Miriam cogió el décimo de lotería. «Este
año, nos toca». Sonrió. Eso era lo que pensaban los millones de personas que
seguían comprando una lotería que pocas veces les tocaba. Recordó la voz de
su abuela cada vez que se quejaba.
—Siempre hay alguien a quien le toca, mi niña.
—Pues yo no conozco a nadie y el poco dinero que tengo no lo pienso
desperdiciar.
—Hija no te quejes, lo que importa es la salud y de esa, tú tienes.
—Ya abuela y el dinero no sabes lo bien que la cuida.
Su abuela movía su azulada cabellera cana.
—Tan joven y tan descreída. Si yo pudiera…— Y la voz se le desvanecía a aquella
mujer que hasta hacía escasos años seguía limpiando escaleras, se le iluminaba
la cara mientras soñaba con regalarle la suerte. Miró el décimo y lo guardó en
su bolsillo. Ay cómo echaba de menos esa sonrisa de su abuela mientras
le regalaba el boleto lleno de promesas y todo aquello con lo que fantaseaban
antes que se les rompiera el ensueño.
—Una casa más grande. Y también que nos vayamos de vacaciones, a una playa
de esas de los anuncios. Y que puedas hacer ese curso de peluquería, tienes
mucha gracia para arreglarte y hasta puedes poner un negocio—. Y la abuela seguía
desgranando todo lo que harían igual que en el cuento de la lechera. Y la pobrecita se murió sin ver ni un solo
duro.
Miriam apretó los labios. Soñar no daba para comer y lo poco que tenía en
su vida se lo había ganado a base de hacer horas y de esos espantosos dolores
de tanto agacharse recogiendo la basura de otros.
No había vuelto a comprar ni un décimo ni una participación ni nada de nada
desde que ella ya no estaba. Si te lo
ofrecen, tienes que comprarlo. Ni hablar. Se negaba. Y en todo ese tiempo, al resto de sus conocidos les había ido igual de mal que a ella porque no
habían ganado ni un euro.
Siguió limpiando. Cerró la ventana, tantos contrastes la tenían acatarrada,
le dolía la garganta pero ni pensar en cogerse una baja. No había ahorros para
aguantarlo. Con la crisis, muchos de sus empleadores habían prescindido de sus
servicios. Los malos tiempos habían llegado para todos pero la intensidad del
golpe no siempre era la misma, ella cada vez echaba más horas y ganaba menos
dinero.
Mañana tenía una nueva entrevista, a ver si esa vez sí tenía suerte y la aseguraban. ¡Ojalá!
Llegó a la recepción y guardó todos los útiles en su sitio. Lola, su
encargada, era de lo más quisquillosa con el orden de los otros y ella no
quería problemas. Juanjo estaba en el mostrador haciendo aquellos mini abetos
de navidad con tapones de corcho que regalaba a todos los del edificio. La miró.
—Miriam, aún no te he dado el tuyo.
—Gracias majo, mira que eres detallista.
—Me gusta ocupar las horas y no sabes las sonrisas que me regaláis.
Miriam cogió el abeto de navidad y lo guardó en el bolso. Al momento volvió
al mostrador.
—Juanjo no me acordaba, he encontrado este décimo en el baño.
El hombre lo miró.
—¡Anda, si va con dedicatoria!
—Sí, sí. No sé quién puede ser pero tú llevas más tiempo
trabajando aquí.
—No te creas. Aquí trabaja mucha gente, entran y salen continuamente. Podría
ser de cualquiera y esto es como el dinero, no tiene dueño. No sé yo si va a ser
fácil…
Miriam se alejó sin hacerle mucho caso, estaba cansada y con ganas de llegar
a casa.
Al día siguiente salió de la entrevista sabiendo que tenía un nuevo trabajo
y que dejaría de estar en números rojos. Conectó la televisión y ni siquiera
las mismas frases de cada año la pusieron de mal humor aunque no pudo evitar
burlarse.
—Al menos tenemos la salud, estaba diciendo el de la tele y ella le añadía
«anda qué eres listo como si tocarte la
lotería te pusiera enfermo».
—Había un 5% de posibilidades que tocara algún
premio y solo el 0,00001% de que te tocara el gordo. Miriam soltó una
carcajada. «Será tontolculo y ¿entonces
so cabezón para qué compras?»
Volvió a reírse, estaba contenta.
Al llegar al trabajo, no se encontró con nadie. Se ajustó los auriculares y conectó la música mientras empezaba a limpiar sus despachos
—¡Miriam… !— Su encargada apareció de la nada y la sobresaltó—. Te está
buscando todo el mundo.
—¿A mí?—Desconectó la música. ¿Alguna queja? Nadie le había dicho nada, consiguió articular un hilillo de voz— ¿Por
qué?
La otra no le dijo nada. Miriam dejó la mopa y la siguió angustiada. Eso
no era normal pero al bajar a la recepción le tranquilizó ver la sonrisa que Juanjo
le dedicaba.
—Sí, ya ha llegado. Sí, está aquí—. Colgó el teléfono y se la quedó mirando
sin decir palabra.
—Pero… ¿Qué pasa? Me estáis mosqueando.
Sus compañeros la hicieron callar. Miriam sacó el trapo del polvo del bolsillo y empezó a moverse de un lado a
otro.
—¡Estate quieta mujer!
Lola le soltó un berrido pero ella no podía parar. Al poco, apareció una
mujer apresurada, roja como un tomate y que en lugar de caminar parecía dar saltitos
como electrificada. Sonrió con todos los dientes a Juanjo que la señaló.
—¿Miriam? Soy Montse.
Sin saber el motivo se puso roja como una cría avergonzada.
—Quiero darte las gracias.
—¿Por?—Le molestaban las risitas de los otros y ese misterio que
todos parecían conocer excepto ella. Eso parecía un auténtico diálogo de besugos.
—Ayer le diste a Juanjo un décimo…
—¡Anda! Eres ¿esa Montse?
La mujer ya no se contuvo y la abrazó, al tiempo que empezaba a balbucear y
la apretaba con fuerza.
— ¡Me ha tocado!
Míriam consiguió desembarazarse.
—El décimo que me devolviste ha tocado. ¡¡El gordo!! Me ha tocado el gordo.
En un segundo pasaron por la mente de Miriam esos sueños de la abuela que, sin saberlo, tan
cerca había tenido. Sonrió con una cierta tristeza.
—Vaya, así que sí toca.
La mujer volvió a cogerla, mientras iniciaba un baile con ella
entre risas y gritos, que la hacían sentir muy incómoda.
—¡¡¡El gordo!!!! ¡¡¡Me ha tocado el gordo!!!—le apretaba tanto las manos
que le dolían— Gracias, muchísimas gracias.
Miriam enrojeció como si la otra pudiera leerle los pensamientos pero Montse seguía parloteando.
Sacó un sobre.
—Esto es para ti. —Miriam lo cogió sin saber qué hacer ni decir pero su
encargada no fue tan discreta.
—Ábrelo ya tontorrona.
Volvió a ruborizarse. ¡Buf! Allí había muchos billetes. Los tocó
casi con miedo. Alguno de esos no los había tenido nunca. ¡Estaban tan nuevos! Le temblaban las manos. ¿Era suyo? No se atrevía a contarlos. Había mucho dinero, al menos para ella.
Sonrió.
¡Ay, abuela que
me ha tocado la lotería sin comprarla!
Empezó a llorar mientras pensaba en todos
esos agujeros que ella sí iba a tapar.
Excelente relato Conxita. A veces la suerte no consiste precisamente en comprar un décimo de lotería, como bien nos muestras en esta historia. Obrar según los dictados de la conciencia tiene su recompensa. Quizá si hubiera adoptado una actitud más egoísta y se hubiera quedado con un décimo que no era suyo no le hubiera tocado ni la devolución. Me ha encantado, un relato con un gran mensaje.
ResponderEliminarMis mejores deseos para ti en este nuevo año.
Abrazos miles querida amiga.😘😘
Hola Marina a veces la suerte es caprichosa y tienes razón que podrían haber optado por quedarse el décimo y a saber cuál hubiera sido el resultado.
EliminarLa protagonista ni se plantea quedarse con algo que no es suyo y eso la honra.
Muchas gracias por tus deseos, que son recíprocos querida Marina.
Feliz año.
Un beso enorme
Excelente cuento de Navidad.
ResponderEliminarBesos.
Es verdad Alfred me quedó un cuentecillo de Navidad, ligero y que espero os haya dejado con una sonrisa. Lo tenía que haber publicado antes del Gordo, bueno pues para el próximo sorteo del Niño o la Niña.
EliminarBesos y feliz año.
Buen año.
ResponderEliminarSalut
Bienvenido, benvingut Tot Barcelona a este espacio de letras.
EliminarTe deseo lo mejor en este año que ya hemos estrenado.
Salut, Salud
Muchoooo mejor que el de Alejandro Amenábar. ¿Por qué no lo han puesto en la tele este año? Nos hubieran hecho llorar a todos. A mí me ha hecho llorar.
ResponderEliminarFeliz año, Conxita.
Ayyy Sara qué dulce eres.
EliminarNo había yo pensado en el anuncio de Navidad, jajaja... Vaya tenía que haberlo mandado antes a los de la lotería.
Me alegra mucho que te haya gustado el cuentecillo navideño, a mi me gusta pensar que hay muchas Miriams.
Besos y muy feliz año
Yo también soy de lágrima fácil y tenía un amigo que me decía que si lloraba, "crecían las pestañas", así que las tengo larguísimas.
EliminarBesos
Un cuento precioso y propio de la Navidad. La suerte es eso, haber tenido a alguien capaz de enseñarnos a soñar pero siendo capaces de respetarnos a nosotros mismos y a los demás.
ResponderEliminarBesos Conxita
Es eso Ambar alguien que nos enseñe ese magnífico mensaje que tan bien has resumido, soñar pero respetándonos a nosotros mismos y a los otros, ¡¡¡Qué bonito!!!
EliminarMuchas gracias y un beso enorme
Ay por la vigen, que historia tan entrañable, así da gusto comenzar el año, con estas historias de buena gente, y es que ser honrada no cuesta y a veces, te dan sorpresas como a tu protagonista, anda que por otro lado piensas: y la alegría que le hubiera dado a la abuela si se hubiera guardado el décimo... jaja es que sale esa vena egoísta, vamos a hacé, es por la abuela... Un beso Conxita
ResponderEliminarAy Eme me has hecho reír con ese ser honrada cuesta, lo cierto es que muchos ejemplos no abundan de gente honrada al menos entre los que más vemos en las noticias, pero haberlas haylas y son muchas.
EliminarA mi siempre me sorprende la generosidad y el buen hacer de muchas personas, otras te decepcionan y esas parece que pesan más, pero mira me quiero quedar con todas aquellas que te hacen sonreír y tener la sensación de que hay mucha buena gente.
Besos guapa.
Tienes mucho corazón Conxita.
ResponderEliminarSe nota en todo lo que escribes.
Es una historia bonita y con final feliz.
Me ha gustado mucho.
Besos.
Ay Xavi ¡qué bonito! Gracias por esas lindas palabras.
EliminarNo sé si corazón pero sí me gustan y me interesan las personas. Pero no te vayas a creer que todas, hay algunas que más que otras jajaja, que también corre cada elemento por estos mundos que es para darle de comer aparte como dice la sapiencia popular.
Un beso enorme.
Feliz cuento de Navidad. Para soñar...
ResponderEliminarTe deseo muy buen año, Conxita. Muchos besos.
Cierto Ángeles ha quedado un cuento ligerito de esos que te hacen soñar un poco y pensar en muchas personas honestas y generosas que no salen nunca en las noticias.
EliminarA mi me gusta observar esos gestos de personas anónimas que cada día hacen su particular navidad, con pequeños detalles salidos directamente de su buen corazón. Me quedo con todos aquellos que regalan sonrisas auténticas y hechos que las corresponden.
Muy buen año también para ti y muchas espléndidas fotografías.
Besos
Yo tampoco le tengo fe, a pesar de que les ha tocado el gordo a personas conocidas.
ResponderEliminarUna cosa tan sencilla y lo bonita que la has escrito, Conxita.
Besos.
Pues mira Macondo en eso soy como la protagonista, ninguna confianza y tampoco conozco a nadie que le haya tocado, será por eso que apenas compro. Ahora he recordado que ni siquiera he mirado los números que llevaba, ahora lo haré... Anda que si resulta que soy millonaria jajaja...
EliminarGracias por tus bonitas palabras.
Besos
El premio que le tocó a tu protagonista tiene mucho más mérito que el de la dueña real del décimo premiado. Ese premio le tocó por buena persona y por honrada.
ResponderEliminarYo tampoco creo en la lotería, calculo las probabilidades de que me toque y se me quitan las ganas de perder el dinero. Paso a menudo delante del despacho de lotería Doña Manolita y cuando veo las largas colas de gente esperando me echo a reír, no entiendo cómo se puede perder dos o tres horas de espera para comprar un décimo que tiene las mismas probabilidades de ser premiado que otro comprado en cualquier otro lugar.
Pero la ilusión es un sentimiento muy bonito y es lo único que explica tanta expectación.
Por cierto, yo sí conozco a alguien que le tocó la lotería, aunque no fue el gordo de Navidad.
Un besote, guapa, y sí, siempre nos quedará tener buena salud.
P.D. El mural que sale en la foto es de Bruselas? Juraría que es el mismo rincón por el que pasé hace años pero había otra escena de cómic pintada.
Hola Paloma aunque la honradez y ser buena persona no sé yo si últimamente se da demasiado, aún somos unos cuantos los que seguimos creyendo en estos valores ¿no crees?
EliminarA mi me gusta pensar que sí que hay muchas buenas personas. Desgraciadamente parece que solo nos enteramos de todo lo malo que hay pero hay personas anónimas que en su día a día regalan humanidad y generosidad al prójimo y que menos que en estas fechas reivindicar ese hacer Navidad cada día del año.
A mi me pasa como a ti cuando veo las colas y claro que toca en estos lugares porque venden más que eb otras administraciones, pero personalmente aún me daría más "rabia" eso de llevar un número no premiado de una administración en la que ha tocado el gordo. Manias de cada uno.
La fotografía es de Bruselas, me encantaron esos rincones llenos de murales. Todos los que encontré los fotografié y en más de un relato los he usado. Llegué pensando que en lugar de tanta pared pintarrajeada como tenemos en mi ciudad, podrían tomar ejemplo.
Un beso guapa
Yo soy como Miriam. Siempre digo que no va a tocar. Mi marido es como la abuela, siempre dice que a alguien le toca. En fin, por ahora, yo gano, pero no pierdo la esperanza de que un día sea él el que acierte. Igual me parezco a la abuela más de lo que pienso.
ResponderEliminarUn gran relato, Conxita.
Un beso.
Rosa yo compro sin ninguna convicción, tan poca que hasta olvido comprobar los números.
EliminarHace unos años estuve muy cerca del gordo (me enteré a posteriori), de los cinco números que salieron llevaba cuatro iguales pero con tan poca "suerte" que justo el que era distinto era el del medio. El premio, unos 100 euros y una sensación de frustración por estar tan cerca y ser tan poco útil, aún me volví más descreída.
Pero sí a algunos les toca, pero tanto como para solucionarles la vida, eso ya no lo sé.
Seguiremos probando.
Besos guapa
Muy buen relato navideño, Conxita. La lotería es 'eso', una lotería, o sea, dificilisimo que toque. Yo juego poco, pero la superstición de coger el número de algún amigo conocido que haya comprado y yo lo sepa sí que me ha ocurrido tener que comprar porque en el fondo me pasa como a la abuela, que no pierdo la esperanza pese a saber lo muy muy muy muy muy muy difícil que ello es.
ResponderEliminarFeliz Año, Conxita
Es verdad Juan Carlos las probabilidades de que toque como decía el listillo del relato son muy bajas, pero seguimos probando y a alguno le toca.
EliminarIncluso los más descreídos, seguimos jugando por aquello de "y si...", porque te la ofrecen, porque todos en el trabajo han cogido, porque uno ha soñado con un número... supongo que seguimos deseando creer que nos puede tocar y si toca ha de ser fantástico, jajaja.
Besos y feliz año
Un bello texto muy apropiado para estos dias que estamos viviendo... La gran loteria, tengo claro, es vivir cada día...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Bonito y cierto Ildefonso, el premio gordo es vivir cada día y hacer que nuestros días cuenten.
EliminarUn abrazo
Cómo me ha gustado, Conxita. He visto a Miriam como si la tuviera a mi lado. Me encanta su escepticismo que habla de una vida muy dura. Y la generosidad de Montse que nos deja como en todos tus relatos el sabor de la esperanza en la bondad de las personas. Precioso. Un beso muy grande y gracias por escribirlo
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Impecable tu análisis como acostumbras querida Ana, la dureza y escepticismo de la protagonista habla de una vida dura, en la que nadie ni nada le ha venido regalado, en la que cada euro se destina cuidadosamente a cubrir necesidades y no hay presupuesto para sueños que se tengan que pagar. Pero también tuvo cerca a alguien que le enseñó a ser como es y eso tiene otro tipo de premios, mucho más importante pero que no soluciona los números en rojo.
EliminarMe gusta creer en las personas y en sus mejores capacidades, la mayor parte de las veces es así. Las decepciones y personas que no valen la pena que por desgracia existen, mejor apartarlas y olvidarlas de nuestras vidas, peor para ellas.
Un beso enorme
Hola guapa, la suerte es leerte.....y menuda suerte..
ResponderEliminarGracias, pasa buen día, besos de agua..
Don Vito ainnns qué bonito lo que me dices, gracias.
EliminarMe alegra que te gusten mis letras.
Besos y que tengas un gran día.
Me ha encantado el texto!! Muchas Felicidades!!
ResponderEliminarBesicos!!
Muchas gracias A little things por tu comentario y por tu tiempo.
EliminarFeliz año
Hermoso relato has hecho Conxita. Sí que hay personas honradas y generosas como tus personajes. Quizás la gracia de vivir sea ir encontrando a esos seres que valen la pena. El valor de las cosas materiales cobra sentido cuando falta lo indispensable, eso que queda en rojo. Pero una cosa trae a la otra y cuando uno se comporta bien con sus semejantes, recibe su recompensa. ¡Enhorabuena! Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAriel
Hola Ariel a mi me gusta creer en las personas y creo que hay muchas más honestas y generosas que de las otras, pero las otras hacen mucho ruido y causan mucho daño y siempre se habla más de lo negativo que de lo positivo.
EliminarMe gustaría creer que hay recompensas pero en la vida real no siempre es así y personas que hacen el bien no son siempre recompensadas pero como me dice alguien a quien quiero lo importante es sentirse bien con uno mismo, me parece un gran consejo y una buena manera de vivir.
Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Qué lindo gesto el de Miriam al devolver el décimo... y fue premiada doblemente: consiguió el trabajo que necesitaba y también el regalo agradecido de Montse para cubrir sus "agujeros".
ResponderEliminarUn relato muy bueno y tierno.
Besos, Conxita.
Hola Mirella como le decía a Ariel me gustaría pensar que buenos gestos tienen su recompensa pero no me engaño y no siempre es así. En este caso el buen hacer de esta mujer sí que recibe un premio y doble como dices.
EliminarY bien por Montse que podía haberse olvidado, que también los hay de desagradecidos por el mundo.
Espero que tu hermana esté mucho mejor.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso enorme.
¡Qué cuento tan navideño, Conxita! Siempre he pensado que al comprar lotería, lo que se está comprando es ilusión. Por supuesto las posibilidades matemáticas son ínfimas, pero es como decir que se escribe para llenar una página. Es algo más. Como así entendía su abuela. Y la ilusión es lo que nos mueve.
ResponderEliminarMiriam recibe ese sobre como premio a su honradez; el lector se lleva la lección de que nunca nos debemos olvidar de soñar. Un fuerte abrazo y que te traigan muchas cosas los Reyes!
Gracias David. Sí, me quedó un cuento muy navideño porque la lotería para muchos está asociada al inicio de las fiestas navideñas.
EliminarEl comprar ilusión era un buen momento para soñar juntas, la abuela y la nieta. Cuando se fue la abuela, la nieta se quedó también sin ilusiones y sí no se puede renunciar a soñar, aunque las cosas estén difíciles y aunque parezca imposible porque soñar es tan bonito.
Un objetivo es un sueño con patas, así que pongamos patas a nuestros sueños.
Un abrazo y espero que los Reyes Magos se hayan portado. La noche de Reyes siempre es mágica, hay tantas ilusiones y siempre se recuerda aunque pasen los años con una sonrisa.
Gran relato, Conxita, con un mensaje hermoso. Da que pensar. Me acuerdo de una peli antigua, creo que de JLLópez Vázquez, en la que se encontraban un maletín con un millón de pesetas en la basura. El azar es caprichoso pero, la honestidad, de una manera o de otra, tiene su recompensa. En todo caso, yo creo que es un rasgo que va incluido en la personalidad. No se puede evitar ser como uno es. Tú lo has expresado, ella ni se planteó el no entregar el décimo. En este caso, topó con otra persona honesta, y ese fue su premio.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu cuento, compañera
Que tengas un muy feliz 2018, y que sigamos compartiendo estos buenos ratos
Besos
Hola Isidoro tienes razón que la protagonista ni se lo plantea, es algo que va con ella como tú dices y en su caso tiene recompensa y sí fue afortunada porque se encontró con una persona agradecida y de eso tampoco últimamente vamos muy sobrados.
EliminarMe gustaría pensar que sí, que siempre la honestidad o el ser buena persona tiene premio, pero como decía antes no siempre es así, pero al menos esas personas se sienten bien con ellas mismas y eso para mi es un grandísimo premio, la honestidad, las personas que hacen lo que dicen, las que se comprometen, las buenas personas.
Me alegra que te haya gustado.
Esperemos que el 2018 sea un buen año y tengamos muchas lecturas compartidas querido compañero de letras.
Besos
Por lo menos su buena acción, su integridad moral, se vieron premiadas. Otra se hubiera quedado con el décimo. Pero quizá fue su incredulidad lo que le hizo comportarse así. Si hubiera sido una ferviente creyente en la buena suerte, como su abuela, no sé si habría obrado del mismo modo, jeje
ResponderEliminarAy la lotería... Todos hemos imaginado qué haríamos si nos tocara el gordo y algunos, entre ellos yo, he visualizado el hecho cada año pero sin tantos aspavientos. Cuando veo en la tele, año tras año, a esos grupos de gente dando saltos, con una botella en la mano chorreando cava, siento una envidia (hasta cierto punto sana) mezclada con rabia, porque hay que acabar diciendo siempre aquello de "mientras haya salud...", jajaja
Muy buen relato, Conxita, y muy propio de estas fechas.
Un abrazo.
Hola Josep Mª, tienes razón que podría ser que por su propia incredulidad ante la lotería, ni siquiera la tentara. Aunque me da a mi que ni siendo como la abuela se lo hubiera quedado. Hay veces que las personas que menos tienen, dan muchas lecciones de saber ser y estar.
EliminarTal y como he comentado yo soy de las totalmente incrédulas con la lotería pero es cierto que en alguna ocasión todos nos permitimos el lujo de soñar con ese Y si me tocara..., desde luego no me encontrarían en la puerta de la administración, jajaja
Y aunque parece que nos quedemos con el premio de consolación, lo cierto es que la salud, propia y la de aquellos a los que queremos es el auténtico premio y este año lo tengo aún más claro.
Un abrazo
Hola Conxita, con tu bonito cuento, el debate sobre la suerte vuelve a quedar abierto. Y aunque a veces hay que salir a buscarla, no tengo dudas que la suerte existe como un regalo del destino. Y quizás, la lotería sea solo una pequeña anécdota entre las muchas cosas que la suerte, el destino o incluso la casualidad pueden cambiar la vida por y para siempre.
ResponderEliminarFelices Reyes y dulce roscón con figurita de la suerte.
Hola Miguel la suerte también está como dices en salir a su encuentro, no esperar que todo venga hecho y en el valorar aquello que tenemos, que parece que solo lo valoramos cuándo nos falta.
EliminarEl azar, las casualidades influyen por supuesto y también nuestra actitud ante todo ello y sí, pueden cambiar la vida.
Muchas gracias por tus buenos deseos y espero que tus Reyes hayan sido muy generosos.
Besos
Precioso cuento de Navidad. Contagias ilusión y alegría.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn beso y espero que tus Reyes hayan sido muy gratos.
Besos
Yo también soy una escéptica de la lotería, pero mis abuelos todos los años compran el décimo con la esperanza de que les toque.
ResponderEliminarA veces la vida nos sorprende, incluso cuando nuestras esperanzas son mínimas o incluso nulas. Hay que tener más fe.
Un abrazo, Conxita y feliz día de Reyes!
Hola Sofia hay mucha gente que cree que les tocará y lo hace y a algunos más de una vez (vale esto es haciendo trampa) y muchos otros porque sueñan con ello y está muy bien para quién quiera hacerlo, claro que sí.
EliminarConozco a personas que compran la lotería y su mayor ilusión es regalar a los otros y eso me parece muy bonito. Soñar siempre es bonito y también pensar en todo aquello que sí tenemos y es mucho más valioso que la lotería.
Espero que hayas tenido un fantástico día de Reyes.
Besos
Qué gran ejemplo es este relato tuyo. Siempre me gusta pensar que las buenas acciones tienen su recompensa. En este caso, la honestidad de Miriam encontró la suya. Abrazos.
ResponderEliminarHola Marisa a mi también me gusta pensar que sí, que las buenas acciones se recompensan pero... No quiero pecar de buenista porque demasiadas veces no es así y la vida no es ni tan justa ni recompensa a aquellos que hacen el bien. Pero mira, yo prefiero creer que a la larga o a la corta todos reciben lo que se merecen, aunque no se vea, es aquello del Karma.
EliminarBesos
Ohhh, qué bonita historia para estas fechas :-) Un besote!
ResponderEliminarGracias Rocio, la lotería se asocia en muchos casos con el inicio de las fiestas navideñas.
EliminarFeliz año.
Besos
Me he alegrado un montón de que al final Miriam le tocara aunque sea un pedacito de lotería gracias a la generosidad de Montse. Pero ¿sabes? debo tener un lado malvado porque mientras leía pensaba… que no lo devuelva, que no lo devuelva, que va a tocar, que a ella le hace mucha falta.
ResponderEliminarConxita, los diálogos los bordas, no solo dotas de humanidad a tus personajes, sino de vida, a mi me parece estar oyéndolos hablar.
Voy a tener que comprar lotería a ver si así…
Muchas gracias Isabel.
EliminarCon frecuencia las historias reales superan a la ficción y me has recordado todas esas personas que llevan años jugando juntas, les toca y a la que lleva el número se le olvidan "los compromisos". Con demasiada frecuencia, el dinero saca lo peor. Creo que era Josep Ma que igual lo devolvía porque no creía en el azar, podría ser o no, a mi me da la impresión de que las personas honradas y generosas lo son siempre y si no es suyo pues no lo es.
Gracias por tus palabras.
Un beso enorme y espero que los Reyes hayan sido buenos contigo.
Que bonito mensaje subliminal subyace en tu historia.
ResponderEliminarQue personajes tan entrañables. La abuela, la pobriña, tan ilusionada con la ilusión de la lotería. La nieta tan realista y tan necesitada de suerte que le sonría. El compañero de recepción tan detallista él y tan agradecidos por las sonrisas de los demás. Y la generosa Montse que podría haberse ido sin más y por puro agradecimiento comparte parte de su premio.
En tu relato han ganado todos, hasta los compañeros cómplices que se alegran de la suerte que aletea a su alrededor.
¡Ahhh! Espero que con el final de la navidad no se vaya también ese espíritu que nos hermana de alguna forma.
me ha encantado, y te participo mi alegría.
Un beso.
Hola Francisco comparto tu deseo, me encantaría que ese espíritu navideño estuviera todo el año y no solo en unas fechas. De hecho seguro que sí pensamos todos conocemos a personas que lo practican a lo largo del año, esas personas sí son "la navidad".
EliminarLa abuela es de esas personas que disfrutan regalando, generosas, que busca el premio para los otros más que para ella.
La nieta pobre, bastante tiene con ir tirando pero ni se plantea quedarse algo que no es suyo y el compañero que reparte sonrisas y es que afortunadamente también hay gente así que nos dan lecciones de humanidad cada día y no esos que salen en las noticias.
Me alegra que te haya gustado.
Un beso enorme
Hola Julio David es cierto que un poco de cariño sí les tomo a mis personajes, intento que tengan opciones y a ser posible las mejores, aunque no siempre puede ser.
ResponderEliminarEscribir nos permite preguntarnos, interrogarnos sobre otras vidas y aunque puedan ser muy distintas de nosotros mismos, siempre hay algo nuestro al escribirlo. Supongo que tiene que ver con nuestra manera de mirar el mundo.
Un abrazo
¡ooohhh! ¡cómo me gustan las historias con final feliz! Con las pocas posibilidades que hay de que te toque la lotería, a la protagonista le tocó sin jugar. Quizás es que encontrarte algo que no es tuyo y devolvérselo a su dueño, lleva premio ;)
ResponderEliminarBuen comienzo de año, Conxita.
Muchos besos
Hola Erika te deseo lo mejor en este nuevo año.
EliminarCierto, lo de las probabilidades y la lotería es tan difícil que supongo que preferimos no pensar en ello y por eso se sigue comprando, como decía un compañero se compra ilusión.
Aunque sé que no siempre es así, me gusta pensar que el karma da a quién se merece y sí, devolver lo que no es de uno pues es un detalle. Ya sé que no pasa mucho pero puestos a preferir, yo prefiero creer que sí, que a cada cual le toque lo que se merece aunque a veces se tenga que esperar mucho.
Besos guapa
Lo de la lotería, me refiero a la de Navidad, es una cosa que se compra por costumbre y, generalmente, con mucha antelación. Creo que se hace así para que lo que se compra, en el fondo sólo ilusión, dure mucho.
ResponderEliminarLuego, cuando piensas que puede tocarte, a mí me entra una sensación de miedo. Tal vez el dinero también pueda traer desgracias o quizá es que uno se siente satisfecho con la vida y cree que no necesita más.
Un abrazo.
Así Soros tú también eres de los que crees que lo que compramos esilusión y ese imaginar todo lo que haríamos que durante unos días como en el cuento de la lechera.
EliminarNo sé si he experimentado esa sensación de miedo o de vértigo diría yo porque soy de las que no creo y acierto jajaja. Bromas al margen, qué bonito y qué sabiduría hay en lo que dices, ese estar satisfecho con la vida que se tiene y no necesitar más, porque al final lo que realmente necesitamos no se compra con dinero.
Aunque no todo el mundo está daría de acuerdo con eso porque hay muchas, muchísimas personas que se dejan la vida en busca de más de todo y se olvidan de las cosas importantes, esas que no se recuperan nunca.
Un abrazo
La gente que no es ambiciosa y se conforma con una vida modesta, suele decepcionar mucho socialmente. Se le identifica con esa expresión que utilizan tanto los americanos: "Son unos perdedores".
EliminarCarecer de ambición no está bien visto. Produce desconfianza.
Un abrazo.
Muy buena esa apreciación aunque muchas de las cosas que socialmente se valoran uno debería preguntarse el por qué. Ese tener tanto y de todo y no tener el tiempo para disfrutarlo, ¿de qué sirve?
EliminarMuchos triunfadores para mi no son más que unos pobres desgraciados, unos incapaces emocionales, esclavizados a conseguir más y más, sin saber disfrutar de una sonrisa, de una charla con los amigos, de una puesta de sol... Todo eso no da dinero pero ayuda a ser muy feliz.
Un abrazo
A veces la vida te cambia por una minucia, por cualquier detalle, y eso es lo que les ha pasado a Miriam y a Montse, una por comprar el boleto y la otra por devolverlo. Casualidades de la vida que cuando más lo necesita le toca la lotería sin comprarla. Los demás seguimos preguntándonos ¿Pero de verdad toca? porque este año igual que el resto, nada de nada. Te lo han dicho ya en un comentario anterior, muy buenos los diálogos, y muy naturales.
ResponderEliminarFeliz año Conxita, espero que el 2018 venga cargado de alegrías. Besos.
Da vértigo pensar que sí que una aparente minucia puede cambiar la vida, es ese devolver algo que no es tuyo, llegar tarde o pronto a un sitio, perder un vuelo, renunciar a algo o a alguien...la vida está llena de decisiones, pequeñas y grandes que lo pueden cambiar todo en un segundo, entre devolverlo o quedárselo.
EliminarEstoy contigo, ¿de verdad toca? A mi no. Otros compañeros han dicho que sí, pero yo no conozco a nadie que le haya tocado pero seguiré comprando porque si encima le toca a todo el mundo y eres de los que no lleva...ha de ser horroroso.
Gracias por tus palabras Jorge y sí, esperemos que el 2018 sea un buen año.
Besos
Eso sí que es Fortuna haciendo de las suyas.
ResponderEliminarSi la dejamos obrar, nos transforma.
Genial, Conxita.
Abrazos.
Ignacio ¿No dicen que la Fortuna es caprichosa? Si Miriam no hubiera devuelto el boleto, ¿le hubiera tocado? Igual si o igual no pero eso sería otra historia o la vida real.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo enorme
Una preciosa historia.
ResponderEliminarSu buena acción se vio recompensada.
Un beso y muy feliz nuevo año.
Amalia a mi me gusta pensar que sí, que su buena acción tuvo premio aunque no me engaño y sé que en la vida real no siempre es así, pero puestos a elegir yo me quedo siempre con los auténticos de corazón, con los generosos y con las buenas personas.
EliminarBesos y que tengas un maravilloso año nuevo
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ResponderEliminarHello Grazia.
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Regards
Hay veces que ser buena persona compensa (aunque no sea lo normal hoy en día)
ResponderEliminarUn abrazo
Hola David tienes razón en que parece algo poco habitual ese ser buena persona y que le compense, porque demasiadas veces lo que pasa es justo al revés, que la vida real no acostumbra a premiar a las buenas personas. Yo me quiero quedar con todas esas buenas personas anónimas que hacen pequeños gestos cada día para hacer del mundo un lugar mucho mejor que ese que sale a todas horas por televisión o en la prensa. Una que es un poco idealista.
EliminarBesos
Es curioso esto de la suerte, amiga Conxita. Te contaré algo de lo más surrealista que me ha ocurrido en la vida. Fue hace poco más de un año. No, ya te adelanto que no me tocó la lotería, jeje. Resulta que mi hija (tendría 5 años) participó en una carrera infantil junto a doscientos y pico niños en nuestra localidad, en una mañana que rompió a llover, cerca ya de las navidades. Al final del evento se sortearon tres enormes cajas de playmovil (más grandes que los propios niños) entre los participantes. Bueno, primer premio a un niño y aplausos claro.
ResponderEliminarSegundo premio, nada menos que a la amiga y compi de clase de mi hija Izaskun, (habían corrido juntas y entraron de la mano), y estaban juntas durante el sorteo. Imagina la cara de mi hija cuando su amiguita fue a recoger su enorme juguete entre la gran ovación, acto seguido se reunió con nosotros para el último sorteo.
Tercer premio… ¡¡para mi hija Izaskun!! Uff, una caja gigantesca con el palacio de princesas. Joder (perdón) todavía me cuesta creerlo.
Mira Conxita, por mucho que me esforzara, si me tocase el gordo de Navidad… jamás hubiera superado la expresión de felicidad que vi en mi hija ese día. Imposible.
Ni que decir tiene que juego a la lotería de Navidad, jaja.
Un fuerte abrazo, querida Conxita.
Vaya y te tocó la mejor de las loterías querido Paco y es esa felicidad de tu hija- Es que es tan gratificante cuando ves sus caritas y sientes esas emociones que los embargan, un magnífico premio. La mayor felicidad es cuando los vemos felices.
EliminarMe encanta pensar que Izaskun consiguió ese premio a su esfuerzo, seguro que es una experiencia que recordará ella y vosotros, muchísimas gracias por compartirla, es preciosa.
Un abrazo enorme y feliz semana
¡Me ha encantado el cuento! ¡Precioso!
ResponderEliminarEs perfecto para el anuncio de lotería del próximo año :-)
Jajaja MJ a ver si los de la lotería me leen y se lo apuntan. Yo encantada.
EliminarMuchas gracias por tus palabras y sé muy bienvenida a Enredando con las letras.
Si te apetece volver, me encantará saber tu opinión sobre los relatos.
Un saludo
Y claro, Conxita, un relato excelente, lo que alecciona y lo que emociona coexiste en perfecta armonía, característica que tu manejas con habilidad. ;)
ResponderEliminarQué amable eres Paco con mis letras, muchísimas gracias por esas palabras que les dedicas que te agradezco enormemente.
EliminarBesos
Yo estoy segura de que hay muchas personas que devuelven lo que se encuentran, incluido dinero en metálico. De hecho creo que son más que las que se lo quedarían. Pero aunque así sea, siempre está muy bien que haya historias edificantes como ésta.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy de acuerdo contigo Ángeles que hay muchas personas que devuelven lo que se encuentran y es como debería ser, y seguramente tienes razón en que son más que las que se lo quedarían, el problema es si se tiene la mala suerte de encontrar al que no devuelve. Pero siempre mejor pensar en positivo.
EliminarGracias por tus palabras.
Saludos
¡Hola Conxita!
ResponderEliminarFeliz año!, aunque llegue con retraso por la desconexión vacacional, pero he vuelto a repasar.. y me he encontrado con esta joya que nos regalaste. Me ha parecido un relato precioso, con una mirada tierna y entrañable hacia la vida rutinaria y sencilla de cualquiera de nosotros, a los anhelos, a los sueños, al desengaño, a las desilusiones y finalmente a la falta de fe. Pero a todo esto consigues darle la vuelta con un final fantástico, me ha emocionado.
Un abrazo muy grande Conxita.
Hola Xus, ¡qué buena es esa desconexión vacacional! Espero que lo pasaras fantástico.
EliminarEn Enredando con las letras no hay tiempos ni se llega con retraso, cuando se puede y apetece y a mi me encanta siempre encontrarte.
Gracias por esas bonitas palabras para el relato.
Ayer escuchaba a una persona que decía la vida es maravillosa pero no es todo azúcar y me pareció una buena definición. Creo que en eldía a día hay multitud de gestos que nos hacen ver que la gente puede ser muy buena gente, aunque por supuesto hay de todo, pero vamos a quedarnos con lo bueno, que a lo malo ya se le da mucha publicidad.
Me gusta pensar que las buenas acciones a veces se ven recompensadas.
Un abrazo y muy feliz año también para ti.
... esa maldita honradez que destroza a los pobres ,... jajaja,... fuera bromas Bonita historia Conxita!
ResponderEliminarNorte cierto, cuando se es de una manera no se puede dejar de serlo. ¿Todo se puede comprar con dinero? Visto lo que vemos por estos mundos parecería que sí pero como decía Ángeles hay mucha gente que sigue devolviendo aquello que no es suyo y haciendo el bien y esos no salen en las noticias.
EliminarMe alegro que te haya gustado, muchas gracias por decírmelo.
Feliz fin de semana
¡Ay qué historia tan bonita, Conxita! A través del hilo conductor de su abuela y la incredulidad de Miriam respecto a la lotería has sabido transmitir una preciosidad de relato en la que, ella, al menos, ha tenido que ver para creer.
ResponderEliminarDicen que quien siembra gentileza, recoge amistad. Miriam lo que recogió fue un sobre como premio a su honradez y Sandra fue una ejemplo de persona noble con ese gesto de gratitud hacia ella, ¡qué sentimientos tan auténticos!
¡Encantada de llegir-te de nou! Un beset enorme.
Hola guapa
EliminarMe alegra que te haya gustado. La suerte o la lotería en este caso, genera en algunos mucha incredulidad como le pasa a Miriam, pero de lo que no tiene dudas es en devolverlo. ¿Qué hubiera pasado si se lo hubiera quedado? A mi me parece que la protagonista ni siquiera dudó. Me gusta pensar que sí, que se recompensa lo que las personas hacen aunque sé que no siempre es así pero en este relato sí. Puestos a preferir, pues prefiero eso, ¿no te parece Chelo?
Un petonet bonica i jo encantada de que tornis a estar per aqui.
Muy bien traída para esta fechas, y un gran ejemplo de honradez, que demuestra lo que yo siempre he pensado: que la suerte nunca hay que buscarla, ella, te encuentra a ti.
ResponderEliminarMuy bonito, Conxita.
Un fuerte abrazo.
Gracias Manuel, es un relato para estas fiestas que ya dejamos atrás pero con la esperanza de conservar ese espíritu a lo largo de todo el año.
EliminarNo se me había ocurrido pensar que es la suerte la que te encuentra, seguramente es así como dices.
Es aquello que se dice sobre que la vida nos da unas cartas y cómo las juguemos depende de nosotros.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Precioso cuento de navidad, me gusta el optimismo que destila y ojalá nos dure todo el año que faltara hará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Laura, como dices ojalá nos dure todo el año.
EliminarAsí que besos navideños fuera de navidad.
Hola Conxita,
ResponderEliminarEs una historia muy bonita. ¿Cuantas veces le he dicho yo a mi madre que no toca? y ella me espetaba:-¿Pero tu juegas? jajajajja!! A veces, el ser empatico, amigo o amiga, honrado o justo, También es suerte, de acordarte de aquellos que más te necesitan. Una historia que me recuerda al gordo de hace unos años. (El anuncio) Me emocioné al verlo, hoy me he emocionado al leer tu historia. Por cierto, no escribo tan bien como tú, pero si quieres, puedes leer en mi blog El Rincón de Keren. A ver qué te parece. ¡Feliz día!
Hola Keren muchas gracias por tu comentario y bienvenida a este blog.
EliminarMe has hecho acordarme con ese ¿pero tu juegas? del chiste sobre esa que va día sí y día también a rogar que le toque la lotería y al final Dios se le aparece para decir que al menos compre un número. Pues eso, intentar se intenta.
Me alegra haber sido capaz de emocionarte, gracias por decírmelo.
Mira cuando escribí el relato no había pensado en esos anuncios de la lotería, que a mi también en alguna ocasión me han hecho casi soltar la lagrimilla, pero bueno a mi no me cuesta y más desde que una persona a la que quería me dijo que llorar era bueno las pestañas crecen.
Por supuesto, será un placer pasar a leerte.
Feliz día
fantastico tu relato!! la suerte es muy caprichosa, y para nosotras es una suerte el que nos compartas cosas tan bonitas, abrazosbuhos!!
ResponderEliminar¡Qué bonito Buho evanescente, gracias por esas palabras.
EliminarCierto, la suerte es muy caprichosa y cuanto más la persigues, más parece escaparse.
Abrazosbuhos
Me gustaría agradecer a Sara este artículo que me ha hecho llegar con Ángeles, me parece una bonita muestra de que hay muchas personas como la Miriam de mi relato. Muchísimas gracias a las dos.
ResponderEliminarOs animo a leer este artículo ENCUENTRA 50 DÉCIMOS DE LOTERIA
Saludos
Este relato me lo había perdido jeje, muy bonito por cierto y muy apropiado para las navidades. ;). Un besazo guapa y un placer leerte siempre.
ResponderEliminarHola Natalia me alegra que te haya gustado el cuentecillo navideño y es que la lotería yo siempre la asocio a las fiestas, debe ser porque es el único momento en el que compro algo.
EliminarNo sé si has podido leer el artículo que he dejado arriba de encuentra 50 décimos de lotería, me lo mandó una compañera y es aquello de que la realidad siempre supera a la ficción.
Un beso preciosa y muchas gracias por ser siempre tan amable conmigo.
realmente ha sido un placer leerte
ResponderEliminarMuchas gracias Recomenzar, el placer ha sido mio recibiendo tu visita.
EliminarUn abrazo
LOTTO, lotería, premio mayor.
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Saludos
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