24 de octubre de 2015

Incomprensión pedagógica


Han pasado los años y Carlos aún recuerda aquel día.
 —    Carlitos, ¿tienes algo qué decirme?
      No, mamá.
La mirada huidiza del niño le dice a Gloria que miente. Hace semanas que lo observa preocupada. Está apagado y sombrío, sin ganas de nada y, en muchos momentos, con una actitud desafiante que la saca de quicio. Sabe que aún es muy reciente lo de su tía Luisa, pero Carlitos no levanta cabeza, vamos, ni él, ni nadie en la familia. Han ido sumando desgracias que cada vez parecen más difíciles de encajar o quizás es que su resistencia ya está al límite. Sea lo que sea, el niño no sabe cómo afrontarlo. La escuela tampoco está ayudando.
     ¿Seguro…?
El niño la mira. De nuevo el desafío en sus ojos, el nada me importa. ¿Cómo explicarle a ese niño que la vida se lleva a los buenos, que es injusto pero que hay motivos para vivir, para seguir luchando? ¿Cómo?, cuando ella no los tiene.

La situación en el colegio los está llevando al límite. Lejos de preocuparse y ser comprensivos con él, han emprendido una especie de carrera moralista para demostrar que la chulería y la indisciplina no se toleran en las aulas. Carlitos se defiende con más rebeldía en una espiral que no se detiene.

Gloria coge el sobre escolar y lo pone encima de la mesa.
     Vamos ábrelo.
El niño no lo toca, sabe que el sobre está vacío. Sus ojos se llenan de lágrimas por la decepción que siente en su madre. No puede decirle nada, no hay excusas para lo que ha hecho, ahora también le miente a ella.

Todo se le ha descontrolado y no sabe cómo pararlo. Siente tanta ira. « ¿Cómo puedo ir al colegio como si todo siguiera igual?», piensa. «Tía Luisa ya no está». No, no puede hacer como si nada hubiera pasado. « ¡No está!». Ella siempre lo apoyaba, lo ayudaba con los deberes mientras su mamá trabajaba, le daba consejos para controlar su mal genio y ahora ese Dios que se supone es bueno, se la ha llevado. Era fantástica y está muerta. Y esos estúpidos profesores sólo le piden deberes que no hace, lo castigan, no entienden nada de nada. « ¿Con quién estudia él? ¿No ven que no puede concentrarse?». Su madre ha ido en diversas ocasiones a la escuela para pedirles paciencia, que necesita tiempo, que no lo presionen tanto, pero allí han decidido que él es un vago y que lo que necesita, es un escarmiento.
    A su hijo le falta disciplina y trabajar más.
A ella le dicen que saben lo que Carlitos está pasando, que lo tienen en cuenta. En cambio, él solo recibe castigos, suspensos y ridiculizarlo delante de todos. Ya no le queda nada y nadie se da cuenta. No consigue concentrarse, las letras se juntan, su cabeza arde de esfuerzo y con frecuencia, cuando empieza a estudiar se le agolpan las lágrimas. ¡No puede hacerlo!

Ayer su tutora le dio el sobre, dentro algo que herirá profundamente a su madre, por eso ha decidido romperlo.
   Carlitos, por favor, ¿dime qué pasa?
Las lágrimas del niño la enternecen, debajo de su chulería solo hay un niño asustado que no sabe cómo soportar lo que está pasando. Gloria no se cansa de insistir en la escuela que tengan paciencia, que es un buen niño, ahora asustado, que requiere tiempo y perseverancia.

Entre sollozos, Carlitos le da la carta rota. Es su expulsión por mal comportamiento. Ahora se añaden las lágrimas de Gloria delante de la incomprensión, la rabia la abruma. Maldita escuela, son incapaces de ponerse en el lugar de ese niño, ¿por qué no ven lo que está sufriendo? ¿Para qué tantos recursos psicopedagógicos si son incapaces de entender su dolor?
  No llores Carlitos, lo resolveremos. Sé que no es que no quieras, es que no puedes. Le pondremos remedio.
Gloria inicia una lucha sin cuartel con el colegio, se dirige a instancias superiores intentando encontrar quien los escuche, defendiendo el derecho de los niños a ser comprendidos. Finalmente deciden cambiar de escuela para que Carlitos deje de estar atrapado en el rol del pasota contestatario.

Ha recibido rechazos pero también han encontrado a buenos profesores, dedicados a educar en lugar de solo instruir, preocupados por las personitas en lugar de solo por los conocimientos.  Con su ayuda, ve como el niño empieza a florecer.

Carlos cierra los ojos, aun sintiendo la pena por la pérdida, mientras se dispone a dar su primera clase en el instituto.
                                                                                                        
                                                                                                         Conxita
                                                                                                                    
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                                                                                                  

28 comentarios :

  1. Al final esta la raíz del problema: Algunos, no todos, se dedican a instruir. Dan clases magistrales.

    Pero ser profesor no tiene que ver con el verbo enseñar sino con aprender. ¿Que importa lo que dicen si el alumnado no aprende?

    Educar solo lo pueden hacer con el ejemplo. Los discípulos que mejoran son los que hacen lo que los adultos hacen, no lo que los adultos dicen... a veces tan contradictorio con sus actos.

    Carlitos tiene que aprender a asumir las penas. Esperemos que el tiempo no le endurezca, pero evite que encalle ante la desgracio. Eso tan fácil de decir y tan difícil de hacer.

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    1. Gracias Guille por tu comentario.

      Estoy muy de acuerdo contigo, se educa más con lo que se hace que con lo que se dice. Hay un exceso de palabras bonitas, las que tocan, quedan bien y pocas acciones de verdad.

      Personalmente creo que ser maestro es una de las profesiones que han de ser más vocacionales y de las más difíciles que existen,pero yo creo que un buen profesor debe ayudar a descubrir el gusto por aprender, enseñar a pensar, a reflexionar, a usar la cabeza...

      Carlitos, tiene la suerte de tener una madre que lucha por él y que consigue sacarlo de un círculo vicioso en el que está atrapado, por el camino tiene la suerte de encontrar a auténticos maestros que se preocupan de sacar lo mejor de él, de creer en él y consigue superar ese profundo bache. Mi Carlitos tiene suerte, ¿cuántos de los chicos que fracasan no han tenido esas mismas oportunidades y no han encontrado ni a padres ni a educadores que se preocupen de sacar lo mejor de ellos? Ese es el gran reto.

      Feliz sábado.

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  2. Un tierno relato que nos invita a reflexionar, Conxita. Creo que ésta es una historia con más de una perspectiva: la de la madre desesperada que ve cómo su hijo afronta un golpe de la vida para el que no está preparado y que no sabe encajar; la del pequeño que está sufriendo y que en su pena opta por cambiar el abatimiento por la reacción rebelde; y la de los educadores que no quieren o no pueden tener la peciencia que el niño necesita, quizás como si fuera el único alumno, uno especial al que ahora hay que permitirle cosas que no podrían permitirles a todos o el aula sería un caos.

    Esta es una de esas encrucijadas que a veces tiene la vida y que más tarde o más pronto el tiempo resuelve. La lucha de la madre, la maduración del niño, mejores y más cualificados educadores para el caso de Carlitos.

    Como siempre, unas letras elegantes y sentidas, amiga. Es una delicia leerte!!

    Un abrazo y feliz tarde de sábado :)

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  3. Gracias Julia por tus palabras encantadoras.
    Es un orgullo tener a una lectora como tu que capta los mil matices de las situaciones y los resume de forma espléndida.

    Generalmente las situaciones donde los chicos son los afectados, nos hacen sufrir especialmente porque aún no tienen manera de enfrontar la dureza de una vida que toca cuando toca y delante de los problemas es cuando las personas nos dan la verdadera medida de su grandeza. Algunas se achican tanto que ni se las ve y otras se crecen y se convierten en auténticos héroes incansables solucionando lo insolucionable.
    Esta madre es lo que hace, creer en su hijo y buscar quién la pueda apoyar y de hecho, ese efecto Pigmalión de creer en el otro acaba convirtiéndose en fundamental porque Carlitos acaba siendo Carlos el profesor de instituto dispuesto a poner toda su habilidad y experiencia al servicio de otros chicos, para hacerlos creer en si mismos.

    Es difícil en esta vida de prisa, de soluciones fáciles y rápidas calibrar el alcance de lo que se hace, mientras todo va bien, todo es fácil... En educación es especialmente importante y esas acciones que a veces se usan para dar ejemplo, pueden ayudar muy poco y causar más sufrimiento. Es cierto que hay muchos alumnos en las clases, pero también que se trata de educar más que sólo proporcionar conocimientos. Más sentido común y vocación

    Feliz sábado,
    Besos

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  4. Con tu relato, has visto y relatado, de forma magistral, una situación que, tristemente, es mucho más frecuente de lo que parece en nuestras aulas. Yo también creo que hay grandes profesionales en el mundo de la enseñanza (tu Carlos es un ejemplo) Y lo son porque comprenden que enseñar no es sólo obtener unos buenos resultados académicos de los alumnos o inculcar unos conocimientos, sino acompañar a esos chicos en su crecimiento aportándoles una sólida base para el desarrollo de su personalidad en el futuro (suena un tanto grandilocuente, pero bueno) Su labor, su consejo, su presencia, es tanto o más importante si cabe que la de los padres, y afecta muchísimo más de lo que parece al comportamiento de los alumnos. Yo, como tú, también entiendo lo difícil de un seguimiento personal en clases numerosas, y por eso precisamente, vaya también mi homenaje a todos aquellos profesores que lo logran, que aún así, con su ejemplo, con su saber estar, dejan huella en todos y cada uno de sus alumnos
    Por otro lado, magnífico el papel de la madre, entre la lucha en defensa de su hijo y su propia desesperación como madre, impotente para conectar con su hijo.
    En fin, un gran relato Conxita, contundente en lo breve y muy bien narrado. Felicidades
    Un abrazo

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    1. Isidoro muchas gracias por tus palabras.
      Comparto tu opinión de que es mucho más frecuente de lo que nos parece y detrás de muchos fracasos escolares hay un montón de desencuentros, a veces de los chic@s, de las familias, de las escuelas y de todo junto, pero al final el que sufre es el joven.
      Como tú pienso que hay grandes profesionales, muy comprometidos con esta difícil tarea de educar, de de despertar el gusto por el saber, de motivar, de enseñar a pensar, a reflexionar, a cuestionarse las cosas...difícil papel en un momento en que la sociedad no tiene muy claro cuáles son los valores predominantes y donde a veces el saber, el esfuerzo, el trabajo...queda relegado a un plano casi desconocido.

      Es muy complicado con la falta de recursos poder dedicar tiempo y dedicación, pero ahí salen los educadores excelentes, los que disfrutan con su trabajo, los que creen...cuando es fácil, todo es fácil. Los verdaderos educadores no se escudan en la falta de recursos, disfrutan con el reto de sacar lo mejor de cada niñ@, de hacer brillar a los "Carlitos", sin dejar de lado a todos los otros chic@s que trabajan en el aula.

      Gracias por leerlo, me alegra que te haya gustado.
      Un saludo

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  5. Este relato es esperanzador pero, como bien sabes, no siempre se llega al quid de la cuestión... la educación es complicada (por parte de todos) pero las consecuencias suelen sufrirlas los más pequeños... qué buena entrada¡¡ un beso y me quedo por aquí¡¡

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    1. Gracias Francis por tus palabras y bienvenido, me alegra que te haya gustado. Esperaré tus comentarios, me encanta compartir nuestras reflexiones.

      El relato es positivo porque creo que hay un buen fondo. Hay muchos buenos educadores y muchas buenas familias que luchan por una educación de calidad. Pero no me engaño, detrás del fracaso escolar tan elevado que hay en este país hay mucho de falta de recursos, de desmotivación, de falta de vocación, de falta de valoración a los maestros y de valoración del propio conocimiento y del esfuerzo.

      Aprender es algo que hemos de seguir haciendo a lo largo de nuestra vida y en esa actitud de aprendizaje permanente está el quid de la cuestión, el gusto por el saber que han despertado en nosotros nuestros educadores y familias, porque es un trabajo conjunto y tan importante es la escuela como el trabajo que se hace en casa, porque los más importantes son los chicos que sufren y que lo arrastran a lo largo de la vida. Valorar la educación es algo en que todos tenemos un papel muy importante.

      Un saludo y repito encantada de tenerte en Enredando con las letras.

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  6. Hola Conxita. He llegado a este relato por la difusión que le ha dado Isidoro, y me ha gustado mucho leerte. No cabe duda respecto a la diversidad de métodos educativos. Ya lo dice la popular y tópica frase: "Cada maestrillo tiene su librillo". Hay quien opta por enseñar sin tener en cuenta la importancia de la empatía humana, y quien sí que la tiene en cuenta y es conocedor de la importancia en el desarrollo de un niño. Sin duda cada persona que da clases no deja de tener retazos de la educación que recibió tanto en casa como en la escuela, instituto y universidad. Por ello cada modelo de aprendizaje en cada ámbito marca a las personas en un modo u otro.

    Me ha gustado mucho ese final, con Carlos (Don Carlos por el trato que suele darse al profesorado) logrando alcanzar la catarsis y triunfando donde sin el apoyo de su madre seguramente no habría acabado. Un abrazo.

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    1. Bienvenido José Carlos y muchas gracias por tus palabras.

      Los tópicos populares acostumbran a tener mucha sabiduría, depende de cada maestro. La educación lo es todo, no solo aprender los conocimientos que hay en un plan de estudios, es preocuparse por el niñ@, el joven que está delante y al que quieras o no vas a influenciar. No son muebles como algunos, pocos afortunadamente, parecen pensar y la educación emocional es fundamental también en la escuela. Estoy de acuerdo contigo que no todo es solo responsabilidad de la escuela, la familia ha de estar muy implicada, colaborar y ayudar al desarrollo del niño y no vale solo "mi niño es el mejor", eso tampoco ayuda. Cada cosa en su sitio.

      No hay nada imposible, se trata de intentarlo y cuando alguien cree en ti, todo es posible y se abren mil puertas. Eso es lo que hace la madre de Carlos.

      Te animo a leerte otros de mis relatos, me encantará saber tus opiniones.

      Un saludo y feliz domingo

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  7. Estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho de tu maravilloso relato, así que no voy a repetirme. Pero a mí me gustaría destacar otro aspecto de tu historia. Lo difícil que es para un niño enfrentarse a las pérdidas definitivas, a la muerte de alguien cercano. Los sentimientos y las emociones se desbordan y el niño es incapaz de manejarlas si no cuenta con ayuda. Me gusta la madre de tu cuento porque sabe ofrecerle a Carlitos la comprensión que necesita. Un beso, Conxita

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    1. Gracias Ana por tus palabras y por tu mirada, porque sí es la pérdida el desencadenante, por la incapacidad de ese niño para enfrentarse a la muerte lo que hace explotar el resto. A veces tengo la sensación de que las generaciones actuales están mucho menos preparadas que nuestros abuelos y antepasados para sobrellevar la pérdida. En el caso de Carlitos está desorientado, no sabe a qué acogerse y nada de lo que le han dicho le sirve para explicar una muerte no esperada.

      A mi también me gusta la mamá porque a pesar de su propio dolor es capaz de entender el de su hijo, sobreponerse y luchar.

      Un abrazo

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  8. Llego ahora y te leo, y me enredas como siempre que lo hago con tus letras como en un abrazo acogedor.
    Y es que relatas de una forma que implica al lector y lo hace visualizar en este caso la desesperación de la madre ante la incomprensión hacia su hijo por causas que escapan a su control, la lucha para enderezar y curar las heridas de su retoño y el logro absoluto quer pone broche de oro a tu relato.

    La realidad es, que habiendo grandes profesionales de la educación cada vez hay menos humanidad en el sistema educativo. Yo no hecho la culpa a los docentes, que los habrá de todos los percales, hecho la culpa a esos gobiernos dirigidos por petulantes petimetres que sin tener suficiente formación académica intentan variar rumbos a la educación de forma permanente,en continuo vaivén de borrachos sin una dirección constante y definida.
    Eso hace que nuestros docentes aún teniendo sobrada preparación académica no tengan las herramientas para poder realizar sus tareas de docencia con total libertad y criterios personales de humanidad.
    Me acuerdo de una película en la que un profesor abraza a una pequeña alumna para consolarla por una pérdida o una incomprensión por parte del resto de compañeros, y es expulsado de las aulas por pretendido abuso.
    ¿Porqué pretendemos ver en todo un pecado o una falta?
    ¿Porqué un abrazo o un beso se convierten a ojos de otros, en lascivia?
    Por estos derroteros los niños se convertirán en pequeños monstruos y nosotros que no les acompañamos, en posibles victimas de su tiránico proceder.
    Pero siempre quedarán las madres y los padres que los arropan, los comprenden y no tiran por tierra un futuro que se malograría sin esa comprensión, ese abrazo oportuno y esa lucha para darles lo mejor.
    También quedan educadores con carisma y que contra viento y marea y todas las instituciones habidas y por haber estimulan la creatividad, la imaginación y fomentan el compañerismo en vez de la competitividad y el dialogo en vez del insulto.
    ¡Bien por Carlos! que supo encontrar el camino que le convierte en instrumento para corregir los errores cometidos en el pasado en su persona .Y ¡Bien por la madre!
    Y ¡Como no! bien por tu relato que comparto.
    Besos

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  9. Qué bonitas palabras Francisco, me encanta enredar con las letras, ya lo sabes. Gracias, muchas gracias por tus palabras.

    Creo que la educación es un tema tan importante que tendría que estar por encima de partidos y de politicuchos de tres al cuarto, es fundamental que en este país nos importe la educación de verdad y que se haga una gran apuesta por eso, reconociendo el papel de los buenos educadores, apartando a los que no lo son (por los motivos que sean), prestigiando el papel de esas personas que educan a nuestros hijos y poniendo los recursos que sean necesarios, sin importar quien gobierne ni utilizarla, una gran apuesta por la educación.

    No se pueden dar grandes discursos que las acciones no acompañan, se debe creer en la educación y educación con todas sus connotaciones, no solo de aportar conocimientos sino de enseñar a pensar, a reflexionar, a despertar el gusto por el conocimiento y el esfuerzo. Afortunadamente para nosotros hay muchos educadores con carisma y a pesar de los pesares hacen su labor de forma admirable, otros...mejor se dedicaran a otras cosas que lastimaran menos.

    Es cierto que se pone el foco equivocado en cosas que son mucho más sencillas, abrazar o consolar a alguien...como tu dices. Me ha recordado un día en el parque con mis niños, que un abuelito se acercó a charlar con nosotros y al rato, me preguntó si le podía dar un caramelo. No se atrevía porque todo el mundo pensaba mal, Me dio mucha pena, me acorde de los amigos de mi abuelo que siempre llevaban caramelos en sus bolsillos para darnos a los niños que jugueteábamos entre ellos.

    Nos estamos equivocando con una sociedad que recrimina e incrimina y que no se preocupa de las cosas importantes.

    Siempre me lío...y "escribo y escribo", ¡¡¡demasiado!!!.

    Un placer como siempre recibir tus interesantes comentarios y tus amables palabras que son una auténtica caricia para el alma.

    Besos

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  10. Todo tiene su momento y para Carlitos la situación que estaba viviendo no era la apropiada de comprender, necesitaba ayuda y comprensión para expresarse sin rebeldía. Pienso que la labor del profesorado a veces se limita a la educación básica, olvidando la parte más humana, por otro lado ellos mismos tienen la dificultad por toparse con situaciones anómalas. Lo penoso es el no escuchar, no intentar al menos, preguntarse por qué alguien actúa de la manera en qué lo hace. Todo tiene una explicación, y deberíamos intentar empatizar más y mejor.

    Aquí la madre supo entender a su hijo, luchar y conseguir un mejor lugar para él.
    Me ha gustado mucho leer tu relato Conxita. Un buen aprendizaje.
    Un saludo cordial.

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    1. Gracias Mila por tu visita y comentario. Bienvenida a mi blog, espero recibir otras visitas y disfrutar con tus comentarios.

      Tienes razón que los profesores también son humanos y a veces tampoco saben como reaccionar delante de las emociones. Quizás faltaría dotar de más herramientas para comprender las emociones de los niños y no centrarse tanto en adquirir conocimientos y en cumplir a rajatabla el plan de estudios sino en el desarrollo integral de los niños y niñas que tienen en sus aulas.

      La madre de Carlitos supo ponerse al lado de su hijo, a pesar de la presión del colegio, pero ¿cuantas veces las familias no saben qué hacer y acaban transmitiendo más tensión y problemas a sus hijos, en lugar de encontrar soluciones compartidas de ayuda entre la escuela y la família.? Eso es lo que preocupa...las escuelas han de ser mucho más que transmisoras de "saber", han de desarrollar el gusto por el saber, estimular la curiosidad, crear la necesidad de aprender e interesarse por las personas que están a su cargo en las aulas. Afortunadamente hay muchos maestros vocaciones y si pensamos...encontramos entre nuestros recuerdos algunos que nos marcaron...para bien y otros...espero que los menos para mal.

      Un saludo y espero volver a verte por el blog.
      ,

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  11. Enternecedor relato y magníficamente expuesto.
    Para no repetirme con los demás comentaristas yo resumiría parte de lo ya dicho en que hay buenos y malos profesionales en todos los campos. El problema estriba que cuando de niños/adolescentes se trata un mal profesional de la educación hace mucho daño y puede dejar una herida que afectará al adulto que mañana será ese niño.
    Como ya viene siendo habitual me ha encantado leerte.
    Un abrazo

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    1. Gracias Kirke por tu visita y encantador comentario.
      Es cierto que en todos los campos profesionales hay buenos y malos profesionales, algunos tienen mucha más incidencia que otros porque mira si mueves papeles...pues tu impacto es uno, pero si estás con personas, puedes hacer mucho daño.

      Ayer escuchaba una entrevista a José Antonio Marina un filósofo y pedagogo y¡¡¡tenía tanta razón!!!, En este país la educación ha importado muy poco y sigue importando poco, ojalá se hiciera más caso de personas a las que sí les importa como él, para enderezar los entuertos que los políticos han generado.

      Muchas gracias por leerme, me alegra que te haya gustado.

      Un saludo

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  12. Lo ideal sería que hubiera más "Señoritas Pérez" (la de mi mensaje del 25.09.2015) pero, en casos como éste, procede que alguien cercano al niño remplace urgentemente a la Tía Luisa sacando tiempo de donde sea. Para empezar, que dejen de llamarle Carlitos.

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    1. Hola Jose María, pues mira que esa "Señorita Pérez" me inspiró el relato. ¡¡¡Gracias!!!

      Todos los duelos tienen su tiempo y la necesaria comprensión de los que rodean al niño, tanto familiares como escuela.
      No hay niños problemáticos, eran niños que necesitaban atención, otra manera de mirar las cosas, no ser rígidos y entenderlos...pero al final los acabamos haciendo difíciles y problemáticos y nos extrañamos que haya tanto fracaso escolar...

      La escuela es mucho más que adquirir conocimientos, se trata de ayudar a formar a la persona y en casa también por supuesto.

      Es muy mono Carlitos, ya será Don Carlos cuando de sus clases de instituto.
      Un beso

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  13. Es una edad difícil para que te falte algo en lo que te apoyas. Menos mal que la madre no desespera y busca soluciones.

    Con los años, tal vez, él actúe de forma distinta con el alumnado que tenga. Es de esperar que así sea en la segunda parte del relato.

    Abrazos.

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    1. Sabes...yo espero que él actúe de forma distinta, seguro...porque ha visto lo que se puede conseguir cuando se cree en las personas, todo es posible. Cuando crees en alguien y lo apoyas, todo se consigue. El problema es pocos recursos, demasiados alumnos y algunso profesores poco motivados que solo se preocupan de lo que tienen que impartir y eso...eso no es educar.

      Muchas gracias por tu visita y tu comentario.

      Un abrazo.

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  14. Conxita, qué gran reflexión traes con la historia de Carlitos.
    Muchos motivos hay detrás de un fracaso escolar y tanto padres como profesores deben implicarse e intentar comprender porqué se produce.
    Muchos profesores se limitan a llegar a clase "soltar el rollo" y mandar un montón de deberes para casa. Vamos, motivación cero. Por otro lado, los padres con los trabajos, las prisas, etc tampoco tienen tiempo para sentarse a hablar con sus hijos y entender porqué sus hijos son rebeldes o suspenden.
    Niños y adolescentes se encuentran en una etapa de la vida en la que se enfrentan a nuevas situaciones y no saben como lidiar con sus propios sentimientos porque sencillamente no están preparados para ellas.
    Excelente post, enhorabuena, guapa
    Besos

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    1. Gracias Erika por la visita y el comentario.

      Estoy totalmente de acuerdo que detrás de los fracasos escolares hay muchas más historias y no son todas del niño o del adolescente, estaría bien preguntarse por la motivación de algunos que creen que se trata eso de "soltar el rollo" en lugar de aprovechar la gran oportunidad de abrir esas mentes, despertarles el interés, el afán por descubrir, por conocer, por reflexionar y pensar...pero para eso se necesita vocación y también recursos. No sé qué mayor placer para un profesor que haber ayudado a alguien a ser mejor persona, a querer pensar, defender sus ideas, conocer, a utilizar su cerebro, a pensar...

      Los mejores países son aquellos que apuestan por sus jóvenes y por su educación...nosotros estamos demasiado lejos.

      Un beso

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  15. La incomprensión se da a todos los niveles. Cómo nos cuesta ponernos en el lugar del otro. Cuando hay niños de por medio el daño que se hace es mucho mayor. Ellos aún no tienen las armas para encajar determinadas cosas y saber conducirse en ciertas situaciones. Precisamente pienso que la educación consiste en aportarles esas armas. Una lástima que el sistema educativo no siempre sea consciente de ello. Afortunadamente existen también muchos porfesores que realmente se preocupan por los niños y por su desarrollo personal y emocional.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Es cierto, cada vez somos más egoístas y menos empáticos, parece que no hay tiempo para nada y mucho menos para interesarte por cómo se siente el otro.

      En el caso de la educación es especialmente grave que nos centremos solo en la adquisición de conocimientos y olvidemos a las personitas que están detrás. Los educadores, los maestros, deberían ser personas altamente valoradas (como pasa en países nórdicos) porque estamos dejando en sus manos lo mejor que tenemos, nuestros niños y jóvenes.

      Afortunadamente como tu dices, hay muy buenos profesores, vocacionales, que sienten lo que están haciendo y que velan por las personas que tienen a su cargo.

      Muchas gracias por tu tiempo y tu comentario.

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  16. Como ya te he comentado en Literautas, un relato muy bueno. Felicidades por el buen saber hacer que has mostrado a la hora de dibujarnos a estos dos personajes. ¡Nos leemos!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Wolfdux, he leído tu comentario en Literautas, gracias por partida doble.
      Me alegra que te haya gustado como lo he contado. Nuestros niños son lo mejor que tenemos y se han de cuidar, creo que la labor de los profesores es fundamental, se ha de valorar mucho más y los que no sirvan no deberían estar. Es algo totalmente vocacional abrir mentes, ayudar a reflexionar, a pensar...es un privilegio y así debe ser visto, lo contrario solo alimenta el fracaso.

      Un saludito

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Mil gracias por tu comentario.
Conxita

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