No podía ser... Se percató que se movía sin sentido, de un lado a otro,
casi sin darse cuenta. Los latidos de su corazón tan fuertes que creía no
resistirlo. Tenía que calmarse o le cogería algo.
¿Qué hacía él allí?
Sus miradas se encontraron a través del cristal del escaparate.
Un ramalazo
de calor subió por todo su cuerpo. Descarga de adrenalina pura. La emoción lo
embargaba, en cada uno de los poros de su cuerpo, instalada en su estómago y su
corazón repiqueteaba estrepitoso. Sofocado, se había ruborizado como un adolescente
y sólo podía mirarlo.
Había oído esa frase en algún lugar y ahora, allí observándose al través, por fin la
había entendido. Su mirada intensa estaba llena de palabras sin sonido, tan
plena que parecía imposible lo que le parecía entender. Sabía que justo esa era
la dificultad, reconocer lo que se quiere decir. Con tanta frecuencia, cuerpo y
mente hablaban lenguajes distintos, uno pura emoción, el otro raciocinio, no
siendo más sabio ni más certero, uno que el otro, aunque con frecuencia ganando
el mal llamado sensato.
En ese momento, su cuerpo no lo engañaba, esas sensaciones jamás sentidas eran
de amor, un amor puro como nunca lo había vivido. Está anonadado, la turbación
lo embarga, podría hasta llorar. Es imposible, no puede enamorarse pero siente
que lo ha hecho. Descarta la razón.
Lo mira y se emociona. Lo observa y siente su estómago lleno de las famosas
mariposas agitadas, iniciando un baile salvaje que lo marea. ¿Baile? Sus
mariposas tienen montada una juerga que ni el desfile de carnaval de Rio tiene
más marcha. No sabe qué puñetas son, solo que tiembla como un poseso, cada célula
de su cuerpo, excitada y alerta. Su corazón batiendo un ritmo alegre y acelerado.
Su respiración rápida, aunque intenta calmarse.
¿Qué hace él allí?
Los segundos se hacen eternos y ninguno se mueve, solo se observan. Se reconocen, se buscan, se sienten. Solo eso, tan poco y tanto.
Hacía 18 años que no se veían. Ni uno más, ni uno menos. Quizá era un tanto
exagerado decir eso. Era más cierto explicar que se habían encontrado, de
pasada un par de veces, pero solo eso, de pasada.
Ahora, él allí. ¿Qué quiere? 18 años, se dice pronto.
Fue su primer amor pero entonces no lo sabía. No había vivido y se quedó en
algo anecdótico, necesitaban cosas distintas. Eso sí, no había podido
olvidarlo. Sus vidas habían llevado caminos diferentes. Mientras la vida de él
se había aburguesado, la suya había sido un sinfín de búsquedas y locuras, risas
y diversión, fiestas y desengaños, amores y desamores…pero había sido feliz.
Sin darse cuenta su mente revive el camino andado esos meses pasados.
Sin ser consciente de hacerlo, ha ido cerrando etapas como
quien cierra ventanas de una casa. Ha ido renunciando a una manera de hacer las
cosas, a una vida que ahora ya no le satisface, se ha cansado y necesita romper
con eso también. La crisis, le ha
golpeado fuerte. También ha sido una oportunidad.
Ha renunciado a trajes de marca, viajes y restaurantes de moda… gastos
superfluos sin los que pensaba que no podría vivir. Lo ha hecho.
Ha dejado el apartamento en la costa y las fiestas y farras que allí vivía.
Si se lo hubieran dicho hacía años, se hubiera negado. Imposible renunciar. En
cambio, ahora sin problema, no lo echa en falta.
Ha recuperado la relación con los suyos. No se dio cuenta hasta que se
perdonaron, de cuanto los había encontrado a faltar.
Vive con más recogimiento, como cuidándose de excesos, de años buscando y
de no encontrar.
Cada paso que ha dado, sin meditar en exceso, lo ha ido llevando como por
azar a estar en ese instante. Y así sin más, como pasan las cosas importantes, en
ese momento todas las piezas del rompecabezas encajan, ahora todo está bien.
Sus pasos lentos sin apartar la vista, lo conducen hasta la puerta que
abre. Sin palabras. Su abrazo, sus dos besos y ese olor de él que nunca ha
olvidado. Como explicar esa sensación inexplicable que poseen las personas a
las que amas, ese olor que nunca se deja de recordar, inherente a ellos, indescriptible
pero tan real. Ese momento en que todo lo que está sintiendo le parece imposible,
embargado por las emociones, y todo parece estar fuera de toda lógica pero con
la certeza absoluta de estar con quién se tiene que estar. Parece una locura, pero
eso es lo que siente. Se siente pleno, en su abrazo, en recuperar las
sensaciones de la persona amada, esos recuerdos que siempre han estado ahí, en
el fondo de su corazón. De nuevo, está en casa, se siente en paz y feliz.
Lo mira. Se miran. La boca seca. Su facilidad de palabra, ausente. Sus
risas y sus ganas de bromas han desaparecido. Solo puede mirar embobado al
otro. Como una criatura asustada, demasiado tímida para hablar con normalidad.
Su rubor, su respiración agitada que intenta disimular, sus manos sudorosas y
frías, intentando disimular esa turbación que lo ha invadido desde que lo ha descubierto
mirándolo.
Se siente cada vez peor, ese hombre va a pensar que es tonto. Se miran.
Escucha como él comenta que ha venido a verlo, que estará unos días, si
quiere cenar con él y hablar de sus vidas. Lo mira, atónito. ¿Cómo no va a
quererlo? Aún no se ha percatado que lo único que quiere hacer es pasar el
resto de su vida mirándolo ¿no se da cuenta de lo qué siente?
“Tranquilízate, esto no puede estar pasando”.
Ya ha vuelto el freno de la conciencia. Intentar calmar y aplacar las
emociones, negar las sensaciones, volver a la normalidad, a lo que toca.
Hace años que no se ven. Su historia se acabó, dice la razón. Sí, pero no
se olvidó, dicen las sensaciones. Mientras su corazón da saltitos agitados… ¡Es
amor! Eso es amor. Te has enamorado. No lo has olvidado, siempre ha estado ahí.
Sí, parece irreal pero siempre ha sido así.
Sus bocas hablan, sus miradas no engañan. Hablan, hablan, hablan. Recuperan
el tiempo vivido que no perdido. Esos años que les han servido para
reencontrase, más maduros, más seguros.
Se miran. Se sonríen. Se tocan. ¡Eléctrico! Las emociones intensas, la
conciencia racional. Lo que sienten, lo que debe ser. Lo imposible y lo
posible. Lo qué se dice, lo que se hace. Lo que se debe, lo que se quiere.
El primer amor, ese que hace desvelar la conciencia, que despierta las
emociones y que derrite el corazón cuando se va endureciendo.
El primer amor, tierno e inocente, lleno de todo lo bueno que está por pasar,
por descubrir, por inventar, por crear. El primer amor que no se olvida. Esas
sensaciones de lo que podía haber sido y no fue. Ese preparar para vivir de
nuevo, con un pasado acumulado a las espaldas dando una nueva oportunidad.
El primer amor… estar con quién quieres estar, en ese preciso instante, en
ese momento y saber que todo está bien, que absolutamente todo está bien y que
por fin el puzle está acabado.
De eso han pasado ya tres meses, desde ese día no se han separado.
Conxita
Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0
Foto by Muntsa López
Foto by Muntsa López
Como cualquier historia, esta tiene un fondo real. Cuando escribes, no es necesario que una historia sea propia, observas, escuchas, las tomas prestadas y las vuelves tuyas. Eso intento contar.
ResponderEliminarAgradezco enormemente a la persona que me contó su historia de amor, me transmitió tanta emoción que me puse a escribir sobre el primer amor. ¿Quién no recuerda ese primer amor?
Te has atrevido con un relato un poco más largo que a los que nos tienes acostumbrados, tienes soltura y al final esto se convertirá en un libro de historias, Todo llegará con tiempo y dedicación a esto que parece gustarte tanto que es escribir.
ResponderEliminarsiempre se ha dicho que la realidad es mucho más cruda, más intensa y más densa que el guión de cualquier película o el argumento de cualquier libro. Es cierto que la imaginación puede crear situaciones más elaboradas, pero cualquier circunstancia real y más si se trata de amor puede servir para escribir una bonita historia con final feliz como en este caso.
Un abrazo Conxita
Gracias Francisco.
Eliminar¿Un libro de relatos? Me encanta tu confianza en mi y optimismo, ¡¡ojalá llegue!!
Tienes razón que la realidad supera en mucho la ficción, En la vida real tenemos de todo y mucho más, las mejores y las peores historias se dan en la realidad.
Quise contar la emoción que me transmitió el hombre enamorado que me contó su historia. Espero que me perdone si algún día me lee, porque la viví y la expliqué a mi manera, poniendo de aquí y de allá y haciéndola un poco mía. Eso es lo que me fascina de escribir historias.
En mi relato quería contar que el amor no se fija ni en hombres ni en mujeres, no distingue.. cuando llega, lo hace de forma intensa.
Un abrazo
Dicen que siempre se vuelve al primer amor...
ResponderEliminarMuy buen narración, Conxita. Has sabido retratar bien esa vorágine de sentimientos que aparece en esas ocasiones.
Un saludo!
Muchas gracias Federico por tu tiempo y tus palabras.
EliminarNo sé si se vuelve siempre al primer amor, pero lo que está claro es que se recuerda...eso seguro!
No te parece que a veces, el problema puede llegar al intentar revivir algo que ya no es lo mismo, porque las personas, lo que sentían y lo que eran...ya nunca más están.
Todo evoluciona. Me viene a la cabeza el "todo se mueve, nada permanece" o incluso el "no nos bañamos dos veces en el mismo agua de un río". Realmente, yo lo veo así, todo evoluciona.
En "No hay silencio en una mirada", los protagonistas tenían que vivir para poder encontrarse y hasta que no viven separados, no pueden reencontrarse y para mi, eso es lo que hace bonita su historia de amor, Está viva, evoluciona, crece...
Saludos
A pesar de las trabas que les ponemos, la emociones auténticas, los amores verdaderos y las vidas sinceras siempre encuentran el camino. Una historia preciosa, Conxita, muy bien contada desde el punto de vista de los sentimientos, las sensaciones, las añoranzas. Además el final feliz te deja con la sonrisa en los labios, no se puede pedir más :)
ResponderEliminarUn fuerte abbrazo!!
Cuanta razón tienes Julia.
ResponderEliminarA veces parece que los humanos somos complicados y nos gusta que las cosas "cuesten", parece que entonces es como si se valora más.
Todo tiene su momento y sin darnos cuenta la vida nos lleva a ello, nos ofrece nuevas oportunidades y está en nuestra mano aprovecharlas o dejarlas pasar.
En esta historia, estas personas estaban predestinadas a vivir su amor, pero primero tenían que "vivir" para darse cuenta de que lo que tenían era algo precioso. Sin vivir, no eran capaces de apreciarlo.
Que triste es escuchar cuando se pierde algo, como se valora entonces y los lamentos, en cambio, en el día a día hemos desaprovechado las oportunidades para disfrutarlo pensando en no se sabe qué.
Carpe Diem. Vivir el momento y disfrutarlo como si fuera el último.
Un abrazo y hasta prontito
Emociante en el tono y preciso en las palabras. Esa dualidad mente corazón que tanto nos hace sufrir.
ResponderEliminarAunque hay algo que me descoloca. ¿Es una historia entre dos hombres? Los adjetivos de los dos son masculinos.
Un abrazo.
Muchas gracias por pasarte y comentar.
ResponderEliminarQuería reflejar esa dualidad que sentimos delante del amor, lo que nos dice nuestra parte más cerebral y lo que nos dicen las emociones, con frecuencia lenguajes distintos y contrapuestos.. !!!Totalmente de acuerdo contigo cuanto nos hace sufrir!!!
Dicen algunos que seriamos mucho más fáciles si nos dejaros llevar más por nuestro hemisferio derecho, responsable de las emociones, de las percepciones.
Lo que quería contar con No hay silencio en una mirada, es ese primer amor, que se recuerda, intenso, dulce, con todas las promesas de lo que un día será y a veces es y otras se queda por el camino.
Y también que no hay diferencias en el amor entre sexos, que el amor no hace diferencias y muy buena percepción, los adjetivos de los dos son masculinos.
Un abrazo
Quería compartir la emoción que he sentido al ver que la persona que me ha inspirado este relato, se ha emocionado al leerlo.
ResponderEliminarEs difícil explicar como autora, las sensaciones al ver que con tus letras puedes hacer sentir intensamente. Te emociona y te hace sentirte inmensamente feliz.
Gracias.
Increïble.
ResponderEliminarM'he sentit molt identificat encara que el meu final no ha estat (de moment) el mateix que el del teu relat.
Pot ser donaria per una segona versió mes "Platònica", però m'ha encantat i m'ha portat a recordar aquells primers moments i aquelles sensacions que mai tornaran i que si tornen, no seran mai igual.
M'he enganxat als teus relats.
Una abraçada conxi.
AH! I totalment d'acord amben Francisco Moroz, tot arrivarà.
Gràcies Osk per dedicar un temps a llegir-me.
EliminarNo sé si tens perfil de Google+ perquè el de Blogger no dona informació. Suposo que ens coneixem, quin Òscar ets?
Pensaré en la teva idea de la versió més platónica per poder fer un altra relat, tot i que malauradament la major part dels primers amors que conec no tenen un final tan feliç com el del relat i que com vaig explicar està basat en una història real. Però el que és segur és que el primer amor, sempre es recorda i com tu dius aquelles emocions i sensacions t'escalfen el cor tot i que saps que no tornaran. La vida ens dona l'oportunitat de gaudir-les, de retrobar-nos però no seran mai més les mateixes perquè nosaltres no som els mateixos, això no vol dir que sigui pitjor, és diferent i cal viure. El que és important és gaudir de tots els moments perquè realment són únics i irrepetibles i quan passen ja no es repetiran.
Espero seguir llegint els teus comentaris sobre les meves històries, gràcies. I t'animo a si et ve de gust a que et facis seguidor del blog, per poder comentar-les.
Benvingut al meu petit racó de somnis. I gràcies pels teus desitjos...ojalà arribi!!!
Gracias Osk.
EliminarNo sé si tienes perfil de Google+ porque el de Blogger no da información. Supongo que nos conocemos,¿qué Óscar eres?
Pensaré en tu idea de la versión más platónica para poder hacer otro relato, aunque desgraciadamente la mayor parte de los primeros amores que conozco no tienen un final tan feliz como el del relato (de momento) y que como expliqué está basado en una historia real.
Lo que es seguro es que el primer amor siempre se recuerda y como tu dices esas emociones y sensaciones que te acarician el corazón aunque sabes que no volverán. La vida nos da la oportunidad de disfrutarlas, de reencontrarnos pero no serán nunca más las mismas porque nosotros no somos los mismos, eso no quiere decir que sea peor, es diferente y es necesario vivir. Lo que es importante es disfrutar de todos los momentos porque realmente son únicos e irrepetibles y cuando pasan ya no se repetirán.
Espero poder seguir leyendo tus comentarios sobre mis historias, gracias. Y te animo, si te apetece, a que te hagas seguidor del blog y poder comentarlas. Me encantará.
Bienvenido a mi pequeño rinconcito de sueños. Y gracias por tus deseos...ojalá llegue!!!
Hola Conxita, siguiendo tu enlace y casi tres años después de haber sido escrito, me encuentro con un grandísimo relato y una preciosa historia de amor con un final feliz.
ResponderEliminarEsto sería un flechazo a segunda vista :-). Pero por encima de eso, hablas de muchas cosas en un texto real que a su vez suscita varias reflexiones.
Sin ser concluyente, porque la vida nos cambia a cada paso, diría que algunas personas o muchas, buscan constantemente lo que encontraron en el primer amor en el resto de parejas, y a veces esto no es posible. Por supuesto, también hay primeros amores para toda la vida, y como no, otras pueden encontrar en un nuevo enamoramiento, la esencia y lo más especial de su vida.
Respecto al sexo de tus protagonistas, creo que la historia hubiera dado igual hombre/mujer, mujer/mujer, o lo que es.
Por supuesto el amor no entiendo de fronteras.
Un gran abrazo y gracias por dirigirme a este relato y a tus siempre elaboradas letras.
Hola Miguel gracias por acercarte hasta aquí.
EliminarCuando leí tu comentario en tu blog sobre ese primer amor y el descubrimiento de la homosexualidad pensé que el primer amor siempre es especial y como tú dices da lo mismo si es hombre o mujer o dos hombres o dos mujeres, son las emociones del primer amor.
Recordé este relato y por eso te lo enlacé, gracias por leerlo y comentar. Ahora lo reescribiría de otra manera después de esos tres años pero la emoción que quería transmitir sería la misma.
Este relato nace de una conversación de un hombre enamorado, me contagió su emoción y recordé esa pasión, esa intensidad... del primer amor, todo lo que te hace sentir, ese amor tan puro, tan irreal muchas veces.
"Novelé" su historia y con su permiso la publiqué, creo como tú también dices que las emociones del primer amor son las mismas con independencia del sexo de los protagonistas.
Como dices, a veces se busca el primer amor en todas las relaciones, algunas sale bien como pasó en esta y las más, nunca son lo mismo si hay reencuentro porque están teñidas de idealismo y no de realidad, de lo que se fue y no de lo que se es y a veces, esos reencuentros están ligados a grandes decepciones, porque nada es igual o porque es igual pero nosotros somos distintos, los años nos cambian para bien o para mal.
En el caso de esta historia, su protagonista (gracias Stephane) me pidió que la escribiera (esta vez sin la ficción) y se la regaló a su pareja el día de su boda. Comparte un espacio en una pared de su casa, en francés y en castellano. Él se emocionó leyéndola, yo viendo su emoción. Para mi ese es el poder de la escritura y por eso escribo.
Un abrazo y gracias por tus palabras