En realidad, sólo existe la dirección que tomamos, lo que puede haber sido ya no vale.
Mario Benedetti
Para leer la primera parte
Irene no sabía que se podía llorar tanto. Era como si se hubiera abierto una compuerta desconocida, días y días sin dejar de llorar a todas horas. Cuando creía que estaba mejor, algo le recordaba lo que había pasado y volvían las lágrimas. No era capaz de articular una conversación racional sobre lo que él le había hecho. Su relato a la doctora de guardia estuvo lleno de vacíos, ataques de ansiedad y lágrimas, muchas lágrimas.
Estaba muy inquieta, se sobresaltaba por cualquier ruido y el teléfono la aterraba. No comía y seguían las pesadillas. Rememoraba cada una de las situaciones, lo que había hecho y lo que no había hecho, lo que había dicho y sobre todo lo que no había dicho. Una y otra vez volvían sus errores. Lo que había hecho, lo que no había dicho, lo que había hecho, lo que no había dicho.. Una y otra vez en una espiral que no paraba, un círculo sin fin que la dejaba boqueando aire como un pez fuera del agua.
Su marido llevó a la niña a casa de sus padres y eso al menos la tranquilizó porque la pequeña no entendía nada. ¿Qué le pasa a máma? ¿ Por qué llora? ¿Por qué está en la cama? ¿Por qué está a oscuras? ¿Por qué no quiere salir?
Después de unos cuantos meses también él se trasladó a casa de sus padres.
A Irene no le sorprendió. Lo tenía merecido.
Le costó mucho controlar esas lágrimas que aparecían cuando menos las esperaba. Sus manos seguían temblando como las de una
abuela de cien años. Rumiaba una y otra vez lo que había pasado.
Situaciones, frases, sonrisas hirientes. «¿Cómo había podido hacerlo tan mal?»
Vivía envuelta en culpas y remordimientos, en rememorar todo lo que podía haber hecho para evitar esa situación como si de ella dependiera cambiar algo.
«Era una inútil, no sabía hacer nada bien y por eso también Carlos la había dejado. Perdería la custodia y se lo merecía, no podía cuidar de ella misma como iba a cuidar de Valentina».
No podía hablar del tema sin llorar y seguía esperando la visita con la psiquiatra, que a pesar de la derivación de urgencias, de urgente no había sido nada. Pero tampoco le importaba. No quería hablar del tema ni con la psiquiatra ni con nadie, no quería ver a ninguna persona, no quería salir de casa.
Ya estaba bien en ese agujero en el que se iba hundiendo.
La médica de cabecera le dispensaba la medicación esperando que la psiquiatra la atendiera y ella caía, más y más profundo, en aquel pozo tan oscuro. No veía el final o quizás es que no lo había.
Evitaba todo contacto con sus vecinos. ¡Qué iba a decir! ¡Seguro que todos pensaban que la habían echado por incompetente!
Cuando no había más remedio que hablar inventaba excusas que a nadie convencían. Había perdido más de diez quilos y era un saco de huesos. Sus ojeras, su temblor de manos y voz entrecortada eran difíciles de disimular.
Vivía envuelta en culpas y remordimientos, en rememorar todo lo que podía haber hecho para evitar esa situación como si de ella dependiera cambiar algo.
«Era una inútil, no sabía hacer nada bien y por eso también Carlos la había dejado. Perdería la custodia y se lo merecía, no podía cuidar de ella misma como iba a cuidar de Valentina».
No podía hablar del tema sin llorar y seguía esperando la visita con la psiquiatra, que a pesar de la derivación de urgencias, de urgente no había sido nada. Pero tampoco le importaba. No quería hablar del tema ni con la psiquiatra ni con nadie, no quería ver a ninguna persona, no quería salir de casa.
Ya estaba bien en ese agujero en el que se iba hundiendo.
La médica de cabecera le dispensaba la medicación esperando que la psiquiatra la atendiera y ella caía, más y más profundo, en aquel pozo tan oscuro. No veía el final o quizás es que no lo había.
Evitaba todo contacto con sus vecinos. ¡Qué iba a decir! ¡Seguro que todos pensaban que la habían echado por incompetente!
Cuando no había más remedio que hablar inventaba excusas que a nadie convencían. Había perdido más de diez quilos y era un saco de huesos. Sus ojeras, su temblor de manos y voz entrecortada eran difíciles de disimular.
No quiso que sus amigas supieran lo que había pasado.
¿Qué había hecho mal? ¿Por qué la odiaba tanto? ¿Dónde había empezado? ¿Por qué? ¿Cómo no le había sabido parar los pies?
¿Qué había hecho mal? ¿Por qué la odiaba tanto? ¿Dónde había empezado? ¿Por qué? ¿Cómo no le había sabido parar los pies?
En la empresa Rosalía había ocupado su puesto. No le importó. No pensaba volver a trabajar en ese lugar ni a tener contacto con él. No podía, solo de pensarlo volvían las crisis de ansiedad. Si le obligaban a incorporarse, renunciaría al trabajo.
Sus compañeros insistían en verla pero ella siempre tenía una excusa y dejó de cogerles las llamadas.
Por fin la citaron con la psiquiatra. Las primeras visitas eran monólogos llenos de incoherencias, silencios, lágrimas y culpa pero poco a poco la terapia y largos meses de medicación empezaron a hacer efecto. Al menos ya no lloraba cuando le dirigían la palabra ni sentía que se ahogaba cuando salia a la calle y empezaba a entender que no era culpa suya.
Había tocado fondo como le dijo la psiquiatra y ahora se trataba de empezar a mejorar. Empezó a salir de casa y a mirar de frente, se apuntó al gimnasio y empezó a reconstruir su vida.
Aquella tarde había quedado con Flor, Juanjo y Elena aunque no querían hablar de trabajo acabaron haciéndolo. Le comentaron que Rosalía ya había renunciado al puesto, solo había durado un mes y eso era bueno para que ella hiciera algo.
—No, no tengo ganas
ni ánimos de revivir esa pesadilla, solo quiero olvidarme.
—¿Y hasta cuándo no piensas volver?
—No quiero pensar en eso.
—Irene necesitas el trabajo.
La mujer no dijo nada. Era algo que habían estado trabajando con la psiquiatra y aún no estaba resuelto.
—Tenemos algo que
contarte—. Era Juanjo el que le hablaba—mi amigo Carlos ha visto al señor
director en un lugar bastante comprometido.
Irene lo miró con indiferencia.
—¿Y? ¿Qué quieres decir?
—Pues que nuestro señor director estaba haciendo de reina de la fiesta borracha perdida este fin de semana y con otro par de reinonas montándoselo muy bien, drogas, descontrol, sexo…
La mujer se sorprendió.
—¿En serio?
Los otros asintieron mientras Juanjo le enseñaba las fotografías del Director disfrazado de DragQueen, empezó a reír y todos se contagiaron.
—¿Y la gomina?
Volvieron las risas hasta que Juanjo volvió a hablar.
—Así que vamos a hacer que ese gilipollas pruebe su medicina… ¡Vamos a publicarlas!
Las risas subieron de tono, ese que está peligrosamente cerca de las lágrimas y de la histeria.
—¡No podemos! ¡Juanjo!
—Irene, ¿Cómo qué no podemos? Acaso no has visto lo que te ha hecho ese cabrón, y a Lola y a Víctor, a Juana… ¡Tenemos que echarlo!
Se miraron, las
fotografías eran de lo más comprometedoras, sobre todo para alguien relacionado con un partido
tan conservador.
—No así Juanjo, seríamos tan cabritos como él y nosotros no somos como él.
—Pues empecemos a serlo, que de tan buenos somos gilipollas.
—No,… —Irene los miró—Tiempo al tiempo y a ese cerdo ya le llegará su San Martín.
—Irene no seas tonta, tenemos que usarlo. Unas impresiones que se traspapelan y a disfrutar.
Estuvieron discutiendo hasta que sus amigos se marcharon, las fotos se quedaron encima de la mesa. Irene las cogió mirando como su mano temblaba. Era como una burla pero no era capaz de usar eso. Empezó a llorar, mientras se repetía que hasta en eso le faltaban agallas.
«Eres muy complicadita… A ver si aprendes…»
Ese tono burlón de aquel capullo disfrazado de dragqueen dándose el lote con otro igual de borracho y medio desnudo se repetía una y otra vez en sus oídos. Sintió de nuevo la conocida opresión de sus pulmones, el corazón empezó a golpearle furioso, empezó a hiperventilar. Boqueaba mientras las fotos la seguían mirando.
«No sabes hacer nada, nada.»
«Me pregunto por qué te pagaban tanto. ¿Acaso te ibas a la cama con Fabio? Claro seguro que era eso.»
«¿No, qué? ¿Es blanco o negro? ¡Eres incapaz de decidir!»
«Blanda, que eres una blanda.»
«Vaya fracaso de jefa de recursos humanos. Una patada en el culo es lo que te mereces».
Irene lloraba, cogió el móvil.
—Marisa, soy Irene.
Sí, sigo de baja. Ya te explicaré. ¿Nos podemos ver? ¿Mañana? Perfecto.
Con Marisa habían peleado mucho en las mesas de negociaciones, era una mujer muy dura pero muy justa y era la mejor abogada que conocía.
Dieciocho meses
más tarde, con bastantes más horas de terapia, una medicación que iba reduciendo, un divorcio y con la inocencia perdida por el camino, Irene consiguió recuperar la custodia compartida de su hija Valentina, volver a su puesto y aunque seguía siendo blanda ni le
importaba ni nadie se lo decía.
FIN
Primera parte
Menudo culebrón, de todas formas no puedes rebajarte al nivel de esa gentuza.
ResponderEliminarBesos.
Sí Alfred desde luego hay muchas lágrimas y muchas emociones que cuestan mucho de sanar. Toda esas vivencias acaban afectando la autoestima de las víctimas que se sienten avergonzadas y que se preguntan por qué les ha pasado a ellas. Cuesta superar este tipo de situaciones y se esconden en muchos casos y hasta muchos años después no se habla de ellas.
EliminarA veces puede parecer que sería más fácil si uno pudiera ser como esa gentuza pero realmente no lo es.
Besos
Hola Conxita!! Vaya, me has dejado atrapada con esta historia. Como disfruto con tus relatos. Besos!!
ResponderEliminarHola Ana muchas gracias por decírmelo.
EliminarSí, me alegra que sea una historia que atrapa, que es como se siente la protagonista, que llega a plantearse perderlo todo porque no puede volver a enfrentarse con ese jefe tóxico.
Es un placer tenerte por aquí, ya lo sabes.
Besos y feliz finde
Primera parte, empieza bien la historia promete, veremos como sigue, tienes dotes de novelista, no es sencillo escribir una entrada tan larga. Abrazos
ResponderEliminarHola Ester muchas gracias por tus palabras.
EliminarDecidí fraccionar la historia en dos entradas porque consideraba que era muy larga pero como hay compañeros que prefieren leerlas de golpe, las he publicado ambas con un día de distancia.
Puedes leer la primera parte aquí AQUÍ
Espero que te guste, si te apetece ya me dirás qué te ha parecido.
Abrazos y feliz fin de semana
Me gusta y mucho...sabes llevar la trama al punto justo. Fantástica primera parte y ya quiero más!
ResponderEliminarVuelvo a preguntar: ¿Para cuándo el libro de relatos de Conxita?
Besotes y buen fin de semana!!
Jajaja Alma no me veo yo para un libro ni que sea de relatos,pero muchísimas gracias por tu confianza en mis letras.
EliminarEste relato me salió muy largo y lo fraccioné en dos entradas pero como hay compañeros que prefieren leerlos juntos, los publiqué seguidos y mi falta de práctica igual ha hecho que sea confuso para leerlo.
Puedes leer la primera parte Aquí
Besos y muy feliz fin de semana
Bueno, pues ya he sabido como acababa la historia de la pobre Irene. ¡Pobre mujer! Por culpa de un imbécil e hipócrita jefecillo de m... perdió la salud, sufrió un divorcio y, al menos, logró recuperar la custodia de Valentina. Desde luego lo que pueden destrozar la vida de las personas otras que sólo viven para hacer daño.
ResponderEliminarMe ha gustado la historia. Como te dice AlmaBaires, "¿Para cuándo el libro de relatos de Conxita?"
Buen finde y muchos besos
Hola Juan Carlos lo terrible de este tipo de conflictos es que no se circunscriben solo al ámbito laboral, que por sí solo ya sería malo pero encima acaban traspasando a la parte personal que queda profundamente afectada.
EliminarEs terrible y con unos números que asustan lo peor es que no se considera necesario invertir en salud, cuando una empresa saludable es mucho más productiva que otra en la que impera un clima tóxico como el del relato. Las personas que pasan por estas situaciones tardan mucho tiempo en poder recuperarse, en hablar del tema, se sienten avergonzadas como si hubieran tenido la culpa, el tóxico consigue minar la autoestima y que la persona crea que es la responsable cuando los únicos culpables son esos malos jefes.
Como le decía a Alma, me veo muy lejos de un libro de relatos jajaja pero muchísimas gracias por la confianza en mis letras, gracias de corazón.
Un beso enorme
La primera parte de esta segunda parte (ya parezco Groucho Marx, jeje) es la exacta descripción de cómo se siente una persona con depresión: en un pozo sin salida, incomprendida, aislada del mundo exterior, autoflagelándose e inculpándose por su inutilidad, avergonzándose de sí misma y de estar así, etc., etc., etc. Y todo por culpa de un malnacido que ha destrozado su autoestima. Y, por si esto no fuera suficiente, en lugar de hallar el consuelo y el apoyo incondicional de su marido, este la abandona a su suerte. Una especie de cómplice involuntario o colaborador necesario para hundirla todavía más en la miseria.
ResponderEliminarEn la segunda parte expones lo que muchos hemos deseado ante una flagrante injusticia: vengarse del responsable de la misma. Todos esperamos que el karma actúe poniendo a ese individuo en su lugar y pague por el mal que ha hecho. Pero, por desgracia, no siempre, o casi nunca sucede y muhcos se salen con la suya. Así que me he alegrado que, en tu historia, la protagonista haya tomado esa decisión y le haya propinado a ese cabrón, metafóricamente hablando, una patada en el culo, jeje.
Me ha gustado mucho este relato, cómo lo han planteado, desarrollado y finalizado. Habría sido frustrante, al menos para mí, que el tirano se hubiera salido con la suya.
Un beso.
Muy buena síntesis Josep Mª con esa primera parte de la segunda parte (me encanta el humor de Groucho Marx) y sí, es lo que consiguen esas personas tóxicas, que las víctimas se hundan en la culpa, se aíslen, sientan vergüenza de explicar lo qué ha pasado porque en muchos casos ellas mismas no entienden lo qué ha pasado, porque es todo tan absurdo e irreal que parece difícil explicarlo y porque minan su autoestima e intentan destruirlas. Delphine de Vigan tiene un libro Las horas subterráneas en el que explica muy bien esa situación de acoso laboral, cómo se va tejiendo una tela de araña alrededor de la víctima que al final no sabe ni de dónde vienen los golpes. Si no lo has leído te lo recomiendo y otro que es impresionante es de Pierre Lemaitre de Recursos Inhumanos.
EliminarEn la segunda parte, lo he dejado abierto para que cada uno de nosotros tome la decisión que le apetezca, es cierto que parece que Irene tome la decisión de publicar esas fotos pero cuando lo escribí, la decisión que sí quería que tomara era la de ponerse en contacto con una abogada e iniciar la denuncia de ese malnacido pero soy consciente que no tenía claro qué quería hacer la protagonista y lo dejé poco claro, igual es que inconscientemente deseaba que se vengara de ese bicho cobarde y ya sabes que cuando le damos a la tecla de publicar el lector es el que decide lo que quiere que pase, así que sí ojalá le hubiera dado una buena patada en el culo.
Por desgracia Josep Mª el tirano sí se salió con la suya, a la pobre Irene le costó casi dos años de su vida superar esa situación pero acabó perdiendo lo único que a estos patéticos personajes les pone que es su supuesto estatus, su despacho, su cargo...
Besos y muy feliz fin de semana
Me ha alegrado mucho que hayas optado por un final feliz (supongo que será porque me ha calado), aunque lo cierto es que en muchas ocasiones estos malnacidos terminan saliéndose con la suya. De hecho a este lo descabalgan por lo menos censurable que hay en su asquerosa persona.
ResponderEliminarMagnífico relato.
Besos.
Hola Chema como le decía a Josep Ma en el comentario anterior, mientras lo escribía no tenía claro qué iba a hacer la protagonista y ahora aún no lo sé, porque releyendo el relato no quedó claro. No lo tenía claro cuando lo escribía, ese diálogo de Irene con sus amigos y aquello de los buenos que a veces son tontos, toda la secuencia en la que ella recuerda las indignidades y humillaciones que él le ha hecho, el resultado en abierto para que cada uno escoja porque eso es lo que me gusta de escribir que puedes cambiar las cosas, ¿No te parece?
EliminarPero sí tienes razón lo descabalgan no por lo que le ha hecho a las personas de la empresa sino por otros motivos más relacionados con la imagen, con la infidelidad y la hipocresía social que viven muchos políticos.
Me alegra que te haya gustado, gracias por el tiempo.
Besos
Estupenda segunda parte Conxita ahora centrada en lo puramente literario, y en la resolución del conflicto planteado anteriormente. Y es que hablamos de un drama muy importante, y crucial para toda persona que se haya visto sometida a esta situación. Por hacer una pequeña aportación cinematográfica, las películas españolas 'El método', y 'La punta del iceberg' trataban desde distintos puntos vista las relaciones laborales. Son muy buenas además. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Miguel. Es una situación que trastoca las vidas de las víctimas, no solo en el aspecto laboral sino en su vida personal, quedan tocadas en su autoestima, con mucha culpa y vergüenza por no haber sido capaces de resolver esos conflictos como si de ellas dependiera.
EliminarA Josep Ma le comentaba que había un par de libros que cada uno a su manera eran escalofriantes sobre el mundo laboral, uno era Las horas subterráneas de Delphine de Vigan y otro
Pierre Lemaitre, Recursos Inhumanos. En cambio no he visto esas películas que comentas y las anoto para buscarlas. Muchísimas gracias por la aportación.
Un abrazo y feliz fin de semana
Hola Conxita.
ResponderEliminarQué buena continuación, me alegra que al final no se saliese con la suya, y me ha encantado el detalle del "De" en el apellido, un detalle que parece tan nimio y cuanto dice.
Muy feliz día.
Hola Gema me alegra que te haya gustado la continuación.
EliminarSí, qué bien que te hayas fijado en ese detalle, a mi me parece que esos pequeños detalles acaban diciendo mucho más del personaje y de sus ínfulas, ¿verdad?
Muy feliz fin de semana
Pues sí, Conxita, es el desarrollo lógico de los acontecimientos: esperar con una medicación errónea las largas y largas colas para que te atienda un especialista de la Seguridad Social, tocar fondo, recuperarse y seguir siendo uno mismo con muchos cambios vitales. Personalmente, creo que a mí aquella experiencia me ha hecho aún mejor persona. En casa se ríen porque digo que antes era buena y tonta. Ahora soy buena simplemente porque quiero. También he de decir que la experiencia y los años han contribuído muchísimo a la situación de "estabilidad mental y emocional" que tengo ahora.
ResponderEliminarBesotes
Gracias Macarena por tu tiempo y por compartir la experiencia.
EliminarLas largas esperas de la Seguridad Social no ayudan cuando alguien está tocando fondo, es importante intervenir lo más rápido posible para que esa persona pueda empezar a superarlo pero las listas de espera no entienden mucho de urgencias.
En estas situaciones toca hacer un importante trabajo personal aparte de la medicación que es necesaria en esos momentos iniciales, que una vez superada la parte más crítica conseguir relativizar las cosas, reconocer y colocar las culpas donde tocan y encontrar herramientas como tú dices para tener una mayor estabilidad mental y emocional.
Este tipo de personajes se aprovechan de la buena fe y de que no se puede imaginar lo rastreros que ellos son. No creo que sea de tontos sino de buenas personas y como ellos no lo son, lo usan en su beneficio para descolocar, manipular y controlar.
Besos y feliz finde
La verdad es que no suelo tener muchos escrúpulos a la hora de resolver las afrentas mediante la venganza. A veces, es la única forma de hacer justicia y esta era una de ellas.
ResponderEliminarEntiendo que Irene, ante aquellas fotos y los recuerdos de las ofensas del individuo, terminara cayendo en la tentación, pero creo que debió resistir y buscar otra forma de vengarse. Utilizar algo como la orientación sexual, o los juegos de cualquier tipo (el travestismo en este caso) que ya de por sí, en esta sociedad pacata, ponen a quien los practica en una situación de vulnerabilidad, me parece injusto. Vengarse de él dejando claro lo mala persona que es me parece bien, pero hacerlo con los motivos que lo hace...
Me ha gustado el relato porque nadie es al final totalmente bueno o totalmente malo y la víctima se convierte en verdugo y viceversa. Aunque uno sea más malo que la otra, por supuesto.
Un beso.
Hola Rosa como les comentaba a varios compañeros no tenía muy claro qué iba a pasar, qué quería hacer la protagonista y supongo que es porque de alguna manera, de forma inconsciente, quería que mi protagonista se vengara.
EliminarPero en realidad la decisión de Irene es ponerse en contacto con la abogada e iniciar la denuncia de Felipe pero queda sin concretar porque no lo tenía del todo decidido y esas dudas se transmiten al relato.
Tienes razón que nadie es bueno o malo al cien por cien y que puede llegar a ser fácil pasar como dices de víctima a verdugo y al revés y justamente ese aspecto que destacas sobre la orientación sexual era lo que me frenaba que usara Irene porque me parecía lo más fácil de usar y lo más injusto aunque uno fuera víctima. Vivimos en una sociedad hipócrita y políticos y sexo es algo fácil de usar para ridiculizar a alguien pero lo valiente, estoy de acuerdo contigo, hubiera sido es desenmascarar su mala praxis profesional, denunciarlo por ese mobbing y no la orientación sexual ni los juegos con los que se entretenga siempre que no dañen a nadie más. Pero por desgracia el mobbing no vende y los escándalos sexuales sí, todas esas dudas están en el relato y de ahí la indefinición y que cada lector resuelva como más le apetezca.
Besos y feliz fin de semana
La hipocresía de muchos personajes. Ese mobing a Irena, que casi la leva al suicidio, por un idiota, es una típica reacción a aquel trabajador que destaca, casi siempre por eficiencia. No toleran que un trabajador parezca alegre, sobre todo en los partidos, donde ha de primar la capacidad de aparecer. Que se disfrazara y con ello, un capitoste tuviera que dimitir me parece el mejor castigo divino, o humano.
ResponderEliminarCuántos idiotas sueltos y tantas Irenes desquiciadas por su culpa, medicadas ene lem mejor de los casos. Muy bien llevado el relato. Un abrazo grande y feliz noche
Hola Albada Dos tienes razón que generalmente este tipo de personas tóxicas eligen a personas que brillan, que destacan por su manera de ser o de hacer las cosas, son personas inseguras y muy poco eficientes a pesar de sus bravuconadas, incapaces de preocuparse por otros que no sean ellos mismos.
EliminarEl problema es que se lo destituye por apariencias y no por su ineficacia y mal trato a las personas que estaban a su cargo, eso al final es lo que menos importa. Por desgracia hay demasiadas personas tóxicas tanto jefes como no jefes, lo mejor es alejarse de esos agujeros negros que absorben las energías positivas.
Me alegra que te haya gustado el relato.
Feliz domingo
Qué gusto cuando estos tipos pagan las consecuencias. Ojalá esto pasara más a menudo. Un gran relato, como siempre. Abrazos.
ResponderEliminarHola Marisa ojalá pasara más pero en la realidad hay más Irenes de baja que Felipes destituidos. Lo cierto es que cuando escribí el relato, no tenía claro qué decisión iba a tomar Irene y lo dejé poco claro para que fuera cada cuál qué pusiera el final que quisiera, sí destituyen a Felipe pero no se sabe quién lo hace, quizás fue Irene, quizás fue su entorno o quizás fue que ahora es difícil que haya algo que no se acabe filtrando.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo
La frase de Benedetti, cierta en su segunda parte, no lo es del todo en la primera.
ResponderEliminarEn tu vida siempre hay dos caminos: el que escoges y el "otro". Entendiendo por "otro" la infinidad de ellos.
Abrazos Conxita.
Hola Ernesto escogí esa frase porque me parecía adecuada para el relato y las decisiones y no decisiones que toma mi protagonista.
EliminarA mi me parece que lo importante es tener opciones, siempre, para poder elegir y sí dicen que lo que da más miedo de tomar decisiones es todo aquello que descartas, pero en eso consiste tomar decisiones, uno opta por un camino sabiendo que hay muchos otros que no elige. A partir de ahí pensar en lo que pudo haber sido una vez se ha elegido, darle vueltas a las otras opciones si igual ya no están en tu mano, no sé si aporta mucho pero allá cada cuál con lo que quiera hacer.
Abrazos y feliz semana
Hace calor en Miami si hasta cuesta pensar, muy lindo tu texto...
ResponderEliminarBrindemos por el mar
Hola Recomenzar ¡Cómo nos afecta el clima, ¿verdad?!
EliminarMe uno a ese brindis por el mar, es tan bello.
Gracias por tus palabras.
Besos
Ay, una pena la cantidad de sufrimientos que se acumulan en la vida de algunas personas...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Es cierto Ildefonso, en el trabajo se pasan muchas horas y ¿Por qué algunos se empeñan en amargar en lugar de vivir y dejar vivir?
Eliminar¡Si se rinde mucho más con positividad!
Un abrazo
Hola,
ResponderEliminarLa verdad es que hay muchas situaciones que propician la idea de que muchas se esfuerzan pero son blandas. Yo creo que, entre nosotras es donde está el problema. Nos acuchillamos por la espalda y no vacilamos en decirnos barbaridades con tal de estar por encima. Aunque en este caso haya sido diferente. Yo no pienso que la fuerza sea limitada para todos. Creo que todas tenemos la valentía y fuerza para conseguir todo aquello que queramos. Siendo blanda, siendo llorona, siendo emocional, siendo cómo le salga a una del (hablando mal) potorro.
Buen relato.
Hola Keren creo que ese ser blandas como sinónimo de poca profesionalidad es totalmente equivocado y una trampa. No se trata de lo que se sea ni de cómo se sea, a mi me parece que lo importante es ser profesional y respetar y valorar a las personas por lo que hacen en el trabajo no por cómo son y a veces eso se olvida a la hora de valorar los trabajos.
EliminarMe parece que ese acuchillarse por la espalda no es patrimonio exclusivo de las mujeres y estoy totalmente de acuerdo contigo que tenemos fuerza y valentía para conseguir lo que queremos.
Me alegra que te lo haya parecido.
Buen fin de semana
Buen desenlace, y también muy real. Real por esa doble vida que parece caracteriza a quienes hacen alarde de su vida "ordenada", y también muy real porque lo que acaba con un capullo integral es que se la pegue a su pareja cuando esta ostenta un cargo importante, y no que haya martirizado a sus empleados (sí, los malos resultados en la empresa también han hecho mella, pero sin esas fotos comprometidas aquello no hubiera tenido tanto peso).
ResponderEliminarVivimos en una sociedad de hipócritas, de cara a la galería y se hacen cosas solo para que los demás las vean, y donde se castiga más que uno se emborrache y se travista que sea un tirano con los empleados.
Irene recupera su puesto y a su hija, pero su matrimonio, su vida anterior ya no. La factura que ha tenido que pagar por cruzarse con un desgraciado así es muy alta. Y eso no hay ni terapia, ni juicio, ni indemnización que lo pueda pagar.
Enhorabuena por este relato de denuncia.
Un besote.
Estoy de acuerdo contigo Paloma por ser un tirano, un desgraciado y una mala persona no lo hubieran destituido. Eso importa mucho menos que la imagen y lo que se ve en la galería.
EliminarLo que ha pasado deja su cicatriz, eso es evidente. Se puede superar y se supera pero el daño emocional causado por estas personas tóxicas es muy elevado, cuesta esa recuperación y por desgracia resulta con mucha frecuencia muy complicado demostrar ese dolor moral y emocional que este tipo de situaciones ocasionan,
Lo más difícil para las víctimas es ese poder probar ese acoso, esa destrucción sistemática de la autoestima, ese acoso y derribo a la persona, con una factura altísima de las que no se pueden pagar como bien dices.
Gracias por tus palabras.
Besos
Vale, Conxita, vas probando con algo más sustancioso.
ResponderEliminarTal vez, el proceso de recuperación de Irene podría haber tenido un par de párrafos más; en todo caso, creo acertado el que no se decida a publicar las fotos con sus amistades; la reacción tiene que venir del fondo de ella y no del exterior.
Besos y... esperamos.
Hola Ignacio, sí intento ir diversificando temas y este me parece de lo más actual.
EliminarHace unos días leía en un artículo sobre El bienestar del trabajador: factor determinante de la efectividad a largo plazo de una organización, según la OIT-Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que la Organización Internacional del Trabajo (International Labour Organization, OIT) en su informe del 2019 recomienda acometer estrategias de prevención efectivas en relación con los riesgos psicológicos y sociales, los autores del informe subrayaban la trascendencia de otorgarles una atención adicional, sobre todo en torno a la determinación de las situaciones y las prácticas de empleo que inciden en el estrés relacionado con el trabajo y los resultados de la salud mental
Muchísimas gracias por tu aportación con la que estoy de acuerdo, creo que tenía que haberle dedicado más espacio, no es algo rápido y quizás se ve un tanto precipitado, miraré de reescribirlo. Y sí estoy de acuerdo contigo que su reacción ha de llegar de ella y hacer frente a aquello que le está dañando. Ese uso de las fotos hubiera sido el recurso fácil, aunque el tipo se lo merecía.
Muchas gracias por esa espera.
Besos y feliz fin de semana
Hola Conxita! Acabo de leer esta publicación, que se me había pasado. Y claro, he ido a leer la primera.
ResponderEliminarEl maltrato en el trabajo debería estar sancionado. Por experiencia te digo que cuando vives una situación así lo pasas muy mal.
Ahora estoy bien en el trabajo, porque cambié. Pero en la anterior empresa, este tipo de comportamiento por parte de los jefes era muy típico. Yo estuve un año y medio realmente mal. Me pasaba como a tu protagonista, que por las mañanas no me podía ni levantar. No sabía cómo iba a venir mi jefe ese día. Si venía contento, todo era maravilloso. Pero si venía mal, nos hacía sufrir a mis dos compañeros y a mí. Insultos muy sutiles, pero que eran insultos. A veces me decía "eres la hostia, es que no te enteras de nada" y luego se demostraba que yo sí me enteraba y que tenía razón. También me llamaba "bollicao" y cosas por el estilo. Todo lo que hacíamos mis compañeros y yo estaba mal, y nos mandaba cosas urentes a última hora, sobre las 17:30, y acababamos saliendo a la mil. Nos despreciaba mucho.
Total, que me empecé a encontrar muy mal y me adelgacé mucho. No podía desconectar nunca, lo pasé bastante mal, la verdad. Fui al médico y me dijo que lo que necesitaba era la baja. No la cogí por miedo o a saber por qué. Pero debería haberlo hecho.
Una vez vino una auditora a hablar con mi jefe y se fue llorando (para que veas el nivel de maldad que tenía). Y lo peor era que se había normalizado, era la tónica de la empresa.
El trabajo es trabajo, y no deberíamos permitir que nadie nos maltrate. Sé por experiencia que es fácil decirlo, pero conseguirlo es otro tema.
Me alegro de que el final de tu historia tenga final feliz. Entiendo tanto a tu personaje...aunque yo no llegué a ese extremo sé que se pasa muy mal. Y a veces cuando la gente te dice "no te lo tomes así", pues parece que estés exagerando. Visto desde fuera a veces es fácil. Pero vivirlo es otra cosa.
Me ha gustado mucho tu relato!! Es más real de lo que podamos imaginarnos.
Por suerte pasé esa época y ahora todo es diferente!! Un besazo guapa!!
Hola Maria como dices casos como los de la protagonista son más frecuentes de lo que imaginamos y este es otro de esos casos en que la realidad con frecuencia supera a la ficción.
EliminarTerrible la situación que comentas, e imagino lo mal que lo pasaste. No hay nada peor que esa impotencia, esa frustración, el miedo... al encontrarse en esa situación, situaciones terribles que se aguantan por no perder el trabajo, porque ese tipo de personajes saben hacer muy bien el mal y consiguen que las personas vayan quedando atrapadas en su perversión, las menosprecian, las infravaloran y lo peor es que, como le pasa a mi protagonista, acaban creyendo que se lo merecen. Son personas tóxicas y sí debería poder hacerse algo contra ellas pero es muy difícil demostrar este tipo de situaciones porque son hábiles guardándose las espaldas y porque el miedo hace que muchos callen. Y como le decía en la entrada anterior a un compañero no es exclusivo ni de hombres ni de mujeres ni de jefes ni de compañeros, hay personas que son agujeros negros, que roban la energía y el brillo de otros a los que envidian y a los que si se les permite les acaban haciendo la vida imposible. Esas personas bien lejos.
Me alegra que esa época quede ya muy lejos y estés muy bien que es como deberíamos estar en nuestro ámbito laboral, que pasamos muchas horas y mejor hacerlo estando bien.
Besotes guapa
¡Hola! querida Conxita, me ha resultado fluida y sin ambajes esta segunda y última parte del relato, tan real como la vida misma. Porque ¿cuántas Irenes y Felipes existen? y por desgracia han existido en otros tiempos, pues millones, porque efectivamente refleja con todo lujo de detalles las causas y consecuencias derivadas de ellas.
ResponderEliminarTu protagonista estaba acostumbrada a llevar una vida tranquila, sencilla y honrada, pero de pronto esa despiadada «bestia» sin escrúpulos y ambiciones ilimitadas, irrumpe como el elefante en una cacharrería y no tiene reparos en destrozar todo lo que pilla a su paso, lo cual es indignante y clama justicia, aunque Irene, debido a su carácter y principios, no es quien «pone la mano en el fuego», sino sus amigos y compañeros de la empresa, los que acaban desenmascarando al farsante y traidor.
Ciertamente, cuando se dan este tipo de circunstancias en nuestra realidad cotidiana, me fastidia bastante y es por eso, que cuando aflora «la mierda» al exterior, pues se me quita un peso de encima.
Me ha resultado muy interesante tu relato bien desarrollado en sus dos partes.
Un beso.
Hola querida Estrella muchísimas gracias por tus palabras, me alegra que te haya resultado fluido e interesante.
EliminarComo bien dices hay muchas Irenes y Felipes sufriendo estas situaciones tanto en caso de jefes hombres como jefes mujeres y también con compañeros, este ambiente tóxico es mucho más común de lo que podríamos pensar y como muestra los comentarios que me habéis dejado, de personas que conocéis o incluso algunos de los propios compañeros.
Esa justicia a veces no llega, son situaciones difíciles de demostrar y en la que los tóxicos con frecuencia son muy hábiles, solo se muestran en algunos casos y demostrar este tipo de situaciones es muy complejo. Con eso cuentan y ese juego sucio se contagia y por incapacidad, por temor, por escalar, por envidias...hay personas que se apuntan a este tipo de situaciones contra compañeros y dejan que se mantengan.
Tal y como comenté dejé abierta la resolución de la situación con ese filtrar o no las fotografías porque aunque parecía una solución rápida e igual efectiva no era la solución que iba a ayudar a Irene, ella tenía que afrentar esa situación y denunciarla en las instancias que toca, que es lo que acaba haciendo.
Besos y feliz domingo
¡Hola, Conxita! Un tema de actualidad, tanta que leyendo esta segunda parte y el tema de las fotos comprometidas del jefe me ha traído la noticia de ayer en la que una mujer se suicidó por la angustia que le provocó la difusión de un vídeo erótica entre los compañeros de empresa.
ResponderEliminarAl final, cada uno recoge lo que siembra. Al menos eso queremos creer... En este caso la protagonista ha podido recomponer los trozos de su vida y a ese le llegó su San Martín.
Me ha gustado mucho cómo has llevado la evolución del personaje, con el tono y la pausa justos para que ese cambio resulte convincente y asimilable por el lector. Un abrazo!!
Hola David sí, ciertamente esas fotos comprometidas se han vuelto por desgracia de actualidad con la noticia que comentas. Una auténtica barbaridad. Las redes sociales también nos devuelven lo peor del ser humano, ese video pasando de teléfono en teléfono por toda la empresa han empujado a la desesperación a una mujer, tanto que se ha quitado la vida. A ver cómo se manejan con ese cargo de conciencia. Es muy fácil ese reenviar sin ser consciente de lo que implica y no vale ese tipo de justificaciones repulsivas que todos los hombres compartirían ese tipo de imágenes, afortunadamente hay muchos hombres que nunca lo harían.
EliminarAl final cada uno recoge lo que siembra... En este caso sí que ha sido así, pero recomponer su vida le ha llevado a la protagonista muchos meses, años y esas cicatrices siempre quedan.
Muchas gracias David, me preocupaba que esa evolución de uno y otra fueran muy rápidas y no llegaran a ser creíbles porque justamente ese convertir en habitual algo que no debería serlo s lo que hace que estos maltratos se instalen en la vida de las personas, no se sabe ni cómo empieza pero de repente se está en el centro de una situación muy tóxica, en la que las víctimas no saben ni cómo explicar lo qué les ha pasado.
Un abrazo y feliz domingo
LO peor, el sentimiento de culpabilidad,... el final,... lamentablemente no siempre es es así de bonito,... te lo aseguro!
ResponderEliminarMe ha encantado Conxita!
Hola Norte sí, lo peor es encima el sentimiento de culpabilidad como si la víctima de esa situación lo hubiera propiciado. Ese es el poder de los tóxicos.
EliminarY nuevamente tienes razón no siempre es así de bonito, primero porque muchas, muchísimas veces los que provocan estas situaciones siguen en sus sitios, mantenidos por miedo, por pereza o porque nadie dice ni hace nada y las cicatrices de estas situaciones no se borran nunca, permanecen ahí. Mi protagonista ha perdido mucho en todo este tiempo y mucho de lo que ha perdido no se recupera, ha aprendido a seguir y a colocar las culpas en los lugares que toca, pero su sufrimiento no se lo quita nadie.
Me alegra que te haya gustado, muchísimas gracias por tu tiempo.
Besos y feliz domingo
Hola!Cuanta verdad.cuanta dureza.cuanto dolor.todo eso para sanar...Gracias excelente! !!
ResponderEliminarHola Buhoevanescente muchísimas gracias por tu comentario.
Eliminar¡Cuánto dolor!
Y sí, sanar tanto dolor cuesta y deja heridas que cuesta mucho sanarlas y algunas dejan cicatrices.
Besos y feliz domingo
Bueno, al final acabó bien pero no suele se lo normal.
ResponderEliminarHe revivido tiempos duros con este relato.
Besos.
Al final acabó Toro, nadie puede aliviar las cicatrices que ese tipo de experiencias dejan.
EliminarPor desgracia demasiado personaje con ínfulas y muy tóxico corre por el mundo y siguen ahí dañando a otros.
Siento lo que pasaste.
Besos
Desde luego el nudo de la interesante historia que nos cuentas es que muchas personas viven en tiempos pasados por duro que haya sido y se olvidan del presente que siempre puede mejorar como aquí ha ocurrido. Muy de acuerdo con Mario Benedetti.
ResponderEliminarHola Mara verdad que lo dice muy bien, es que Benedetti es fantástico y me pareció muy ilustrativa para el relato, porque lo que podía haber sido ya no es y quedarse rumiando alrededor de eso, no nos hace avanzary mi protagonista tenía que avanzar, buscar su propia salida, encontrar la fuerza para hacer frente al que la daña.
EliminarBesos
Buen final para un relato que me ha parecido estupendo.
ResponderEliminarDetrás del dolor, viene la esperanza y la merecida tranquilidad.
Un beso y enhorabuena por lo bien que escribes.
Hola Amalia muchas gracias por tus palabras.
EliminarComo dices después del dolor viene la esperanza y afortunadamente se va dejando atrás todas esas situaciones que tanta ansiedad y dolor causan aunque las cicatrices cuesta mucho más sanarlas y ese sufrimiento no se compensa con nada. Ojalá se valorara mucho más trabajar en ambientes positivos, son muchas horas y mejor hacerlo con buen ambiente.
Eres muy amable querida Amalia, te lo agradezco de corazón.
Besos
Hola Conxita, he leido la primera y esta segunda parte y dejo el comentario aquí.
ResponderEliminarLo primero es lo bien relatado, nos haces leerte con mucho interés, sentir ese ambiente tan familiar y progresista de la empresa en condiciones relajadas para luego adentrarnos en una cruda realidad que se da en todos los ambitos laborales y en todos los niveles. Aqui se da con frecuencia en las Instituciones del Estado tan pronto cambian el jefe o el gobierno.
Lo que me cuesta es entender como es que somos capaces de llegar a convertirnos en despiadados verdugos y en asustadisimas victimas sin siquiera tratar de hacerle frente al problema y mucho menos ponerle fin, a menos que se lleguen a casos extremos como el que nos relatas.
Creo que cada cual tiene un tope de autoestima y paciencia, pero me parece que el mayor error nuestro es no poner los puntos sobre las íes desde el principio, si toleras una bofetada, de seguro que lo proximo será una patada y luego una golpiza brutal, y hasta que no la recibimos, no somos capaces de reaccionar. Por eso encuentro que la frase que usaste en la primera parte le va como anillo al dedo a todo el relato, tanto para Felipe como para Irene. Ambos son responsables de todo lo ocurrido, uno por hacer y la otra por no hacer.
Un tema que da para más y al que muy poca atención se le presta, y pensar que es de las principales razones del descontento laboral, de muchos divorcios, y de hijos echados a perder por la violencia intrafamiliar, ya que los padres descargan su furia contenida con esos hijos.
Te felicito por la forma de abordar el tema y su sensible narrativa, y sí que el caso se da tambien a la inversa, y muchas veces las mujeres en poder suelen ser mas arrogantes y humilllantes que los hombres.
Difiero de la mayoria en que el final es feliz, no me lo parece en lo absoluto, es solo un final que pone a prueba de lo que somos capaces por nuestra rabia interior, me hubiera gustado mas que Irene mantuviera su posición inicial, me dejaría ver que está curada, ya que no tendría esa sed de venganza y aprendería a asumir su autoestima con responsabilidad y a defenderse mejor sin llegar a rebajarse ni ensuciar su consciencia.
Lamentable realidad a la que pocos le hacen frente. Y pensar que detrás de todo eso está el miedo, tanto en el verdugo como en la victima.
Que tengas una buena semana.
Totalmente de acuerdo contigo Idoia Harolina, ambos son responsables aunque de distinta manera, uno por hacer y la otra por permitir y si me permites hasta el resto de compañeros que viendo este tipo de situaciones miran hacía otro lado sin darse cuenta que alguien que se comporta así no hay ninguna garantía que otro día otra persona también sea víctima. Hay demasiado silencio, demasiados intereses y demasiados tóxicos. Y sí, ¿cómo pasamos tan rápido a verdugos y/o a víctimas?
EliminarLas personas no somos máquinas, nos afecta nuestro entorno y no podemos hacer compartimentos estancos entre el mundo laboral y el mundo personal y efectivamente en los ámbitos en los que estamos en más confianza es cuando uno a veces y de manera equivocada deja ir esa rabia que lo afecta todo y que a su vez lo destruye todo.
Dejé muy ambiguo el final porque no estaba convencida que Irene se tomara esa justicia fácil, creía como bien dices que tenía que hacer frente encontrando otras herramientas, recuperando su fuerza y su autoestima porque publicar esas fotos era cerrar esa crisis en falso, aunque fuera más rápido pero ella no había aprendido nada. De hecho mi idea, aunque reconozco que está muy matizada y puede pasar desapercibida, es que la decisión de la protagonista es ponerse en contacto con un abogado para denunciar esa situación. La filtración de esas fotos puede llegar de cualquier ámbito, de sus amigos, de otros compañeros o incluso de enemigos políticos, en estos tiempos pensar que unas fotos así no se filtraran es bastante ingenuo. De hecho, hace unos días ha habido un terrible caso que comentaba David en que se ha filtrado un vídeo sexual de una mujer en la empresa en la que trabajaba y esta se ha suicidado. Es terrible el dolor que se puede causar con actitudes tan irresponsables como compartir ese tipo de información.
El miedo en ambos casos, de nuevo estoy de acuerdo con tu acertado análisis, el miedo en ambos que a una la paraliza y al otro le da fuerzas para dañar, para intentar paliar sus frustraciones e inseguridades. Eso y una política laboral demasiado permisiva con este tipo de situaciones que se da entre jefes, hombres y mujeres, pero también entre iguales y a veces hasta de abajo a arriba.
Muy buena semana también para ti y muchas gracias por tu tiempo.
Besos
Hola!!! Vuelvo a estar por aquí! Tengo que reconocer que soy muy afortunado. Aunque el stres siempre está presente en mi trabajo, mi empresa se parece a la que se intuye en la primera parte del relato, antes de la llegada del Sr. M. de Castro. A pesar de todo tengo que reconocer que las estadísticas tienen razón y hoy en día los problemas psiquiatricos y psicológicos provocados por el trabajo no se tratan como deberían.
ResponderEliminarPersonalmente creo que la solución de cara al futuro es la misma que para casi todo: la educación. Me refiero a la educación como valor. A conseguir que los que vienen detrás tengan valores justos y se comprometan con ellos. Que no vean normal este todo vale en el que vivimos hoy en día.
Joer como me he enrollado! Pues nada, un muy buen relato que da mucho que pensar.
Petonets!!!
Hola David, bienvenido de nuevo ya lo sabes, el tiempo es tan escaso, ¿Verdad?
EliminarEres muy afortunado si tu empresa se parece a la de la primera parte del relato y como has dicho lo sabes y lo disfrutas porque a veces, como le pasó a la protagonista, se valora a tiempo pasado en lugar de disfrutarlo en el momento. Y sí, cada vez más las personas sí pueden elegir (no siempre hay esa suerte) eligen empresas saludables pero de las de verdad, de las que creen en las personas y en trabajar en ambientes positivos. Y lo mejor de todo esto es que las personas rendimos mucho más en este último tipo de ambientes.
Hablas de educación y supongo que tienes razón pero también que es necesario que no se sea tolerante con aquellos que hacen este tipo de prácticas sean jefes o sean empleados porque no es exclusivo ni de un colectivo ni de un género, personas tóxicas hay en todas partes. Y la clave es ese todo vale porque no todo vale y la ética y los valores tienen que recuperar su peso para mejorar la vida de todos.
Ya sabes que no me importa nada que te enrolles, al contrario me encanta saber qué pensáis y conocer vuestras opiniones que enriquecen y mucho este blog.
Petonets i bona setmana
¡Pufff! Menos mal que se ha hecho justicia con el gilipollas ese que traía por el camino de la amargura a la pobre mujer. El tiempo es cierto que pone en su lugar a las personas, pero también lo es, que hay que poner algo de nuestra parte para poner ciertos remedios. Yo antes de ir a un psicólogo prefiero enfrentarme a la situación. No espero a la casualidad de unas fotos comprometedoras.
ResponderEliminarUn apunte un tanto personal y esperando a que no se me mal interprete. Es dado a relacionar a los hipócritas en los bandos más tradicionales de la política ¿Pero en el otro no los hay de igual manera?
Besos, amiga.
Hola Francisco a veces se hace justicia aunque como han comentado otros compañeros esta quizás es una de esas licencias que nos tomamos los escritores.
EliminarEvidentemente tu actitud es la adecuada para no enfermar como le pasa a mi protagonista pero también las personas a veces no somos congruentes y personas aparentemente muy fuertes y preparadas acaban siendo víctimas de malos tratos en el ámbito personal o en el trabajo.
Creo que haces un apunte muy acertado que daría para una larga charla porque también en nuestra mirada hay estereotipos y como dices se relaciona más la hipocresía con políticas más de derecha pero lo cierto es que este tipo de personajes tóxicos e hipócritas se dan en todas las ideologías. Hace unos días por mi tierra corría la denuncia que hicieron algunas políticas situadas en la izquierda, una que dimitía por un problema de acoso laboral y otra que públicamente explicó su experiencia de malos tratos, por desgracia esto no se restringe a una corriente ni a un sexo ni a jerarquías. Si te interesa leer la noticia dejo el enlace aquí.
Besos y muy feliz semana y feria del libro :)
Historia que es pura realidad por desgracia hoy día. Las redes necesarias si se usan mal, sirven para destruir y hundir. Las heridas se curan, pero las cicatrices quedan.
ResponderEliminarLa educación y el respeto a los demás, debería ser primordial. Triste, y un gran relato.
Un abrazo.
Hola Laura es triste que sea tan frecuente actualmente. Justo hace unos días me comentaban en relación con las ventajas de las empresas saludables, que 1 euro gastado en este tipo de políticas tenía un retorno para las empresas de entre 3 a 9 euros, así que parece que la apuesta tendría que ser clara por las políticas de bienestar en la empresa.
EliminarEducación y respeto como bien dices y unas políticas decididas en esta linea y apoyo cero a este tipo de personas tóxicas porque sí, las heridas se curan pero las cicatrices quedan ahí.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo y muy feliz semana
Hola Conxita, vengo de leer la primera parte, la cual ya es interesante de por sí porque conlleva los elementos desencadenantes para que Laura sienta esa depresión y baja autoestima. Creo, que para ella todo empezó cuando le dijeron la primera frase; "Tú lo que eres es una blanda". Parece que no signifique mucho, pero hace mella en la mente si una no está preparada para recibir la bofetada, en adelante veo, que se esfuerza y el trabajo lo hace bien aún en un ambiente tan hostil.
ResponderEliminarNarras con gran pericia una situación que por desgracia es más común de lo que imaginamos, primero el comportamiento de quién por fuera parece un señor/señores... y que tienen que ocultar más que la mayoría. Otra cosa que veo y a tener muy en cuenta; Laura empieza a auto castigarse creyéndose que no vale para nada, ni siquiera contar sus problemas a las amigas, craso error. Ni que decir que Laura vive situaciones angustiosas, por suerte pudo salir del estado tan ansioso y volver a su trabajo. Otra cosa que quería destacar pues la considero vital para aprender; cuando Laura pese a seguir sintiéndose "blanda" ya no le importa, su vida comienza a normalizarse.
Un tema para debatir, muy realista, tanto, que parece un caso real.
Ha sido un placer leerte.
Besos:)
Hola Mila disculpa la tardanza pero ando muy liada y estoy muy poquito en el blog.
EliminarEstoy de acuerdo contigo que esa frase aparentemente poco "lesiva" es la que va a desencadenar la manera en la que ella se siente, hay tanto desprecio en ese eres una blanda que duele especialmente por lo que no dice. Es ese caracterizar al otro cuando lo que importa no es su manera de ser sino en este caso la manera de realizar su trabajo. Pero el otro quiere lastimarla y la mejor manera es centrándose en su manera de ser, en ridiculizarla porque eso es lo que intenta ese tú lo que eres es una blanda y el problema es que las víctimas se lo acaban creyendo porque esas personas tóxicas saben mucho de herir y lastimar.
¡Cuántas personas no son lo que parecen, ¿verdad?! El problema con este tipo de personajes es que muestran caras distintas delante de los que tienen poder y con aquellos que están bajo sus ordenes. Y las humillaciones y desprecios empiezan poco a poco, y la persona por distintas razones va aguantando pensando que eso cambiará y sí cambia, a peor.
Es cierto que cuando a ella no le importa ser blanda ya está bien, aunque sus cicatrices seguramente seguirán ahí pero como bien dices ha empezado el camino de volver a ser ella, pero para eso ha tenido que buscar las fuerzas en sí misma y hacer frente a esa situación que tanto la ha dañado.
Por desgracia y tal y como han comentado varios compañeros es algo que pasa con más frecuencia de la que debería. No es un caso verídico pero seguramente hay muchos tipos como el tóxico del relato y por desgracia no es solo patrimonio de los hombres sino también de mujeres y se da también entre compañeros y aunque parezca extraño entre subordinados respecto a sus superiores. Es triste que algunos solo entiendan las relaciones laborales de esta manera, espero que poco a poco se invierta mucho más en empresas saludables en las que como se ha dicho se acaba rindiendo mucho más.
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras.
Un beso enorme
En primer lugar decirte que no me ha parecido largo, sino todo lo contrario, y además muy actual.
ResponderEliminarTe cuento brevemente un caso verídico de una amiga: una situación muy parecida, degradada por dos veces laboralmente, e insinuaciones constantes, por el jefecillo de personal. Hasta que en una reunión de amigos nos contó su situación y otra de las amigas le dijo: si se te acerca otra vez dale donde le duela, y así fue, tres días después, cuando se le acercó de forma "cariñosa", le dio una patada en los cataplines, que lo dejó encorvado, y le dijo me voy para casa y tu vete a denunciarme, pero que sepas que mañana a las ocho estoy aquí, ¿os imagináis quien no volvió más al trabajo?, sí, ese mismo que estáis pensando. (Por desgracia hay mucha gentuzas de ese tipo, en los trabajos)
Un fuerte abrazo, y lo dicho, me ha gustado mucho tu relato
Hola Manuel pedirte disculpas por la tardanza en contestar, como le comentaba antes a la compañera Mila últimamente voy muy liada y paro poquito por el blog y eso hace que me retrase en contestar y también en las visitas.
EliminarMe alegra que no te haya parecido largo el relato, me pareció que era más extenso de lo que habitualmente publico y que podría cansar y por ese motivo lo dividí en dos partes, me tranquiliza mucho que no se hiciera pesado de leer.
Jajaja, perdón porque sé que la situación no es de risa pero me ha encantado la manera de resolverlo de tu amiga, he visto la situación y he imaginado lo bien que se sentiría ella dándole esa patada por todo lo que le había hecho pasar. Como dices ese tipo de personajes en realidad son unos cobardes y muy mala gente pero se aprovechan de sus cargos para lastimar a las personas. Ojalá les dieran más veces su merecido y me alegra que tu amiga lo resolviera tan bien.
Besos y feliz semana
Bonita foto y me ha gustado leerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Trini.
EliminarMe alegra que te lo parezca y que te haya gustado el relato.
Gracias por decírmelo.
Besos
Conxita, tus relatos muy currados, con todo lujo de detalles, dan para una novela. Tienes el poder de retratar con ellos a la sociedad actual y a la humanidad en general. El ser humano repite comportamientos a lo largo de las épocas muy similares, por aquello de la condición humana, aunque con características particulares en cada momento. Tienes una facilidad enorme para describir a los personajes y que el lector se identifique con ellos. Además, lo haces de una manera amena. Por todo ello, te felicito una vez más. Un beso.
ResponderEliminarHola Maripaz, gracias por tus bonitas palabras que te agradezco de corazón.
EliminarIntento fijarme en lo que nos rodea y casi siempre la realidad supera en mucho a la ficción, hay demasiados personajes tóxicos que lo embrutecen todo por sus ansias de poder y su propia incompetencia.
Por desgracia se repiten comportamientos una y otra vez, épocas distintas pero comportamientos similares y es que aunque el ser humano puede ser muy grande también puede tener conductas muy perjudiciales.
Recuerdo que una vez me dijeron que los clásicos ya lo habían escrito todo sobre las emociones y el resto nos dedicamos a repetir las mismas historias con más o menos gracia. Y es que las emociones son las mismas, ¿no te parece?
Volver a agradecerte tus palabras con mis letras. Me alegra mucho que te haya gustado.
Besos
Un relato muy duro, una situación la que sufre Irene que se repite demasiado en la vida real y que no suele tener final feliz. Pero ese jefe-maltratador habria caído de todas formas con o sin fotos... porque no puso ningún cuidado en cubrirse las espaldas. No era tan listo, despues de todo.
ResponderEliminarHola MJ tienes razón que es un relato muy duro porque sí, por desgracia es mucho más frecuente de lo que debería. A diario se repiten situaciones parecidas o peores porque es muy difícil demostrar este tipo de conductas y las personas tóxicas lo saben y se aprovechan.
EliminarEse final feliz es relativo porque ese dolor deja cicatrices, se pueden superar pero algo de todo eso queda y es del todo innecesario porque ni siquiera por temas de productividad se puede entender porque las personas felices rinden mucho más y está demostrado que ambientes más saludables hacen que las personas estén mucho más comprometidas con el trabajo y con conseguir objetivos. Siendo así ¿Por qué motivo hay tanto incompetente haciendo la vida imposible al prójimo?
Besos y gracias por tu tiempo.
Tocar fondo y resurgir para buscar la justicia...Muy real. Besos.
ResponderEliminarHola Rocío
ResponderEliminarAl salir el icono de blogger con Meg no te conocía hasta que he entrado en el perfil en que sale Ro de Cazando estrellas desde que han cerrado Google+ hay veces que aparece en los comentarios el logo de blogger y otros el de google+ y despista.
La protagonista paga un precio muy elevado y sí tiene que tocar fondo para encontrar las respuestas en sí misma, para encontrar la fuerza y darse cuenta que hay situaciones que no se deben tolerar nunca, para buscar como bien dices justicia y denunciar ese tipo de conductas y a ese tipo de personajes tan tóxicos.
Por desgracia la realidad supera con mucha frecuencia a la ficción.
Besos y muy feliz domingo.
Conxita, tu relato coincide exactamente con lo que no hace mucho escuché en unas charlas sobre psicopatía. Solemos pensar que los psicópatas son solo los asesinos en serie que vemos en las películas, pero al parecer hay muchos psicópatas en la vida cotidiana, que sin llegar a esos extremos son personas muy dañinas.
ResponderEliminarEsas personas, como el jefes de tu relato, y personas en general que carecen de empatía, que simplemente no tienen sentimientos, son por desgracia muy abundantes. Y al parecer, esta sociedad competitiva y narcisista favorece el "florecimiento" de esas personalidades.
Tu relato, como es habitual en tí, es catártico, porque el final feliz, con la caída del perverso, nos resulta liberador. Por desgracia, según los expertos, en la vida real la mejor opción para las víctimas sería quitarse de enmedio, cosa que, obviamente, no siempre es fácil ni posible.
También me ha gustado la cuestión moral que introduces cuando la protagonista duda sobre utilizar las fotos.
Un abrazo.
Hola Ángeles sí, totalmente de acuerdo contigo. Detrás de muchos personajes tóxicos como el de mi relato hay perfiles psicópatas que se camuflan bajo un aparente encanto sobre todo con aquellos a los que quieren agradar y su frialdad emocional, su capacidad ejecutiva y, sobre todo, la de manipular a otros y hacer que estos hagan lo que ellos quieren, se confunden con los mejores parámetros de la actuación de los líderes y ejecutivos (Iñaki Piñuel)
EliminarPor desgracia este tipo de personajes suelen pasar por exitosos y triunfadores y ese el grave error, está comprobado que ambientes saludables mejoran en mucho nuestra productividad y si no se cortan este tipo de mals prácticas a las empresas les acaba costando mucho más dinero que invertir en empresas saludables. Pero parece que aún no nos hemos dado cuenta que nos interesa mucho más promover el bienestar en el mundo laboral que cubrir tantísimas bajas relacionadas con la salud mental.
Es cierto que ese final es mucho más dulce en mi relato que en la realidad donde con muchísima más frecuencia de la que se debería, esos personajes siguen y las víctimas son las que tienen que marcharse con todas las consecuencias que eso tiene, es así por desgracia y sí, con la licencia que dan las letras prefiero optar por darle la patada a ese tipo aunque deje abierto quién lo hace. Mi protagonista duda porque quizás la solución fácil sería ese publicar las fotos y no hacer frente a lo que le duele y dejar de permitir que la ninguneen.
Un abrazo a ti y muy feliz semana
Menos mal que al final tuvo su merecido. La pena que en la vida real pocas veces suele pasar esto. Son más las vidas destrozadas sin que nadie pague por ellas. Está todo tan corrupto, se han perdido tantos valores... Excelente relato!
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy de acuerdo contigo Margari que en la vida real no siempre este tipo de personajes oscuros tienen su merecido. Y sí demasiadas vidas destrozadas por estúpidas ambiciones y personajes sin escrúpulos que acostumbran a conseguir sus objetivos y es que como dices se han perdido muchos valores y parece que todo vale y no, no todo vale.
EliminarGracias por tus palabras.
Besos