Se revolvió inquieta sabiendo que no debería estar despierta, quería dormirse y no lo conseguía, no podía dejar de dar vueltas y
más vueltas intentando encontrar un sueño esquivo y cuanto más
interés ponía en dormirse, menos lo lograba. Y en cada giro intentaba que no crujieran esas sábanas indiscretas, que
no chirriaran los muelles de su cama, nadie podía saber que estaba despierta.
A su alrededor el silencio le indicaba que todos hacía
mucho que dormían y ella seguía alerta a cada uno de los ruidos y aunque no quería escuchar, los oía. Sabía sin ningún tipo de dudas que ya estaban allí.
Subió las sabanas hasta casi cubrirse la cara mientras cerraba los ojos con
fuerza como si obligándose consiguiera dormir. Le dolía el estómago de la
tensión y del hambre porque sus mismos nervios no le habían permitido cenar y
desde luego ahora no podía ni soñar en levantarse, por nada del mundo lo haría
ni siquiera para ir al baño y eso también lo necesitaba pero era imposible planteárselo.
Se movió intranquila y de nuevo ante ese sonido de sus sábanas se le aceleró la
respiración, intentó quedarse lo más quieta posible mientras escuchaba el palpitar desbocado de su corazón.
Estaban allí.
Susurros, pasos amortiguados, cuchicheos tenues que ella percibía sin ningún género de dudas, un extraño silbido unos segundos antes, ahora unos ruidos como de cartón o papeles e incluso unas risas suaves. De nuevo, un golpe seguido de una queja apenas silenciada.
Susurros, pasos amortiguados, cuchicheos tenues que ella percibía sin ningún género de dudas, un extraño silbido unos segundos antes, ahora unos ruidos como de cartón o papeles e incluso unas risas suaves. De nuevo, un golpe seguido de una queja apenas silenciada.
Sabía que estaban...
****
****
Pilar echó una ojeada a su alrededor, alisó una arruga inexistente del tapete sobre el que descansaba una hermosa ponsetia. Sonrió satisfecha, no
faltaba ni un detalle.
Allí debajo del abeto verde, lleno de bolas rojas y blancas, estaban los
envoltorios de vivos colores; para Marta de un rojo brillante, para Elisa de
aquel plata que tanto le gustaba y a Aina de un intenso azul cobalto. Para Pablo y
Jorge aquellos dos enormes envoltorios que harían sus
delicias, ellos no se fijaban ni siquiera en el color cuanto más grande mejor.
Le gustaba la emoción de sus niños nerviosos, crédulos e
inocentes en ese día con tantas sensaciones a flor de piel.
Amaba esos momentos, recordaba a las
madres de esos niños y la emoción de encontrar, esconder y preparar aquellos
regalos llenos de ilusión que ellas descubrirían.
Miró a su marido Lucas que dormitaba mientras hacía que veía la televisión.
Sonrió al pensar que a él siempre le parecía poco para sus niñas. Le gustaba
verlo lleno de ilusión preparando cada uno de los regalos que ellas encontrarían,
su emoción mientras montaba y probaba, esos
ruidos que a veces se les escapaban, las risas y las compras de última hora y esas chuches que a ellas tanto les gustaban. Las galletas que ella le obligaba
a engullir y las copichuelas que entre risas los dos vaciaban, eran tan felices llenándolas
de magia, haciendo que recordaran
para siempre esos días entre sonrisas.
Y muchos años después, seguían manteniendo la misma ilusión. Anoche ya lo
habían dejado todo preparado porque no sabían a qué hora llegarían los pequeños.
Él era más niño que ellos y sonrió al pensar en todas aquellas luces y ruidos
que lo hacían reírse satisfecho y las chuches que había comprado para sus niños:
moras rojas.
****
Abrió los ojos.
¡¡¡Ya!!!
Sin hacer ruido se levantó de su cama, sus piececillos apenas tocaban el
suelo helado mientras corría hasta el comedor y ¡¡¡ohhhhhhhhh, allí estaban!!!
Sus ojos inquietos iban de un lugar a otro intentando abarcar aquel milagro satisfecha de que no la hubieran descubierto. Se movía de un lado a otro, sin detenerse mucho tiempo en ningún lugar, tocando con las yemas de sus dedos casi alucinada,
ahora acariciaba, ahora olía, ahora cogía… Sus ojos abiertos como platos, cada nuevo objeto le provocaba un ¡oh! más alto. Y entonces se fijó en la mesa, allí encima… ¡Era impresionante! Se acercó
mientras leía los nombres y contenía la excitación, sonrió satisfecha.
Abrazó a la muñeca contra su pecho aspirando su olor a plástico nuevo mientras le acariciaba el largo cabello rubio.
Satisfecha, con una risa alegre apenas contenida, se dirigió a la habitación para
despertar a sus hermanas, aquel día no le costó más que un leve susurro para
que dejaran a toda velocidad sus camas. Los gritos alborozados de ellas la
hicieron sonreír con un poco de autosuficiencia, ella contuvo su entusiasmo haciéndoles bajar el tono mientras
se decía que «ser la hermana mayor tenía privilegios, ella ya sabía».
Se regocijó con la emoción de saber lo que ellas, que corrían de un lugar a otro como
antes había hecho ella, conocerían.
—¡Ummm mis chuches preferidas!— Se llenó la boca de unas enormes moras rojas, ¡le encantaban!
—¡Ummm mis chuches preferidas!— Se llenó la boca de unas enormes moras rojas, ¡le encantaban!
En la chimenea las tres niñas inspeccionaron los restos de galletas y las copas medio
vacías que demostraban que ellos habían estado allí un año más.
—Vamos a despertar a mamá y a papá, esto es para ellos—. Cogieron los dos
paquetitos bellamente envueltos.
Un montón de piececitos helados se metieron en la enorme cama en la que sus
padres ya sonreían despiertos.
****
—Abuelita, abuelito…
Las niñas entraron como trombas acarreando cada una un juguete, desde una
muñeca enorme hasta aquella máquina electrónica que parecía hipnotizar a los
niños.
Era difícil contener el nerviosismo ante aquello mágico que seguía pasando,
no consiguieron articular ni una palabra más cuando distinguieron bajo el abeto las cajas de
vivos colores. Gritos y risas. Corrieron a abrir sus regalos despertando
sonrisas de emoción y añoranza de los mayores ante la inocencia sorprendida por la magia
de esa noche.
Los adultos intercambiaron sonrisas mientras la mamá de las niñas abría un paquetito con su nombre del que salían unos enormes dulces.
—Ummm qué recuerdos me traen estas moras rojas—. La mujer sonrió a sus
padres mientras pensaba que «hay cosas que nunca deben cambiar».
Conxita
A mis padres por hacer posibles los sueños.
Bonita descripción de una noche con un despertar cargado de magia :)
ResponderEliminarBesos.
Gracias Alfred, creo que lo que hace estas fiestas especiales es la inocencia y la alegría de los niños, ellos son los verdaderos protagonistas y siempre se recuerdan esas noches mágicas incluso cuando uno ya ha crecido y ha dejado por el camino esa frescura de los niños.
EliminarBesos
Has descrito las ilusiones de pequeños y mayores, y has contado la magia de la noche de Reyes de tal manera que me parecía estar reviviendo mi niñez.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Conxita. Y lo que más me ha llegado es ese despertar a los padres para que vean lo que Sus Majestades les han dejado; sólo recordar cuando yo, ya padre, vivía esos amaneceres me emociono.
Espero que los RRMM sean generosos contigo,l Conxita.
Muchos besos
Es que la noche de reyes es tan mágica... Como niño y como madre y supongo que llegado el caso como abuela, esa inocencia siempre es tan tierna y se pasan tantos nervios.
EliminarSí, yo también recuerdo esos amaneceres con piececitos helados, me siguen emocionando. El tiempo pasa muy rápido.
Un beso muy fuerte y también espero que sean muy generosos.
Hola Conxita, feliz año nuevo!! esa noche de reyes, inolvidable solo había un regalo, dos a lo sumo pero era toda felicidad. Pienso en la cantidad de regalso que tienen ahora los peques ¿será ya lo mismo? y además ya vino Papá Noél... Muy bonito el relato con esa prosa que describe momentos y emociones de una noche donde apenas se duerme. Un abrazo
ResponderEliminarHola Eme, lo que importa sobre todo es la ilusión de pequeños y de mayores, esos pocos regalos valían tanto como muchos porque estaban llenos de amor y de deseo, eso es lo que es difícil describir de esa noche mágica.
EliminarAhora es cierto que hay una acumulación de regalos, demasiados personajes parece que se dan cita y los niños se aturden con tanta cosa.
Cuando mis niños eran peques disfrutaban de lo lindo con lo que menos imaginabas, con esas cajas de los juguetes y los papeles de colores que hacían ruido, y es que los niños saben disfrutar.
Pero como tú dices era una noche en que dormir, se dormía poco.
Un beso
El retrato de la inocencia y la fe ciega en la magia de la infancia. Un precioso relato, Conxita.
ResponderEliminarUn beso grande!
Fer
Muchas gracias Fer.
EliminarEstos días solo se tiene que mirar a esos niños inocentes que creen ciegamente, sus caritas esperanzadas, algunos asustados pero todos muy nerviosos, qué bonita es la inocencia.
Un beso
Ay, que bella la magia de los niños... Precioso trabajo, amiga
ResponderEliminarUn abrazo
Es asi Ildefonso, esa inocencia, esa magia que tienen los niños, ese saber disfrutar de la vida sencillo y sin complicaciones, lo bien que nos iría no perder ese espíritu y esa magia de cuando eramos niños.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un abrazo
Precioso y enternecedor relato Cobxita. La magia que envuelve esa noche única y de ensueño para los más pequeños y que llena de ilusión en los preparativos a los mayores es única. Besos y abrazos amiga y feliz año!!!
ResponderEliminarHola Marina muchas gracias por tus palabras.
EliminarEstoy contigo en que es una noche única para los pequeños, de las que se recuerdan toda la vida y a los adultos nos ayuda a recuperar un poquito de esa magia, esa ilusión y ese ser niños por un ratito.
Abrazos y un muy feliz año para ti.
Un relato sobre la noche mágica de Reyes. Ojalá pudiera volver a ella, aunque, con relatos tan entrañables como este tuyo nunca la perderemos.
ResponderEliminarUn beso, Conxita, y feliz año 2017.
Ains qué bonitas palabras Ángeles, muchas gracias.
EliminarEse no perder nunca un poquito de la magia que tuvieron esas noches de Reyes de nuestra infancia y seguir conservando un poquito del entusiasmo y la inocencia que el día a día se nos lleva.
Un beso y un muy feliz año para ti y los tuyos.
Que bonito lo has contado, Conxita. Un relato precioso lleno de la magia de la Navidad.
ResponderEliminarTe deseo un feliz año y te envío un abrazo.
Muchas gracias Maripaz.
EliminarLas navidades con ojos de niños son especiales, muy auténticas.
Mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Un abrazo enorme
La ilusión hace "milagros"... precioso relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Suni, es tal y como tú lo dices la ilusión hace milagros y qué bonito es verlo en esas caritas.
EliminarUn beso
esta entrada te ha salido redonda, un gran regalo de reyes para tus lectores.
ResponderEliminarEsa ilusión infantil es difícil de superar.
Hola Guille
EliminarOjalá no perdiéramos nunca esa ilusión y frescura de los niños en estas noches tan mágicas. Los niños pueden enseñarnos tanto sobre disfrutar y ser auténticos que les tendríamos que hacer mucho más caso.
Hay días como hoy que algunos nos sentimos más niños o al menos con un poquito de su ilusión.
Besos
Muy bello y exacto tu relato al leerlo uno vuelve a sentir esa ilusión en su interior.
ResponderEliminarBesos y feliz noche de reyes
Gracias Ilesin
EliminarSi he conseguido transmitir la ilusión de esos niños, ya me siento muy afortunada, gracias por decirlo.
Esa ilusión me gusta pensar que sigue dentro de cada uno de nosotros.
Un beso y muy feliz noche de reyes también para ti.
Exactamente era lo que pasaba de niña ;))
ResponderEliminarAbrazos!!
Me alegra Laura haber conseguido traer un poquito de esos recuerdos de niña en una noche de muchos pero muchos nervios.
EliminarUn beso
Cuando esos niños se convierten en padres y han sabido trasmitir el misterio, las ilusiones y la emoción; vuelven a disfrutar de nuevo igual que cuando eran niños.
ResponderEliminarUn relato en partes, con el que has sabido trasmitir el mensaje de esta noche mágica en que los reyes vienen a visitarnos tan generosamente.
Ni se te ocurra despegar las pestañas para que ellos te dejen esas golosinas que te retrotraen a la pasada infancia.
Besos amiga.
Cuánta razón tienes Francisco. Recuerdo esos momentos mágicos con mis hijos, de hecho ahora mientras te escribo se me pinta una sonrisa al recordar esa noches con poco sueño, sus ilusiones, sus nervios...Precioso.
EliminarGracias por tus palabras, quería transmitir la ilusión de pequeños y de mayores porque creo que es algo que se da en ambos como muy bien dices, esos abuelos que siguen recordando ahora a través de sus nietos esas noches mágicas.
No sé yo si se van a acordar de mi pero por si acaso voy a dejarles unos dulces en la chimenea y voy a tener los ojos muy cerraditos.
Un beso y feliz noche.
Has descrito de maravilla mis sensaciones infantiles la noche de Reyes. Todas las navidades me las pasaba contando los días (y entonces pasaban tan despacio) para que llegara esta noche. Y era tal la emoción que no podía dormir y no me atrevía a moverme ni para ir al baño. Menos mal que entonces la próstata aun se portaba 😅😂 y no tenía que ir tres veces como ahora. Luego, por la mañana, tenía montones de regalos pues durante varios años fui hija, nieta y sobrina única. Pero nunca sentí la intoxicación que ahora tienen los niños, a los que ya pocas cosas les hacen ilusión. Yo con cualquier bobada era feliz. ¡¡Y tenía montones de bobadas!!
ResponderEliminarPrecioso, Conxita.
Un beso.
Rosa
EliminarSi he conseguido hacerte sonreír recordando esas sensaciones, ya me siento muy pero que muy satisfecha, casi como si los Reyes me hubieran dejado un muy buen regalito.
A mi también me ponía muy nerviosa y como a la prota cuanto más intentaba dormirme menos lo conseguía, ¡qué bonitos recuerdos!
Después los he vivido con mis hijos, las mismas emociones aunque pasen los años, la misma emoción aunque estoy de acuerdo en que quizá antes los niños se entretenían con con cualquier regalo y ahora creo que en algunos casos los hemos mal acostumbrado al exceso y al no saber disfrutar con cualquier tontería.
Un beso y feliz noche de Reyes
Por muchos años que pasen, la magia de esta noche hace que los adultos vuelvan a ser niños ......y los que tenemos la suerte de seguir siendo niños ya sabemos que nos espera una larga noche.
ResponderEliminar¡Felices Reyes a todos!
Hola José María, qué agradable visita en este día tan mágico. Espero que tu larga noche sea muy pero que muy provechosa.
EliminarFelices Reyes y que por muchos años no pierdas esas sensaciones.
Besos para todos
Qué bien has descrito la ilusión de esta noche mágica, la noche de Reyes. Me has retrotraído a mi infancia cuando no conseguía dormirme y pensaba que los Reyes pasarían de largo si sabían que estaba despierta, esos ruidos sospechosos que me ponían más nerviosa y que añadían más impedimentos al sueño.
ResponderEliminarTambién has plasmado muy bien la alegría de regalar, ese sentimiento que a algunos nos embarga cuando preparamos los regalos e imaginamos la ilusión que les hará a sus destinatarios.
En fin, Conxita, que he disfrutado como una niña leyéndote. Gracias.
Espero que esta noche también sea mágica para ti y que los Reyes Magos te traigan mucha felicidad y buenos momentos para compartir con los tuyos.
Un beso mágico.
Muchas gracias Paloma, es tal y como lo cuentas, ¡qué nervios!, ruidos sospechosos, ese no querer moverse para que no supieran que los niños estaban despiertos porque pasaban de largo...
EliminarEscribiéndolo he recordado las veces que a mis niños nerviosos les decía que tenían que dormirse y pobrecitos estaban tan nerviosos casi tanto como yo en mi infancia y después de adulta.
Y sí, cuanto se disfruta ya de adulta preparando e imaginando sus caritas llenas de ilusión, precioso.
Me hace muy feliz como le decía a Rosa que hayas disfrutado y recordado de esos recuerdos felices de esa noche mágica, gracias por compartirlo conmigo.
Te deseo también lo mejor y que los Reyes Magos te traigan muy buenos momentos y mucha felicidad para ti y los tuyos.
Un beso gupísima
El relato me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarY la dedicatoria, también.
Esta noche es la noche mágica por excelencia.
Todos hemos sido niños y seguro que conservamos aún una parte de aquella magia.
Besos.
Muchas gracias Xavi por tus palabras y fijarte justo en esa dedicatoria para mi muy especial porque ellos lo han hecho posible.
EliminarEs la noche mágica y mágica es en lo esencial, en esa ilusión e inocencia de los niños y sí, creo que aún nos queda un poquito de esa magia, ¡¡¡seguro que sí!!!
Un beso y feliz noche, que la magia te acompañe.
Hola Julio David, como bien dices es el espíritu, da lo mismo si es con Santa Claus, con el Ratoncito Pérez o con los Reyes Magos, lo que importa es esa ilusión, esa inocencia y esa magia de los niños, que se recordará toda la vida.
ResponderEliminarSaludos
Es casi imposible que uno, al leer tu relato, no sienta removerse por dentro a ese niño interior que todos llevamos. Si es que lo hemos sentido así jajaja ¡que poco dormía yo la noche de reyes! xD
ResponderEliminarMe alegra que el niño siga ahí querido Holden y me encanta haberlo hecho aunque sea un poco, eso para mi es un gran regalo.
EliminarOjalá no perdamos nunca esa ilusión de seguir siendo un poquito niños, mantener la capacidad de ilusionarnos con la magia y la inocencia.
Veo que eramos muchos los que no dormíamos mucho esa noche. ¡Qué nervios! Ahora todo se ve con una sonrisa.
Un beso y feliz noche de Reyes
Me ha gustado mucho el relato, describe a la perfección todas las emociones que experimentan los niños y también los adultos. Cuando eres pequeña esa es la noche en la que piensas que todo es posible y cuando ya eres mayor piensas que es la noche en la que debes hacer todo lo posible para que los pequeños sigan soñando. Es una noche entrañable y llena de magia.
ResponderEliminarFeliz noche de Reyes y besos
Muchas gracias Ambar me alegra que te haya gustado.
EliminarMuy bonita tu frase, me ha encantado ese pensar que todo es posible de los niños y hacerlo posible de sus mayores, resume perfectamente lo que los peques y los mayores sienten en esta noche mágica.
Es tan precioso ese hacer que se siga soñando, ojalá siempre tengamos sueños por cumplir y ayudar a otros a cumplirlos..
Un beso y feliz noche también para ti.
¡Qué hermoso que los has contado! He disfrutado el relato y con ansiedad esperaba el desenlace, tal cual como ocurría cuando era muy pequeño, en esa noche de Reyes, esperando la sorpresa de los regalos. Has sabido extraer esa cosa mágica que nos pasaba, has rescatado la inocencia que nos envolvía, hasta tal punto era mágico ese momento que ya más grande me costó admitir que los Reyes Magos eran nuestros propios padres. Una historia conmovedora, me has hecho disfrutar plenamente de ella.
ResponderEliminarUn beso, Conxita.
Ariel
Muchas gracias Ariel, me alegra haber sido capaz de que transmitir ese disfrute de la prota a pesar de sus nervios y conectar con ese niño que seguimos llevando dentro.
EliminarNo recuerdo que me decepcionara mucho el saber, supongo que vas escuchando aquí y allá y te prepara, aunque lo que sí recuerdo es que aún me parecieron mucho más mágicos mis magos por su ilusión y generosidad en esa noche y en todos los días de mi vida.
Un beso
Me remitiste a cuando también esperaba a los Reyes y volví a sentir ese mismo cosquilleo nervioso, el sueño entrecortado, la impaciencia de que llegara pronto la mañana...
ResponderEliminarMe gustó esa familia, tres generaciones esperando a los Magos.
Besos, Conxita.
Qué bueno Mirella es que era tal y como dices: cosquilleo, sueño a medias, impaciencia y emociones difíciles de contar...
EliminarY es que las cosas que se hacen con amor se transmiten de padres a hijos y se repiten las emociones y recuperamos un poquito de esos niños que fuimos.
Un beso enorme
Precisamente estoy esperando a que se duerman por completo para prepararlo todo. Espero que no se despierten a las siete o antes, jaja.
ResponderEliminarFeliz noche de Reyes, como bien dices, hay cosas que no deberían cambiar nunca.
Muy felices Reyes Gerardo, espero que os hayan dejado dormir un poco pero lo dudo. Mis hijos madrugaban un montón, ahora lo que cuesta es despertarlos, jajaja.
EliminarCreo que nuestra ilusión de padres es magnífica. Espero que SSMM te dejaran algún regalito.
Un beso
Efectivamente, hay cosas que no deberían cambiar, pero no podemos jugar a ser Peter Pan y, por desgracia, crecemos y algunas ilusiones desaparecen al descubrir la realidad. Después de medio sigo (ufff) aún recuerdo esa experiencia. A mí también me parecía oír ruidos por la noche y, al creer que eran ellos, los Reyes Magos, me tapaba la cabeza para que no me descubrieran despierto, jaja.
ResponderEliminarOjalá pudiéramos seguir pidiendo que se hicieran realidad nuestras ilusiones, por lo menos una vez al año. Eso, sí sólo deberían cumplirse para quienes se ha portado bien, co o cual reduciríamos mucho el número de beneficiados.
Un abrazo y feliz año nuevo!
Hola Josep Mª
EliminarLa vida va pasando y evolucionamos aunque nunca deberíamos perder a ese niño que llevamos dentro, lo bueno es que después aquellas ilusiones las compartimos con nuestros hijos, después con nuestros nietos. Son tradiciones que son bonitas, a mi me parece que lo mejor es esa ilusión e inocencia de los niños y ojalá no la perdiéramos, igual lo que construíamos era mucho mejor.
En la parte que dependa de nosotros que siempre intentemos hacer realidad esas ilusiones y sí, estoy contigo en que si solo fuera para los que se han portado bien, igual muchos caerían de la lista.
Un abrazo y feliz año.
Es verdad, hay cosas que nunca deben cambiar. Y los que hemos tenido la enorme suerte de vivir muchas noches así deberíamos tener siempre presente esa dedicatoria que pones al final. Muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Ángeles
EliminarEs que tener ese recuerdo tan precioso y que aún sigue emocionando, de esas grandes noches es porque ellos las han hecho posibles con su ilusión, con su generosidad y con mucho, muchísimo amor.
Un abrazo también para ti.
Precioso relato sobre el mejor día del año cuando hay niños en casa. Magnífica descripción, que me ha traído a la mente grandes recuerdos.
ResponderEliminarBesos, Conxita.
Es que cuando hay niños en casa ese es un gran día porque sacan también al niño que aún está dentro de nosotros que disfruta preparando y regalando ilusión.
EliminarMacondo me alegra que el relato te haya traído esos grandes recuerdos, esa ilusión e inocencia son tan bonitas.
Besos
Hermoso, Conxita. Es una pena que el día de Reyes ya no se festeje como antes. Esos fueron momentos que uno nunca se olvida.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Raúl.
EliminarAhora quizás el día de Reyes tiene mucha competencia pero tanto si es Santa Claus, como en Cataluña el tió o los Reyes, lo que es único y no cambia es esa inocencia y alegría de los niños.
Hoy leía un artículo de Carles Capdevila un periodista catalán que decía que el mejor regalo es el tiempo porque los adultos estamos contagiando a los pequeños de esa falta de tiempo. El periodista aseguraba que la magia de los reyes es que nos dejan un regalo invisible, que hemos de encontrar, que es la tranquilidad, la calma. El carbón de nuestro tiempo es el estrés y hemos de recuperar ese estar donde estamos, en el momento presente y disfrutando mientras respetamos el tiempo de los niños, su tiempo, dejando que ellos lo controlen, sin prisas, sin histerias sin alboroto. Me ha parecido una bonita reflexión.
Desde luego es un día que nunca se olvida y se recupera toda su magia de nuevo cuando hay pequeños en casa.
Un abrazo
Con los años, se cambia la ilusión por recibir regalos por la ilusión por regalar. Dice que estas fechas son consumistas y sí que lo son, pero también mantienen tradiciones que nos ayudan a no perder esa ilusión y a transmitírsela a los niños.
ResponderEliminarSeguro que has sido buena y los Reyes Magos te ha dejado muchos regalos ;)
Cierto Lorena y te das cuenta que también es fantástico porque al final se trata de hacer felices a aquellos a los que quieres.
EliminarEs cierto que son fechas muy consumistas, que se regalan lisonjas y buenos deseos por doquier que no siempre son sinceros, pero yo me quedo con lo bonito y con lo auténtico de estar con aquellos a los que quiero y no solo estos días sino a lo largo del año.
Gracias por esos buenos deseos, espero que tus Reyes fueran muy buenos también contigo.
Un beso
Me encanta cómo has transmitido los sentimientos, emociones e ilusión de la mágica noche de Reyes. Es genial cuando hay niños pequeños en casa y ves sus caras llenas de felicidad al abrir los regalos.
ResponderEliminarEspero que hayas tenido muy felices Reyes. Aprovecho para desearte un Año Nuevo fantástico.
Besos
Muchas gracias Erika,
EliminarCon el paso de los años te das cuenta que esas noches mágicas dejan huella y te encanta reproducirlas en tus hijos, la misma ilusión pasen los años que pasen.
Esa ingenuidad, esa inocencia, esa felicidad tan auténtica eso no tiene precio.
Muchas gracias por tus buenos deseos, espero que Los Reyes de Oriente fueran generosos y muy feliz 2017.
Besos
Hola Conxita. Me encanta empezar el año con relatos como el tuyo, precioso y que me has hecho revivir, primero como hijo, y ahora como padre de dos niñas, toda esa magia. Da gusto comenzar así el año. Muchas gracias querida Conxita :)
ResponderEliminarHola Paco Aunque ya han pasado unos días déjame desearte un muy feliz año nuevo.
EliminarGracias por tus palabras y por compartir esa magia que se revive con los hijos, es tan dulce ver sus nervios y sus ilusiones.
Es tan bonita la inocencia de los peques que consiguen despertar a esos niños escondidos que aún llevamos dentro.
Espero que pasaras un feliz dia.
¡Ay qué relato tan bonito! si es que pocas cosas o ninguna supera a la magia que se respira esa noche. Lo has contado tan bien...Yo he recordado cuando mi hermana y yo (pues mi hermano, que es 10 años menor que nosotras, aún no había nacido...) nos poníamos a contarnos cosas intentando que no nos venciera el sueño y así poder escucharles, pero al igual que a la niña de tu relato, ni se nos ocurría asomarnos, ¡no queríamos verlos! es curioso que no lo deseáramos, quizás de niños todos intuímos que, de verlos, se rompería el encanto sin remotamente sospechar que efectivamente así sería.
ResponderEliminarGracias, Conxita. Espero que se hayan portado contigo tan bien como mereces. ¡Y feliz año, amiga!
Un beset molt gran.
Hola Chelo
EliminarMe han hecho sonreír vuestraa hazañas para escuchar a los Reyes, había tanto misterio y los papis lo hacían muy bien conservando la magia, se agradece tanto esos buenos recuerdos, verdad? Y después cuando hay niños en casa, ver sus caritas... la ilusión de los niños es algo tan contagioso.
Yo también espero que pasaras unos dias fantásticos y te imagino disfrutando mucho en compañía de los que tanto quieres.
Gràcies bonica, sempre tan dolça. Un super petonàs
Que esta noche de Reyes nunca se pierda. La ilusión de los niños , ver esas caritas cuando se levantan temprano y abren sus regalos no tiene precio. Que la fantasia de esas noches mágicas no muera nunca. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bonito deseo María del Carmen, ojalá siempre haya ilusión y magia.
EliminarEs tal y como dices esas caritas valen cualquier esfuerzo.
Muchas gracias por tu tiempo.
Un abrazo
Apreciada Conxita:
ResponderEliminarBrevemente y con muy buen estilo en el relato, nos haces sentir esa sensación intensa que crea la expectativa ante la llegada de alguien en particular o de algunos, en especial, como Los Reyes Magos. Los seres humanos estamos cargados de ansiedad y nuestra protagonista no es la excepción, su cerebro está conectado a esa noche mágica que no se aparta de ella lo que le genera ansiedad y, por supuesto, el insomnio. Bueno, pero ya dormirá mucho y feliz si, tú, Conxita, no decides otra cosa. :-)
Felicidades para este nuevo año y un abrazo desde Suecia.
Hola Gustavo muchas gracias por tu comentario y bienvenido a Enredando con las letras .
EliminarMe alegra haber sido capaz de provocar esas sensaciones.
Es cierto que hay en esa noche mágica, una mezcla de ansiedad y nerviosismo, tanto de los niños como de los adultos y eso también forma parte del ambiente de esa noche.
Creo que los peques se durmieron... de los mismos nervios.
Muchas gracias por tu tiempo y por quedarte en el blog, me gustará saber tu opinión sobre los relatos que voy escribiendo, lo mejor de este blog sois las personas que me acompañais.
Te devuelvo el abrazo aunque por aquí está haciendo frío, no es comparable con el que debe hacer allí en Suecia.
Feliz año, que se cumplan tus deseos.
Sí que es una noche especial que vuelve, vuelve y vuelve. Aquí la unes en esa figura niña madre abuela.
ResponderEliminarRegalos para ti.
Hola Ignacio
EliminarEs una noche muy especial y sí vuelve tal y como tú dices, esa niña se convierte en madre, en abuela y repite la magia con los que quiere y se vuelven noches inolvidables.
Muchas gracias por esos buenos desos, que también espero llegaran para ti.
Un beso muy fuerte.
¡Qué preciosidad! La dedicatoria es maravillosa y la historia también, me has traído muchos recuerdos, de mi infancia y de la de mis hijos.
ResponderEliminarUn besito y adoro las moras rojas.
Muchas gracias Gema
EliminarMe alegra que te haya gustado la dedicatoria, qué menos que eso para quiénes son unos auténticos magos creando felicidad a su alrededor, esos padres que han dado lo mejor de sí para dar ilusión a sus hijos.
Es bonito recordar esa infancia, propia y la de los peques, tanta inocencia.
Así que también eres golosa, ¿eh? Son muy buenas esas moras rojas.
Un beso guapa
Una maravillosa ilusión. Me emociona mucho recordar mi niñez y volver a aquellos tiempos tan lindos.
ResponderEliminarUn beso y mucha felicidad.
Amalia
EliminarEs bonito recordar esa niñez, ¿verdad? Tantas emociones e ilusiones y esos recuerdos de aquellos que los hacían posibles.
Es pura ilusión.
Muchas gracias por pasarte.
Besos y también mucha felicidad para ti.
Por unos momentos, me he sentido niña y he revivido la ilusión de la noche de Reyes. Un beso y mis mejores deseos
ResponderEliminarHola Ana, es lo que le decía a Amalia, es bonito que esa niña que llevamos dentro se siga emocionando con esos recuerdos e ilusiones de esa gran noche mágica. Me alegra haberlo hecho un poquito con mi relato.
EliminarUn beso enorme en este frío fin de semana que se acerca.
Qué duda cabe, las emociones que has plasmado en este relato nos son muy comunes y son y serán recuerdos inolvidables.
ResponderEliminarY ahora que, siguiendo el ciclo de la vida, vemos esas mismas emociones en nuestros hijos, uno se da cuenta de que merece la pena preservar la magia.
Un abrazo, Conxita
Hola JuanRa,
EliminarYo creo que las emociones vuelven multiplicadas cuando las ves en tus hijos, y sí entonces se desvanecen todas las dudas y te conviertes en un activo defensor de la magia.
Un abrazo también para ti y feliz semana.
Qué bonito, ¿verdad?
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Conxita, gracias por estar siempre ahí.
Sabes que no me paso mucho últimamente.
Supongo que necesitaré unos meses para estabilizarme y después volveré. AHora no puedo ni escribir y hasta me cuesta leer.
Besos, hermosa.
Hola Celia
EliminarGracias a ti querida Celia por pasarte, sé que últimamente es todo un poco complicado y muy duro, pero ya verás como todo va a ir muy bien.
Ahora tienes que recuperar la tranquilidad y después todo volverá o como tú dices te estabilizaras y ya volverás con fuerzas y muchas ganas.
Un beso enorme y cuídate mucho.
Es cierto Conxita, hay cosas que no deberían cambiar. En la era de la información y la desinformación, en la era donde todo se cuestiona, no está mal mantener un poco de magia en cada hogar… Al menos el día de Reyes. Magia para los hijos y magia para los padres, por supuesto, porque solo hay una cosa comparable a la magia de ese amanecer cuando recibes los regalos y es la magia de esas caritas cuando eres tú el portador. Esos rostros de los pequeños es algo que no se olvida en la vida.
ResponderEliminarUn beso grande
Bonito Isidoro esa magia para los hijos y para los padres. Estoy contigo en que recibir hace ilusión pero darla, eso es inigualable.
EliminarSus caritas lo dicen todo y esa magia no se olvida nunca, se repite de padres a hijos y te das cuentas cuando los tienes, ese niño que llevamos dentro vuelve para disfrutar de manera distinta.
A mi me siguen emocionando mis noches de hija y mis noches de madre y espero que si llega de abuela, seguro que lo viviré con idéntica ilusión.
Gracias por tu visita.
Un beso enorme en esta semana fría.
Este relato parece escrito desde la misma emoción de quien lo vive como sus protagonistas. Diría que en tu casa esta estampa es común todas las noches de Reyes. Muy bien descrita la ilusión e inocencia de los niños. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jorge
EliminarHe intentado transmitir esa sensación buscando a ese niño que todos llevamos dentro y a esas largas esperas en una noche mágica.
Me gusta mucho la emoción de los niños, sus caritas, su inocencia en esos magos que cumplirán sus deseos y me gusta la emoción de esos maravillosos magos que disfrutan tanto o más que cuando ellos esperaban.
Gracias por tus palabras, me alegra haber podido contagiar un poquito esas sensaciones.
Un abrazo
¡Qué relato tan evocador! Sin duda, me ha transportado a épocas pasadas. ¡Muchas gracias por provocar esta sensación de una forma tan bella!
ResponderEliminarHola Desbordamientos Puntuales, gracias por tus palabras y bienvenid@ al blog.
EliminarMe alegra haber sido capaz de transportarte a esas épocas pasadas y ese recuperar al niño que todos llevamos dentro en esa noche mágica.
Me encantará saber tus opiniones sobre los relatos que voy publicando.
Saludos y hasta pronto
Hola Conxita.
ResponderEliminarUn bello relato, como tantos, en la vida de una familia. Entretenido.
Abrazos.
Hola Ernesto me alegra que te lo haya parecido.
EliminarEs cierto que en la vida de una familia hay muchos bellos detalles, me gustó fijarme en esa ilusión de los niños.
Un abrazo y feliz fin de semana