9, 8, 7, 6, 5, 4, 3...2.....1......0!!!
La explosión fue tan fuerte que Marcelo se tapó las orejas. Gritos, ruidos,
luces estridentes, golpes…y aplausos. El hombre miró a su alrededor atónito.
¿Estaban
locos o qué? ¿Por qué aplaudían?
Empezó a vociferar exigiéndoles que callaran, que
no los animasen. ¿No veían lo que estaba pasando? Solo obtenía respuestas
airadas y descorteses, insultos e interjecciones nada cariñosas.
¿Por qué no se daban cuenta?
Miraba al cielo, las luces destellaban haciendo graciosos guiños, precioso si no sabías lo que llevaban dentro. Intentaba explicar, a diestro y siniestro, pero se apartaban de él, mascullaban entre dientes y seguían aplaudiendo.
Ahora mismo estaba pasando. Un poco más lejos de él, aquel tipo apropiándose
del exiguo contenido del bolso de la mujer, que con el niño alzado, miraban al
cielo y aplaudían. Adiós a los pocos ahorros para pasar el mes y el móvil, por
supuesto. En la esquina, cerca del campanario, ahora abarrotada de gente que
miraba hacia arriba, dormía Luisa a la que hoy habían echado, que se buscara
otro portal para hacinar su apestoso cuerpo. Luisa una sin techo, enferma,
alcohólica, sin familia. Más allá, Mustafá y a Ali peleando por las cuatro
perras que habían conseguido de los chavalines que salían de fiesta. Ana y su
bebe, solas, a las que nadie ayudaba. Se lo había buscado, era una puta. Carlos,
45 años trabajando de sol a sol en una fábrica, despedido, sin nada, sin
esperanza, sin dignidad. Los abuelitos del 6º que habían decidido que el gas
era mejor que verse en la calle, sin casa...
Tras las paredes miles de historias se escribían con dolor y tristeza, sin
solidaridad, sin el consuelo de otros. Soledad, egoísmo, indiferencia,
desesperación.
Y allí seguían aplaudiendo mientras los cohetes se alejaban. ¡Idiotas! Marcelo
estaba furioso, no eran capaces de mirar más allá de sus narices. ¡Imbéciles e
inútiles humanos!
La ira se apoderaba de su cuerpo, estaba tan furioso e impotente. Quería abrirles
los ojos, pero no hay más ciego que el que no quiere ver y cada vez que lo intentaba
sólo recibía burlas, insultos y la maldita frase de “Marcelo, estás para que te
encierren”. Hoy su rabia iba en aumento,
se movía inquieto, sudaba, los puños apretados, el entrecejo fruncido, sus ojos
sin mirar a ninguna parte. Oía las risas
de los depredadores mientras se alejaban, burlándose de los peleles que dejaban
atrás. Sus rostros sin cara, visibles solo para él. Jadeos y graznidos
apoderándose de aquello tan preciado. Esos ramilletes de luces, le lastiman los
ojos, intenta acallar los fuertes ruidos cubriéndose con ambas manos. De
cuclillas gime y grita, maldice y suplica.
¿Por qué no lo veis? Y mientras, ellos se alejan.
Sin darse cuenta, está inmovilizado en el suelo con los sanitarios del
servicio de urgencias intentando calmarlo. A su alrededor, personas
indiferentes, asustadas de él.
“Marcelo, tranquilo, todo va a salir bien.”- la voz suave del enfermero. Lo
introducen en la ambulancia, bien atado, en dirección al hospital. Es difícil el
trayecto con tanta gente por los fuegos artificiales.
Él niega. Llora. Oye sus risas, otra vez han ganado. Nadie se da cuenta de
nada y esos malditos cohetes se siguen llevando lo único de valor que le queda
al ser humano, su alma y su humanidad.
Conxita
Foto Xavi Mateu 2015
Foto Xavi Mateu 2015
1504193880559
Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0
Juegas con elementos que me son muy cercanos: miradas, historias. Mirar más allá, ver esas historias que hay detrás de lo evidente. Y quien sabe mirar acaba fuera.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia...
Un abrazo
Muchas gracias Ana por tus palabras. Me alegra que te haya gustado la historia.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con lo que dices, se trata de mirar detrás de lo aparente y no quedarnos con la mirada fácil y superficial, saber mirar aunque sea difícil y más costoso que seguir lo que todo el mundo hace. Saber mirar con el corazón, con los sentidos, de otras maneras.
Feliz domingo y hasta pronto.
Este relato me ha hecho recordar la famosa frase que dijo en su momento un emperador romano: "Al pueblo darle pan y circo que de gobernarles me encargo yo"
ResponderEliminarEn mi pueblo con la misma ración de paro,delincuencia, sin techo, desahuciados, y políticos corruptos que en cualquier localidad de este país. Al alcalde y sus concejales sea el color del partido que gobierna algo secundario, siempre les pareció irrelevante preocuparse por estos problemas con la justificación de que con la crisis no hay dinero para tanto estipendio...Pero para las fiestas, los toros, los chiringuitos y la feria que montan cada dos por tres; siempre indefectiblemente hay capital para invertir. Y es que los ciudadanos estamos sordos y ciegos. Hacemos chistes de nuestras desgracias y nos reímos a mandíbula batiente de los fuegos de artificios que explotan a nuestro alrededor como cortinas de humo que calman nuestra rabia y nos hacen desviar la atención de otros problemas que nos son vitales.
Realmente la cordura es algo en peligro de extinción.
Un relato que invita a la reflexión. Enhorabuena amiga y gracias.
Gracias Francisco, por tus palabras como siempre.
EliminarUn placer leer tu reflexión que comparto y justo lo que quería conseguir con mi relato, reflexionar sobre cómo miramos y qué miramos. Un loco al final, es el único cuerdo.
Quizás para algunos sea una manera de ahogar las penas, pero para mi jugar al juego que nos hacen jugar no me parece la manera. Eso si, se consigue desviar la atención, reírnos de nuestras desgracias y pensar que estamos algo mejor que el vecino. O también algunos nos hacen jugar a enfrentarnos, a buscar quimeras mientras la gente sufre.
Ir contra corriente siempre es difícil y en un mundo tan superficial aún más.
Saludos de domingo
Un relato incisivo y contundente, genialmente narrado. Un punto de vista de quien sugiere que antes de despegar de la Tierra deberíamos mejorar la situación de la humanidad en esta, loable y digno de debate.
ResponderEliminar¡Un saludo compañera!
Muchas gracias Edgar.
EliminarComo bien dices se trata de mirar bien a nuestro alrededor y empezar a preocuparnos de todo lo que estamos descuidando.
Quería justo que fuera ese "loco" el que nos diera otra mirada, que con frecuencia olvidamos o no queremos mirar.
Un abrazo
Genial relato. Me ha gustado mucho. A veces la gente no quiere ver lo que tiene delante. No quiere escuchar voces que no le interesan. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias María.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Creo como tu que muchas veces no se quiere ver, da miedo y nos entristece, miramos a otro lado o practicamos la indiferencia. Los que no siguen la corriente, son los locos, pero realmente ¿quién está loco en esta historia?
Saludos y hasta pronto
Por desgracia la indiferencia no es un mal de nuestros días, siempre ha existido. Ojala lo que se reivindica en tiempos de crisis, se reivindicara siempre. Muy buen relato. Saludo!!!!!
ResponderEliminarSkuld,
EliminarGracias por pasarte y por tu comentario.
Tienes razón que desgraciadamente la indiferencia se practica desde siempre, quizás en tiempos de crisis es imposible esconderla aunque no mires.
Saluditos
Un relato directo visto a través de un hombre que parece loco pero que está más cuerdo que toda la gente de ese pueblo, gente que se centra en la festividad mientras que deja a un lado la dura realidad. Humanos que dicen serlo pero no lo demuestran. Como comentan, dinero para fiestas, eventos, etc., pero no para ayudas económicas a esa tal Luisa, despidos como el de Carlos, desahucios como los de la pareja anciana,etc.
ResponderEliminarUn relato que puede tener muchas opiniones, pero que la más justa es esa que se podría resumir con la gran frase final del relato: ''esos malditos cohetes se siguen llevando lo único de valor que le queda al ser humano, su alma y su humanidad.''
Gracias Ricardo,
EliminarComo tu creo que el "loco" es el que está más cuerdo, es el único que realmente se da cuenta de lo que está pasando, la sociedad que estamos creando y también es el único que se atreve a ir contracorriente y al que encierran!!.
Un abrazo
Muchas veces los locos son los más cuerdos. Me ha gustado mucho tu relato. Un besito
ResponderEliminarGracias Mercedes,
EliminarDicen que los mal llamados "locos" ven más y mejor que los cuerdos. En este caso es así. ¿Quién está realmente más loco? ¿Quién se equivoca en su mirada?
Un abrazo
Muy buen relato, Conxita, lleno de simbolismo y mensaje. A veces hacen falta los ojos de un loco para ver con cordura, mientras la indiferencia y la estupidez campan a sus anchas ante los ojos de los cuerdos. Genial!!
ResponderEliminarUn gran abrazo :)
Gracias Julia.
EliminarLa locura da mucho miedo, pero en este relato da mucho más miedo la indiferencia y la estupidez como tu bien dices.
¿por qué no aprendemos a mirar? ¿por qué nos convertimos en rebaños indiferentes? Ojalá hubiera más locos!!!
Un abrazo
Un cuento lleno de elementos y con un final durísimo. Se le presta atención a tantas cosas sin importancia real habiendo tanto a nuestro alrededor a lo que estamos acostumbrados y que tiene mucho más valor.
ResponderEliminarMuy bueno, Conxita!
Un abrazo.
Gracias Federico.
EliminarTienes razón de que el final es duro, como la vida que tanta gente a nuestro alrededor está teniendo,
¿No tienes la sensación de que vamos perdiendo aquello genuino del ser humano como el aprecio, el preocuparnos por los demás, la solidaridad..?
Nos volvemos egoístas, fríos, materialistas...miramos al cielo para no ver lo que ocurre a nuestro alrededor.
Un saludo y muchas gracias por tus palabras
Saludos Coxita, un relato para reflexionar, muchas veces miramos a otro lado para no preocuparnos ni ocuparnos. Muy buena narración. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarGracias Mery,
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con tus palabras, mejor mirar a otro lado para no preocuparnos ni ocuparnos. Fantásticamente resumido.
Un abrazo.
Saludos Conxita, bueno no creo sea lo mejor mirar a otro lado cuando hay tanto por hacer. Más bien hay que preguntarse como en tu relato, por qué no lo veis?, lo que si es, es más fácil mirar al otro lado para no preocuparse ni ocuparse. Cariños y bendiciones!
EliminarCierto Mery, hay mucho por hacer pero en general se opta por mirar a otro lado, Se hace como si no se ve, como si el otro fuera invisible, n existiera y haciendo esos las cosas que no están bien, dejaran de estarlo...
EliminarSabes ¿cómo cuando los niños tienen miedo y se tapan los ojos para no ver algo que está pasando..? y eso pasa, aunque no lo veas, pero al no mirar parece que no da tanto miedo.. Con el dolor, la tristeza, el malestar de otros..se hace lo mismo, quizás da tanto miedo que se trata de.hacer como si no se viera...
Un abrazo y feliz domingo
Que irracional locura verdadera.
ResponderEliminarUn beso
¿Quién está loco?
EliminarGracias por pasarte.
Un beso
Sólo un loco es capaz de ver con el telón cerrado. Es buenísimo Conxita! Los cohetes podían ser la televisión y esos vecinos pueden ser la población mundial. Nos entretienen y nos mantienen en vida latente para que llevemos a cabo sus objetivos! Impresionante, un abrazo y feliz fin de semana
ResponderEliminarGracias Ana
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, nos entretienen y nos mantienen atontolinados, mientras hacen y deshacen a su antojo sin que nadie los pare.
Un abrazo
Feliz fin de semana también para ti
Parece que los inmigrantes del Mediterráneo están en nuestras calles, mientras continuamos con los fuegos artificiales.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por leerlo.
EliminarTienes toda la razón lavelablanca, mientras seguimos con fiestas y festejos, siguen muriendo personas persiguiendo escapar de la misèria, intentando vivir...y lo peor es que no parece importar, ni soluciones ni siquiera empatía... total...el Mediterráneo tiene ya tantas muertes en su haber...
Un saludo