—Bienvenida.
Elsa miró a la rubia recepcionista que le sonreía con unos perfectos y
blanquísimos dientes al traspasar el umbral de la clínica de paredes blancas y acero,
exquisitamente fría y minimalista. A su
alrededor todo apestaba a dinero y sofisticación.
Mientras le preguntaba en voz baja algunos datos, la mujer miraba el mercadillo
de folletos publicitarios a su alrededor. Dientes perfectos. Liposucción.
Aumento de mamas. Rinoplastias. Cirugía. Restauración del lóbulo facial.
Lifting.
¡Agotador!
Le indicó el camino de una de las salas privadas, Elsa se alejó consciente
de las miradas que despertaba. Siempre era así y se había acostumbrado. Deseo y
admiración en ellos y celos y envidia en ellas. No podía hacer nada. Adivinaba las
preguntas en las miradas, intentando adivinar sus retoques, encontrar sus
fallos y satisfacerse diciendo que todo en ella era falso.
Se había acostumbrado a mirar sin ver, hastiada de demostrar y de rechazar.
A su alrededor un montón de personas de edades indeterminadas, todos fantásticos
y no aparentaban más de la treintena larga y quizás en los hombres, alguno
rondando los 50, pero poco más. Esa edad en que ellos se ven interesantes y ellas
provocan la invisibilidad, donde las canas dan glamour a unos y envejecen a
otras. Cuerpos esbeltos, caras sin arrugas, expresiones inciertas y bocas,
nunca podía definir esas bocas.
La mujer que estaba a su lado no pudo resistir y le susurró con sus labios rejuvenecidos:
- ¿A ti quién te lleva?
Elsa sonrió.
— Es mi primera vez.
La mueca e inspección de la mujer, dejó bien claro que no la creía. Áspera
le comentó:
— Guapa, aquí todos estamos para lo mismo. Ya nos negamos la edad, no hace falta mentirnos más.
Elsa se encogió de hombros, para qué decirle que no engañaban al tiempo,
que solo se mentían a ellos. El aviso, la salvó de contestar. Notó el
resentimiento de la mujer y de todos aquellos que la envidiaban por su cuerpo
perfecto. Era agotador,
El doctor ya la esperaba, eternamente joven, sin ninguna expresión quizás porque
con tanto botox no tenía ninguna posibilidad. Ella suave le habló.
— Quiero arrugas e imperfecciones, quiero verme mayor.
El hombre sólo alzó una ceja mientras la chica le explicaba su calvario, harta
de demostrar que era algo más que una cara bonita, cansada de que se le negara
su inteligencia, de sentirse un objeto. Su belleza, le cerraba las puertas que
quería y les abría las que no le gustaban. Había llegado a odiar su cuerpo
perfecto. Quería envejecer, no le importaba si tenía celulitis o si se le caían
los pechos o si estaba gorda. Física de profesión, rechazada en el laboratorio por
su imagen, quería que la dejaran usar su cerebro para descubrir cosas importantes.
La voz del Dr. Alegre fundador de la
Máquina del tiempo, la mejor clínica de estética del mundo, temblaba
indignado y no la dejó ni terminar. Toda su vida la había dedicado a luchar
contra la edad, a sentirse Dios jugando con el tiempo y la perfección,
desafiando a la decrepitud y al envejecimiento, tenía pavor a la muerte y no
quería nada que le recordara que no la había vencido.
Ofendido, casi golpeó la puerta en su prisa por echarla. Elsa sintió las
lágrimas de impotencia y rabia, había ganado la vanidad, solo importaba ser
bello y joven. ¿Dónde quedaba el conocimiento, el esfuerzo y el saber?
Conxita
Safe Creative 1506214413449
Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0
Este relato está escrito para participar en el concurso de El círculo de escritores, sobre "la máquina del tiempo". Es mi particular visión de los intentos de luchar contra el tiempo.
ResponderEliminarLa eterna lucha del hombre por encontrar la fuente de la eterna juventud.
ResponderEliminar¿Cuando nos daremos cuenta que a nuestro alrededor hay ancianos a los que rejuvenece una sonrisa y jóvenes amargados y sin ninguna ilusión por la vida.
Creo que el ser humano es un inconformista perpetuo, Consiga lo que consiga siempre querrá lo contrario, sobre todo si lo posee su vecino y el no.
La juventud no nos la quita el tiempo nos la quita la ansiedad por vivir acelerados.
Un relato muy a tener en cuenta para el concurso.
Besos y suerte
Francisco,
EliminarTengo la sensación de que cada vez vemos menos, ni nos interesa el que está al lado ni nada de lo que pase que no esté relacionado con nosotros.
Egoísmo en estado puro..
Somos una sociedad en una vorágine de consumismo en el que todos somos culpables.
Ser eternamente joven, se ha convertido en invisible todo aquello que se aleja de la estética imperante. Se desprecia el conocimiento, la experiencia, el esfuerzo,
Y como bien dices, ese vivir acelerado, deseando más y más, hace que no valoremos los pequeños detalles y las cositas insignificantes hasta que es demasiado tarde. Y eso es lo que es realmente importante.
Gracias por tus deseos para el concurso, lo importante es que es la excusa para escribir de cualquier tema. Suerte también para ti.
Un abrazo
Un relato que invita a la reflexión. Todo lo que nos rodea nos presiona hacia la perfección. Lo triste es que el concepto de "perfección" ha derivado al envoltorio y no al contenido...
ResponderEliminarUn abrazo
Qué acertadas palabras Ana,
EliminarTotalmente de acuerdo contigo, todo es el envoltorio y poco importa lo que se ofrece de verdad, mientras venga con un gran marketing ya se compra, sin importar si sirve para algo o si realmente es importante.
¿Y qué es la perfección? ¿para qué y para quién?
Un abrazo
Qué buen relato! Aunque creo que nadie iría a hacerse esos cambios.
ResponderEliminarEn mi humilde opinión, no deberían de hacerse esos cambios, ni para ponerse ni para quitarse. Deberíamos aceptarnos y aceptar a los demás tal cual, con imperfecciones que no son más que la individualidad de cada uno. Pero qué difícil es!
Abrazos!!
Gracias Flora por pasarte y comentar.
EliminarTienes razón que es difícil aceptar que alguien quiera hacerse los cambios de la protagonista y quizás es un relato llevado al límite con la intención de reflexionar sobre el otro lado.
Hay mujeres que han sido "discriminadas" por su gran atractivo, en según qué ámbitos profesionales puede resultar un handicap ser una belleza y simplemente se ve a la persona como un bonito objeto sin tener en cuenta su cerebro.
Quería poner en evidencia que si la belleza no te interesa, porque la tienes o porque no la valoras tanto, no siempre abre las puertas que uno quiere.
Vivimos en una sociedad que cree que ser bello ya es garantía de éxito y no siempre es así, puede ser que en algunos casos lo tengan más fácil pero en otros es muy difícil. Ser una mujer objeto cuando no se quiere ser, es duro e injusto.
Un abrazo festivo
Me ha encantado tu texto, Conxita!! Creo que encierra una sutil crítica a varias actitudes muy frecuentes en nuestros días.
ResponderEliminarEl culto al cuerpo, la cosificación de la belleza, el miedo a envejecer, la hipocresía rotunda de quienes se niegan la imperfección natural en los cuerpos humanos, el menosprecio a los valores intelectuales y morales de una persona en favor de su físico... Son tantos puntos y todos tan interesantes los que tocas en tu relato, que solo puedo decir ¡¡bravo!!
Un abrazo enorme y enhorabuena por este gran texto :)
Gracias Julia por tus palabras.
EliminarHas captado perfectamente lo que quería explicar, quería reflejar la hipocresía actual y el cambio de valores y lo he intentado llevando al límite a la protagonista, porque seguramente es poco creíble que en una sociedad de culto a la belleza, alguien quiera como Elsa, ser lo contrario. Justamente llevando a la protagonista a una situación tan extrema, quería mostrar que la belleza no siempre abre puertas, al contrario de lo que nos pensamos y que en según qué ámbitos puede ser una gran esclavitud.
Y si lo pensamos bien, qué gran esclavitud estar todo el día perfecto. Y el conocimiento, el saber y la experiencia...¿eso qué es? esforzarse, trabajar, estudiar, ¿para qué? esos son los valores que estamos trasmitiendo a nuestros jóvenes y es una pena.
Un abrazo y muchísimas gracias de nuevo por tus palabras.
Original y brillante relato. La belleza está en el interior y ya quedó obsoleto este dicho para la sociedad, cada vez más denigrada por estereotipos insulsos y antinaturales incluso. Batallar por el cambio físico y el paso de la edad, con todo el respeto, cada cual con lo suyo. Salud mental es lo que requieren esas personas que niegan sus edades e imperfecciones, que a mi modo de ver no son más que rasgos auténticos de cada ser, único y de atemporal belleza sugestiva.
ResponderEliminarEdgar totalmente de acuerdo contigo, pero me parece que esta batalla está perdida. ¿La belleza en el interior? el problema es que nadie atiende ni tan solo un instante para valorarla,para descubrir a la persona que se esconde detrás de una apariencia.
EliminarEn mi relato he querido verlo desde el lado de alguien perfecto para esta sociedad consumista, alguien que no valora la moda imperante, algunos dirán que porque la tiene, pero en el caso de Elsa es porque ella sufre por ir contracorriente.
Tienes toda la razón al decir que detrás de muchos de los "obsesivos" de la cirugia y de los cuerpos perfectos hay problemas de salud mental, falta de aceptación, complejos y frustraciones, negación de la edad, luchar contra el tiempo y contra lo inevitable, de intentar ser perfecto...¿para quién?
Desgraciadamente esta sociedad ya no sabe que valores tiene, ha perdido el norte en aras de intentar que no haya arrugas, que no haya imperfecciones, que todos sean iguales.
.
Edgar, gracias por leerme y comentar, siempre es un placer tu visita.
Un abrazo
¡Abrazo, Compañera! Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias Edgar, viniendo de un gran escritor como tu, es un placer doble!!!!
EliminarSaluditos
Hola Conchita. Muy original tu relato. Lo malo es que las arrugas no se llevan y eso es un error pero los humanos cometemos tantos...
ResponderEliminarMe ha encantado. Saludos
Gracias Paola,
EliminarY tanto que las arrugas no se llevan, ni las arrugas ni el esfuerzo ni el saber ni la experiencia. Consumismo, falsa belleza, prisas y no disfrutar de nada y no nos damos cuenta y entramos en un círculo absurdo de hipocresía. A pesar de que lo que pide la protagonista no es muy creíble, es la excusa para reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nosotros mismos y plantearnos qué es lo que realmente valoramos.
Un saludo
Muy original y con un final inesperado.
ResponderEliminarReflexivo relato, Conxita. Me gustó mucho.
Abrazo.
Gracias Federico, me encanta que te haya gustado a ti que eres un maestro de lo inesperado.
EliminarComo ya he comentado, quizás está llevado muy al límite y nadie querría "arrugarse" pero quería reflexionar sobre lo que valoramos en esta sociedad y que las apariencias no lo son todo, ni siquiera para las más "bellas".
Un abrazo
¡Qué subterfugios nos montamos para ocultar el corazón!
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Ignacio por leerlo y comentar.
EliminarPara ocultar el corazón y cualquier sentimiento,¿no te parece? los seres humanos somos realmente complejos y para esconder insatisfacciones y frustraciones personales, nos dedicamos a buscar envoltorios aparentemente perfectos como si con eso estuviera todo solucionado.
Desgraciadamente estamos en una sociedad de apariencias, donde es más importante el envoltorio que el contenido. Marketing, publicidad, imagen, estética, superficialidad, falta de esfuerzo, inexistente compromiso, valor nulo al conocimiento...buff no deja espacio para muchas esperanzas la sociedad que construimos.
Un abrazo
Mi enhorabuena Conxita, muy merecido tu premio. Ya lo había leído y creí haber dejado mi comentario. Soy la persona más despistada del mundo y no es la primera vez que me pasa que escribo y después abandono la página sin darle al botón de "publicar" Muchos besitos guapa.
ResponderEliminarMuchas gracias Mercedes. Me he enterado del premio por ti.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un saludo
Conxita, enhorabuena por el premio. El relato consigue transmitir ese desasosiego que ella tiene. Construyes imágenes nítidas y narras con elegancia, sin estridencias. Un gran trabajo.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Alejandro por tus palabras y por pasarte por el blog.
EliminarMe alegra que te haya gustado el relato y lo sientas así.
Un placer conocer tus opiniones.
Un saludo
¡Heyyyy! ¡Mi enhorabuena! Si es que estaba claro que prometías y lo has conseguido con este relato.
ResponderEliminarRecibe mi felicitación más calurosa amiga Conxita.
Muchas gracias Francisco, sabes que para mi es un placer recibir tus visitas en el blog y leer tus comentarios y opiniones sobre lo que escribo. Siempre aprendo.
EliminarMe ha hecho muchísima ilusión este premio, mi primer premio tengo que decir. Ha sido una sorpresa y un elemento de motivación muy grande.
Entregué el relato casi en el último minuto porque no acababa de estar del todo convencida de haber resuelto bien la situación, me parecía que la había forzado en exceso y al final, mira por donde resulta que es con este relato con el que gano mi primer premio. Una auténtica sorpresa.
Gracias por tus felicitaciones y sobre todo por confiar en mis "habilidades" como aprendiz de escritora desde el minuto cero que entré en el maravilloso mundo de los bloggers.
Un placer tenerte como amigo.
Un abrazo caluroso desde Barcelona
Me ha gustado. Si no caminas donde vas todos se sienten ofendidos.........en fin. Like amiga.
ResponderEliminarGracias por pasarte Durosermon La pizarra del principiante
EliminarTienes toda la razón, ser diferente siempre es mucho más complicado que diluirte en la masa.
Un saludo
Ante todo enhorabuena por el premio. No es tu relato que más me ha gustado pero vuelve a ser genial el desenlace:
ResponderEliminarUn pibón que va al cirujano para todo lo contrario de lo que es habitual.
La pobre Elsa no sabe que lo que pide es cuestión de tiempo y, como casi todo en la vida, con un poco de paciencia conseguirá las arrugas que busca.
Tampoco estoy de acuerdo en que
Muchisimas gracias Jose Maria.
EliminarMe alegra haberte sorprendido y justo eso es lo que buscaba el poder pensar en algo distinto.
Elsa tiene una visión distinta de lo que pide la sociedad, siempre creemos que ser bello es fácil y quería mostrar que para a una persona a la que la apariencia física no le importa, quizás porque la tiene o no, las cosas no siempre son fáciles. Y que es importante ponerse en el otro lado.
Veo que tu comentario se ha quedado a medias, así que tendré que esperar a que en otro momento lo expliques.
Besos
Vaya prueba que le jugo el destino al doctorcito. Otra historia que me gusto. Escribes muy bien. Bendiciones!
ResponderEliminarHola Aradia,
EliminarMuchisimas gracias por tus palabras que agradezco de corazón.
Discúlpame por no haberte contestado antes, pero he estado sin conexión a internet hasta hoy.
Espero verte con frecuencia por este rinconcito donde me gusta contar historias y que me digáis que os parecen.
Un saludo