¿sabemos qué es lo mejor?
EliminarEl amor no se decide, aparece. Tiene vida propia y con frecuencia aquel amor que menos nos conviene, es el que más apetece.
Tienes razón Guille que, quizás lo peor es la manera de marcharse, esa indiferencia por los sentimientos de ella, porque yo creo que él no puede ser tan "desalmado" como para no sentir nada, sobre todo después de compartir esos momentos de ternura, que me gustaría pensar que para él también han significado algo porque si no...parece como muy tonto, ¿qué hace con ella? ¿jugar? Yo prefiero pensar que es un cobarde, quizás hasta un incapaz en el sentido emocional, al que le dan miedo las emociones o lo que ellas provocan...no lo sé...¿qué piensas?
Jaja. Me ha gustado lo de la lluvia...mejor, ¡chuzos de punta!
Un abrazo
La frase es de Benjamin Prado.
EliminarHay que tener cuidado en escoger el amor que menos conviene, suele conducir a los mas grandes naufragios. No está del todo mal añadir un poco de cerebro a los asuntos del corazón.
Irse sin despedida y sin avisar es una cretinada, ese hombre no se merece el cariño de esa mujer.
Si, y que la nube le persiga. El resto bajo el sol y el cretino bajo la nube de los chuzos de punta.
Aterrizando en tu blog, que post tan original comparte lo que dice Marigem me encantaría contado desde el punto de vista de él jejeje. Gracias wapa por tu visita que curioso tu blog me gusta lo veo original me intriga ir visitando tus nuevas entradas, me quedo de seguidora y si tienes twitter ya me dices. Un beso.
ResponderEliminarGracias Natalia y bienvenida al blog. Me alegro que te haya gustado.
EliminarComo le dije a Marigem...le daré vueltas a lo de contar la historia desde la perspectiva de él...aunque tengo un problema con eso...he pensado estos relatos con un hilo conductor de "mujeres o hombres que aman demasiado"...y no sé si él entra en la categoría, ni siquiera de amar un poquito o igual, si le doy una oportunidad puede ser que tenga miedo de sentir de verdad, y que todo se complique...que es lo que pasa cuando se quiere de verdad...pero seguro que lo intento.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Gracias Julio David por tu tiempo.
ResponderEliminarNo me gusta pensar que nos han de dañar para sentirnos vivos...es cierto que se da con mucha frecuencia y a la pobre protagonista de mi relato la dañan y mucho, pero de verdad...¿sólo nos podemos sentir vivos si nos hacen daño? ¿no podemos disfrutar de lo que nos ofrece la vida, en este caso, el cariño, la ternura, el respeto..que le ofrece ella? ¿por qué dañarla en lugar de quererla intensamente? ¿Por qué parece que gusta tanto complicarse la vida y sufrir? La vida es parca en opciones, no acostumbra a dar muchas oportunidades de que te amen intensamente...y cuando llegan...con frecuencia se derrochan...¡Qué triste!
Un saludo
Ufff...
ResponderEliminarSon opciones. Eliges. Eliges vivirlo aunque sepas que tiene un final. Que es un amor marcado. Y aún así, lo eliges, y cuando sucede lo inevitable te resistes a aceptarlo. Ese es el problema. Porque mientras... que te quiten lo bailado.
La forma de irse él... Hay muchas formas de irse. O miento, hay dos: bien o mal. Él lo hace mal. Innecesario.
Un abrazo
Gracias por leerlo Ana y comentar. A veces yo tengo la sensación que en las cosas del corazón no se elige, porque cuando se elige se ven las opciones...a mi entender la protagonista no elige, se deja llevar por los sentimientos, quizás se enamora del amor y de lo que siente por él...y el amor...no siempre es muy listo, más bien se elige a quien no lo merece y a quien hace sufrir.
EliminarLa forma de irse de él...para mí la pregunta sería ¿estuvo alguna vez? Seguramente no y probablemente ni la recuerda ni a ella ni a esos momentos. Es más fácil ser así, innecesario, frío y cruel pero mucho más cómodo, seguro que él no sufre.
Un beso
El filosofo Blaise Pascal ya decía en sus tiempos que si no se ama demasiado no se ama lo suficiente. Amar profundamente es darse todo y puede ser el cielo si ambos así lo entienden, pero hay que entenderlo en su exacto orden. La mujer es mas dada a un enamoramiento profundo, pero precisa que el hombre le corresponda igualmente, porque de no ser así, puede suceder que a ese hombre que tanto cree amar, no lo quiere tal como es, sino como a ella le gustaría que fuese. Obsesionarse por un hombre y llamar a esa obsesión "amor", descontrola nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta.
ResponderEliminarSabia reflexión Marcos. Comparto que es mejor amar aunque sea demasiado que quedarse sin saber qué es amar.
EliminarLa protagonista del relato pensaba que él la amaba, que él la correspondía y lo parecía, aunque las cosas nunca son como parecen y menos en el amor.
Déjame añadir unas palabras de El principito que me parece que lo explican muy bien.
"Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza.
Y conocerse es justamente saber de ti, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error.
Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría. Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía.
Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar. Ya entendí - dijo la rosa. No lo entiendas, vívelo - dijo el principito"
Un cordial saludo
Una hermosa aunque triste historia, ha de ser muy fuerte y sincero el amor para mantener una relación en la cual uno de ellos no es libre. Es cierto que la manera de alejarse él no es la más adecuada, pero a veces cuando ya se sabe que la relación ha de terminar, lo mejor es no hacerla más difícil.
ResponderEliminarEl amor en ocasiones viene a destiempo, y es un sentimiento incontrolable en el que pones todo tu corazón. Amar sin pedir nada a cambio.
Precioso relato Conxita.
Un abrazo.
Gracias Mila por tus palabras. El amor siempre ha de ser fuerte y sincero para mantener una relación.
EliminarEn el caso del relato ninguno de los dos era libre, pero ella se había enamorado sin elegir, de forma desinteresada y pensaba que él también.
Ella ama, le da un lugar en su corazón para que se quede en él- de acuerdo con el pequeño principito- y espera que él le guarde un lugar en el suyo.
Parece que se equivoca.
Me alegra que te haya gustado Mila.
Un abrazo
Llega la tarde en que no se produce el encuentro. No sé si había pasado de ser una ilusión regada con la ceguera.
ResponderEliminar¿Nos podríamos educar en ello?
Abrazos.
Gracias por pasarte Ignacio.
EliminarCreo que tienes razón que era sólo eso ilusión y ceguera, ella veía lo que quería ver y resulta que no había nada.
¿Educar las emociones? ¿ser más inteligentes emocionalmente? seguramente seriamos más equilibrados y nos llevaríamos menos desilusiones o las mismas, porque el problema del amor es que llega cuando no lo esperas y de las personas seguramente menos oportunas y eso...por mucho que se eduque...no sé yo...
Respecto a las desapariciones, no enfrentar los conflictos, no decirle al otro mirando a los ojos que no vas a volver...eso, creo que es una cuestión de respeto, de valores, de no ser cobarde...y por desgracia, en aras del no tengo tiempo, se pierden principios muy importantes.
Dedicar tiempo a una persona a la que amas como hace la protagonista del relato, eso nunca puede ser algo que esté de más, decirle a una persona que lo llevas en el corazón y demostrarlo con pequeños gestos, ese te pienso, te siento, te recuerdo....eso es amor y aunque no sea correspondido como le pasa a la pobre mujer que ama demasiado, es mejor amar demasiado y querer darlo todo, aunque se sufra, que perderse o despreciar todo eso.
Un abrazo
Al leer tu relato he tenido la sensación de que me perdía algo. No sé, referencias a una historia que quedaba por detrás... Una casa nueva, Bilbao, vidas comprometidas. Claro está que con lo que nos marras nos dejas muy clara la situación, pero no sé, es como si tú tuvieras muy claras esas otras vidas que a nosotros solamente nos dejas atisbar y con ello nos mantienes en la intriga y las ganas de tirar de esos hilos. Es por ello que el relato engancha enseguida (no sé explicarlo mejor).
ResponderEliminarNo voy a entrar a opinar mucho sobre el comportamiento de él, porque, como tú, pienso que algo debe de haber para que mantuviera esa misma situación. Quizás fue cobardía, quizás fue apego a su burbuja de comodidad..., pero lo que no me creo es que no hubiera remordimiento (si me atengo a lo que nos has narrado, claro) Eso, quién mejor puede contárnoslo eres tú, porque como ya te han dicho en otros comentarios, me parece muy buena idea que nos relates ese otro punto de vista.
Ah, y me parece también muy buena idea esta serie que comienzas. Espero tus historias
Besos
Hola Isidoro, gracias por leerlo y comentar.
EliminarMe encanta haber sido capaz de generar intrigas y sí ella cuenta unos momentos que por haberse acabado le duelen, está enamorada de él y esos momentos robados al día a día le saben a cielo, porque él hace algo por ella, porque busca y encuentra momentos para estar con ella y pobrecita, ella lo cree enamorado y quizás sí como tu dices, porque él mantiene esa situación y uno se acaba preguntando ¿qué le da ella? ¿se siente feliz con ella? ¿Pesa más, me encanta tu frase, su burbuja de comodidad? ¿por qué no quiere seguir viéndola? ¿qué le pasa? ¿por qué es tan fácil para él renunciar a verla? ¿No la echa de menos?
Supongo que estas y muchas más preguntas sólo las puede contestar él, sobre todo una...realmente ¿la quiso? ¿la quiere?
Un saludo
Hola, Conxita, precioso relato y muy triste. En este caso no puedo entender, al igual que le ocurre a Erika, que alguien que se supone te ama se marche sin decir nada. Por mucho que se intuya ese final creo que en una relación lo mínimo que se puede "exigir" es claridad y un último detalle de pundonor.
ResponderEliminarSeguiré con expectación los demás relatos de esta serie que, sabiendo como escribes, será más que interesante.
Gracias por regalarnos tan bonitas historias.
Un beso.
Gracias por leerlo Kirke y por tus bonitas palabras.
EliminarEs triste porque ella lo ama demasiado y no entiende su desaparición como si aquello que han vivido no le hubiera importado. Quiero darle el beneficio de la duda y creer que para él también ha significado algo, parecen haber sido semanas, meses...eso si el otro no te aporta, no se entiende. ¿Y por qué desaparece como si ella no le importara? ¿Tiene miedo? ¿Se asusta de lo que siente? ¿le dan miedo las complicaciones y entonces renuncia a ella? Lo único que sabemos es que toma el camino de los cobardes, distancia, palabras frías e inadecuadas y una ausencia de empatía con el amor que ella siente...
A mi me parece que hubiera sido más fácil mirarla a los ojos, abrazarla y decirle, al menos, lo que había significado ese tiempo con ella, al menos darle eso, pero eso sería si la quisiera y realmente, sobre eso...se generan muchas dudas.
Un beso y feliz semana
Empiezo a tener mono de una nueva entrada.
ResponderEliminarEn otras palabras, aparca un poco la navidad y saca algo.
....please
Gracias Guille, espero estar a la altura...
EliminarSoy más lenta que vosotros escribiendo y estos días, voy fatal de tiempo.
Un abrazo
Bonito relato, emotivo. Me ha recordado una historia vivida en propia carne.
ResponderEliminarExcelente prosa.
Un abrazo
Muchas gracias Marybel por tus bonitas palabras.
EliminarHace tiempo leí una frase que incorporé en el blog en el apartado de "Me gusta" de un poeta mexicano que decía "No leemos a otros, nos leemos en ellos" y realmente a mi me parece muy adecuado. Las historias nos despiertan emociones, sentimientos y reflexiones, nos hacen vivir y revivir situaciones parecidas.
El tiempo al final todo lo relativiza y diluye. Espero que también en tu historia así haya sido, pero mira mejor "amar intensamente, que pasar por esta vida de puntillas, sin querer ni sentir", más se pierden quienes no aman.
Un saludo