Conversación. de Elicia Edijanto |
Había sido un día complicado. No tenía ganas de llegar a casa y
aquella cafetería con sus amplios ventanales y sus mesas con silloncitos le
pareció ideal para hacer una parada.
—¿Qué tomarás?
—Un descafeinado,
por favor.
—¿Algo más?
Elena negó con
una sonrisa. Estaba cansada. Repasó sus últimas conversaciones con el
jefe de estudios y esa sensación de estar en batallas diferentes. Ella no
quería librar luchas, quería enseñar. No quería tener esa sensación de ir
corriendo porque no llegaba, quería dedicar tiempo a los chavales aunque bien
pocos estuvieran interesados. Abrió el móvil y jugueteó con las distintas
aplicaciones. No tenía el ánimo para nada.
De repente unas
voces en la mesa de al lado le llamaron la atención.
—¿Sabes qué me dijo ayer Alex? Estaba muy callado cuando lo recogí del cole y eso en él era
raro. Después de insistirle me dice:
¿Mamá yo soy adoptado? Tengo que reconocerte Carla que no esperaba para nada
esa pregunta y de momento me he quedado un poco descolocada.
—No, no lo eres —le
he dicho—¿Por qué lo preguntas cariño?
—Teo me ha dicho
que es adoptado. Sus padres no son sus padres de verdad.
No he podido evitar besarlo y tranquilizarlo sobre que no era adoptado, que podía ver las fotografías de la clínica y también la de mi barriga. ¡Con los catorce kilos que engordé!
—¿Tú lo sabías
mamá?
—Mira Carla cuando escuché esa pregunta me lo hubiera comido, cómo puede
ser tan tierno. Le he dicho que lo imaginaba y
¿Por qué? Me ha preguntado.
—¿En serio?—ahora
era la otra voz la que preguntaba sorprendida.
—Sí, Carla… No me
digas que no es un amor. Su amigo del alma es negro y sus padres son blancos y a
él le sorprendía que fuera adoptado. Ni siquiera era consciente de la
diferencia de color, para él solo es su amigo y sus padres.
—Ay qué dulce. ¡Sí, con niños así hay esperanza!
Elena estuvo de
acuerdo con las dos mujeres, con niños así había esperanza. Le gustó aquel niño
que no entendía de pieles sino de corazones.
Las voces de las
dos mujeres siguieron comentando.
—Los niños
siempre te sorprenden. No deberíamos perder nunca al niño que llevamos dentro, seguro
que todo iría mucho mejor. Sabes ¿Catalina, la de nuestra clase de zumba? Algunas
veces nos encontramos para tomar un café. Es muy agradable. Es profesora jubilada
y me cuenta historias preciosas. Es tan importante que los maestros sean
vocacionales. Todo cambia cuando se siente la profesión.
—Eso es en todas
las profesiones Carla.
—Sí pero hay
profesiones en las que aún es más importante. Se trata con personitas que se están
formado. No se valora suficiente a los profesores, más medios y valorarlos
mucho más, eso es lo que se tendría que hacer, que no tuvieran que andar
regateando para hacer bien su trabajo.
—¡Lástima que no
seas política!
Las dos mujeres
soltaron una carcajada.
A salvo. Elicia Edijanto |
—El último día me
contó cómo había decidido ser maestra y no solo enseñar una asignatura. En uno de sus primeros destinos
le toco dar clases creo que era a quinto de primaria. Era un grupo aún lleno de
curiosidad y ganas. Entre ellos había un chiquillo que pasaba muy
desapercibido, apenas hablaba y no molestaba nunca en clase. No iba muy limpio
y eso generaba algún conflicto con los compañeros. Apenas sonreía. Siempre parecía
muy triste. Sus padres no contestaban a ninguna de las notas que les envió. Total
que la mujer no sabía muy bien qué hacer.
Llegaron las fiestas y algunos niños le llevaron regalos, también lo
hizo el niño callado, Manuel me dijo que se llamaba. Le regaló una caja con un
frasquito de perfume medio vacío y una pulserita rota, de cuero trenzado muy
gastada. Catalina me comentó que se avergonzaba de la reacción que había tenido
al ver aquel regalo, ¡con todo lo que ella hacía por el chico! Al salir de la
clase hizo lo que no había hecho hasta entonces, buscar información sobre el
chiquillo y el dolor la abrumó.
En primero su
profesora decía: Manuel es un niño
entusiasta, alegre, que se relaciona bien con sus compañeros. Le gusta tener responsabilidades.
En segundo: Manuel evoluciona bien, se nota que le gusta
aprender. Es cariñoso y siempre es de lo que se ofrece voluntario. Tiene una
curiosidad insaciable.
La profesora de
tercero: Manuel ha tenido altibajos, a
veces olvida sus tareas y le cuesta a veces concentrarse. Su madre está enferma
y con frecuencia está hospitalizada.
En cuarto: Manuel está muy retraído y triste desde la
muerte de su madre. No participa en clase. Su padre no colabora con la escuela.
Elena sintió que
se le encogía el corazón, apenas podía contener las lágrimas. La emoción de las
mujeres era contagiosa.
—Catalina estaba
tan avergonzada de su falta de sensibilidad, de haber cometido errores con ese crío que tanto la necesitaba y en ese momento entendió que quería ser mucho más que
la profesora de mates. A la vuelta de vacaciones se puso la pulsera que había
arreglado y unas gotas del perfume de Manuel y por primera vez vio la sombra de
una sonrisa en el niño.
—Me has
emocionado Carla.
—Sí, a mí me pareció
una historia preciosa pero espera que sigue. Evidentemente la colonia era de la
madre de Manuel igual que la pulserita de cuero que él le había regalado. La
profesora consiguió que Manuel se abriera poco a poco, que recuperara poco a
poco el gusto por saber. Consiguió pasar el curso y al siguiente se marchó de
la ciudad. Catalina pensó que ya no sabría nada más de él pero no fue así. Al finalizar
el curso recibió una nota. Había acabado
la primaria y estaba muy contento. También le escribió al acabar la ESO. Lo había aprobado todo y había decidido
seguir en bachillerato.
Catalina me contó lo orgullosa que se había sentido
y también cuando empezó la universidad. Sigue manteniendo el contacto con él, Manuel
es médico y lucha por salvar a otras madres, padres, hijos y hermanos.
Elena se levantó
y se acercó a la mesa de las dos mujeres.
—No he podido
evitar escucharos y dejarme daros las gracias por recordarme lo importante que
es mi profesión. Yo también soy maestra y espero en un futuro estar tan
orgullosa como Catalina. Gracias.
Elena salió
pensando que el día siguiente sería el primero de su nueva manera de vivir su
profesión. Ella tampoco quería ser solo la profesora de lengua.
Las imágenes son de Elicia Edijanto
Qué relato tan precioso. No puedo estar más de acuerdo con la historia: la importancia de los profesores es increíble. Mejor nos iría a todos si se les diera la importancia que merecen. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias Marisa.
EliminarSeguro que más de uno recordamos a aquellos profesores que son especiales, por su manera de ser, por su manera de contagiarnos la pasión o por su falta, pero yo me quedo con aquellos que disfrutan de lo que hacen.
La educación es fundamental y tendría que haber un gran pacto entre todos los partidos para que la educación estuviera al margen de politiqueos y de tensiones, y dotar de muchos más medios a las escuelas y a los docentes para hacer mejor su trabajo.
Más educación pero de verdad no solo de boquilla y en campaña electoral, dotada con presupuestos, recursos y profesionales bien preparados.
Abrazos y feliz semana
No puedo estar más de acuerdo contigo.
EliminarUn beso Marisa y muy feliz semana.
EliminarYo también creo que hay profesiones en las que la vocación es más importante que en otras. Una de ellas, evidentemente, es la de maestro. Sin embargo antes era más valorado y respetado por los padres y, en consecuencia, por los hijos. El maestro era como una prolongación en la escuela de la formación que los niños recibían en casa. Los padres compartían con él sus preocupaciones y respaldaban sus decisiones. Ahora todo ha cambiado, creo que para perjuicio de todos.
ResponderEliminarBesos.
Hola Macondo es cierto que hay profesiones en las que es aún más importante.
EliminarTienes razón que hace años el maestro estaba mucho más valorado que en la actualidad. Muchos de nuestros mayores no pudieron completar ni sus estudios más elementales porque se necesitaba trabajar para poder vivir y eran muy conscientes del valor de la educación y se transmitia en ese respeto por el profesor, hasta el punto de que la palabra del maestro era la única que valía. Ni esos extremos ni los de lo ahora en los que solo parece importante no frustrar al alumno y se rebate cualquier decisión del profesorado, aunque no sea popular es importante aprender a manejar la frustración.
En países nórdicos con altos estándares de calidad educativa, el maestro es una profesión muy importante, muy bien valorada por la población y los politicos, bien pagada y con muchos recursos para educar al futuro que son nuestros niños.
Besos
La vocación de magisterio y docencia es algo más que unos estudios y enseñar. Muy buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Albada Dos es tal y como tú lo dices es algo más que estudios y enseñar, y esa vocación es lo que establece la diferencia.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Muchas veces se dice que el ser maestro, ser docente, es una vocación; yo creo, o más bien estoy convencida, que los verdaderos maestros lo son en su esencia, y no necesitan ni títulos ni certificaciones ni nada.
ResponderEliminarUn relato emotivo, como todos los tuyos. Un beso.
Cierto Alma la vocación es fundamental y seguramente no necesita de títulos. Hay tantos grandes maestros que son unos apasionados de aquello que hacen y transmiten esa pasión en cada uno de sus actos. A veces es más necesaria esa pasión, esa vocación, esas ganas de transmitir que muchos currículos llenos de titulitis.
EliminarMe alegra que te haya gustado, gracias por decírmelo.
Besos
Nada más iniciar esta lectura, se me ha removido cierta angustia interior, pues me he identificado mucho con su protagonista... ¿Cuánto tiempo, cuántos años de mi vida he convivido con chavales y luego con adolescentes?, ¿Cuántas veces no he pretendido librar luchas, ni crearme enemigos en mi propio espacio de trabajo?, ¿Cuánta impotencia y cuánto abatimiento durante casi toda mi experiencia como docente?... ¡Ayyy, Conxita, amiga, no sabes la de cosas que aún se remueven en mi interior, cada vez que me hacen evocar tanta vida entregada en favor de una labor, que siempre concebí como humanitaria, para luego caérseme encima y destrozarme!
ResponderEliminarDe entrada, se me va a atragantar recordar algo que se asemeja bastante o demasiado, para ser sincera, a toda una gran pesadilla de la que creí nunca podría escapar... ¡Menos mal que tuve buenos profesionales médicos que me ayudaron a dejar atrás tanto sufrimiento!
Y con alguna lágrima en los ojos, solo puedo balbucear GRACIAS, así en mayúsculas, Conxita, GRACIAS por comprender de verdad la vocación que sentimos los auténticos maestros y profesores, que llegamos a dar nuestra vida si fuera necesario por nuestros niños.
Un gran abrazo lleno de gratitud.
Gracias a ti querida Estrella por esa vocación, por esa pasión y amor por la docencia. Justo es lo que hace que se recuerde a profesores que han sido capaces de transmitir esa curiosidad y ganas por saber y también que se han interesado por el desarrollo de las personas.
EliminarJusto esos problemas que se intuyen en tus palabras y que tanto dolor te causaron, se dan en las maneras de entender la educación en un claustro o entre compañeros que puede hacer que grandes profesionales acaben dejando de ejercer. Ese es un poco el dilema en el que se encuentra Elena, cuesta enfrentarse a maneras de hacer consolidadas, que no quieren cambiar a veces porque es más fácil y que encima se ponen trabas a aquellos que quieren educar de manera distinta, es una pena que no se reconozca esa labor vocacional de tantos buenos maestros.
Sabes Estrella creo que muchos de tus alumnos te recuerdan porque los buenos profesores siempre están ahi, nos han ayudado también a ser lo que somos. Un amigo compañero de mi escuela me dijo una vez esto es lo que quería el profesor x, enseñarnos a pensar y sí, eso nos enseñó.
Un abrazo enorme, gracias por tu emotivo comentario y por tu labor.
Un gran relato. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Susana me alegra que te lo haya parecido.
EliminarBesos y feliz semana
Un maestro puede cambiar el destino de un niño. Es un gran valor y una gran responsabilidad, por ello los maestros son lo más preciado que una sociedad tiene.
ResponderEliminarPetons!
Es así como dices Alfred, es un gran valor y una enorme responsabilidad. En otros países, el maestro es una profesión de las más reconocidas, a nivel de exigencia, prestigio y sueldos, no en vano la educación está en sus manos. Con la educación no se debería jugar a partidos, todos deberían ir a una.
EliminarPetons
Bello y emotivo relato, Conxita. Cuán cierto es que la profesión de maestro sigue estando infravalorada. Cuando yo iba a la escuela, los profesores, por lo general, no se implicaban en los posibles problemas de sus alumnos, pero hoy día eso ha cambiado. Un profesor o profesora es a la vez pedagogo y psicólogo, o por menos lo debería ser. La educación se reparte entre la familia y la escuela, pero cuando el ambiente familiar no es el adecuado, es en la escuela donde esos niños con una vida tan frágil deben hallar no solo consuelo sino apoyo para superar esas deficiencias.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias Josep Ma.
EliminarSí sigue infravalorada y después nos preguntamos por qué no funciona. Cambios de leyes continuamente, sin acuerdos entre todos los partidos, sin preguntar a los interesados, sin recursos y realmente sin que les interese y los buenos maestros intentando sobrevivir, hacer lo mejor posible su trabajo y que los chicos no pierdan ni la curiosidad ni las ganas de aprender.
Es cierto que el papel del maestro ha evolucionado a mejor, a preocuparse por la persona no solo por el alumno y se ha universalizado la educación y eso es un gran logro pero también hay muchos profesores frustrados, a los que no les gusta lo que están haciendo o están desmotivados y sin ganas que lo transmiten a sus alumnos.
La educación no es solo de la escuela o de la familia, se trata de sumar e ir todos a una y eso cada vez se ve menos. Y como dices es especialmente importante en aquellos niños que tienen entornos menos adecuados, la escuela juega un papel muy importante e incluso en temas tan fundamentales como garantizar que algunos niños al menos hacen una comida.
Besos y feliz semana
"No deberíamos perder nunca al niño que llevamos dentro, seguro que todo iría mucho mejor."
ResponderEliminarNo sé si deberíamos o no perder al niño interior... Pero sí sé! que a quienes no deberíamos "perder" es a los niños que nos rodean, que conviven con nosotros, que "dependen" de nosotros. Sean hijos, alumnos, vecinos, familiares, etc.
No sea que el "árbol" interior nos impida ver el bosque que nos rodea!
Abrazos Conxita.
A ninguno Ernesto, ni al niño que llevamos dentro cada uno de nosotros ni a nuestros niños que nos rodean, que conviven con nosotros.
EliminarDejar a los niños ser niños es fundamental, es sano física y emocionalmente y a veces cuando ves las agendas de extraescolares que tienen los niños te agotas, ¿Es necesario tener ocupadas todas las horas de cada día de la semana? ¿No es excesivo? ¿Cuándo son niños?
Abrazos
Un relato muy interesante Conxita, en la actualidad los maestros de la enseñanza no están valorados como se merecen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Conchi.
EliminarEs cierto que antes se respetaba más el papel del maestro y es importante que las familias apoyen a los maestros porque educar es una labor de la escuela y de la familia y a mí me parece que es mejor para nuestros niños si todos colaboramos.
Un abrazo
Por lo demás, un texto ejemplar!
ResponderEliminarMe alegro que te lo haya parecido.
EliminarGracias por decírmelo Ernesto.
Un abrazo
Me gusta el relato. No deja indiferente.
ResponderEliminarSalut
Muchas gracias Miquel.
EliminarCreo que eso es lo que intentamos cuando escribimos, ¿no crees? Que el relato te conmueva, que no deje indiferente y si lo he conseguido me siento muy satisfecha.
Salut
Muy bonito.
ResponderEliminarMuchas gracias Jordi, me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarUn beso enorme
Qué puedo decir, Conxita, salvo que estoy totalmente de acuerdo contigo en la realidad que refleja, de forma tan preciosa, tu historia (de ficción o no). Todas las profesiones son o deberían ser vocacionales, pero algunas como la enseñanza o las sanitarias, creo que especialmente. Y creo que esto es así porque además de conocimientos y formación tienes que ponerle alma al trabajo. De otro modo es imposible que te entusiame durante toda tu vida profesional, que conserves la ilusión.
ResponderEliminarLo dicho, has elaborado un relato absolutamente entrañable, ¡gracias!
Un beso.
Hola Julia un placer tenerte de nuevo por aquí.
EliminarEs cierto que hay profesiones en las que la vocación es un plus importantísimo y es lo que diferencia a un buen profesional de un excelente maestro o cualquier otro profesional del ámbito de salud física y mental porque es como dices se trata de ese alma que se transmite a aquellos con los que te relacionas. No se trata de cumplir con lo que se tiene que hacer, sino de disfrutar con lo que se hace y siempre ir más allá, conservando la ilusión, las ganas y el interés por las personas.
La sabiduría popular dice que la pasión mueve montañas y lo cierto es que se transmite, se nota.
Me alegra que te haya gustado, gracias por decírmelo.
Un beso enorme
Hola, Conxita. A través de tu profundo y conmovedor relato podemos comprender que las profesiones vocacionales deberían tener un plus de reconocimiento por la sociedad. Profesores, médicos y bomberos, por ejemplo, deberían estar primados en algún pacto de Estado por encima de cualquier interés partidista.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
Muchas gracias Miguel.
EliminarPor encima de cualquier interés partidista esa es la clave y lo que olvidan aquellos que dicen que nos gobiernan. Poner el interés general de la ciudadanía por encima de los intereses de partido tendría que ser la premisa básica de todos los políticos.
Con demasiada frecuencia se exige y no se ponen los medios y se derrocha el dinero en tonterías. No, hay temas que son muy importantes y que deberían estar por encima de todo y son tres buenos ejemplos los que citas.
Gracias por tus palabras y por tu comentario.
Un beso enorme y muy feliz semana
Un conmovedor relato, Conxita. El caso es que, al principio, las valoraciones previas de Catalina me han alarmado bastante, pero pienso que de sabios es rectificar. Creo que yo no hubiera esperado a indagar sobre la historia de un alumno que destaca por su timidez o que es el objeto de desprecio de sus compañeros por su forma de vestir. Pero a veces, hace falta que algo active un "clic" en nuestro cerebro y en nuestra sensibilidad. Así que bienvenidos fueron esos pequeños regalos. Los buenos profesores, por otra parte, permanecen siempre en los actos y pensamientos a lo largo de nuestra vida.
ResponderEliminarUn besazo.
Gracias Macarena.
EliminarEs una delicia tener comentaristas tan observadores, gracias por esa lectura tan atenta porque es como dices las actitudes iniciales de Catalina tienen algunos peros y ella sabe que no lo ha hecho tan bien como hubiera sido deseable, se ha quedado en perjuicios y no ha investigado, no se ha interesado suficiente, que hubiera sido mejor interesarse antes, y como dices indagar sobre cada uno de sus alumnos. Eso lo tenía que haber hecho mucho antes pero era inexperta, estaba aprendiendo. Como decía un profesor que tuve: no hay errores, hay aprendizaje pues la protagonista aprendió y se activó ese clic que la hizo convertirse en una auténtica maestra.
Y sí, los buenos profesores siempre están ahí, forman parte de nosotros porque nos han ayudado a ser como somos.
Un beso enorme y muy feliz semana
Magnifico texto. El maestro, el docente, por lo general, es vocacional, yo los tuve y siempre los recordaré con agradecimiento y afecto. Enhorabuena Conxita.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Mari Carmen me alegra que te haya gustado.
EliminarHay profesiones en las que la vocación aún es más importante y como dices cuando se tiene la suerte de tener a un buen profesor se los recuerda siempre con agradecimiento y afecto.
Besos y feliz fin de semana
Coxita un buen relato y un buen homenaje a los profesores con vocación. Antes en mi tiempo se valoraba la figura de la maestra y el valor que nos inculcaba. En casa nos hacían respetarla y quererla. Ella traspasaba y se preocupaba por cada niña.Hoy en día hay profesores desmotivados y transmiten eso a los niños. Pero siempre hay alguno que por vocación trasmite lo que quiere enseñar. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Mamen sí que es un homenaje a todos aquellos profesores que nos han dejado huella para bien, porque también los hay que se los recuerda por la parte que no debería.
EliminarComo dices antes las familias valoraban mucho más al profesor y también al hecho de poder ir a la escuela, quizás porque fueron muchos los que no pudieron acabar la escolaridad porque era necesario que empezaran enseguida a trabajar. Con sus hijos ese respeto por la enseñanza y por la figura del maestro se transmitía, al maestro se le respetaba pero también entonces había buenos maestros y otros que no lo eran tanto, la vocación no siempre está presente en todo el colectivo y se nota y mucho cuando tienes la suerte de dar con personas que aman su profesión y eso es extensible a todas las profesiones.
Un abrazo
Primero de todo, quiero decirte que me he emocionado con la historia del pequeño Manuel y eso que, a lo largo de mi vida he oído historias muy parecidas de mi madre, que también era maestra de primaria. Estoy contigo en que se trata de una de las profesiones a las que hay que llegar por vocación; pero precisamente por ello, es necesario cuidar de los maestros/as para evitar que por involucrarse en sus alumnos se quemen.
ResponderEliminarComo siempre, tus relatos son el punto de partida para una buena reflexión. Mil gracias por ello.
Un beso muy grande
Hola Ana seguro que tienes multitud de historias que tu madre te contaría...
EliminarSí, hay profesiones en las que aún es más importante la vocación porque se trata con personitas y el papel de los maestros es fundamental.
Justo hoy leía un artículo SOS por la educación en España en el que directores de escuelas, padres y profesores coincidían en que la mayoría de los males que afectan al sector de la educación desaparecerían si hubiera voluntad política para ello y los sucesivos gobiernos dotaran a la enseñanza con los fondos suficientes. En este informe se decía que España es el sexto país que menos dinero gasta en educación por detrás de Rumanía, Bulgaria, Italia, Eslovaquia y Grecia.
Según algunos expertos se tendría que blindar constitucionalmente la financiación de la educación y destinar como mínimo un 6% del Producto Interior Bruto y que viniera el gobierno que fuera no pudiera recortar este gasto pero para este tipo de problemas a ningún político se le ocurre ponerlo en la agenda, se prefieren incentivar odios y miedo a todo el que piense y sea diferente, en lugar de aunar esfuerzos, vamos penoso.
Gracias por tus palabras sobre mis relatos, de hecho como dices me llevan a reflexionar sobre esos temas de nuestro día a día.
Un beso enorme y feliz fin de semana
Le diría a Carla que a mí también me ha emocionado.
ResponderEliminarMe gusta leer textos así, con pura coherencia y llegando a una conclusión después de tanto reflexionar. Durante un café se reflexiona mucho, y más cuando son dos mujeres intelectuales como ellas.
Atentamente,
UN DIARIO PERSONAL MÁS
Hola Antonibienvenido a Enredando con las letras y me alegra saber que te ha emocionado este relato de vocaciones.
EliminarDesde luego reflexionar delante de un café y en una interesante y distendida conversación da para mucho. En algunas empresas justo se usan estos espacios de café para favorecer estas conversaciones informales que a veces aportan interesantísimas ideas y nuevas maneras de hacer que después pueden cristalizar en nuevos productos.
Así que como dices estas dos mujeres reflexionando en nada nos arreglan la educación que ¡¡¡pobrecita!!! necesita urgentemente atención y recursos. Como le decía a Ana en el anterior comentario, España es el sexto país que menos dinero gasta en educación, si al menos fuera el sexto que más gasta.
Un abrazo y si te apetece espero volverte a ver por aquí prontito, serás muy bienvenido.
Me paso a visitar tu blog.
Un saludo
Me has conmovido y emocionado con tu relato, Conxita. Es realmente precioso.
ResponderEliminarY con un mensaje tan bonito y valioso, que solo puedo aplaudirte.
Siempre recordaré a un profesor que tuve en primaria, y como nos enseñó las letras y los números con dibujos e historias tipo cuento, :)
Un beso enorme.
Muchas gracias Irene, como bien dices seguro que muchos tenemos un recuerdo para algunos de nuestros profesores y los niños perciben cuando el interés es auténtico.
EliminarExpliqué en algún comentario que un amigo me decía nombrando a profesores que compartimos y algunos eran unos auténticos huesos, que querían enseñarnos a pensar y vaya si lo hicieron.
Aunque también recuerdo alguno no bien, que justamente me desanimó a no estudiar lo que siempre había querido, medicina. Así que sí el papel de los maestros puede ser muy fundamental y cambiar la vida.
Besos
Te felicito Conxita, por la historia y la forma de relatarlo. La profesión de maestr@, y permíteme que le llame así, es una de las que más compromiso exige y muchas veces no está suficientemente reconocido. Me ha encantado!
ResponderEliminarHola Norte gracias por tus palabras.
EliminarTambién creo que hay profesiones y profesiones y estoy de acuerdo contigo que la de maestro es una que exige como bien dices, compromiso y mucha implicación y por desgracia no está suficientemente valorada. Creo que se debería cuidar mucho más a los buenos maestros, dotarlos de recursos, de herramietas, de formación y ayuda para poder hacer bien su profesión.
Muchas gracias por decírmelo.
Besos y que el domingo de votaciones no nos traiga sorpresas de otros tiempos.
Jo, hay un momento de la historia que te prometo que me ha llegado. Visualizar a ese niño en su casa, rebuscando entre los objetos de su madre algo que regalar a su profesora. Una cadena rota y un perfume medio vacío... Para él lo más valioso del mundo. Esa imagen me ha emocionado.
ResponderEliminarComo se dice, lo ideal es trabajar en lo que a uno le gusta. Enseñanza, medicina, cuidador de un zoo... Toda profesión es más llevadera cuando uno siente que ha nacido para ello. Y desde luego que como ex alumno, he conocido profesores que me han marcado y que todavía recuerdo. A estos les importa poco los medios, saben sacar oro de cualquier cosa. También los hay anodinos y funcionariales, por supuesto. Una historia muy emocionante y emocionada. Un abrazo, Conxita!!
Gracias David, a mi me ha encantado que te llegara justo el ver al pequeño buscando entre sus mayores tesoros. Para mí la imagen que veia mientras lo escribía me parecía muy tierna y me emocionaba, así que me alegra haber sido capaz de transmitirlo.
EliminarEstoy contigo que cuando se teabaja en algo que a uno le gusta, que le apasiona creo que se transmite. Como tú recuerdo profesores que me marcaron, para bien y para mal aunque prefiero recordar a aquellos que querian a su profesión y se esforzaban por sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Hay profesiones que me parecen más vocacionales y la enseñanza me lo parece y por eso creo que se debería ayudar y valorar mucho más a los buenos maestros, dotarlos de recursos y dejarlos trabajar sin que se meta la política.
Feliz semana.
Un abrazo
Qué duda cabe que cuando una profesión se realiza con ganas e ilusión, eso se refleja en el resultado. Pero en determinados trabajos la vocación es fundamental, si no hay entusiasmo el trabajo se hace mal.
ResponderEliminarEn la educación de los chavales, los profesores pueden llegar a tener mucha influencia y si estos no están motivados por la causa que sea o no se implican en su labor, los críos sufren las consecuencias.
Un relato muy tierno y muy cotidiano el que nos has regalado, Conxita. ¡Gracias!
Un besote.
Hola Paloma sí estoy de acuerdo contigo que si hay ganas e ilusión se reflejan en los resultados. Y sí hay profesiones en las que la vocación me parece fundamental, no es lo mismo educar a personas que fabricar tornillos (y con todos mis respetos por los tornillos) y eso es fundamental en los resultados que se consiguen. Cuando hay ilusión y ganas eso se transmite a los niños y sí un profesor sin ganas puede tener consecuencias, por supuesto y cuando eres un número más pues muy motivador no es.
Eliminarme alegra que te haya gustado el relato, gracias por leerlo y decírmelo, besotes y muy feliz semana.
La importancia de los maestros, que a veces se nos pasa recordar.
ResponderEliminarHola Alexander bienvenido a Enredando con las letras.
EliminarEs una profesión muy importante que no está todo lo valorada que deberian, los buenos maestros dejan huella.
Un saludo y espero, si te apetece, volver a verte de nuevo por aquí.
Ay, la cuestion de la Educación... Casi nada... Me encantó el modo en que lo abordas. Y las imagenes son espectaculares, igualmente
ResponderEliminarUn abrazo
Casi nada... la pena es que es esa la importancia que tantísimas veces se le da a algo que es fundamental, un país educado cuida sus escuelas, a sus maestros y a sus niños.
EliminarGracias Ildefinoso.
Un abrazo
Jo... qué bonito!!!
ResponderEliminarMe dan ganas de volver en el tiempo y ser profesor.
Me ha gustado mucho.
Besos.
Me alegra que te haya gustado Xavi y es que a los buenos maestros siempre los llevamos un piquito con nosotros, nos han ayudado también a ser lo que somos.
EliminarSeguro que serias un gran profesor.
Besos y muy feliz semana
Un relato precioso como preciosos son esos dibujos, saludos y feliz semana.
ResponderEliminarMuchas gracias Jesús y bienvenido de nuevo, agradezco tu visita.
EliminarA mi las imágenes de esta pintora Elicia Edijanto https://www.lumarte.eu/en/elicia-edijanto me producen una gran ternura y ya las he usado en algún otro relato, me parecieron muy adecuadas para el relato.
Feliz semana
Se nota cuando un maestro lo vive Conxita, se sabe preocupar por sus alumnos. En mi familia hay varios nos cuentan cosas que viven. Creo que son buenos maestros.
ResponderEliminarImaginar a ese crío rebuscar en las cosas de su madre...El relato es pura ternura amiga.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado Laura y sí se nota y mucho cuando un maestro lo vive y sus alumnos también. Su papel es fundamental en el desarrollo de los niños.
EliminarEsa escenamientras la escribia me emocionaba, eran sus tesoros y se los ofrece a alguien que él siente que se los merece. Seguro que en tu familia hay muchos ejemplos igual de tiernos y otros igual de duros.
Feliz semana. Besos
Un relato tremendamente emotivo y muy bien llevado a través de los diálogos.
ResponderEliminarMe alegró que la conversación que escuchó Elena en la cafetería la motivara a seguir en la lucha para imponer su amor por la enseñanza, por encima del sistema educacional tan poco comprensivo.
La docencia es una profesión que debe ejercerse desde el alma, abierta y despierta al compromiso. No es para cualquiera.
Te felicito Conxita, me encantó esta entrada.
Un abrazo grandote.
Muchas gracias Mirella me alegra que te haya gustado y si he querido que la historia se contara igual que uno la escucharía en una cafeteria, si lo he conseguido estoy muy satisfecha. Elegir el tono adecuado en los diálogos a veces me cuesta, qué es necesario, qué es superfluo, qué nos contará mejor...Así que gracias por tu comentario.
EliminarEs una cuestión de pasión, de vocación, de hacer aquello que uno sabe que está bien pasando a veces por encimas de excesivos formalismos y cumplimiento de los temas. Me parecía que eran dos maneras distintas de entender la enseñanza y creo que la persona ha de estar por encima de los datos y el curriculo.
Estoy contigo que hay profesiones que como dices se ejercen desde el alma y sí la docencia debería ser una de ellas.
Un abrazo enorme y muy buen fin de semana.
Ay, Conxita, que relato tan precioso. Me ha emocionado de ternura ese niño regalando lo poco que le quedaba de su madre.
ResponderEliminarLa verdad es que como profesora he tenido alumnos de todo tipo a lo largo de 35 años de profesión. Los míos son mayores, pero aun así, los hay muy frágiles y con realidades de todo tipo. No siempre llegamos a ser conscientes de todo lo que viven porque en la adolescencia ya han aprendido a ocultar sus debilidades.
Hay que ser muy fría para pretender ser sólo la profe de mates o de lengua o de biología. Eso, en secundaria. En primaria tiene que ser imposible.
Un beso.
Hola Rosa muchas gracias por tus palabras y como profesora mi admiración porque sí creo que la profesión de maestro es algo vocacional. Justo ahora acabo de leer tu micro y me ha parecido que aparte los maestros tienen que tener unas grandísimas dosis de paciencia y de mano izquierda.
EliminarTal y como dices después de 35 años y a pesar de que sean alumnos más mayores imagino que habrás vivido muchas situaciones y sí, se tiene que ser muy frío para quedarse solo en el profe de mates pero tú también sabes que haberlos, haylos, hay personas que han llegado a la enseñanza no por vocación y eso se nota mucho y otras, porque eso también lo he visto en otras profesiones, que usan corazas para protegerse y no sufrir ellas.
Estoy contigo que en primaria es más fácil llegar a ellos, quizás porque aún no se han recubierto de tantas capas para ocultarse y son sencillamente naturales.Intenté retratar a una persona novata y también otros tiempos porque alguien con experiencia no hubiera esperado tanto para saber qué le pasaba a Manuel y también quería introducir el tema de los prejuicios que a veces tanto nos ocultan lo qué está pasando y un poquito es lo que le pasa a mi inexperta profe.
Un beso enorme y muy feliz fin de semana
Qué precioso y conmovedor relato!!.
ResponderEliminarRecuerdo con cariño a mis profesores. Me parece maravillosa su dedicación a los demás . Una profesión de gran entrega.
Te felicito por tus lindas letras.
Un beso.
Hola Amalia muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarSí, todos tenemos a ese profesor que nos ha marcado por algo, al que recordamos con cariño en algunos casos y en otros ni siquiera le dedicamos un instante. Para mi los buenos profesores son aquellos que te enseñan a pensar, abren oportunidades, estimulan la curiosidad y se preocupan no solo de acabar sus temarios sino de las personas que tienen enfrente.
Besos y disfruta mucho del fin de semana
Por cierto tengo problemas para acceder a tu blog desde blogger, no sé qué pasa. ¿Me puedes poner la dirección de tu blog? Gracias
Estupendo relato desde el que nos incitas a reflexionar, y siempre es de agradecer, es más, saco bastante más provecho a las reflexiones de tus escritos, que a esa jornada reflexiva previa al voto, así de claro.
ResponderEliminarY una impresión que extraigo de tu relato es la gran dificultad que implica ser profesor. Me explico, han de moverse en un equilibrio muy delicado, entre la implicación personal hacia los alumnos más vulnerables, y la distancia emocional suficiente para no sucumbir a ese torbellino emocional, pues antes que profesor eres persona, con todas tus fortalezas y debilidades. Y moverse en ese equilibrio es agotador. Al fin y al cabo, los profesores atienden a los alumnos para facilitarles las cosas, pero la paradoja es que los profesores se encuentran desatendidos como profesionales.
Creo que tú eres psicóloga, Conxita, no sé en que especialidad del ramo te mueves, pero me pregunto si no sería pertinente que la escuela pública contase con un psicólogo terapeuta, integrado en el organigrama de cada colegio público (también en la privada, supongo), igual que en el de mis hijas hay una enfermería con su enfermera (es público). Creo que la presencia de un psicólogo integrado en los colegios debería de ser algo normalizado, los profesores están sometidos a mucha tensión psicológica, y el apoyo de un terapeuta tendría que estar institucionalizado. Los profesores entregan mucho a cambio de poco, económicamente y en otros aspectos.
Para atender a niños como Manuel hace falta que profes (que dice mi hija) como Carolina se vean respaldadas, no es simple descuido de Carolina, es un descuido de todos, como sociedad.
Agradecido por tus relatos, Conxita.
Hola Paco disculpar por la tardanza en contestar pero ando muy liada y estoy aunque me disgusta menos en el blog.
EliminarEstoy de acuerdo contigo que los maestros están desatendidos, sin recursos, con unos alumnos poco motivados y en ocasiones muy consentidos, la cultura del esfuerzo no es algo que se lleve mucho y trabajar la frustración tampoco es un hit actualmente.
La educación necesita urgentemente un pacto de estado, que esos políticos se la tomen en serio, que no importe quién gobierne pero que no se la toque y sí se la dote de muchos más recursos.
Es un tema muy serio, están educando a nuestro futuro y no puede ser que sea a costa dela buena voluntad y el esfuerzo de los docentes. Hay grandes profesores que tienen que ir contracorriente, que ponen mucho más de lo que se les da y ni siquiera se les reconoce ni desde los estamentos educativos ni como sociedad. La profesión de maestro debería estar mucho más reconocida, eso sí que aquellos que no sirven no puedan estar. Me parece tristísimo que seamos uno de los países que menos recursos dedica a la educación, con eso se dice todo. Un país educado tiene mucha menos corrupción, sus ciudadanos no lo permiten.
Agradecida os estoy yo a vosotros, por vuestros comentarios y opiniones que enriquecen muchísimo este blog, sabes que siempre lo digo porque así lo siento, lo mejor de este blog sois las personas que me acompañáis en este viaje de letras.
Un beso y muy feliz fin de semana
Un relato hermosos, Conxita, y literario (con el recurso de la conversación paralela en el bar, un lugar de intercambios sin fronteras).
ResponderEliminarNo sé bien qué pensar de la educación. La gente que conozco, a punto ya de jubilarse, que en su momento tuvo mucho entusiasmo, están deseando dejarlo por los cambios hacia una enseñanza vacía. Y, ciertamente, también hay gente joven que trata de buscar caminos de ilusión.
Abrazos.
Muchas gracias Ignacio como dices los bares son lugares de intercambios sin fronteras, son lugares en los que si escuchas encuentras conversaciones de lo más interesante. Me gusta escuchar y hay lugares en los que una deja volar la imaginación a través de esos fragmentos que va escuchando y construye historias.
EliminarCierto ese desencanto en muchos de los docentes, lógico, enseñar contra corriente sin recursos de ningún tipo, sin apoyos, sin reconocimiento... La educación hace mucho que es la gran olvidada y ya va tocando que esos políticos que tenemos se den cuenta que necesita una buena enseñanza y a unos buenos maestros.
Se sigue dependiendo demasiado de la buena voluntad y eso, acaba cansando. Más recursos y dar más importancia a las cosas que sí la tienen como la enseñanza.
Abrazos y feliz fin de semana
Un placer el leerte
ResponderEliminarLas palabras son magia cuando tocan el alma del que te lee
Un abrazo bella a través de las millas que no separan
Muchas gracias Mucha me alegra que te haya gustado y qué bonitas tus palabras las palabras son magia cuando tocan el alma del que te lee. preciosas.
EliminarUn abrazo a través de esas millas.
Conxita, amiga. Has desbordado mis lágrimas.
ResponderEliminarQue bonita historia. Que importantes son los buenos maestros y los buenos padres.
No te digo más.
Besos los que quieras
Bonitas son tus palabras, gracias amigo Francisco.
EliminarSí, los valores que nos enseñan en casa y en la escuela y que hacen de nosotros personas que valen la pena, por eso es tan importante que las cosas se hagan por vocación y con pasión. Y reivindo el papel de los valores que parece se van perdiendo y a mí me parecen fundamentales.
Besos y que pases un fantástico fin de semana.
Y muchas, muchisimas felicidades por esa novela que está por ahí madurando.
Me has emocionado, Conxita.
ResponderEliminarYa sabes que soy maestra y en tu relato me he sentido un poco protagonista. Qué gran responsabilidad tenemos en nuestras manos los maestros.
Ha sido un disfrute leerte, Conxita.
Un gran abrazo.
Hola Carmen sí sé que eres maestra y cuando pienso en maestros con vocación tú eres un gran ejemplo, siempre buscando recursos y difundiendo herramientas para ayudar a otros educadores y a las famílias y dejando ver en cada propuesta lo mucho que quieres a tu profesión.
EliminarEs una grandísima responsabilidad la que tenéis en ayudar a crecer y a formar personitas.
Muchísimas graciaspor tu trabajo, el placer es mío por tener lectoras como tu, asi que gracias por tu tiempo.
Un abrazoy feliz fin de semana
¡Hola Conxita! Cuántas ganas tenía de leer tus historias, y esta, como bien sabes, la conozco por trabajar en un centro educativo. Has descrito de maravilla, a través de esos diálogos que tan bien se te dan, tanto cómo se sienten algunos padres y algunos profesores. Los hay que se implican y los hay que "pasan" de todo, en ambos sectores. Y vaya si se nota...
ResponderEliminarTu relato, además de muy real, es encantador además de esperanzador, no solo para los maestros sino para quienes creen que su labor no tiene la consideración debida. Solo hay que ejercerla con ganas y motivación.
Un beset molt fort.
Hola Chelo qué ganas de reencontrarte también por aquí, bienvenida, se te ha echado de menos.
EliminarMuchísima gracias por tu palabras, imagino que aquellos que estáis cerca veis tanto a lis chicos como a los maestros y sí en todas las profesiones hay garbanzos negros, personas sin vocación, que están quemadas y que no son el mejor ejemplo.
Recuerdo un día en un trayecto en bus que una maestra jubilada fue reconocida por un exalumno que había tenido, recuerdo la emoción de la maestra al ser saludada, al recordar anécdotas con el chico...Fue fantástico ver lo que ella le había aportado y lo que el chico le estaba devolviendo, lo que le agradecía, fue precioso.
Me alegra mucho que lis diálogos sean naturales, quería que tuvieramos esa sensación de espectadores que puedes tener en algunos lugares cuando escuchas conversaciones. Restaurantes, transporte, aeropuertos, hoteles... son lugares fantásticos para observar e imaginar historias.
Y sí también queria hacer mi particular homenaje a esos profesores auténticos y a todos aquellos que viven y trabajan con pasión en lo que hacen.
Un petonàs i bon i fred cap de setmana
Hola Julio David, a veces mantener esa ilusión cuando las condiciones son precarias, no hay medios ni interés real en la educación ha de ser muy complicado y con frecuencia se aprovechan de la vocación, de la responsabilidad y las ganas con las que muchos aún siguen viendo y viviendo su profesión.
ResponderEliminarEs una auténtica vergüenza que no haya medios para la educación, que se utilice de manera partidista, lo necesario es hacer un gran pacto entre todos los partidos para mejorar la educación escuchando y participando sus protagonistas y dejandola al margen de cambios de gobierno.
Recordamos a esos maestros...¿A los profesores? Igual menos, recordamos a aquellos que si estaban comprometidos.
Y sí que importante es enseñar a pensar, incentivar la curiosidad, creer en las potencialidades de sus alumnos.
Un abrazo
Hola Conxita, preciosa la forma de hacer llegar este tremendo mensaje sobre la importancia de la vocación de ser maestro, muy diferente a la de querer ser profesor para impartir clases y tan solo enseñar la asignatura correspondiente.
ResponderEliminarSabes guardo buenos recuerdos de mis profesores del colegio, y te haré esta anecdota:
Estando en la intermedia (antes de entrar al bachillerato), mis maestros solicitaron una reunión con mis padres, porque siempre fui una alumna excelente y empecé a decaer en la participación y siempre me dormía, cosa que para nada era usual en mí.
Mis padres me llevaron al médico, resultó que tenia una anemia que me estaba consumiendo, tanto que incluso llegó a dejarme una secuela cardíaca temporal, así que si no hubiera sido por ellos (por ser observadores y preocuparse por sus estudiantes), es muy probable que no estuviera aqui hoy leyéndote.
Lo mismo que cuentas del niño Manuel, me pasó en la universidad estando en el segundo año de la carrera, al enfermar mi madre de cáncer, decaí muchísimo en los estudios, no concebía el hecho de que la podía perder y solo deseaba pasar todo el tiempo con ella. Esta vez me salvaron los compañeros, que me animaron y ayudaron a ponerme al día con ellos, y tomar los exámenes, ya que me apoyarían, si hacía falta, me decían "eres de las buenas, te irá bien, tú puedes", estaban cerca y me ayudaron. Me gradué de ingeniero civil y mi madre estuvo ahí, fue una de sus últimas ocasiones con glamour, y yo estuve feliz de darle esa satisfacción.
Como vez, esta entrada me ha llegado muy hondo, y he de agradecer siempre la presencia de ángeles (por así decirlo) en mi vida.
Excelente y felicidades por esta joya de escrito. Abrazos.
Hola I.Harolina gracias por tus palabras y por compartir tus vivencias.
EliminarAfortunada intervención la de tus profesores, interesante su mirada detectando y poniendo sobre aviso a tus padres para poder solucionar a tiempo esa anemia porque como bien dices no solo se preocupaban de instruir sino que velaban por el bienestar de los alumnos, eso es lo que queria transmitir con ese vocación o profesión. Y es que poner nuestra atención plena, disfrutar con lo que hacemos es algo que nos puede hacer más satisfactorias nuestras profesiones pero hay algunas especialidades en las que considero mucho más importante esa vocación y los maestros es una de ellas. Todos recordamos con cariño a aquellos maestros que nos han marcado para bien.
Qué bien que tu madre pudiera disfrutar de tu graduación, seguro que fue muy feliz al verte recogiendo tu título y qué dolorosa esa decisión cuando solo se quiere estar con la persona que se ca, afortunadamente tuviste buenos compañeros que te ayudaron en ese momento y tu madre pudo disfrutar de ese momento.
Gracias por tu generosidad al compartir tus experiencias y por las palabras tan bonitas que dedicas a mis letras.
Un abrazo enorme y feliz día
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAgradecer la presencia de ángeles en tu vida, qué bonita manera de expresarlo.
EliminarGracias.
Un abrazo enorme
¡Emocionante! Siempre he pensado que la pasión marca claramente la diferencia entre quienes disfrutan de lo que hacen (ya sea el trabajo o no) y los que viven cubriendo etapas, haciendo 'lo que toca'.
ResponderEliminarSaludos!
Hola CleveLand bienvenido a Enredando con las letras y gracias por quedarte por aquí, como puedes ver aquí me gusta saber vuestras opiniones y todo aquello que os puedan sugerir los relatos, así que siéntete muy bien venido.
EliminarEstoy de acuerdo contigo que es mucho mejor vivir desde la pasión y disfrutando de lo que se hace que desde lo que toca. ¡Disfrutemos!
Un saludo
wwwamaliainchausti.blogspot.com
ResponderEliminarLo que el viento se llevó
Mil gracias. A veces Google falla.
Un beso.
Gracias Amalia, No conseguía acceder a tu blog desde blogger y no sabía el motivo.
EliminarUn beso enorme
Un bonito y conmovedor relato, con dos preciosas ilustraciones.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos.
Muchas gracias Manuel me alegra que te lohaya parecido.
EliminarLas ilustraciones son de Elicia Edijanto https://www.lumarte.eu/en/elicia-edijanto. Una autora que a mí me conmueve por la ternura de sus dibujos y en un relato como el de esta entrada me parecía que se sumaban a este particular homenaje a los maestros de corazón.
Un abrazo enorme
Una historia preciosa. Yo también creo que los maestros y los profesores deben serlo por vocación y no por el afán, que tienen muchos, de ser funcionarios. Un docente debe ser una persona que sirva para ello, que sepa explicar las cosas, que tenga paciencia y comprensión.
ResponderEliminarHay profesores que te marcan para mal y otros para bien. Pueden hacer que odies una asignatura o que la ames. Detesto las matemáticas y nunca tuve buenos profesores de matemáticas ¿casualidad? No entendía los límites que tienen a infinito ¿algo puede tender a infinito? Y nadie fue capaz de explicarme que entre el número 1 y el 2 hay muchos... Sin embargo, adoro la Historia. Recuerdo que tenía un profesor que hablaba con tanta pasión y entusiasmo de ella que me dejaba con la boca abierta. Muchos dicen que la Historia es un aburrimiento y que no sirve para nada... ¡Ah! Sirve para conocer de dónde venimos, porque todo lo que nos rodea es Historia, hasta las matemáticas tienen su propia Historia, y sirve para conocerla e intentar que no se repita... Pero acaba repitiéndose porque no la conocen o, quizá, porque no es lineal como algunos nos quieren hacer pensar, sino cíclica... Pero ya estoy yo dando una clase de Historia :-)
Totalmente de acuerdo MJ, más de uno de nosotros recordamos con una sonrisa a aquellos profesores que nos hicieron enamorarnos de una materia, quién sabe la de vocaciones que algunos despertaron y aquellas que los malos profesores frustraron pero esta entrada iba para aquellos que creen en las potencialidades de sus alumnos, que despiertan curiosidades, que se preocupan por las personas y creen en ellos.
EliminarMe encanta lo que comentas de las matemáticas y la historia. Y es que depende del profesor puede hacer que una materia que no te gusta nada te acabe encantando.
En la carrera me pasó con la estadística, recuerdo que el primer profesor que me dio la materia la convirtió en un auténtico tostón y en cambio en el siguiente curso tuve la suerte de encontrar a un excelente profesor que hizo que me resultara fácil y hasta divertida. De un extremo a otro con la misma materia y la diferencia estaba en el profesor, uno aburrido, poco pedagógico, que cumplía el expediente y otro apasionado que nos hizo disfrutar.
Y sí estoy de acuerdo contigo que la historia es muy importante, saber de dónde venimos y lo que hemos hecho y sí en algunos casos intentar que no se repita. Y sírecuerdo algun profesor que nos hacía disfrutar, será porque eran como historias y siempre me han encantado. Y me gusta conocer la historia de los lugares que visito.
Gracias por compartir esos bonitos recuerdos.
Un beso enorme
Muy emotivo relato. Los maestros tienen una responsabilidad increíble. Es un trabajo que si te implicas requiere mucha dedicación, profesionalidad, ética y muchas veces resulta duro aunque sea vocacional. Sin criticados muchas veces por sis vacas, horario etc pero no nos paramos a pensar que lo merecen. Bss
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado Natalia, los maestros tienen una gran responsabilidad, no son meros gestores, pueden hacer que un niño descubra el placer de aprender o que aborrezca el estudio, no es solo de ellos la responsabilidad pero un buen profesor marca mucho y sí creo que es una profesión muy vocacional, o debería serlo y molesta cuando ves a profesores que no tienen ningun interés en los crios Y que se limita a estar pero sin estar.se deberia valorar y premiar a los buenos profesores, a los que tienen vocación, dotarlos de recursos, reforzarlos y respetarlos y apartar a aquellos que no aportan nada.
EliminarSí se los critica por las vacaciones pero pocos piensan en el esfuerzo en la clase con muchos niños, demasiados para poder atenderlos bien, y también fuera de ellas para hacer que las clases sean interesantes, que los niños aprendan y disfruten y no solo limitarse a dar lo que toca.
Más recursos y aunar esfuerzos para tener una educación de calidad sin interferencias políticas.
Un beso enorme
Una de las profesiones más importantes y a la que cada vez se da menos importancia. Esa es la forma del ser humano de seguir su involución, algo que solo la gente como las profesoras de tu relato pueden cambiar.
ResponderEliminarPor cierto, una de las personas que más ha influido en mi vida también se llama Catalina, aunque no es mi profesora sino mi mami!
Petonet!!!
Es como dices es muy importante y en cambio no está lo valorada que debería, totalmente de acuerdo David.
EliminarHace años se respetaba mucho más el valor de la educación y del maestro, quizás porque muchos de nuestros mayores no habian podido asistir tanto a la escuela como hubieran querido y su respeto se transmitía a sus hijos.
Un buen maestro es fundamental,te enseña apensar, a descubrir, a querer saber más.
Y si las mamis influyen y mucho. Un beso para tu Catalina y otro para ti.
Petonets i bon dijous😘
EliminarHola, Conxita. Seguro que a muchos maestros les gustaría leer tu relato, porque muchos no se sienten valorados ni respetados como deberían.
ResponderEliminarMuy bonita también la idea del niño que no se da cuenta del color de la piel. Ojalá las nuevas generaciones, que están conviviendo desde pequeños con compañeros de diferentes nacionalidades, razas y religiones, sean como el niño de tu relato. Se acabarían muchos problemas de la humanidad.
Un abrazo.
Hola Ángeles por desgracia tienes razón, se valora muy poco el trabajo que hacen los profesores y debería ser una de las profesiones más valoradas, están ayudando a formar a los adultos del futuro, menuda responsabilidad.
EliminarY también los políticos deberian ser los primeros en dar ejemplo, dejar de usar la educación de manera partidista y dotarla de recursos sin importar el color del que gobierne pero de momento no están a la altura.
Y sí con más niños como los del relato que ni siquiera ven el color de la piel de su amigo seguro que el mundo seria un lugar mucho mejor.
Un beso enorme
Me he quedado muy triste al leerte. Una gran pérdida. Se la echará de menos.
Hola Conxita!! Me ha encantado tu relato, reivindicando la figura de los maestros y profesores. También es verdad, que creo que quedan muchos docentes que no tienen el grado de implicación que debieran y para colmo tampoco les dan recursos ni formación necesaria. ¡Fantástico relato! Besos!!
ResponderEliminarMuchas gracias Ana y disculpa la tardanza en contestar, ando muy liada y llego tarde a casa y con pocas ganas de ponerme en el ordenador.
EliminarMe pareció que era una buena manera de reivindicar ese papel tan importante que hacen los maestros de verdad, los que son vocacionales no los que se limitan a cumplir con un temario y con un horario.
Un maestro puede influir muchísimo, deberían tener más medios y estar mucho más reconocidos.Es una vergüenza que se destinen tan pocos recursos a la educación y que encima los políticos ni siquiera en esto puedan ponerse de acuerdo. Un país con un nivel elevado en educación es un país que exige, que no tolera las corrupciones, que sus ciudadanos piensan y exigen y por supuesto no pasan ni una de las tomaduras de pelo de aquellos que nos gobiernan.
Besos y feliz fin de semana
Cuánto para reflexionar en tu estupenda entrada, Conxita. Los valores por la vida en la cual no debe importar ni raza religión, ojalá los mayores sepamos aprender de esos niños que aún se mantienen en la inocencia, y lo curioso, también ese niñ@ lo llevamos dentro, para comprender lo mismo.
ResponderEliminarEn lo referente a la docencia, el ejemplo que compartes es todo una devoción en toda regla. Si la hay, muchos estudiantes, sea cual sea su origen, familia e incluso conflictos internos, si se pone el corazón y observación en lo que se hace, el futuro tendría grandes maestros en todos los temas.
¡Muy bueno!
Fuerte abrazo.
Hola querida Mila antes de nada pedir disculpas por la tardanza en contestar, como le comentaba a Ana hace un momento ando muy liada con el trabajo y me cuesta llegar a todo.
EliminarLa clave es esa inocencia como bien dices y la ausencia de prejuicios, ese niño no ve el color de la piel de su amigo porque no le importa, porque es su amigo sea del color que sea porque eso no nos hace distintos ni diferentes. Algo tan fácil y claro molesta que algunos se dediquen a discriminar y a enfrentar.
Y sí, la docencia y muchas profesiones relacionadas con las personas se tienen que hacer también con el corazón, no limitarse a los protocolos y a los estándares sino recordar que delante hay personas que necesitan que entendamos que son personas, más pequeñas o más mayores, pero que las reconozcamos con su manera de ser. Creer y aprovechar al máximo el potencial de cada uno de nosotros.
Recuerdo que leí sobre una investigación en la que sobre tres grupos escolares se daban indicaciones distintas a los profesores sobre las características académicas de sus alumnos, los grupos eran exactamente iguales y la única diferencia era lo que sus profesores creían de ellos. La conclusión fue que cuanto mayores eran las expectativas de los docentes, los alumnos obtenían mucho mejores resultados. Es evidente que lo que creemos de otros, afecta y mucho.
Un abrazo y muy buen fin de semana
Querida, Conxita, no importa el retraso en contestar, gracias por el comentario que me ha encantado. Y gracias también, por tu delicada dedicación a responder tan pulcramente a todos y sin escatimar letras y detalles. Es admirable, y siempre te lo he valorado también.
EliminarDeseo que disfrutes del fin de semana. ❤🌹
Muchas gracias a tí querida Mila por estar y por tus bonitas palabras.
EliminarUn placer tenerte en este rincón de letras, gracias😘
Un beso enorme
Hermosa historia Conxita. Hoy la educación para el profesorado es cada vez más difícil porque se ha perdido el respeto a la autoridad. Desde luego la vocación es imprescindible. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Mara, disculpa el retraso en la respuesta.
EliminarComo bien dices actualmente para los profesores es muy difícil, no solo tienen que "lidiar" con chiquillos poco motivados, también con los padres que no siempre apoyan la labor de los maestros.
Si a eso le añadimos falta de medios y en algunos casos de vocaciones, es una profesión cada vez más complicada. Es necesario que la figura del maestro sea reconocida tanto por los alumnos, como por padres y por la comunidad en general, que se los dote de medios, de formación y que se eleve el nivel de exigencia también para aquellos maestros que no sirven, que ayudan poco a la profesión.
Un beso y muy feliz fin de semana
Un relato precioso.
ResponderEliminarEsa magnífica labor que realizan los maestros, hoy día está infravalorada y es una pena.
Desde siempre el maestro ha sido un referente donde apoyarse. Es más, muchos de ellos dejan una huella indeleble en el corazón de las personas a lo largo de su vida. En la actualidad hay una falta de autoridad en las familias que se lleva a las aulas.
Por supuesto, que hay excepciones.
Un beso.
Muchísimas gracias Maripaz.
EliminarEstoy contigo en que actualmente la labor de los maestros está muy poco valorada y es una gran pena, el trabajo que hacen es magnífico y un buen maestro se recuerda siempre.
Recuerdo que al poco de escribir este relato en el autobús presencié el encuentro de un chico ya mayorcito con su profesora y me encantó escuchar las anécdotas que se explicaban y el respeto y cariño que había en el chico por su maestra.
Y sí, creo que una de las razones es como bien comentas una falta de autoridad también en la familia que se traslada a las aulas y en las que el maestro es permanentemente cuestionado por hijos y padres. Es necesario poner la educación en el primer lugar y que sea mucho más valorada por todos.
Un beso y muy feliz fin de semana
(Pd. Disculpa el retraso en contestarte)
Trabajé muchos años en un colegio aunque no soy maestra, llevaba la administración y entiendo todo lo que aquí has expresado, pero, déjame decirte que es una de las profesiones más bellas y gratificantes que se puedan llevar a cabo, es cierto que desgraciadamente no se les reconoce la ardua labor de impartir conocimientos con sabiduría y a cada cual a su ritmo, no es fácil, pero ustedes tienen el privilegio de que se les recuerde muchas veces a lo largo de la vida, porque tuvieron una importancia que yo diría es la que sigue a los padres. Muy interesante tu relato. Te deseo felices fiestas y te agradezco tus visitas a mi rincón bloguero. Fuerte abrazo.
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