Obsesión
Lo conocí en una convención, no supe lo aburrida que me sentía hasta que verlo me removió emociones que ya ni recordaba. Y sí, supe con la certeza que da saber lo que quieres que él sería mi pareja.
A partir de ahí, no me importó ni mi matrimonio ni mi hija, nada, solo ese hombre que despertaba en mi sentimientos dormidos. No era solo su atractivo, que lo tenía; ni su inteligencia, evidente; ni ese poder que todo él desprendía que también, fue saber que era vulnerable, no me fue difícil adivinarlo y sí fácil, fascinarlo. ¿Extraño? no, me deslumbró.
Pablo vivía en un matrimonio de normalidad sin pasión, con un idéntico
transcurrir de sus días, sin ningún aliciente, aburrido y cansado, un
más de lo mismo que se alargaba un
día tras otro como el mío.
Me atrapé con una fascinación de adolescente. Me apliqué buscando ser lo
que él quería, trabajé a todas horas junto y para él, descuidando mi propia faena y a mi familia y de ahí a finalizar la jornada en un hotel no pasó mucho
tiempo.
Los hombres son previsibles, siempre pensó que llevaba la iniciativa y yo no tuve nada
que objetar.
Me esmeré en darle todo lo que, sin saber, estaba pidiendo. Me necesitaba,
lo quería.
Lo siguiente, fue que él la dejó y yo los dejé. La niña quiso quedarse con su padre y yo no insistí, Pablo se había convertido en mi única razón de vivir y empezar una historia de amor con una adolescente rebotada no me pareció demasiado buena idea.
Lo siguiente, fue que él la dejó y yo los dejé. La niña quiso quedarse con su padre y yo no insistí, Pablo se había convertido en mi única razón de vivir y empezar una historia de amor con una adolescente rebotada no me pareció demasiado buena idea.
Soy así, no me justifiqué entonces ni lo hago ahora,
Pablo era mi oportunidad para ser feliz y no iba a permitir que nada ni nadie estropeara
nuestra historia, ni siquiera mi hija.
Estoy enamorada de él, así de simple.
Estoy enamorada de él, así de simple.
Vivir con Pablo fue y es fácil, solo era saber llevarlo y yo sé. Pablo
deseaba tranquilidad, espacio para ser el mejor y yo se lo permití. Nunca le
puse una mala cara con su exigente horario ni con sus viajes ni sus estudios,
lo que él quisiera, cuándo él quisiera y cómo él quisiera.
Yo lo entendía y él lo sabía, estaba relajado y feliz, yo también.
Era mío, yo era suya.
Yo lo entendía y él lo sabía, estaba relajado y feliz, yo también.
Era mío, yo era suya.
Su éxito era cuestión de tiempo. Su capacidad de trabajo era casi obsesiva, era un perfeccionista y necesitaba con un desespero rayando en la manía, ser el mejor. Yo lo animaba, no cuestionaba su necesidad, creía en él. Todo lo que tocaba era un éxito. Me convertí en su sombra, solo lo compartía con su profesión, eso era innegociable: yo lo sabía y nunca competía, me aliaba con ella.
Éramos nosotros, no queríamos distracciones ni espacios para otros ni mucho menos para su familia. Su madre insistía en comidas familiares y su
hermana en veladas conjuntas tipo clan, él no quería perder el tiempo, yo tampoco.
En cambio, cada vez se sentía más cómodo y relajado con los míos y eso me gustaba.
Me quedé embarazada, Pablo deseaba un hijo, se dio cuenta cuando Martín
nació. Lucía, su hermana estaba como loca con el niño, se habían acabado las
discusiones y cada vez la sentía más cercana a Pablo y a mí.
El éxito nos sonreía profesional y familiarmente y aunque lo tenía todo me
sentía cada vez más inquieta. De repente no podía dedicarme en exclusiva a él,
no podía acompañarlo en su tiempo y eso me angustiaba.
Me obsesioné aún más con
saber qué hacía, en cada momento y con quién. Tejí a su alrededor una red de
informadores que, sin saberlo, me mantenían al día de lo que él hacía cuando no
estábamos juntos y enseguida recuperé el poder de mi vida: contraté a Rosa que se encargaba del niño.
Me había acostumbrado a revisar su correo, sus whatsapps, sus llamadas. Nunca
encontré nada pero me molestaba saber que había partes de su vida que yo no
controlaba. Aún había alguna salida con gente que a la que no conocía, cada evento
se acompañaba de mi malestar, de mi angustia y de mis lagrimillas.
¡Me preocupo tanto por él, va tan cansado!
Conseguí que lo incomodara su egoísmo al dejarme con el niño. Yo no lo hacía. Renunció a esas salidas sin mí, no le aportaban nada.
¡Me preocupo tanto por él, va tan cansado!
Conseguí que lo incomodara su egoísmo al dejarme con el niño. Yo no lo hacía. Renunció a esas salidas sin mí, no le aportaban nada.
Pablo besó a su mujer y a Martín mientras salía en dirección
opuesta a la que ellos llevaban. Era pronto, en un semáforo cogió su móvil
mientras escribía:
“Ahora salgo, ¿nos vemos?”
“Ahora salgo, ¿nos vemos?”
La respuesta llegó en unos segundos, sonrío satisfecho mientras borraba el mensaje y ponía de nuevo el coche en marcha.
Muy buen relato, Conxita.
ResponderEliminarPrecisamente porque el amor es ciego es cuando más necesita uno abrir los ojos y poner toda su atención en el terreno que pisa. Darse de bruces es facilísimo cuando uno se pierde y sobre todo se deja en manos de otro.
De todos modos, lo de la mujer de tu relato es enfermizo. Y las hay así, ya lo creo. El egoísmo al final se paga.
Muy bueno.
Besos, guapa.
Hola Celia,
EliminarFrida Kahlo decía Extrañarte no te hará volver. Ni adorarte hará que me ames.
Haga lo que uno haga, el otro decide qué es lo que siente y quiere sentir. Entender y respetar eso parece claro pero la protagonista del relato confunde y no lo acepta, manipula, crea dependencias, jugando a forzar que la amen, que la necesiten, obligando con unos lazos aparentemente basados en el amor que crean relaciones poco sanas.
¿El amor es posesión?¿Se quiere al otro o sólo se quiere poseer? ¿Los celos son amor? ¿Obsesionarse es amar a alguien?
Tienes razón que la protagonista tiene una relación enfermiza porque hay obsesión, porque hay posesión , porque siente celos y se olvida de lo qué desea la otra persona, la quiere solo para ella y esa otra persona aparentemente también se lo permite y en lugar de manifestar lo qué necesita opta por mentir y engañar sin provocar conflictos, perpetuando situaciones poco sanas pero aparentemente felices de cara a la galería.
Me alegra que te haya gustado, gracias por tu comentario.
Un beso
El amor es libre y no sabe de ligaduras, si lo atas lo tendrás por un tiempo pero no para siempre, cuando tenga que volar volará y por contra si quiere quedarse, da igual lo que hagas, siempre estará ahí, por eso es ciego.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, un excelente entramado en el que queda aprisionado la aparente víctima.
Besos.
Hola Alfred,
EliminarAl final alguien inseguro, que quiere controlarlo todo, consigue ser la más perjudicada porque ni es feliz, es incapaz de relajarse y encima tampoco consigue (aunque lo desconozca) retener porque como dices el amor es libre y justo libre es como debería amarse.
La gran dificultad en las relaciones personales es ese equilibrio entre el yo, el tu y el nosotros.Traspasar cualquiera de los límites convierte a una relación en otras cosas, pero no precisamente en amor, aunque se haga en nombre del amor.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Excelente... como todo aquello que te he leído.
ResponderEliminarLo de ella no es amor, es obsesión. No le hace bien a nadie. Aunque eso no justifica lo que él hace; porque uno puede "salirse" de una relación enfermiza... pero bueno, situaciones hay muchas, y hay que vivirlas para aprender. Yo no juzgo, cada uno sabe.
Repito, tus relatos como siempre atrapan y no dejan indiferente.
Un beso.
Muchas gracias Alma por tus palabras que agradezco mucho.
EliminarEstoy contigo que lo de ella es obsesión y eso no es amor y sí, el papel de él no es el más adecuado porque parece que todo le de igual y se dedica a engañarla, eso sí manteniendo la aparente normalidad.
Es cierto que hay multitud de vidas y que cada uno sabe el por qué aguanta ciertas situaciones, al final se trata de ser felices y allá cada cual con lo qué acarrea y el por qué lo mantiene.
Me alegra mucho saber que te gustan mis relatos, a mi me encanta saber vuestras opiniones, mucho y me ayudan a aprender un montón. Gracias por dedicarme tu tiempo.
Un beso
Creo que nunca puede salir bien entregarse a alguien hasta la obsesión, eso no es amor. Este texto, lleno de emociones que nos transmites a la perfección, encaja como anillo al dedo en la sección que le sirve de marco: "Mujeres que aman demasiado".
ResponderEliminarHa sido muy interesante ver la evolución de tu protagonista, Conxita. De mujer segura que toma lo que desea y se las arregla para hacer realidad sus deseos, a mujer celosa e insegura que pierde todo control sobre la relación, hasta el punto de que al final es víctima del engaño. Creo que la historia está centrada en ella, en sus necesidades y sentimientos, pero él desde luego contribuye en gran medida, con su actitud, a perpetuar la relación viciada e insana.
Muy ameno, interesante y diría que reflexivo tu relato, me ha gustado muchísimo. ¡Gracias por compartirlo con nosotros!
Un beso grande y feliz finde :)
Es un placer contar con tu aportación Julia porque sí, entregarse a alguien hasta obsesionarse no es amor, igual que la posesión no es amor. Nadie es de nadie.
EliminarElla ama demasiado y de manera equivocada porque no permitir que el otro tenga una vida al margen de uno mismo es un error, porque el amor es libre.
Las relaciones tienen que ser enriquecedoras por ambas partes y no solo una compensación como parece que es el caso de los protas, ese mantener una vida aparente en la que todo funciona bien y son una familia exitosa y feliz.
Efectivamente quería contar la historia de ella pero como bien dices, él contribuye y mucho a mantener esa relación viciada y poco sana, por lo que sea, porque le interesa, porque le resulta cómoda o porque es un cobarde. Tengo pendiente retomar las historias y contarlas desde el punto de vista del otro protagonista.
Un beso también para ti y feliz fin de semana
Un relato que encierra a una mujer que no ama, que quiere poseer y siente la obsesión de controlar la vida del hombre a su lado. Muy bueno Conxita me ha gustado leerlo. Besos
ResponderEliminarHola Mamen gracias por tus palabras, siempre tan amables con mis letras.
EliminarTienes razón que la protagonista quiere poseer, es una controladora, una manipuladora: lo quiso, lo obtuvo y lo quiere mantener, pero ese afán por poseer hace que se obsesione de una manera enfermiza con ese control de su móvil, de su correo, de sus whatsapps, de esas amistades que desconoce, de su vida en definitiva y ni siquiera así consigue controlarlo porque el que se quiere escapar por más vallas que se le pongan, se escapa tal y como hace él.
El gran drama de ella es que piensa que eso es amor, que lo hace por su bien, que se preocupa por él y desde fuera se ve que no es así. Es una egoísta igual que lo es él, quizá ambos se merecen lo que tienen porque sólo se preocupan de ellos mismos.
Feliz fin de semana.
Un beso
Excelente relato en el que vas marcando la personalidad de tu prota.
ResponderEliminaruna de las razones para los naufragios en las relaciones es el control excesivo de la otra persona, algo que acaba por convertirse en inaguantable.
Se necesita tiempo y espacio propio. Porque una relación no es una vida, son dos vidas que comparten parte del tiempo.
Acaba teniendo lo que merece.
Guille totalmente de acuerdo contigo, se necesita tiempo y espacio propio en cualquier relación para que sea sana.
EliminarJaime Sabines tiene una frase que lo ilustra muy bien: "Y yo te quiero así mía, pero tuya al mismo tiempo”, cada uno con su espacio y su tiempo para construir uno compartido.
Ella es una egoísta que cree que se trata de poseer y no se posee a nadie, se ama en libertad, el otro escoge estar con uno igual que el uno escoge estar con el otro, más allá de esto es otra cosa pero desde luego no parece amor. Pero él también lo es y creo que ambos tienen lo que se merecen, una relación que no es.
Un beso y que tengas un gran día.
Podrían decir algunos que tiene lo que se merece, por destruir una famila y por ser como es. Karma. Ka (que es una rueda). En fin. Un desenlace que nos da mucjas lecciones.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Raúl no conocía ese concepto del Karma.Ka, interesante, gracias por compartirlo.
EliminarA mi me parece que ella es feliz, se cree que lo tiene todo y tal como a ella le gusta. Y él también parece serlo, porque cuando algo no te gusta, no te hace feliz, se cambia y ellos mantienen ese estatus quo de familia perfecta y feliz, sin modificar nada, eso sí con el control de ella y los engaños de él.
Cada persona, cada familia es un mundo y también lo que se proyecta a los otros en una sociedad dónde lo que parece importar es aparentar y ellos son aparentemente muy felices.
Gracias por tu comentario.
Un saludo
Muy bueno tu relato, Conxita. No se puede diluir uno en el otro. Siempre te tienes que tener entera e independiente para tener algo que ofrecer. Si renuncias a ti misma para ser parte del otro, te quedas sin nada y nada puedes darle más que tedio y aburrimiento.
ResponderEliminarPero tú lo cuentas mucho mejor.
Un beso.
Hola Rosa
EliminarGracias por tus bonitas palabras.
Estoy contigo en que tenemos que mantener esa parte nuestra, esa individualidad que nos hace únicos y que probablemente es la razón que nos fijemos en el otro.
Antes he recordado una frase del poeta mexicano Jaime Sabines que él desde luego si que lo cuenta muchísimo mejor Y yo te quiero así mía, pero tuya al mismo tiempo.
Un beso guapa y feliz finde.
Me has recordado un poema de Agustín García Calvo que dice "Libre te quiero [...], pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera".
EliminarPrecioso.
He buscado la frase y ese poema que no conocía y sí realmente es muy bonito así debería ser siempre cuando quieres a una persona.
EliminarUn beso guapa
Creo que el amor de la mujer es enfermizo y obsesivo el de él egoísta y pretencioso.
ResponderEliminarnunca el amor se ha de construir sobre cimientos tan endebles como el de la posesión del otro y su control absoluto. Parece que a estos dos los terceros les estorban: Sus padres, hermanos e hijos o marido y mujer respectivos.
Una pareja triunfadora en el aspecto profesional, pero grandes perdedores en el amor, personas así solo buscan sensaciones nuevas, sexo, y placer hedonista.
Para mi eso no es amor, es pura y dura egolatría.
Un relato muy ilustrativo Conxita. Me he puesto de los nervios con este par de dos.
Francisco
EliminarEstoy contigo en que el control, la obsesión, la posesión, los celos, el egoísmo... parecen alejados de lo que tendría que ser el amor pero en cambio muchas veces no se ve así.
A mi me parecen ambos unos egoístas, ella intentando controlar y manipular en nombre del amor y él dejando hacer y manteniendo una situación a la que escapa engañando, sin dar la cara como hacen los cobardes.
En el comentario que le hacía a Raúl comentaba que ambos tienen lo que se merecen, una relación de apariencias que igual es lo máximo a lo que pueden aspirar porque parecen bastante incapaces de saber lo qué es el amor.
Coincido totalmente con tu opinión, para mi tampoco es amor, es pura idolatría como bien dices.
Unos aparentemente exitosos pero unos perdedores en las cosas que realmente importan, pero ¿sabes? me da a mi que a estos protas les importa poco lo que es realmente importante.
Jajaja ya imagino que te han atacado, son insoportablemente "perfectos".
Un beso
Un relato muy real. Creo que esas cosas ocurren con frecuencia. Ella calcula, porque es calculadora, todo en función de él. Pero ese no es sistema para retener, que es lo que ella quiere, a alguien. Retener es una fea palabra en las relaciones. Mantener es una palabra que me sugiere más sentimientos mutuos. La interrelación creo que es muy importante en cualquier compromiso por apasionado que sea su comienzo.
ResponderEliminarEl relato me ha gustado y me parece que está muy bien escrito.
Me alegra que te haya gustado Soros, muchas gracias por dedicar tu tiempo a leerlo y dejarme saber tu opinión.
EliminarMe gusta esa diferencia entre retener y mantener y lo que implican en una relación.
Ella es una gran manipuladora, controla, todo y consigue aparentemente lo que quiere porque su vida es él y eso, es un error porque las personas no somos de nadie. Y él, se deja, sin enfrentar lo que no le gusta y sobrevive engañando, que no parece la mejor de las soluciones aunque sí le debe ser cómoda.
Es importante encontrar espacios, aficiones y gustos comunes, pero esto no significa renunciar a la individualidad, a esa parte de cada uno que no es común al otro.
Un abrazo y que tengas un gran día.
Realmente se trata de un amor obsesivo y enfermizo. El querer poseer y mantener en todo momento el control sobre esa posesión al final conlleva a unas consecuencias con las que no se cuenta, quema la relación y hace que la otra parts vaya perdiendo el interés inicial. El amor no es sinónimo de posesión, requiere de espacio y debe basarse en la mutua confianza y en el compartir. Es un gran relato que da para mucho debate Conxita. Buen fin de semana. Un gran abrazo.
ResponderEliminarHola Marina gracias por tu visita a Enredando con las letras.
EliminarLa obsesión, los celos, el control... no son una buena compañía para ninguna relación. Las personas han de estar porque quieren estar y por más que se intente controlar a una persona si esta quiere engañar, encontrará la manera de hacerlo tal y como hace la pareja de la protagonista, simplemente se vuelve más hábil, borra sus huellas y eso hace que una se pregunte ¿eso es amor? tanto por parte de ella como de él.
Comparto tus palabras, el amor no es posesión, requiere espacio y basarse en la mutua confianza y en el compartir algo que no hacen mis protagonistas y al final tienen la relación que ambos merecen, una relación llena de falsedades de cara a la galería, éxitos en lo profesional y fracasos en lo personal pero lo peor es que seguramente ellos ni siquiera lo ven.
Muchas gracias por dejarme saber tu opinión, me encantará verte de vuelta.
Un saludo
El amor tiene que ser algo libre totalmente no se trata de convencer a nadie ni de poseer, contra más libre es el amor más verdadero y auténtico. Veo el reflejo de personas allegadas a tu relato. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy contigo Natalia que el amor tienen que ser algo libre, dónde las personas están porque quieren estar, porque se sienten felices pero me has hecho pensar en todas esas relaciones en que el amor es lo de menos, que abundan más de lo que imaginamos.
EliminarMi protagonista cree que quiere, pero el amor no entiende de propiedades ni de control ni de egoísmos y los dos, ella y él son unos egoístas.
Gracias por tu comentario.
Un beso guapa
¡Hola Conxita! En primer lugar decirte que me encanta esta 'sección' tuya, creo que leyendo algo de ella es como te conocí.
ResponderEliminarEn el relato que hoy nos traes, dejando a un lado ese "donde pongo el ojo, pongo la bala" de ella, he podido inturi que la cosa no iba a funcionar por esta afirmación suya: "Pablo era mi oportunidad para ser feliz", ya que la felicidad no es algo que nos tengan que aportar los que están afuera, hay que trabajársela un@ desde dentro.
En cuanto a tu escrito, me ha gustado mucho el estilo que has usado, el uso de frases cortas contraponiendo las posiciones de ambos, chapeau!
Te dejo con una frase que igual conoces, al hilo de tu relato, la dijo Kahlil Gibran, Si amas algo déjalo libre, si regresa es tuyo, si no, nunca lo fue.
¡Un beset molt fort i bon cap de setmana!
Hola Chelo, es cierto fue con uno de mis primeros relatos de Mis mujeres... que nos conocimos, me encanta que te hicieran llegar hasta aquí, sabes que es un placer recibirte en el blog, comentar contigo y tener el placer de tenerte de amiga.
EliminarEs cierto que lo primero es sentirse bien con uno mismo y después con la otra persona a la que quieres para ser feliz.
Mis protagonistas no saben muy bien en qué consiste esto del amor, porque el amor no nos habla de egoísmos y ni de posesiones, ni de control ni de celos. Ella está dispuesta todo para tenerlo siempre a su lado, lo utiliza todo para asegurarse que él estará con ella, lo usa todo incluso a los hijos. Es su manera de amar, no sabe o no quiere hacerlo de otra manera. Y él, sólo parece preocuparse de ser el mejor, no parece interesarle nada más, ah sí y evitar los conflictos, no afronta lo que no le gusta, simplemente aprende a mentir y engañar.
Cierta la frase que compartes, si no regresa, mejor que no lo haga porque las personas queremos que nos quieran de la misma manera que queremos y si no te quieren de la misma manera, mejor lejos, mucho mejor.
Un petonàs també per tu reina, que passis un fantàstic cap de setmana.
Una mujer obsesionada.
ResponderEliminarEs un excelente relato. Nunca se debe de estar intentando controlar a una persona. Una relación así es difícil que funcione bien.
Un abrazo.
Muchas gracias Amalia por tus palabras.
EliminarIntentar controlar parece un error porque si se tiene que estar vigilando, controlando a la persona a la que se supone se quiere, hace que a mi entender se acumulen las preguntas:¿No confías en la persona a la que quieres? ¿Si no puedes confiar en ella, quieres tener a una persona así en tu vida? ¿Se puede vivir controlado y ser feliz? ¿Por qué se toleran estas relaciones?... pero lo cierto es que se toleran y existen, aunque mis protagonistas no parecen muy exitosos en su vida personal aunque ellos no sé ni siquiera si se dan cuenta, se trata de elegir y algunos eligen vivir bajo yugos en nombre del amor, de los intereses, del éxito profesional, del dinero, de los egoísmos...
Allá cada cual con lo que hace con su vida siempre que no impliquen a otras personas.
Me alegra que te haya gustado querida Amalia.
"Me esmeré en darle todo lo que, sin saber, estaba pidiendo" Resalto esta frase que dices porque creo que ahí comienza el fallo por parte de la mujer. A medida que ella daba todo su "amor" que no era otra cosa que reclamar lo mismo, acaba por perder justo lo creía que daba.
ResponderEliminarEl amor verdadero no puede exigir nada, tan solo se comparte y se da sin reservas. cuando no es así, ninguna parte implicada sale ganado.
Una buena lección, Conxita, la que nos compartes con este fantástico relato, desgraciadamente hay relaciones que se basan en la desconfianza y la baja autoestima.
Me encantó leerlo.
Abrazos-)
Hola Mila
EliminarEse es uno de sus problemas efectivamente, ella intenta ser todo lo que piensa que él quiere, él es un egoísta y ella también. Él sólo quiere que le den, que lo cuiden, que lo halaguen, que lo ensalcen... Ella quiere tenerlo por lo que sea, porque es atractivo, porque es exitoso, porque se enamora o porque lo desea o porque se encapricha de él intentando ser feliz, manipula y obtiene lo que aparentemente desea pero el amor no es eso y en eso es en lo que ambos se equivocan. Querer es respetar las individualidades y compartir espacios y para compartir no se puede ser egoísta, así que mis protagonistas serán muchas cosas pero felices no lo parecen aunque ellos crean que sí.
Tienes razón Mila en que hay muchas relaciones basadas en la desconfianza y en las mentiras, quizás porque vivimos en una sociedad en la que se valora y mucho todo lo aparente, lo superficial.
Me alegra que te haya gustado, que acabes de pasar un buen sábado y mejor domingo.
Precioso relato, amiga, pleno de sentimientos... Y muy bella y sugerente esa escena veneciana
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Ildefonso por esas palabras.
EliminarLas dos imágenes son venecianas y me encantan, la primera son Góndolas 1898-99 de Maurice Prendergast y la segunda es un detalle de la celosía del Puente de los suspiros, me han parecido que podían ilustrar esa aparente felicidad de los protagonistas de mi relato, porque igual que a ese puente (algunos) le otorgan un carácter romántico y especial para las parejas y su origen fue muy distinto como les pasa a esas actitudes egoístas de posesión y control de mi protagonista.
Un saludo
Has descrito muy bien ese amor enfermizo y posesivo que algunos confunden con amor puro. Esa fascinación que se convierte en obsesión y subyugación. Aunque todo esto, por mucho rechazo que nos pueda dar, a la protagonista la hace feliz y al fin y al cabo eso es lo que importa ¿no?
ResponderEliminarEsas frases en cursiva son toda una muestra de la personalidad de la protagonista, dicen todo de ella; resaltas divinamente cómo es.
Me encanta esta sección sobre los "diferentes tipos" de amor.
Enhorabuena, Conxita.
Un besote.
Muchas gracias Kirke por tus palabras, me alegra que te guste esta sección, a mi me encanta investigar sobre los distintos tipos de amor porque el amor es un mundo y hay miles de maneras de entenderlo, no se trata de juzgar sino de mostrar y que cada cuál elija cómo quiere vivir siempre que no se perjudique a otros y en este caso tengo dudas de si no hay perjudicados.
EliminarEn este relato, mi protagonista está convencida de que ama intensamente a su pareja, que se preocupa por él, que lo cuida, que le da todo lo que necesita, que es feliz, que son felices pero en realidad están encerrados una jaula de oro, de oro pero una jaula y el amor sin libertad no parece muy apetecible pero como bien dices ella es feliz y él también, tienen lo que necesitan porque no todos entendemos el amor de la misma manera.
Un beso guapa y feliz domingo.
Déjame libre y me tendrás; átame y me perderás.Esa es la esencia del amor. Lo demás, como muestra tu magnífico relato, son relaciones enfermizas en las que sólo se busca llenar carencias de otro tipo. Enhorabuena, Conxita, y unbeso
ResponderEliminarHola Ana, excelente frase para mostrar la esencia del amor.
EliminarEstoy contigo en que este tipo de amores demuestran muchas carencias e inseguridades. Ella necesita controlarlo, mantenerlo atado porque es su oportunidad para ser feliz como si el amor solo dependiera de otros y no de uno mismo; y él sigue aparentemente ahí pero escapa engañando aunque se mantiene a su lado. Son relaciones poco sanas y poco sinceras.
Un beso guapa
Exactamente igual Julio David, en esto no hay diferencias entre hombres y mujeres, aunque es cierto que el tipo de represalias sí son distintas y con frecuencia más dañinas para las mujeres que acaban engrosando tristes listas.
ResponderEliminarEn este caso ambos aparentan o son felices, podría pensarse que han obtenido una relación de conveniencia, donde los dos tienen lo que desean, ella lo tiene (a pesar de los engaños) a él y él también tiene esa familia que socialmente parece conveniente tener y la amante de turno cuando se aburre o le apetece. Lo que sí parece es que ambos tienen lo que se merecen, allá cada uno con lo que acepta y con lo que vive en su vida.
Un saludo
Excelente relato como todos los que escribes Conxita.
ResponderEliminarEl amor enfermizo de esa mujer la lleva a ver lo que desea y en todo momento ella se cree que maneja la situación pero, ¿se puede cortar las alas al viento?
Yo creo que Pablo sabe jugar muy bien sus fichas y como dice una amiga mía si ya lo hizo una vez..., creo que este obsesión esta pagada con la misma moneda que ella utilizó. Ojala un día te decidas a contar si lo descubre y de que es capaz alguien tan enfermo de celos y no sé como llamarle por que eso no es amor, es capaz de hacer.
Un beso enorme.
Mariola muchísimas gracias por esas bonitas palabras.
EliminarLos celos, el control, la posesión... son sentimientos nocivos para cualquier relación.
Ella ve lo que desea ver, tal y como tú dices porque cree que lo tiene todo bajo control pero lo que no contempla es que el otro también sabe manipular y engañar. Evidentemente no es ni la primera ni la última vez que Pablo la engaña, instalado en una relación de apariencias, en la que ambos son aparentemente felices, ella creyendo que controla y él siendo más hábil que ella y haciendo lo que quiere. Ella está enferma pero él es un cobarde.
Ella ya nos ha dado pistas sobre cómo consigue lo que quiere, con lágrimas, creando malestar en él, haciendo que abandone aquello que a ella no le gusta, y lo controla revisando su móvil, el correo, a quién ve....pero él acaba siendo más listo y aprenda a borrar sus huellas. Y parece que son felices porque seguro que los dos nos dirían que lo son, que tienen todo lo que quieren. ¿Lo son?
Un beso y que tengas una feliz semana
El amor es así de loco, injusto y devastador.
ResponderEliminarEsa es su magia.
Besos.
Hola Toro Salvaje, tienes razón que el amor puede ser loco y devastador, puede ser mágico y también puede ser una tortura pero lo que no puede ser es obligado, por definición debería ser libre. No se puede controlar lo que el otro siente.
EliminarPrado dice Las personas posesivas primero quieren que seas para ellas; después, que no seas para ti.
Un saludo y que tengas una buena semana
Has hecho una radiografía de un tipo de mujer que me resulta familiar y lastimosa, Conxita. Un magnífico relato.
ResponderEliminarUn beso grande!
Fer
Hola Fer, es un tipo de mujer que existe más de lo que pensamos, que busca conseguir todo lo que quiere y trata a los otros como si fueran objectos, posesiones y muchos dirían que no le va nada mal porque consigue todo aquello que quiere, le pese a quien le pese y nadie consigue frenarla.
EliminarOtra cosa es la calidad de las relaciones que establecen, pero aquí tan culpable es ella como él, ambos son egoístas y unos auténticos incompetentes emocionales. Ella por acción y él por dejación, no enfrentar lo que no gusta es ser un cobarde.
Un beso también para ti y feliz semana.
También soy fans de esta "sección" o Serie de Mujeres que aman demasiado, creo que te he leído muchas de ellas y todas me han encantado.
ResponderEliminarEn esta última, coincido con muchos de mis compañeros/as contertulios/as, ya que este tipo de parejas o de relaciones sentimentales están ya "tocadas y hundidas" (je,je,je) desde el principio al darse un excesivo componente egoísta y posesivo por una de las partes y por la otra un conformismo bastante egoísta también.
En cuanto a tu narrativa excelente al desarrollar la historia con mucho acierto para no perder nunca el interés y llegar a conocer el desenlace final que es fantástico, con esa despedida "formal" a su mujer y seguidamente ese mensaje borrado al recibir respuesta afirmativa de su nueva amante.
Un abrazo.
Gracias Estrella,
EliminarIntento retratar a distintos tipos de mujeres que a su manera aman demasiado, aunque a veces me entran las dudas, porque mi protagonista no sé si ama o sólo está preocupada por poseer, aunque ella está convencida de su amor y de que es feliz.
Estoy de acuerdo contigo en que son relaciones poco sanas, en las que hay engaños tras apariencias de normalidad. Ella para muchos puede pasar por una mujer modélica enamorada, dedicada en cuerpo y alma a él y él, seguramente es el perfecto padre de familia, profesional exitoso y esposo amantísimo, aunque la realidad simplemente es que son dos egoísta, ella y él.
Hace un tiempo en una entrevista a un tipo infiel, se le preguntaba por los motivos que le llevaban a engañar a su pareja, él lo justificaba diciendo que amaba mucho a su mujer, que sólo se trataba de sexo y diversión, no significaban nada más y que beneficiaban a su pareja porque estaba con ella porque la quería.
Con amores así, mal va uno.
Me alegra mucho haber conseguido mantener el interés hasta el final. Gracias por tus palabras siempre amables conmigo, que me llenan de ánimos.
Un beso y que tengas una buena semana
Decir que me parece toda esta 'relación' espeluznante, sería quedarme corta, ufff!
ResponderEliminarEgoísmo, dependencia, individualismo, no existe ningún adjetivo positivo.
Una auténtica lástima proyectar tu necesidad en otro de una manera tan enfermiza, arrasando con todo y lo peor es que no hay nada que lo sustente, no hay más que leer el último mensaje.
Magnífico relato Conxita, :)
Besos!
Hola Irene,
EliminarEs cierto que parece que nada lo sustente, pero el caso es que ellos se creen o son felices con su relación. Hay muchos tipos de parejas y hay familias en las que lo que importa es aparentar una sensación de normalidad mientras se viven vidas paralelas. Da la impresión de que es lo que hacen mis protagonistas, sobre todo él, porque ella vive volcada en exclusiva en él, ni siquiera sus hijos la distraen de su obsesión. Es enfermizo ese control obsesivo, de su móvil, de su correo, de sus amigos, de su vida... pero él lo consiente y algo les debe aportar cuando aparentemente están juntos, a veces lo que dirán y lo que se perderá importa mucho más que los sentimientos.
Me alegra que te haya gustado, muchas gracias por decírmelo y dejarme tu opinión.
Un beso
Vaya, no sé si esa mujer ama demasiado al otro, o no se ama nada a sí misma. Qué obsesiva. Claro, por eso su objeto de amor busca respirar algo de libertad al final. No se puede someter tanto al otro, que se nos escapa. Has descrito muy bien esa obsesión, Conxita. Un beso y hasta otra.
ResponderEliminarhola Ángeles,
EliminarBuena esa distinción que haces, seguramente en ese olvidarse de uno mismo para amar completamente al otro, uno acaba perdiéndose porque al final cuando una persona está bien con ella misma, es entonces que puede amar y hacer feliz a otra. La protagonista se obsesiona con poseer al otro y la obsesión puede ser muchas cosas pero desde luego amor no es.
Someter al otro, controlar al otro, humillar al otro con celos denigrantes, hacer quer renuncie a actividades que le pueden gustar, vigilarlo... es una auténtica barbaridad pero también la reacción de él deja mucho que desear, en lugar de decir basta, aparenta no saber mientras hace su vida al margen.
Parece que ambos tienen la relación que merecen, la de dos personas egoístas solo preocupadas por ellas mismas.
Me alegra que te haya gustado esta mujer que cree amar demasiado.
Un beso y feliz semana.
Un amor controlador y agobiante siempre puede acabar así. Has descrito muy bien la obsesión de ella, verdadera protagonista del relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias U-topia,
EliminarEsta serie busca contar historias de mujeres (y algún hombre) que aman demasiado, explorar los distintos tipos de amores.
Existen, se dan y aunque pueden parecer equivocados son maneras de amar.
Seguramente si a los protagonistas se les preguntara dirían que son muy felices. ¿Lo son? ¿Se lo preguntan? la mayor parte de las personas no se preguntan si son felices, simplemente viven. Algunos tienen la suerte de reconocer a aquellas personas que valen la pena y las mantienen en sus vidas, otros no se percatan y las dejan pasar, perdiendo la oportunidad de ser felices.
Y muchos, como mis protagonistas, creen que eso que tienen es la felicidad o no pero les da igual, ellos están bien con lo que tienen, porque les gustan sus vidas o porque no conocen otra manera de vivir o porque tienen miedo de descubrir que viven en falsos oasis de felicidad aparente, lo que sea pero lo mantienen y ellos sabrán cómo gastan sus vidas. Al final la obsesión de ella se mantiene por el egoísmo y dejadez de él, será que le gusta su control y sus mentiras, igual hasta se felicita de lo hábil que es para engañarla. ¿Quién sabe?
Un abrazo
Un muy buen relato que me deja con un regusto amargo.
ResponderEliminarPor una parte, parece dar a entender que la felicidad en una pareja es algo que tiene fecha de caducidad, lo cual puede ser totalmente cierto pero triste. De hecho, ambos protagonistas ya vienen de una relación que hacía aguas, como lo hace luego cuando creen haber formado la pareja ideal.
La otra enseñanza es que la obsesión y la posesión convierten una relación en algo enfermizo. No sabría decir si la protagonista ama demasiado o más bien ama mal.
Y el otro regusto amargo procede del final, pues siempre he detestado las dobles vidas, el engaño. Si algo no funciona en una pareja y se acaba el amor, hay que plantearlo abiertamente, nunca ocultarlo.
Un abrazo.
Hola Josep Mª,
EliminarNo creo que la felicidad en todas las parejas tenga fecha de caducidad, puede tenerla o no, depende de la pareja y del tipo de relación que se establezca. Pero llegado el caso se puede acabar el amor, pero no es necesario ni llegar al odio ni perder aquello que se ha tenido. Siempre me duele ver cómo se pasa del amor al odio en poquísimo tiempo, sin permitirse recordar lo bueno que hubo y te acercó a querer a esa persona.
Mis protagonistas difícilmente pueden encontrar en otros lo que no son capaces de tener ni siquiera en sí mismos. Son dos personas egoístas y egocéntricas que creen que el mundo gira a su alrededor, en el caso de ella alrededor de Pablo y en el de Pablo alrededor de sí mismo.
Ella ama demasiado y ama mal.
Un abrazo
Hola Conxita.
ResponderEliminarQué buen relato.
La verdad es que a veces algunos confunden el egoísmo y la posesión con el amor, y eso es un error y un horror. Esta mujer demuestra que no se quiere a sí misma ni quiere a sus hijos, solo quiere controlar a otra persona, poseerlo como un trofeo, y eso claro, acarrea demasiado sufrimiento.
Un besito.
Hola Marigem pues tal y como tú lo has dicho, es ese confundir egoísmo y posesión con amor, porque el amor se demuestra en todo, en una misma, en los hijos y no solo en él.
EliminarBuena metáfora él es su trofeo y no va a permitir que nada ni nadie se lo quite.
Para la protagonista no hay sufrimiento, ella se reconoce feliz feliz. Ahí es dónde los que vivimos el querer de forma distinta no los entendemos. Ellos, ella y él, son felices así, tienen la vida que quieren tener, les aporta su equilibrio, les gusta porque si no les gustara, la cambiarían y no lo hacen.
Un beso guapa
De acuerdo con el resto de comentarios. Está bien expuesta y es identificable enseguida la deriva obsesiva de la protagonista. También que el tal Pablo esconde un as bajo la manga y se le ve venir, el lector lo ve, pero no la narradora, lo que produce un efecto curioso.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Gerardo
Eliminar¿No te parece que igual es que ella no va a ver la realidad ni aunque se la pongan delante?
Parece que ella ve lo que quiere ver y así actúa. Hay muchas mujeres y hombres que se niegan a ver lo qué está pasando ante sus ojos, a veces porque no pueden verlo y otras porque no quieren verlo.
Y se ha de tener en cuenta que la protagonista no es nada ingenua, es una manipuladora, controladora, obsesiva, sabe en todo momento lo que quiere y se asegura de tenerlo atrapado en una burbuja de comodidad y de apariencias, ella lo dice le da lo que él necesita aunque él no lo sepa, como hace con el hijo de ambos.
Me alegra que ese efecto se vea así porque es tal como hace ella, no querer ver.
Un saludo
Me ha llegado leyéndote la obsesión y la autoanulación de esa mujer.
ResponderEliminarCreo que esta sección en vez de mujeres que aman demasiado debería llamarse mujeres que no saben amar.
Besos
Hola Lorena
EliminarProbablemente hay muchas maneras de amar. Resulta difícil pensar que la protagonista ama, porque provoca rechazo esa obsesión y autoanulaciónque ella hace de sí misma, pero lo cierto es que ella ama, a su manera y seguramente de forma insana.
¿Cuántas mujeres maltratadas por sus parejas dicen que los aman mientras las están machacando? El amor es difícil de entender.
Mi protagonista dice y repite que es feliz, muy feliz. Somos los que miramos con otras gafas, los que pensamos que no lo es, que ni ama ni que es feliz.
Un beso
Nunca te fíes de una relación que empieza con cuernos. Es una máxima: si se lo ha hecho a otra persona no dudará en hacértelo a ti. Al menos así es como yo lo veo, claro.
ResponderEliminarHola Holden
EliminarNo sabía de esa máxima pero desde luego mis protagonistas lo aplican. Hecho una vez siguen haciéndolo. Quizás, incluso por eso ella es tan controladora porque sabe lo qué hizo y cómo lo hizo y también lo conoce a él.
No parecen las personas más fieles del mundo mundial aunque ahora ella ha añadido la posesión y la obsesión y es una combinación que ha de ser bastante agobiante, pero vamos el tipo es también fino, se sale bastante bien de ese control, no tiene muchos problemas en engañar y seguir fingiendo en su relación.
Al final parece que esta pareja perfectatienen la relación que se merecen dos personas tan egoístas y egocéntricas, falsa y de las que no son nunca de verdad, si las cosas les fueran del revés a saber dónde quedaría la pareja perfecta.
Un abrazo y feliz semana.
Menos mal que el obsesivo era él.
ResponderEliminarBuen relato, Conxita.
Hola Macondo
EliminarCada uno tiene sus obsesiones, él parece obsesionado por triunfar, ser el mejor del mundo mundial, dejar huella y ella por tenerlo a él y entre tanta obsesión, el mundo de apariencias los ve como la pareja ideal.
Un saludo.
Parece que la vida tiene, en algunas personas, necesidades enfermizas. O será que es tan inabarcable que naufragamos una y otra vez sin remedio.
ResponderEliminarSaludos, Conxita.
Hola Ignacio,
EliminarLa vida en pareja a veces se complica en exceso por todas esas inseguridades y miedos que no se explican. A saber cuál es el origen de la inseguridad de ella y la necesidad de admiración y de triunfo de él.
No parece una relación no es es excesivamente sana por la dependencia de ella y el desapego de él porque en una relación tan asfixiante, con tantas desconfianzas, que se construye sobre cimientos tan poco claros llega un momento en que uno dice basta o se construyen vidas paralelas hechas de engaños y mentiras como hace él pero mantiene intacta esa vida aparentemente perfecta que tanto les gusta a ambos.
Un saludo
Un relato tan absorbente como su protagonista. Enfermizo hasta la saciedad, no hay amor, ni paz, solo control y posesión, y al final, uno se convierte en lo que convirtió en su día al otro, un reflejo kármico cuando el verdugo pasa a ser víctima del engaño, y parece que lo ha buscando toda la vida, ha visto la piscina de los celos, la envidia, y la traición... y se ha tirado de cabeza.
ResponderEliminarSi tu propósito era reflejar un tipo de vida inadecuado dándole énfasis a la sensación; lo has logrado con creces. He sufrido el texto y a su protagonista en las entrañas.
Te felicito por el gran trabajo, Conxita.
¡Abrazo, Compañera!
Hola Edgar
EliminarMi propósito era relatar esa obsesión de ella y ese laisser faire de él.
No se llega a esa obsesión enfermiza, a esa necesidad malsana de control, a esos celos enfermizos de la protagonista sin que el otro lo permita. Pablo se deja, le permite que ella rebase todos los límites en nombre del amor y de la preocupación, la justifica y se justifica porque es un cobarde y en ese no enfrentarse, no tener conflictos ella va abusando de la relación. No es amor controlar al otro, no es querer revisar sus correos, su teléfono, saber con quién está en cada momento, hacerlo renunciar a salidas sin ella para evitar sus lágrimas o malas caras, eso no es querer a la otra persona.
El amor debe ser libre y se construye en ese equilibrio entre el yo, el tú y el nosotros.Traspasar cualquiera de los límites convierte a una relación en otras cosas pero no en amor, aunque no solo es culpable el que lo hace también aquel que, como Pablo, lo permite por lo que sea: por miedo, para evitar conflictos, porque es más cómodo o para no perder nada de lo que tiene mientras se engañan pensando que son felices y que tienen una buena vida.
Un saludo Edgar y gracias por tu comentario.
Muy buena la forma gradual en que fuiste mostrando los tejes y manejes, internos y externos, con los que ella lo ata a su vida.
ResponderEliminarEn realidad ella no ama a nadie, no tiene problemas en dejar primero a su hija y después al nuevo bebé a cargo de una babysitter, lo único que quiere es ejercer poder sobre el otro.
Lo que vive está muy lejos de la felicidad, aunque quizás lo sea para este tipo de patologías, que sin control no pueden subsistir. El final está bien concebido, porque Pablo parece el más sumiso, sin embargo usa a las personas para su beneficio.
¡Tal para cual!
Me gustó mucho, Conxita, un tema que da para debate.
Besos.
Gracias Mirella me alegra que te hay gustado el relato.
EliminarEs cierto que ella no parece amar a nadie más que ella misma y a él como algo de su extensión. Tal y como comentas, ella se desentiende de todo lo que no sea él, su obsesión y te acabas preguntando qué es lo que ama de él. Y él, ella nos lo describe como una persona preocupada por el triunfo y por su trabajo, solo preocupado de sí mismo,y después descubrimos al cobarde que en lugar de decir basta juega a un doble juego, el de aparentar ser el marido perfecto y el que busca emociones que animen su vida aburrida y controlada con otras a las que también usa. Ambos usan a las personas en su único provecho, son dos egoístas incapaces de amar a nadie más que a ellos mismos. Todo el mundo les sobra, excepto sus grandes egos ni siquiera su hijo es más importante que ellos mismos, ella los deja en manos de babysitter y él le deja dejarlos, tan hijo es de ella como de él, egoístas ambos y sí tal para cual, tienen lo que se merecen: control, posesión, egoísmo, mentiras, celos, infidelidades... Aunque, todo bien juntitos y siendo de cara a la galería, una más de las parejas perfectas que corren por el mundo y que algunos llaman triunfadores.
Un abrazo y sí es un tema que da para muchísimo debate. Gracias por participar.
¡Qué bueno, Conxita! Desde luego, le va de perlas al título de la serie, "mujeres que aman demasiado". En este caso, raya la obsesión (oro título muy logrado en su simplicidad) Escrito a un ritmo vertiginoso, te atrapa y te hace seguirlo sin respirar. Frases cortas y repeticiones que nos hablan de esa obsesión y de la necesidad de contarla. Hay momentos buenísimos, como cuando renuncia incluso a su hija por él. Geniales las frases en bastardilla estructurando el texto, dándole el ritmo y la pausa, recordándonos lo importante: la obsesión. Pero, ¿con qué?, con el amor, la felicidad, el control, el poder (tal y como, muy acertadamente, dice Mirella en su comentario) Y bueno, el final, impecable, inmejorable. Con dos frases nada más, cierras el relato de forma contundente y genial. La historia se repite. Las obsesiones son muy peligrosas, porque pueden volverse contra ti. Me ha gustado mucho compañera, como siempre, profundizando en esa psique humana que da para tanto. Y tú eres experta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Muchas gracias Isidoro, tal y como dices es que la serie es Mujeres que aman demasiado y la protagonista si algo cree que hace es amarlo demasiado, el problema es que confunde el amor con la posesión y llega a obsesionarse por poseerlo, por tener el control, por manipularlo como si fuera una propiedad en lugar de una persona.
ResponderEliminarHay personas que creen que el amor es sumergirse obsesivamente en su pareja, hacer que sólo existan ellos dos y en este tipo de "amores" (por llamarlo de alguna manera) todo sobra, a estos les sobran los hijos, la familia, los amigos... sobre todo a ella que todo lo vive como una invasión, ella vive para él y nada más que eso le importa. Él, tiene su trabajo en el que también parece obsesionarse y el resto, juega a no enterarse, le está bien por lo que sea, por comodidad, por rutina, porque hace lo que quiere igualmente. Estoy contigo en que mucho amor no parece haber en esta pareja aunque ellos así lo crean, pero el amor por definición no es egoísta y estos dos, lo son y mucho. Ella dice quererlo a él y él parece sólo quererse a sí mismo, así que son tal y para cual.
Hay muchos tipos de amor y con esta colección me gusta explorarlos todos.
Muchas gracias por tus palabras y por el análisis, siempre acertado del relato.
Un abrazo
Dice Walter Riso psicólogo y especialista en Terapia cognitiva que el apego es adicción.
ResponderEliminarDice el autor en su libro ¿Amar o depender? que el sujeto apegado concentra toda la capacidad placentera en la "persona amada" a expensas del resto de la humanidad. Con el tiempo esta exclusividad se va convirtiendo en fanatismo y devoción.
El mismo autor nos dice que el desapego no es desamor, ni siquiera indiferencia sino una manera sana de amar respetando la independencia del otro y no vinculada a la posesión del otro ni a la adicción por el otro como parece hacer la protagonista del relato.
Me parecía interesante compartirlo porque creo que Riso lo explica muy fácil.
Saludos
Cariño, me encanto, y si, efectivamente tiene una importante similitud respecto al mensaje, con cicatrices. increible tan iguales tan distintos, pero casi idéntico mensaje.
ResponderEliminarTu prota, tiene un trastorno de personalidad obsesivo incluso compulsivo diría yo,
esta muy bien definido paso a paso avanzando en el relato.
Sabes algo amiga?,
esto son relatos, o textos, o reflexiones, o lo que sea, el problema el verdadero problema es que la realidad supera a la ficción en este mundo y en estas vidas de todos o de algunos.
excelente relato amiga mia. enhorabuena. un sincero beso, y seguiré rumiando por aqui segun pueda me permita el tiempo.
Muchas gracias Carmen.
EliminarSí cuando te leí tus Cicatrices me lo recordó, aunque en tu caso ella es valiente y en este es una persona obsesiva, una enferma del control.
La protagonista está enamorada o cree que eso es el amor, es uno de esos amores excesivos, que limitan y empobrecen el significado del amor pero ella sola no tiene culpa, su pareja es un cobarde, que vive de apariencias y de mostrar al mundo que todo va bien y después la engaña.
Tienes mucha razón que la realidad siempre supera a la ficción porque hay muchas parejas o familias que viven detrás de farsas perfectas como la de los protagonistas del relato que delante de todos son la familia feliz.
Ya sabes que me encantará saber tu opinión.
Un beso.