Querida Paloma.
Me duele saber que te defraudaré y te pido perdón por ello pero no puedo cambiar ni lo que pasó ni lo que fui.
…
Aquella extraña carta llegó a mis manos en uno de esos días en los que todo me salía mal. Mi despertador no sonó y salí de casa con más de media hora de
retraso, sin coger el paraguas y mientras
se me escapaba el autobús, el cielo decidió abrirse. Después algunos dirían que
fueron escasos minutos y un chaparrón de verano pero yo llegué a la
oficina como recién salida de la piscina. Después, mi día tampoco mejoró porque cuando un día empieza del revés, ya se sabe que cuesta
enderezarlo.
Así que cuando llegué a casa solo quería coger una cerveza del frigo, tumbarme en el sofá y con el mando de la tele pillar algún programa que convirtiera mi agotada mente en un encefalograma plano. Pero ahí, entre el correo por abrir, estaba ese sobre con mi nombre escrito a mano, en un azul medio deslucido, que parecía llamarme.
Paloma García Alegre
Era raro. A mí nadie me
escribía, excepto en épocas electorales todos los partidos del país (con
presupuesto) y el banco, y aunque tengo mis manías, esa falta de comunicación no me preocupaba lo más mínimo. Me molestaba mucho más el teléfono fijo. ¡Sí es odioso! Y aun así lo mantenía, era una extraña relación de amor y odio con él. Día detrás de día, me discutía con “amables” operadoras de otro continente, que me tildaban de idiota por no querer comprar sus servicios. Lo había
probado todo hasta mentir, con voz de falsete, diciendo que la señora no estaba en casa. Cuando
colgaba agotada, miraba mi minipiso y no podía evitar soltar una carcajada para aliviar mi tensión pero esas brujas no se daban por
vencidas y cada nueva llamada era una discusión. La última a la que colgué antes me había soltado ¿¡Ah! Así a usted no le interesa ahorrar? Me atraganté, intentando
contener la impotencia, encima quedaba como una estúpida derrochadora.
Pero ni así daba de baja la maldita línea, seguro que eso tenía que ver con la obsesión de mi madre por estar siempre comunicadas. Absurdo, lo sé.
Sigo que me distraigo. Volteé el sobre y no había remitente. A pesar de mi cansancio la curiosidad pudo conmigo. Sí, lo reconozco, soy curiosa. Lo abrí descubriendo un par de hojas sueltas que empecé a leer.
Sigo que me distraigo. Volteé el sobre y no había remitente. A pesar de mi cansancio la curiosidad pudo conmigo. Sí, lo reconozco, soy curiosa. Lo abrí descubriendo un par de hojas sueltas que empecé a leer.
Querida Paloma,Me duele saber que te defraudaré y te pido perdón por ello pero no puedo cambiar ni lo que pasó ni lo que fui.
Las primeras líneas me intrigaron. Reconocí la letra redondeada, un poco femenina, de Gustavo y algo en ese tono melodramático de su relato, desconozco el qué, me
erizó el vello.
Gustavo era una de esas personas entrañables que siempre habían estado cerca
de mí. Parecía no tener edad y sí tiempo para todos. Me caía bien y eso que su
profesión pegaba muy poco conmigo porque soy muy poco religiosa y él era cura, un cura raro pero lo era. Gustavo parecía buscar a Dios en
sitios que una diría que este no frecuentaba pero ¿quién era yo para decir
dónde estaba Dios?
Vestía como uno más de nosotros aunque quizás sus tejanos sí estaban demasiado bien planchados y en sus camisas jamás vi ni una sola arruga
y por supuesto, ¡Válgame Dios! ni una mancha. El hombre era pulcro hasta llegar
a la obsesión. Nunca lo vi con alzacuellos ni sotana, su vestimenta habitual en
las misas, a las que ni había asistido ni pensaba asistir. Se pasaba el día
haciendo actividades para el barrio y colaboraba con todas las que, desde la
asociación de vecinos, proponíamos. Pero su obsesión eran los chiquillos del hogar de
acogida, una casita del Rectorado que él había acondicionado, en la que vivían
unos ocho o, a veces hasta diez chavalines. Él era su principal impulsor. Era un
trabajador incansable. Si tuviera que buscar un adjetivo para describirlo diría
que era bueno así sin más.
Voy a centrarme en lo importante, en estos papeles llenos de su apretada
caligrafía azul y en eso que quería transmitirme.
Todo empezó el día que abrí mi puerta a
aquel tipo. Lo conoces, hablo de Julián. Él necesitaba ayuda y a mí me gusta
tender la mano a quién lo necesita pero algo en él era turbio y, no era porque
no aguantaba la mirada, que también, sino porque se notaba el mal que llevaba
dentro. Pero todo el mundo merecía una oportunidad y se la di. Dios me perdone
porque me arrepiento. lo he hecho tantas veces pero hay momentos en que uno
elige el camino equivocado y no se atreve a desandarlo aunque ¡qué sé yo!
quizás tampoco podía hacerlo.
Julián llenó mi vida de miedo. Así, un recelo frío y pegadizo que se coló en mi rutina y en mis sueños. No me fiaba de él y me culpaba por no hacerlo, no sé cómo explicar esa contradicción en la que vivía. Era muy sutil, educado hasta la desfachatez y aunque sabía que se burlaba de mí, no había nada que pudiera echarle en cara. Cualquier cosa que le pedía, se prestaba a hacerla con rapidez y diligencia y yo cada vez me sentía más atemorizado y temblaba como una hoja cuando él estaba cerca. Sin venir a cuento me chistaba al pasar cerca de mí y después se carcajeaba burlón.
«Pater qué le pasa que está tan cagao».
Me humillaba, cada día que pasábamos
juntos, él parecía crecer y yo menguar. No descansaba. Eran muchas las noches
en que notaba que había estado en mi habitación. No sé qué buscaba pero no era
nada sutil y dejaba mis cosas de cualquier manera. Sé que lo hacía a posta. Sabía
que no me atrevía a afearle su conducta. Las pocas veces que lo intenté, me había
clavado esa mirada azul acerado mientras sus puños se cerraban amenazadores.
«¿Algún problema pater?»
Y chascó los labios, burlón. Se me agarrotó
el miedo en la columna vertebral y no conseguí decir ni una palabra. ¡Patético! Supe
que no dudaría en hacerme daño. De hecho, sabía que me lo haría.
Empezó a frecuentar los mismos lugares a
los que yo iba. No te gustaba, a mí tampoco. Cuando no estaba detrás de mí,
estaba pegado a la pantalla del ordenador. Era rápido, nunca vi qué hacía.
Lo codiciaba todo y a todos con una voracidad
que asustaba. Se coló en mis actividades. Contestaba mis llamadas. Seducía a
las mujeres que venían a la iglesia, tuvieran la edad que fuera, no le importaba nada. Me suplantaba en el confesionario, hacía
bromas de mal gusto a los chavales de la catequesis e incluso se colaba en
horarios intempestivos en el hogar de acogida donde se ganó a unos cuantos
chavalines de los más mayores, a los que dejaba fumar maría o jugar a cartas
apostando lo que no tenían.
A veces desaparecía durante días y de
repente llegaban abultados ingresos en mi cuenta o me desaparecía dinero. Se me
acumulaban cobros de lugares en los que no había estado y amenazas de gentes a
las que no conocía.
¿Y yo que hacía? Me escondía. Sí, me
avergüenzo, pero lo hacía. Me mentía diciendo que buscaba pruebas, que lo denunciaría pero lo cierto es que ni siquiera me atrevía.
Un día me sorprendió. Lloraba tanto que me
avergoncé por despreciarlo.
Mientras se abrazaba a mí, me contó que estaba
enfermo y que necesitaba mi ayuda. No podía negarme y me exigió, ¡sí, me
exigió! que lo confesara. Sus lágrimas me conmovieron y aunque algo dentro de
mí sabía que era un error, accedí a escucharlo. Soy un cura.
Fue escalofriante, no había ni rastro de
contrición en él ni por supuesto arrepentimiento. Nunca en toda mi vida había
escuchado tanta maldad y mientras me aguantaba las lágrimas lo veía sonreír
burlón. Al acabar me soltó
«Gracias pater, supongo que no tengo que
recordarle eso del secreto de confesión. ¿A qué no?»
Seguí escuchando sus carcajadas mucho rato
después de que cerrara la puerta de la iglesia. No podía moverme, asqueado,
incapaz de reaccionar y en aquel momento supe que era cierto que el infierno se
vivía en la tierra. ¿Cómo sobrevivir a la calumnia y al horror que me había
pronosticado? ¿Denunciarlo? ¿Con qué pruebas? ¿De qué?
Dediqué muchas horas a intentar encontrar
soluciones, muchas pero nunca he sido un hombre muy despierto, soy simple y
simple me gusta vivir.
Imagino tu decepción, tú eres una mujer
valiente y honesta. Déjame abusar un poco más de tu paciencia y del cariño que
siempre me has tenido, te pido un último favor. Cuando hayas leído esta carta debes ir a
la vieja casona, en el armario grande de madera de la cocina encontrarás una
caja y dentro… Haz con ello lo que creas conveniente.
Y olvídame para siempre. No me recuerdes.
No existo.
¡Lo siento!
Gustavo
Ir a la segunda parte
Este relato surgió de una iniciativa en la que participé, en la que a partir de una imagen se trataba de escribir una historia, así surgió este Cuestión de ética.
ResponderEliminarEs la primera vez que publico un relato largo y lo he dividido en dos entradas un poco más largas de lo que habitualmente publico. Publicaré en unos días la segunda y última parte.
Espero que os guste y ser capaz de mantener el interés. Me encantará saber vuestras opiniones, muchas gracias por vuestro tiempo.
Besos
Escalofriante relato Conxita. He podido sentir la impotencia del pobre cura...la maldad existe y se aprovecha de los miedos que provoca. No me queda claro el final, intuyo que hubo un asesinato pero no estoy segura dado el terror que le inspiraba. En cualquier caso es un relato excelente y te felicito por ello amiga. Besos y abrazos.
ResponderEliminarHola Marina
EliminarEs la primera vez que escribo un relato tan largo en el blog y me preocupaba que fuera excesivo si lo hacía en una única entrada y por eso, he optado por dividirlo en dos entradas, con todos los inconvenientes que eso tiene porque queda incompleto y no se entiende.
Te agradezco enormemente tus palabras y tu tiempo.
Besos
Hola Conxita, un relato perfectamente trenzado en el que nos encontramos como el mal, el pesar y la incomodidad se van adueñando de un buen hombre que solo pretendía ayudar a sabiendas incluso que le podría perjudicar. El final abierto invita a saber que es lo que finalmente pasó con el cruce de estos dos hombres tan distintos. Un abrazo y veremos lo que sucede.
ResponderEliminarHola Miguel
EliminarGustavo sabe que la decisión de ayudar a Julián es una mala decisión pero no puede evitar ser como es. Son dos hombres muy distintos como bien comentas, el cura es un un hombre bueno y Julián es todo lo contrario.
Espero en la siguiente entrega poder resolver estos interrogantes que quedan abiertos.
Un abrazo
¡Uff conxita!
ResponderEliminarOye, no vale eso de dejarnos a medias¿eh?...
Has conseguido crear expectación con la gravedad de la carta.
Muy bien escrito, tanto la parte primera donde se describen las circunstancias, la forma de ser del cura, un cura de los que ayudan a las personas no desde el púlpito sino desde las acciones. Un contraste con la forma de ser de Paloma. Está bien que haya personajes oponentes, así puedes trabajar los diferentes puntos de vista sobre las situaciones.
Queda abierto a muchas preguntas ¿por qué lo aguanta tanto al tal Julián?, ¿es por algo más que simplemente la ayuda cristiana al pecador?...no sé, hay algo turbio o lo miso es que soy mal pensado y no me fío, en general, del clero por muy disfrazados que vayan de buenos pastores.
Lo dicho, has conseguido crear expectativa... a ver que pasa.
Un beso Conxita y hasta la próxima, compañera.
Hola Isabel me alegro haber conseguido esa expectativa y ganas de saber.
EliminarLo cierto es que no sabía cómo resolver la publicación de un relato tan largo y por ese motivo me planteé publicarlo en dos partes, también más largas de lo que habitualmente escribo. No sé si es un buen método pero al final opté por este.
Creo que Gustavo es por encima de todo un hombre bueno, que se ve superado por alguien que es su opuesto y le resulta muy complicado entender a un hombre como Julián que solo parece disfrutar haciéndolo.
Espero ser capaz de responder de manera satisfactoria a esas preguntas que esta primera parte se han planteado.
Besos
Conxita, lo leeré de corrido cuando publiques la segunda parte. Así me formo una idea más completa. Un beso.
ResponderEliminarGracias Ángeles no sabía muy bien cómo hacerlo porque es un relato bastante más largo de los que habitualmente publico y me decidí al final por dividirlo en dos entradas.
EliminarMe encantará saber tu opinión después de la segunda parte.
Besos
No me había dado cuenta de que había una segunda parte y me había gustado mucho incluso con ese final, pero me ha alegrado de que hubiera una segunda parte que nos diera luz al mismo.
ResponderEliminarMuy interesante, Conxita.
Besos.
Gracias Chema creo que la segunda parte puede dar algo de luz aunque espero no decepcionar expectativas.
EliminarMe alegra que te lo haya parecido y muchísimas gracias por tus palabras.
Besos
La trama, su perfecto desarrollo, es lo que realmente destaca de este escrito. El tema es de interés, cómo no, pero al faltar ese final evita dar la opinión.
ResponderEliminarEscribes muy bien, clara y determinada. Los temas, como digo, interesantes siempre.
Abrazos, Conxita.
Uyyy muchas gracias Ernesto por esa bonita opinión sobre mis letras, te lo agradezco enormemente.
EliminarEs un relato un tanto distinto de los que escribo habitualmente sobre todo por su extensión y eso me dificultaba la publicación en el blog, no sabía cómo dividirlo y sobre todo si conseguiría mantener el interés.
Esperaré con ganas saber tu opinión después de la conclusión del relato.
Un abrazo
Hola, Conxita:
ResponderEliminarMi interés ya lo tienes. Ese final me ha dejado en ascuas, ¿qué habrá en esa caja? Espero ya la segunda parte.
Me ha gustado por esas dos vidas -incluso tres- que en tan poco espacio presentas: la de Paloma, la de Gustavo y la de Julián. ¿Cómo continuará? Aquí estoy ya aspirando por la segunda parte. Has captado totalmente mi atención. Cada día me agrada más leer tus relatos.
Un beso
'suspirando', no 'aspirando'. Sorry!
EliminarMuchísimas gracias Juan Carlos me hace muy feliz saber que he conseguido ese interés y espero ser capaz de estar a la altura en la siguiente entrada con la que cerraré el relato.
EliminarMis protagonistas son personas muy distintas y me alegra haber sabido presentarlas. Como dice Jöel Dicker, Cada uno es responsable de su propia vida. Somos responsables de en qué nos hemos convertido.
Qué bonitas palabras Juan Carlos las que dedicas a mis letras, que sepas que te lo agradezco de corazón, me encanta que me digas que te gustan.
Besos
Se entendía pero aún mejor con tu aclaración.
EliminarBesos
Pero... Contxita, ¡mujer! No me puedes dejar así... comiéndome las uñas. Ya estás tardando en publicar el resto. Por favor. Abrazos.
ResponderEliminarJajaja Marisa.
EliminarLo siento, no sabía cómo hacerlo porque era demasiado largo para una única entrada.
Espero no decepcionarte con el resto. En unos días lo publico.
Besos
Si al principio de la lectura me hiciste sonreír con esas experiencias cotidianas (especialmente las odiosas llamadas de telemarketing), luego la cosa se ha ido volviendo cada vez más lúgubre y angustiosa. Me resulta muy elocuente y natural tu forma de narrar e hilvanar una historia, virando desde lo aparentemente intrascendente hasta la tensión emocional y el suspense. Esperaré pacientemente la continuación, pues me has dejado totalmente intrigado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uyyy qué bonito Josep Mª.
EliminarPaloma es alguien muy distinta de Gustavo pero aún y así se entienden, las personas aún siendo muy diferentes cuando quieren entenderse siempre encuentran la manera y lo hacen.
Veo que somos muchos los que padecemos esas llamadas jajaja
Espero ser capaz de resolver de manera adecuada el relato y no decepcionar esa intriga. Me costaba saber cómo resolver esta publicación tan larga.
Un beso
Caray con Julián, y pobre Gustavo. Me dejas con una intriga enorme, espero que no tardes en desvelar qué hay en esa caja que Paloma ha de buscar.
ResponderEliminarPor cierto, me sentí identificada con mi tocaya porque yo también, para desembarazarme de los pelmazos de las operadoras telefónicas, digo que soy la mujer que cuida los niños.
Intrigada me dejas.
Un besote, Conxita, y buen fin de semana.
Jajaja Paloma tu tocaya, tú misma y muchos somos los que sufrimos esas llamadas, algunas veces intentando ser lo más educada posible o ya inventando excusas porque son imposibles.
EliminarEspero ser capaz de responder a esa intriga. En unos días publico la continuación, me encantará saber qué te parece.
Besos guapísima
Nos has dejado con una intriga tremenda. esperamos con impaciencia, yo al menos, la segunda parte.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Rosa espero ser capaz de resolver de manera adecuada esa intriga.
EliminarEn unos días tengo previsto publicar la segunda parte y me encantará saber tu opinión.
Besos
Un relato que, aunque iniciado en principio con un personaje y su vida cotidiana, está narrado con un manejo cauteloso de la situación tras unirle con un segundo, y con ello despiertas más el interés de los lectores.
ResponderEliminarBesos.
Hola Suni tal y como comentaba es un relato más largo de los que habitualmente publico y no sabía cómo publicarlo en el blog y al final he optado por dividirlo en dos entradas.
EliminarMe alegra haber sido capaz de despertar el interés y espero que se resuelva también con interés.
Besos
Me gustó mucho este relato Conxita. Tanto la introducción referida a la vida "moderna" como luego la carta del cura. Que tiene, para mí, momentos impagables. Tanto por sus tribulaciones psicológicas como por alguna conducta inexplicable. Supongo que la continuación develará el misterio. Yo tengo elaborados algunos supuestos pero no voy a mencionarlos. Esperaré (con impaciencia) la continuación y la nueva lectura.
ResponderEliminarHola Nestor me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarQuería que el relato estuviera narrado desde una vida moderna como dices y que sus personajes no resultaran alejados de la cotidianidad.
Me encantará saber tus supuestos y ver si coinciden, qué intriga tengo ahora yo también.
En unos días espero poder publicar la continuación y saber tu opinión.
Un abrazo
Una excelente primera parte, llena de suspenso, escrita con tu característica soltura y la profundidad psicológica que exigen personajes tan complejos como Gustavo y Julián, a través de la descripción del cura.
ResponderEliminarAhora a esperar la segunda parte.
Buen finde, con un abrazo grande, Conxita.
Muchas gracias Mirella.
EliminarEs cierto que tanto Julián como Gustavo son complejos, especialmente el primero y figuras contrapuestas, todo lo bueno que es el cura lo tiene de malo Julián y a veces con esos personajes tan extremos me preocupa que queden muy estereotipados.
Tú tienes mucha experiencia con relatos largos y mantener el interés de los lectores, para mi ha sido la primera vez y no sabía cómo resultaría la publicación.
Espero que la resolución del relato no te decepcione, me encantará saber tu opinión.
Besos y feliz fin de semana
El suspense junto a la ética, muy buena primera parte para esperar la siguiente. Debe ser muy difícil para un cura guardar un secreto que aunque de confesión, aquí entraña uno o más "pecados" de los que más pesan. Ahora Gustavo deja la decisión en manos de Paloma.
ResponderEliminarPendiente quedo de la continuación.
Excelente trabajo, Conxita.
Felicidades.
¡Un fuerte abrazo!
Hola Mila cierto lo que comentas y que ha dado pie a múltiples películas y argumentos de novelas y seguro que sin saber la realidad supera a la ficción como en todo.
EliminarEl secreto de confesión o el secreto profesional, son para algunas profesiones fundamental y es sobre el que se establece la confianza de las personas para hablar libremente sobre sus problemas pero ¿dónde están los límites? ¿cuáles son los derechos de la persona y de la sociedad? Es un tema que daría para una larguísima e interesante conversación.
Me alegra que te haya gustado Mila, espero que la continuación también lo haga.
Besos
Pues sí que me dejas intrigada, y un poco asustada con ese Julián. Bueno, muy asustada :D
ResponderEliminarMe he acordado de la película El sirviente, de Joseph Losey, que a mí me parece escalofriante, y que, si no la has visto, creo que te gustaría.
Un saludo.
Hola Ángeles es que como decía Julio David hay personas que son vampiros emocionales para él o agujeros negros para mí, que consumen la energía de las personas para su propio beneficio y que conviene mantenerlos bien lejos. Espero que la intriga se resuelva adecuadamente y te parezca bien el desenlace.
EliminarNo he visto esa película, la apunto, aunque soy muy miedosa con las películas de miedo.
Besos
No, no es una película de miedo; digo escalofriante por cómo un personaje se adueña de una situación en la que teóricamente debería mandar el otro. Es un clásico del drama psicológico.
EliminarMejor porque soy un poco miedosa con las pelis de miedo y eso que he leido mucho a Stephen King jajaja
EliminarBesos
Ah, es que Stephen King es mucho más que un autor de miedo ;)
EliminarCierto, aunque también es el rey del terror😀 Este verano estuve leyendo Mientras escribo y me pareció un tipo muy auténtico y muy interesante.
EliminarBesos
Hola Julio David también los he escuchado llamar agujeros negros porque consumen toda la energía como bien dices.
ResponderEliminarDemasiados tipos corren así, más de los que se piensa, aprovechándose del prójimo y sacando la peor versión de uno mismo mientras ellos quedan siempre bien porque ese es su poder, detectar los puntos débiles y usarlos en contra de uno mismo siempre en su provecho, ese tipo de personas cuanto más lejos mejor, por salud mental y sí, creo que Julián es alguien que mejor muy pero que muy lejos.
Feliz semana, un abrazo.
Hola Conxita, ¡genial cómo nos mantienes a la expectativa! La verdad es que a medida que iba leyendo la carta-relato me he ido imaginando muchas cosas que no voy a decir hasta no leer la segunda parte, jeje, siempre quiero adelantarme...
ResponderEliminarNos dejas con el miedo en el cuerpo con ese final tan turbador, a ver que nos depara la segunda parte.
Un fuerte abrazo, Conxita.
Hola Ziortza me encantará saber qué has imaginado porque me encanta ver la manera en que interpretamos las situaciones las personas, una misma escena y cómo cada uno de nosotros ve una parte distinta, esa es la gracia.
EliminarEspero no decepcionar ese interés con la resolución del relato.
No acostumbro a publicar relatos largos en el blog y no sabía muy bien cómo manejar este.
Gracias por tu tiempo y tu comentario.
Besos
Ay, menos mal que sigue (como has aclarado en tu comentario), ¡no podías dejarme así!
ResponderEliminarTe leía con avidez y me has dejado de piedra con esa confesión que el pobre "pater" le hace a Julián.
Paloma estuvo muy sagaz reconociendo al autor de la carta, por lo que se deduce que gozan (pese a sus diferencias) de una buena relación.
Por otra parte, al igual que ella, soy curiosa, Conxita, qué la vamos a hacer...
Te lo digo porque espero que no tardes en publicar la segunda parte ;-)
¡Un beset, solet!
Jajaja Chelo no te iba a dejar así, por supuesto.
EliminarCreo que las diferencias de Paloma y el cura no son un obstáculo para su amistad, a pesar de ser realmente muy distintos pero las diferencias enriquecen, solo se tiene que querer verlas y aprovecharlas.
Espero poder publicar la segunda parte en unos días.
Gracias por el interés y espero que te guste la continuación.
Petonets bonica
¡Qué misteriosa misiva, Conxita! Nos dejas con la curiosidad a flor de piel por saber qué podría pretender aquel individuo en realidad y qué encontrará la protagonista en esa caja. Un excelente comienzo para tu relato, quedo a la espera de la continuación :)
ResponderEliminar¡Un beso de domingo!
Gracias Julia espero que la continuación no te decepcione.
EliminarNo quería publicarlo todo de una vez porque era muy largo y me preocupa porque es incómodo para leer en el blog, al menos a mi me cuesta un poco.
Sí, la misiva resulta misteriosa porque Gustavo cuenta pero deja por descubrir y es una intriga lo que se va a encontrar en la caja.
Besos de domingo y feliz semana.
Yo creo que has sabido jugar muy bien con la atención del lector, por lo que, aunque sea una historia algo más larga de lo normal, no se hace tediosa en ningún momento. Más aún, ese final deja con ganas de saber qué pasará en la siguiente entrega.
ResponderEliminarPor otro lado, me parece muy interesante la perspectiva del padre atormentado por ese diabólico "feligrés". Siempre me he preguntado cómo sería vivir con la conciencia de aquellos párrocos que han tenido que escuchar las confesiones más atroces sin poder hacer nada al respecto porque han jurado ante dios guardar el secreto. ¿Hasta qué punto los hace esto cómplices?
Un abrazo, Conxita.
Muchas gracias Sofia porque me preocupaba esa extensión y también el dividirlo en dos entregas. Espero que te guste la segunda parte.
Eliminar¿Cuántos secretos liberan al que los dice y acaban sometiendo al que los escucha? ¿La persona por encima de la sociedad? ¿Qué hacer ante esto?
Interrogarme sobre este tema un poco es también lo que hay en este relato. Imaginar esa responsabilidad, añadiendo el secreto de confesión o el secreto profesional que puede acabar complicando y mucho la vida del que escucha y es tal y como tú planteas, ¿los hace cómplices? ¿se debe callar siempre? ¿el bien colectivo por encima del individuo?
Lo cierto es que saltarse el secreto profesional no es un tema baladí,aparte de la ruptura de ese vínculo de confianza, puede suponer sanciones administrativas y penales. Es un tema apasionante o al menos a mi me lo parece.
Espero que la resolución del relato te guste.
Besos
Buenas noches amiga Conxita:
ResponderEliminarMe parece muy adecuado el haber dividido en dos partes este relato, no solo por la extensión del mismo, sino porque de esta forma la intriga o el suspense es más acentuado, ya que justamente lo has "cortado" en ese instante donde no hay evidencia concreta de si se ha producido o no ese asesinato, dejando abierta a nuestra imaginación dicha incógnita.
Ese triángulo de protagonistas junto con sus descripciones personales lo encuentro muy interesante para crear esta interacción que nos conduce a ese punto crítico donde el título de tu relato, lo explica muy bien: se trata de dilucidar la ética que hay en el comportamiento y forma de pensar de estos protagonistas que aventuran una posible segunda parte con esa toma de decisiones muy importantes que marcarán el rumbo de sus vidas.
Muchos besos.
Hola querida Estrella, gracias por tranquilizarme y sí me alegro de que se haya disparado la imaginación, me encantará saber qué situaciones se han imaginado, seguro que serán muchas y muy distintas.
EliminarA mi me encanta ver como ante un mismo tema, cada uno de nosotros le da un enfoque completamente distinto en función de en lo que se está fijando su mirada.
Tal y como le comentaba a Sofía, de fondo hay ese secreto de confesión en este caso y en otras profesiones el secreto profesional y cómo puede acabar condicionando la vida del que lo recibe o escucha. ¿Anteponer al individuo ante la sociedad? Lo que es cierto es que Julián lo usa para atrapar en una encrucijada al pobre Gustavo, eso me hizo pensar en todas aquellas historias no contadas que pueden haber amargado a muchos y liberado a otros.
Espero que te guste la continuación.
Besos y feliz semana.
Ufffffffffff.
ResponderEliminarMe pongo en la piel del pater... un calvario...
Qué habrá en la caja???
Vengaaaaaaa
Besos.
Cierto Toro un calvario y aunque igual va con el puesto, creo que el cura Gustavo no se lo merece.
EliminarEspero no decepcionarte con esa caja.
Besos y me encanta leerte de nuevo.
En ascuas nos hemos quedado todos, Conxita, enhorabuena por este relato bien trazado con suspense garantizado al haberlo compartimentado. Menudo pareado que me ha salido, ahora que me releo, en fin, que espero impaciente el desenlace. Saludos y feliz semana
ResponderEliminarGracias Eva me alegra que te haya gustado y buen pareado jajaja
EliminarUyyy no sé yo si me va a poder la responsabilidad ante tantas ascuas y expectativas, espero estar a la altura.
Un abrazo y feliz semana también para ti.
El interés lo has despertado sin ninguna duda. hay muchos elementos como Julián en la vida de cualquier persona. Son individuos que sabes que no te convienen, que son nocivos para tu salud mental, que intuyes que te harán daño pero, por alguna extraña razón, permites que sigan formando parte de tu entorno y de tu vida.
ResponderEliminarEstoy deseando leer la segunda parte.
Besos Conxita
Hola Ambarmuchas gracias por tus palabras.
EliminarEs cierto que hay demasiados Julianes por el mundo, sobran pero todos conocemos a alguna persona que es como un agujero negro, Julio David los llamaba vampiros emocionales, no importa el nombre pero sí que son personas que atraen los malos rollos y dolor, cuesta reconocerlas porque se saben enmascarar muy bien y parece que viven de robar la energía a todos los que brillan porque ellas son incapaces de saber disfrutar. Bien lejos.
Espero que te guste la segunda parte.
Un beso y feliz semana
El tema epistolar siempre me ha gustado en una narración, le da un toque de intimidad y a la vez de misterio. Y lo del secreto de confesión, menuda caja de bombas...Estaré pendiente de la segunda entrega para saber en qué acaba todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Gerardo es cierto que las cartas tienen ese toque de intimidad y misterio, no se cuenta a todos sino a unos pocos. A veces da la sensación de que uno puede sentirse como un poco voyeur, ese mirar sin que se vea y saber lo que está pasando.
EliminarY qué decir del secreto de confesión, pues como dices puede ser una bomba. Es un tema como he comentado antes que me parece tiene muchas aristas y a veces puede acabar liberando a uno y encadenando a otros, aparte de esa disyuntiva entre el individuo y la sociedad, vamos un tema que a mi parecer da para mucho.
Espero que te guste la segunda entrega.
Un abrazo
La intriga de lo que le ha ocurrido a Gustavo queda en el aire. Porque está claro que Julián lo ha desasosegado profundamente con su forma de ser. Y, luego, está el asunto de lo que le haya confesado, a saber qué actos…
ResponderEliminarA ver si leo el desenlace y, así, se disipa el suspense.
Un abrazo, Conxita.
Cierto Isabel, el secreto de confesión creo que es la guinda pero antes ese hombre ya había arrasado la vida de ese pobre cura. Hay personas que traen oscuridad y dolor a las vidas y que cuanto más lejos estén mejor, parece que Julián es de esos.
EliminarEspero que te guste el desenlace.
Un abrazo
Excelente, Conxita. Sobre todo la carta, donde el cura hace acto de presencia de una manera rotunda y enérgica. Creo que el relato funcionaría solo con la carta. Esa frase inicial cuando le dice a Paloma que siente defraudarla es como un lazo que atrapa al lector. Y nos dejas con un cliffahanger en toda regla deseando conocer qué habrá en esa caja... La verdad es que tengo una hipótesis sobre lo que pueda venir. Un fuerte abrazo y no tardes!!!
ResponderEliminarHola David me alegra que te haya gustado y que esa frase atrape porque justo es lo que intentaba.
EliminarEs interesante lo que comentas de que solo con la carta funcionaría el relato, no lo había pensado porque cuando lo escribí era una parte más que servía para explicar cómo se sentía Gustavo y todo lo que había callado.
Y me has dejado intrigada sobre qué es un cliffahanger en toda regla porque esta vez el sabelotodo de Google no me lo ha resuelto, así que te agradeceré que me resuelvas ese misterio.
A ver si puedo esta semana publicar la segunda parte y me comentas tu hipótesis, me encantará saberlas porque seguro que cada uno pensamos en cosas distintas o igual no.
Un abrazo
Hola Conxita, una carta sobrecogedora. Mil y un ideas sobre lo acontecido entre el párroco y el caradura de Gustavo, un personaje que has descrito sin falta de escrúpulos y de entrañas. La verdad, estoy intrigada por el desenlace, que seguro que con tu narrativa darás una vuelca de tuerca. (Los que escribimos tenemos mucha imaginación, y todos los que te comentan más arriba, seguro que han sopesado todo tipo de finales.
ResponderEliminarLa verdad, si el relato merece la pena aunque sea extenso, no me importa. Aunque te confieso que prefiero que sea en una parte.
Un abrazo literario.
Hola Lola y bienvenida Tertulia de escritores a este rinconcito de letras.
EliminarMe encantará saber todo lo que se os ha ocurrido porque como dices imaginación seguro que no falta.
A mi me encanta ver cómo delante de un mismo tema, salen versiones completamente distintas porque lo que importa es la mirada del que está escribiendo, en lo que se está fijando y en lo que hace sentir.
Es cierto que es más cómodo leerlo todo de una vez, no te quedas con la incógnita de saber pero en el blog me pareció que podía resultar un poco incómodo un relato tan largo y por ese motivo opté por dividirlo en dos.
Espero que te guste la resolución y saber tus hipótesis.
Abrazo literarios suena muy bien.
Muy buen relato... Ay, el mal... Los temores... El uso de todo ello...
ResponderEliminarQuedamos expectantes, amiga
Un abrazo
Lo has dicho Ildefonso, el mal y esas personas que parecen llevarlo a cuestas y que cuanto más lejos estén mucho mejor.
EliminarEspero que te guste la segunda parte.
Un abrazo
¡¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarMe has enganchado desde la primera frase y estoy deseando leer la continuación. ¿Qué habrá en la caja del armario grande de la cocina de la vieja casona?¿Qué secreto habrá confesado Julián?
Menuda intriga.
Besos y quedo a la espera de la segunda parte.
Hola Gema me alegra haberte enganchado y me gustará saber tu opinión sobre la segunda parte.
EliminarEspero no decepcionar porque me estoy asustando con tanta expectativa jajaja
Besos guapa
Me ha interesado mucho, Conxita. La existencia del mal. Sabe elegir las víctimas. En ello has dado en el clavo.
ResponderEliminarNo es nada fácil darse cuenta de su irresoluble presencia. ¿Qué hacer? Claro, hay posibles soluciones. Antes que dejar que vaya por ahí a sus anchas...
Seguro que lo finalizas con soltura.
Abrazos.
Cierto Ignacio el mal sabe elegir las víctimas, ¡¡¡qué gran verdad!! Y es el caso del pobre Gustavo, un hombre que solo ha hecho el bien y se encuentra atrapado en una telaraña de la que no parece saber salir.
EliminarLos dos protagonistas son extremos, la contraposición del bien y del mal y ese mal no se detecta hasta que se ha instalado y campa a sus anchas y entonces es muy difícil poder alejarse.
Espero no decepcionarte con el final.
Un abrazo y muy feliz aniversario, que diez años son muchos.
Desde luego que hay situaciones que nos expresan claramente que "el infierno está en esta tierra".
ResponderEliminarHas hilvanado a la perfección un relato psicológico, donde Gustavo no parece tener ningún recurso, mientras Julián los tiene todos. Una lucha desigual entre el bien y el mal. Interesantísimo. Me muero por saber el desenlace.
Muchos besos, Conxita.
Hola Sara de acuerdo contigo, el pobre Gustavo encontró el infierno en la tierra, en su propia casa.
EliminarDesde luego es una lucha muy desigual porque ambos representan extremos opuestos, Julián ha conseguido hacerse el dueño de la situación y el pobre cura no sabe por dónde salir.
Espero que te guste el desenlace.
Un beso y feliz semana
Conxita, como nos dejas así... nooo.. necesito saber más y más.
ResponderEliminarEl relato conjuntado con la carta es perfecto todo él, la trama engancha muchísimo y solo espero y con ganas, que cuelgues pronto la segunda parte.
Un besazo, y feliz tarde.
Jajaja Irene lo siento, me parecía que el relato era muy largo.
EliminarEn cuanto tenga un momentito de tranquilidad, publico la segunda parte.
Y como decía empiezo a estar preocupada porque ¿y si después no os convence? Ay, qué complicado es esto de los relatos en varias partes.
Besos guapa y que tengas una fantástica semana
A mí me ha encantado tu relato, es de los que enganchan, y te dejan un sabor a querer saber más.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Mil gracias por tu comentario en mi blog.
Un besazo.
Gracias María me alegro que te haya gustado el relato y espero que te convenza la resolución.
EliminarMe encantará saber tu opinión.
Un beso guapísima
Hola Conxita, pues hija, que si enganchas, pues claro. Pero por favor, ¿que le ha pasado al cura?¿que hay en la caja? ¿quién era ese hombre? su amante, abusaba de él, ya ves se me fue la olla. Me encantó esa idea de leer a pedacitos la carta, además de que no tiene que ver una historia con otra, me parece genial. Linda, ahí como campeona a esperar, jeje. Un abrazote
ResponderEliminarGracias Emerencia, no estoy nada acostumbrada a los relatos largos y es más este surgió así como explicaba, a partir de una fotografía se trataba de escribir un relato largo. Y aparecieron Paloma, Gustavo y Julián, es un tipo de relato que no suelo practicar, aunque lo cierto es que tampoco escojo los temas, surgen así, de algo que de repente me preocupa y me apetece contar. Sé que no es el método pero de momento funciona así. Me alegra un montón que me digas que engancha y que te gusta.
EliminarEspero tener un poquito de tiempo para ponerlo en el blog.
Besos y feliz resto de semana
Quedo expectante hasta la próxima entrega. Esto promete de que va a hacer muy interesante.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantará saber tu opinión Manuel, si te convence y qué hipótesis habías manejado.
EliminarGracias por tu tiempo.
Un beso enorme y feliz noche y resto de semana
Opino que es fabulosa la manera de habernos introducido en una historia inquietante.
ResponderEliminarCreo que con tan solo la epístola del sacerdote has creado un clima de expectación que nos hace imaginar cualquier cosa, por ello te insto a que publiques a la mayor brevedad posible la segunda parte. No se si podré aguantar sin hacer cabalas sobre ese gran secreto que guarda Gustavo.
Un beso, amiga.
Gracias Francisco.
EliminarMe encantará conocer esas hipótesis, espero que las compartas porque creo que lo más rico es eso, ante una misma situación ver la mirada literaria que tenemos cada uno de nosotros, seguro que nos fijamos en cosas distintas y eso es lo más bonito, la variedad de miradas.
En nada intento publicarlo y me encantará saber tu opinión, ya lo sabes.
Besos querido amigo
Ay, ay, ay, qué será lo que le habrá dejado. Ya me dejaste enganchado.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Raúl me alegra haberte enganchado, jajaja y que no te defraude la resolución.
EliminarGracias por tu tiempo.
Un abrazo
¡Madre mía, Contxita! Espero que publiques pronto la segunda parte, porque lo has dejado interesante no, ¡lo siguiente! ¿Qué habrá en esa caja? Voto por los restos de Julián, que ha sido asesinado por el cura en un arrebato de ira, jajaja.
ResponderEliminar¿Por qué no DP? ¿Y si el cura ha tenido un episodio de locura transitoria? Desde luego motivos no le faltan.
EliminarMe encantará saber qué te parece la resolución del relato, que espero antes del fin de semana me de tiempo de publicar.
Un abrazo
Una pena abusar de la bondad de una persona que ofrece su ayuda.
ResponderEliminarUn gran relato y con mucho interés.
Deseando leer la continuación.
Un beso.
Cierto Amalia es terrible ver como hay malas personas que como Julián se aprovechan de almas cándidas y buenas a las que acaban atrapando y convirtiendo sus vidas en un infierno.
EliminarEspero que te convenza la segunda parte.
Besos
Es un relato diferente a lo que nos tienes acostumbrados, Conxita. En este caso nos traes un cuento de intriga, y tengo que decir que has sabido manejarla muy bien. En torno a esa carta y el personaje del cura y su acompañante creas una serie de misterios que nos tienen con el alma en vilo. Has sabido ir enlazando los hechos con pericia, y además has justificado la personalidad del cura de manera muy acertada, un hombre apocado, pulcro (le importa lo que piensen los demás de él), con voluntad de ayudar al prójimo y con una personalidad no demasiado fuerte que le impide imponerse al extraño personaje que se ha adueñado de su vida.
ResponderEliminarEsta primera parte pinta muy bien, a ver que nos traes en la siguiente. Besos.
Hola Jorge es cierto que es un relato un tanto diferente y acabó resultando un tanto intrigante como bien dices.
ResponderEliminarCreo que el secreto de confesión o el mismo secreto profesional que tenemos muchas profesiones, es un tema que da mucho de si y que literariamente resulta muy atractivo. Tiene detrás un montón de hilos de los que pueden salir muchas historias. Espero que la que afecta a Paloma, Julián y Gustavo te acabe convenciendo en su resolución.
Me encanta ver como has descrito a Gustavo, un hombre bueno pero débil y atrapado en una telaraña de la que ni siquiera se atreve a salir.
Un abrazo
Pues menor mal que hay segunda parte porque me has dejado muy intrigada. Espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
Espero Lorena que te convenza la segunda parte.
EliminarBesos y feliz fin de semana
Estupenda entrada!, desde la primera línea estoy enganchado,... y tengo que confesarte que me sentí un poco defraudado,... por tener que esperar a la siguinte entrada para conocer el desenlace. Feliz domingo!
ResponderEliminarHola Norte espero que no te defraude la segunda parte. Ya he comentado que me parecía muy largo para hacerlo en una única publicación y por ese motivo decidí dividirlo.
EliminarVoy a intentar publicar lo más pronto que pueda la segunda parte, me encantará saber tu opinión.
Feliz semana
Por favor Conxita,... estaré atento!
EliminarJajajaja Norte, si puedo lo publicaré hoy mismo en un rato.
EliminarMe encantará saber tu opinión ya lo sabes.
Besos
Uff Conxita, me tienes con la piel de gallina, menudo relato más bien hilado nos has traído.
ResponderEliminarEnhorabuena porque en una carta has sido capaz de describir todo una atmósfera de terror, de acoso, y de miedo ante un ser maléfico. Describes tan bien la personalidad de ambos personajes que convierte la carta en un ambiente insostenible.
Voy a por la continuación.
Un fuerte abrazo amiga
Gracias Xus por leerlo.
EliminarAlgunos compañeros me comentaron que solo con esta parte hubiera funcionado el relato. No lo sé, la carta era la manera de contar como el mal se instala muy cerca y resulta muy complicado poder alejarlo.
Gustavo es un buen hombre pero débil e incapaz de poner freno a la maldad de Julián y acaba atrapado en una telaraña de miedo y odio.
Besos
me ha gustado leerte.ver como escribis lo que te gusta y las palabras bailan cuando te leo
ResponderEliminarMuchas gracias Recomenzar me alegra que te guste y me encanta esa imagen de las palabras bailando mientras lees, enredan y juegan a crear historias, eso es lo mágico de escribir.
EliminarSaludos
Qué dilema, que te confiesen algo terrible y no poder hacer nada. Voy a leer la segunda parte ahora mismo. Besitos :)
ResponderEliminarEso es una de las preguntas que me hacía María, ese dilema entre callar o contarlo. ¿El interés individual por encima del colectivo? ¿El secreto de confesión siempre es inviolable?
EliminarTal y como he comentado me parece un tema muy literario, por todas esas confesiones que liberan a uno y atrapan a otro, esas confesiones que podrían decirse tranquilamente y aquellas que como en el caso del relato son una auténtica aberración y todo eso se "escupe" sobre otro ser humano.
Gracias por leerlo.
Besos
Hola, Conxita!
ResponderEliminarComo te dije en un comentario anterior, los que escribimos, o simplemente leemos tenemos imaginación de lo que pudo ocurrir con el Padre Gustavo y con el oscuro personaje de Julián.
En mi primera lectura, suponía que algún parentesco o misterioso secreto tenían en común los dos hombres como una incipiente homosexualidad. Algún nexo de unión en que el pobre párroco, aguantaba todo tipo de lindezas del otro como espiarle, hacerse pasar por él.
Me enganchó con la lectura de la carta, y ahora con el misterio de la caja. Imagino que están los restos calcinados del tipo de mala calaña, el tal Julián.
Ahora paso a leer la II parte...
Un abrazo literario.
Hola Lola me encanta saber esas suposiciones que se hacen desde la imaginación y creatividad de escritora y también las hipótesis que me hago como lectora. Me parece que eso es lo mágico de la escritura que ante una situación, una imágen, un diálogo... ponemos en marcha la imaginación y tenemos nuestra historia, gracias por compartirlo. Me parece una buena manera de aprender.
EliminarCreo que justo por eso empecé a escribir porque me gustaba contar las cosas de otra manera, la que era la mía, encontrar mis propias palabras para explicarme la realidad.
Me alegra haber sido capaz de despertar esas ganas de saber más.
Un abrazo literario suena fantástico.