Aquella vez estaba segura que estaba controlado. No le iba a pasar
más, se lo juraba y re- juraba, mientras lo
preparaba todo.
La última vez, se había cansado. A ella no se la derrotaba
fácilmente, jamás se rendía sin plantar batalla y estaba harta de aquella acumulación
de “viudos”. No pensaba seguir con esa
peregrinación de días y días intentando aparejarlos, o desaparecían para siempre o lo solucionaba.
Ante un enemigo, lo primero era conocerlo a fondo. Y a ¿quién recurrir? A San Google, por supuesto.
Ante un enemigo, lo primero era conocerlo a fondo. Y a ¿quién recurrir? A San Google, por supuesto.
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Se tranquilizó, estaba visto que no era algo que solo le pasaba a
ella. Eso, definitivamente, quedaba descartado.
La mosca cojonera: el misterio de ...
Resuelto el misterio de ...
Cuanta razón, dimensión desconocida.
Puede ser una tontería pero alguien sabe…
Ideas para sobrellevar el enigma de ...
El gran misterio de la vida…
En tu casa también existe el monstruo de ...
Ideas retorcidas…
Cosas que siempre quisiste saber sobre ...*
¡Aquello prometía!
Seleccionó uno de los registros. Parecía serio, era de una marca conocida que hasta citaba a un estadístico de referencia.
¡Buff! Estaba claro que no era algo baladí, afectaba y mucho.
Sonrió, mientras
seguía leyendo unos consejos que ella no pensaba seguir. ¡Para chula ella! Curiosa, ojeó algunas de las muchas anécdotas que la
gente explicaba. Se carcajeó y se mofó de algunas, pero en ese pensar que era
casi igual que todo el mundo, eso que nunca le gustaba, en aquel momento le
sentó bien.
Una parte de ella se interrogaba, una y otra vez, sobre ese absurdo que hacía que las cosas sencillas, sin ninguna importancia, acabaran provocando una
tempestad cuanto lo que tocaba era reírse a carcajadas. No sabia el por qué,
pero en ese momento mientras leía lo que otros contaban, sus risas lo llenaban todo.
Ya sin excusas, era el momento de poner a prueba su
método.
Miró a su alrededor y luego, al objeto que, inanimado, le devolvía lo
que ella sentía como una mirada burlona. No era posible que se tuviera que ser ingeniero
aeroespacial para entenderlo, ni un físico especializado en agujeros negros.
¡¡No!! Era mucho más sencillo.
Era una simple máquina. No se requerían difíciles manuales, aunque bien
pensado… ¡Ni difíciles ni fáciles! Cualquiera entendía las instrucciones de los
manuales. ¿Quién las escribía? ¿Qué mente torturada las hacía ininteligibles?
Igual que los malditos abre fáciles,
con los que siempre se acababa peleando mientras los sujetaba con los dientes y con las uñas tiraba, intentando sacar ese plástico aborrecible, mientras delante de sus ojos
danzaba burlón ese Con abre fácil. ¿¿Abre
fácil?? Estaban hechos para provocar, de eso no había ninguna duda.
Esa vez, se concentró en la tarea, olvidando los miles de pensamientos que rondaban por su cabeza mientras lanzaba el contenido de forma
despreocupada, para acabar en el mínimo tiempo posible. Ese día iba a ser muy cuidadosa y
tomándose su tiempo.
—¡No señora, no hay tregua!
Por un instante, si no se hubiera sentido ridícula, le hubiera sacado la
lengua de forma burlona al aparato. Justo cuando empezaba, sonó su móvil…
—¡Mierda!
Le faltó tiempo para dejar lo que hacía y coger el teléfono. Su cara se
iluminó al escuchar la voz de su amiga Clara, con la que hacía siglos que ni se veía
ni hablaba. Con risas y una conversación alegre, reinició la tarea que segundos antes le retaba, ¡plis-plas! cerró la puerta y conectó el aparato mientras acordaba una cita para la próxima semana. Colgó, al tiempo que
suspiraba dibujándose en su cara una ancha sonrisa.
—¡Que bien sientan los amigos!
Durante mucho rato ni recordó que, quizás, la máquina endiablada había acabado.
Lo había hecho.
Se acercó a
ella, satisfecha, en sus labios esa sonrisilla de superioridad de quien sabe que no
van a haber sorpresas.
Empezó a tender la ropa... Una prenda tras
otra y allí estaba de nuevo …
¡¡¡ Noooooo!!!
¡¡¡Uno, solo uno!!!! ¡¡¡¡Uno, sin pareja!!!! ¡¡¡No podía ser!!!!
Le dio
vueltas al tambor, una y otra y allí no había nada.
Empezó a reír. De nuevo, ese universo paralelo, esa dimensión desconocida que habitaba en su lavadora, había ganado. La chica siguió riendo mientras miraba incrédula a la máquina, no podía dejar de carcajearse sobre ese misterio y su incapacidad para vencerlo...
Definitivamente, la próxima vez lo intentaría con ... ¡¡¡Una bolsa para calcetines!!
Conxita
* Consulta real efectuada en Google
* Consulta real efectuada en Google
Este relato lo escribí para mi hijo menor, Xavi, que siempre me hace sonreír con su sentido del humor y su manera de ver la vida. Él está convencido que algo ocurre en esa lavadora, que hay un universo paralelo que desconocemos al que van esos calcetines perdidos. ¿Quién sabe si el futuro estará lleno de calcetines...? al menos estarán limpios.
ResponderEliminarLa sorpresa fue que Google nos devolvió una búsqueda muy elevada, llena de anécdotas y multitud de consejos para que no se pierdan...
T'estimo carinyo. Espero que t'agradi.
jajajajaja.Para empezar estas risas por tu misterioso relato con final ¿feliz? al menos sí con las risas de la protagonista (Que a mi entender eres tú)
ResponderEliminarDespués información: Ya te digo que los calcetines desaparecidos se meten muchas veces por recónditos lugares paralelos pero del mismo aparato que los centrifuga (Mirar en el filtro) ahí radica parte del misterio.
Ha sido genial leerte esta mañana de sábado. Termino diciendo lo mismo que tu protagonista;"Qué bien sientan los amigos"
Por cierto tu hijo se llama como yo.
Besos a ambos desde este universo paralelo de Internet.
Gracias Francisco, podría ser yo y muchos otros ...porque sí a mi me ha pasado más de una vez jajajaja.
EliminarMi explicación es mucho más vulgar, con frecuencia hago las cosas a toda velocidad y no tengo tiempo de comprobar si queda algo, ni en el tambor ni en la cesta...y se acumulan viudos. Mi hijo es más poeta y le da un halo de misterio e insiste en ese mundo paralelo de los calcetines.
Claro...Francisco Javier...¿no?
Sí lo mejor son los amigos, siempre sientan bien.
Un beso y feliz fin de semana
¡Ajá! Francisco Javier.
Eliminar...Y el despiste es parte importante también, del misterio
Más besos
¡Qué bueno Conxita! Me tenías en vilo porque sabes crear esa atmósfera de suspense que mantiene alerta el interés, ¡genial! es que escribes de maravilla...
ResponderEliminarY yo me pregunto, ¿y habrá alguien a quien eso no le pase? ¿habrá alguna persona a la que, al sacar las prendas de la lavadora, además de encontrarse con algún 'viudo', no le caiga al suelo alguna prenda que sale 'enroscada' con otra? ¡mira que pasa veces y qué rabia me da! ;-)
Bueno, lo mejor es tomárselo con humor como hacéis tu hijo y tú, y compartir ese humor con los demás, haciéndonos pasar un buen rato.
¡Un beso muy grande, que tengas un buen fin de semana!
Gracias Chelo, me alegra que te haya gustado...
EliminarSiiii Chelo, aunque parezca mentira, yo conozco a personas que no les pasa y eso aún desespera más, pero como a la prota del relato después de documentarme en google vi que hay muchas y muchos que pierden calcetines o que se enroscan las prendas...jajaja
Si al final son solo cosas, y las cosas poco importantes mejor tomarlas con humor.
Un beso también para ti y feliz finde.
Pues he tenido que releerlo con el último dato, jajajaja. Lo de los viudos al principio me ha despistado mucho. Pensaba que buscaba hombres, jajajaja. Yo también creo que hay universos paralelos por todas partes. Escribes muy bien.
ResponderEliminarBesos, Conxita
Gracias Celia, me alegro que te haya gustado y por esas palabras tan amables.
EliminarLa idea era jugar al despiste un poco...y ¿qué nombre darle a los calcetines sin parejas? pues pensé en que estaban un poco viudos...jajaja
Un saludo y feliz fin de semana
A partir de ahora ya se como llamar a mis calcetines desparejados; ¡viudos! :)
ResponderEliminarMuy bien escrito, manteniendo la atención hasta el final, hasta la sorpresa...
Un saludo.
Gracias Eme, ¿así que también te pasa...?
EliminarMe alegra haber podido mantener la intriga y que te haya gustado, quería jugar con las palabras y la situación que a mi me resulta cómica...¡¡¡porque siempre gana!!!
Un saludo
¿Que bueno!
ResponderEliminarMuy bien escrito y manteniendo la intriga.
Yo quería saber.
Un relato tan bien construido me hace pensarte todo el viernes tarde retocándolo. Para cuidar los detalles. Para informarte en san google. Todo para luego reajuntar palabras tan bien. Nada como tener tiempo para escribir.
Resulta curioso que todavía existan "cosas" que no son fáciles de explicar. ¿Donde están los calcetines que desaparecen?
He oído el rumor que las "fabricas" de calcetines sobornan a las fabricas de lavadoras (o secadoras) para que instalen de "estrangis" chupa calcetines. Y que estos artilugios reconocen los colores para no tragarse dos iguales. La cuestión es obligarnos a comprar mas y "atabalar" al personal.
Tardas en aparecer pero la espera vale la pena.
Gracias Guille por leerlo. Me alegra que te haya gustado.
EliminarEl tiempo...difícil de encontrar, muy difícil pero ayuda cuando se hace algo que te gusta...entonces, se encuentra.
La consulta es cierta y me hizo reír lo imaginativa que es la gente, y ese estadístico...eso ya fue genial.
Al final si que va a resultar que hay una conspiración para que compremos más...porque de momento, la moda de ir con calcetines de colores distintos no ha triunfado. Consumismo.
Un saludo
Sospecho que eres capaz de encontrar tiempo para todo lo que te gusta.
EliminarMas de una vez he ido con un calcetín de cada color. Lo peor es que suele ser por despiste y si tengo la pareja completa.
jajaja...
EliminarYa estás tardando en ponerlo de moda...
beautiful blog kisses andy
ResponderEliminarThanks for your visit Andy.
EliminarSee you soon.
Si tú o tu hijo encontráis ese mundo paralelo al que van a parar los calcetines desaparecidos cumunicádmelo porque ahí estarán unos cuantos míos.
ResponderEliminarMi marido suele decir a menudo que por muy rara que te parezca una cosa que te haya pasado si buscas en google encontrarás a muchos a los que les ha pasado lo mismo.
Un relato encantador y lleno de humor. Genial, Conxita.
Un beso.
Jajaja Kirke muuy bueno, como a la prota tranquiliza ver que este misterio es muy compartido.
EliminarTotalmente de acuerdo con tu marido, todo, por raro que parezca está en Google, a mi me sorprendió y divirtió.
Gracias por tus palabras y tiempo.
Feliz domingo
Excelente, Conxita, esos viudos me tenían loca !Jajaja! Muy bien logrado este relato, te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias Maria, me alegro que te haya parecido bien y divertido un poco, al final de eso se trata de tomarlo con una sonrisa...total solo son calcetines.
EliminarUn saludo
No es culpa suya ni de nadie, es culpa de los duendes de los calcetines. Se meten por las rendijas de atrás de las lavadoras y roban siempre un calcetín que luego utilizan para hacer estrambóticos vestidos para sus mujeres, pues es bien sabido que son buenos costureros.
ResponderEliminarQue bonito Holden ese imaginar a los duendes que roban calcetines...me ha encantado, así seguro que ya no me molesta que se pierdan.
EliminarUn saludito
Siempre que tengo un fenómeno inexplicable en mi vida culpo a los duendes y me invento alguna esperpéntica historia XD Debería recopilarlas jejeje
EliminarHazlo, son muy tiernos estos duendes.
EliminarSaluditos
Menudo giro inesperado. Me he reído mucho con el final. Te diré que a veces, cuando te deshaces del pobre viudo aparece la pareja justo en el sitio que más habías mirado. Felicidades, Conxita. Un beso
ResponderEliminarGracias Ana por leerlo,
ResponderEliminarTienes toda la razón...llevas arrastrando al "viudo" un montón de semanas y un día decides que lo tiras, y entonces aparece el otro.Jajaja
Un saludito
Jajaja muy bueno. Creo que en todas las casas hay una legión de viudos: guantes, chanclas, gorros...etc.
ResponderEliminarComparto.
Un abrazo
Gracias Marybel,
EliminarMe estoy dando cuenta que somos muchas las que tenemos esta invasión, admiro a los que consiguen que no desaparezcan. Jajaja
Gracias por compartirlo.
Un saludo
Un relato con risas y una sorpresa. No sé si decírtelo... venga, te lo digo: mi lavadora jamás se ha quedado con un calcetín de mi colada, nunca en más de veinte años. Visto lo visto voy a tener que sentirme más que afortunada jajajajjaa. Eso sí, conozco de primera mano casos de reiterados secuestros (mi cuñado asegura que cada cierto tiempo tiene que comprar un surtido de calcetines porque le han ido desapareciendo misteriosamente tras echarlos a lavar).
ResponderEliminarUn relato delicioso, Conxita!! Reconozoco que al principio estaba un poco despistada y no entendía (a estas horas ya no me funcionan muy bien las neuronas) pero cuando por fin lo he "pillado" me ha parecido muy imaginativo y original.
Un beso fuerte y feliz entrada de semana!!
Ohhhhh Julia...
Eliminar¡Qué envidia! Por favor, tendrás que darme consejos. jajaja
Gracias por tus palabras Julia, me alegra haberte "despistado" un poco y que te haya gustado.
Un beso y feliz semana
jajaja, Conxita, yo que acabo de escribirle una carta a mi hijo casi el cuento su vida. A ver ahora él que contesta, espero de todo. Lo de los calcetines viudos me ha hecho reír. Tengo una solución para eso. Con el calcetín viudo has un muñeco para cuando tengas nietos. Veras que bonitos te salen. Un abrazo
ResponderEliminarGracias María del Carmen,
EliminarQué bonita solución...pero yo con esto de las manualidades no te vaya a creer que me quedaría un muñeco muy bonito...
Pero cuando me llegue lo de los nietos, lo recordaré.
Un abrazo
Uno de los grandes misterios de la humanidad. La lavadora es a los calcetines algo así como el triángulo de las Bermudas a los barcos. Se agradece siempre el sentido del humor.
ResponderEliminarBesos.
Pues totalmente de acurdo Lorena...excepto a Julia y a Francisco...no sé si conozco a muchos que no les pase.
EliminarNos tendrán que decir cómo hacerlo.
Me alegra que te haya gustado.
Un beso y feliz semana
Es el viento, amiga... Es el viento...
ResponderEliminarDebes saber que jamás debes poner la lavadora con la ventana abierta.
Cuando pasa eso, lo usual es que el llamado Viento Fabonio entre en la casa y atraido por las revoluciones revolucionadas de la lavadora se introduzca en ella por algún resquicio inverosimal y se lleve -como si fuera un cuervo- algo.
Estudios recientes de cierta universidad britanica han demostrado, además, que siente predilección por los calcetines y en general por las cosas pares. Le gusta -sin duda- desemparejar parejas
Un abrazo, y, ya sabes, cierra la ventana...
Gracias Ildefonso, preciosa historia esta del Viento Fabonia, será cuestión de tenerla en cuenta.
EliminarGracias por leerlo, que tengas un feliz día.
Saludos
Este juego "al despiste" lo has dejado bien centrifugado, de manera que "los viudos" van a tener "problemas" contigo y lo mismo te piden romance ...je,je,je,je, porque gracia no te falta para enamorarlos y que no te vuelvan a crear esta "psicosis". También San Google puede mediar con "los viudos" y ojalá acabe entonando el mea culpa!!
ResponderEliminarBueno, Conxita, espero que haya podido sacarte alguna sonrisa con mi comentario.
Un abrazo
(Como ya te habrás dado cuenta, este es mi nuevo perfil para mi nuevo blog literario, ya que el anterior lleva otra temática distinta).
Jajaja Estrella.
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario tan saleroso y que me ha hecho sonreír.
Muchos éxitos en este nuevo blog literario, que seguro los tendrás...allí estaré para leerte y comentarte.
Un saludo
O... esperar al verano.
ResponderEliminarSaludos.
Muy bueno Ignacio, es cierto que en verano se pierden menos jajaja
EliminarGracias por la visita.
Un saludo
Gracias Julio David por la lectura y el comentario..pues sí que es cierto que es un gran misterio...la idea es de mi hijo al que le sigue preocupando que esa devora calcetines los desapareje...y claro...yo juego al despiste...no digo nada, ¿será el misterio, la dimensión desconocida, esos duendes o que tienen vida propia...?
ResponderEliminar¡¡¡Y tanto que son misterios de la vida!!!
Un saludo
Ja, ja, ja, ja. ¡Pues sí que es un misterio, sí! En mi casa somos cuatro y un gato, y éste es el único que nunca pierde un calcetín… porque los tiene integrados en el color del pelo (es negro con los pies blancos) Nada, no hay manera. Hemos probado también con la bolsa de calcetines y, bueno, funciona… La maldita lavadora ha sido vencida. Hasta que, sus malditas tretas hacen que, de alguna manera inexplicable, lo que desaparezca sea la bolsa de los calcetines. Claro, cuando ya tienes tanta ropa acumulada que no puedes seguir esperando a que aparezca la bolsita y como nunca nadie se acuerda de comprar otra al salir, pues nada… vas y lo metes todo revuelto. ¡Y ya está!... Un calcetín menos. La infernal máquina succionadora de calcetines ha vuelto a ganar.
ResponderEliminarMuy divertido tu relato, Conxita, jugando con los misterios de lo cotidiano de una forma tan simpática. Y esa forma de guardarte la palabra clave hasta el final, muy logrado, has conseguido con acierto que nos leamos el texto a toda prisa para resolver el misterio cuanto antes. Yo, te confieso que me he tenido que aguantar las ganas para irme al final del cuento para saberlo pero… he resistido, je, je. El placer del final es más intenso cuando se prolonga un poco el camino (un poco, eh, que si no corres el riesgo de cansarte antes de llegar)
Encantado de leerte
Un abrazo
Gracias Isidoro, me alegro que hayas resistido sin leer hasta el final...y mira que a veces cuesta...Ves a mi tampoco me gusta saber el final, no los leo nunca...me aguanto porque entonces es mucho mejor.
EliminarY sí mucho me temo que la solución de la bolsa tampoco me va ayudar mucho. Al final van a tener que ser calcetines de usar y tirar..jajaj
Vigila con tu gato calcetines...que estas lavadoras son muy peligrosas, se lo llevan todo.
Gracias por tu divertido comentario y tu paso para leerme.
Un saludo.
Me has engañado hasta el final. Has sabido mantener la ambigüedad durante todo el relato que, por otra parte, resulta aleccionador. ¿A quién no le ha faltado alguna vez uno de los calcetines? Pero en mi caso, casi siempre aparece en el cajón de otro miembro de la familia que no sabe cómo ha ido a parar allí.
ResponderEliminarCreo que deberíamos investigar la fuga de calcetines o de cualquier otra prenda. Buscaré en Google "fuga de ropa", a ver cuántas entradas me aparecen.
Me ha resultado una lectura muy grata.
Un abrazo.
Gracias Josep Ma por tu visita y tu comentario.
EliminarSi haces la búsqueda en Google seguro que encuentras multitud de entradas, ese gigante ha conseguido que no haya pregunta sin respuesta en internet...siempre alguien antes de uno lo ha preguntado y es realmente muy curioso ver las experiencias.
Me alegra que te haya gustado y haberte arrancado una sonrisilla que siempre va bien.
Feliz fin de semana.
Hola, Conxita. Me ha sorprendido leer tu relato porque, la semana pasada, yo viví algo parecido: perdí un calcetín en la lavadora. Pero como soy una obsesa del orden y mi casa es diminuta la puse patas arriba. Resultado: el calcetín no apareció... hasta anteayer, que descubrí que se había colado hasta el filtro y atascaba la lavadora... en fin, misterio resuelto.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, me ha tenido intrigada hasta el final, y está muy bien narrado y de forma muy, muy divertida, felicidades.
Un beso enorme (yo también voy a comprarme una bolsa para calcetines, jeje)
Muchas gracias Chari por tus palabras, me alegra haberte intrigado hasta el finaly que te hay apetecido quedarte por aquí.
ResponderEliminarVaya casualidad..jajaja al menos lo encontraste y no se te estropeó la lavadora, que con frecuencia ese es el resultado de ese viaje a la dimensión desconocida.
¡¡¡Sí que va a resultar que la solución es la bolsa!!!
Un abrazo
Jajajaj, me ha encantado. A mí me ha pasado hoy sin ir más lejos, y con los calcetines de montaña de mi hija, metí los dos en la lavadora y falta uno, ya no sabemos donde mirar.
ResponderEliminarMisterios de ese universo paralelo.
Un besito y precioso relato.
Gracias por tus palabras, siempre amables.
EliminarEso, ¡¡¡mira en el filtro!!!
Y si no, siempre te queda invocar a esos duendes para que lo devuelvan en algún lavado, porque los míos desde la dimensión desconocida nunca vuelven. Será que están muy bien allí.
Un saludito guapa y feliz semana
Jajaja, qué buen relato! Y qué cierto! Debe haber un vórtice dentro de la lavadora.... 1beso!
ResponderEliminarGracias Tizire, me alegra que te haya gustado.
EliminarNo sé lo que hay, pero como mínimo un agujero negro seguro, porque en mi casa no devuelve ninguno.
Un saludito y gracias por pasarte.
Qué buena historia... cómo nos mantienes en tensión permanente obsevando una... lavadora.... no hay que dejar de soñar nunca porque no sabemos qué puede haber detrás de las cosas¡¡ un beso enorme¡¡¡
ResponderEliminarJajaja Francis...muy bueno, pues va a ser verdad que yo más de una vez me he quedado observándola diciéndome ¡¡¡no es posible!!!
EliminarMe alegra haber conseguido mantener la tensión aunque fuera con ese fabuloso electrodoméstico.
Gracias por leerlo y comentar.
Un saludo
He estado intrigada todo el relato y al final... Sorpresa con risas.
ResponderEliminarYo los calcetines desparejados los meto en el cajón esperando que en alguna otra colada aparezcan, a veces aparecen, otras no. Realmente es un misterio.
Gracias Abril,
EliminarMe alegra haberte intrigado y que te haya provocado unas risas, al final de eso se trata de alegrarnos un poquito y ver que nada es tan serio...jajaja ni siquiera perder calcetines.
Esa solución yo también la he utilizado pero como tu dices, a veces aparecen y otras no...¿Y los que no...dónde están?
Un abrazo guapa
jajaja que gracia la historia. Al principio cuando he ido leyendo pensaba en una historia totalmente diferente como nos has engañado ;-P Me has sorprendido escribes bien e invitas a seguir leyendo. un beso.
ResponderEliminarMe alegra haberos "engañado" un poquito Natalia, de eso se trataba...
EliminarGracias por tus amables palabras, me encanta que te guste como escribo, lo agradezco de corazón.
Un abrazo
Excelente relato, parece incluso que acabo de ver un capitulo de los X Files. Debo reconocer que eso de los calcetines que desaparecen es todo un misterio, normalmente solo encuentro uno y me pregunto ¿a donde habrá ido el otro? si estos amigos siempre andan juntos, en fin ya aparecerá y efectivamente algunas veces aparecen misteriosamente.
ResponderEliminarTe envío un gran abrazo, gracias por dar la vuelta por mi blog.
Saludos.
Gracias Josue por tus palabras y bienvenido al club de los que los perdemos.
EliminarAl final se trata de tomarlo con humor, total son unos calcetines que se van de excursión, igual aparecen o igual no, qué más da y sobre todo no dejar que nos quiten la sonrisa.
Gracias por pasarte, es un placer leerte.
Un saludo
Un divertido relato y real como la vida misma, yo siempre ando con viudos, hace años los buscaba hasta encontrarlos, ahora lo dejo correr y ya se emparejaran algún día ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias por leerlo.
EliminarCreo que muchos hemos explorado distintas estrategias para que se emparejen...jajaja durante una temporada yo los sometía a lavados continuos esperando que apareciera la pareja...
Ahora como tu...que hagan lo que quieran-
Un saludo
Es curioso, pero a casi todos nos ha pasado algo parecido con la lavadora, el no encontrar un pequeño pañuelo, o calcetín como en el caso. Me ha gustado lo de la amiga, es grato comprobar que las amigas son una bendición, y más cuando llaman estando una en apuros, por arte de magia todo se vuelve más fácil. Aunque aquí el calcetín no apareció. A veces la dimensión paralela, o desconocida, se encuentra en casa, junto a una jajaja.
ResponderEliminarMe gustó mucho el humor que transmites en el relato Conxita.
¡Un abrazo!!
Gracias Mila por tus palabras.
EliminarLo mejor de este mundo son esos amigos que están, siempre. Eso como tu dices es una bendición y hacen que los calcetines perdidos se sitúen en el nivel de preocupación que les corresponde que es ninguno.
Un abrazo también para ti.
Saluditos