A Ana le gustaba la emoción y la responsabilidad al iniciar un nuevo curso. Ahora miraba las caritas de los niños sentados en círculo sobre el tatami y percibía su curiosidad, sus ganas y hasta sus miedos.
Se sentó frente a ellos.
—Me llamo Ana y seré vuestra entrenadora. Empecé a practicar judo un poquito antes que vosotros, con cinco años y desde entonces nunca he dejado de practicarlo. Hace un par de cursos que Carlos me propuso encargarme del grupo que empieza con este deporte y aquí estoy, ¡Ah y también sigo compitiendo con el club!
A mí me gustaría que os lo pasarais bien con el judo. Aprenderemos muchas cosas, por ejemplo que es mucho mejor ceder que enfrentarse a la fuerza, a caer y a levantarnos rápidamente, también a ganar pero sobre todo a saber perder, a conocer aquello que sabemos hacer muy bien y aquello que debemos mejorar, a respetar a nuestros compañeros,a nuestros adversarios y a nosotros mismos.
A mí me gustaría que os lo pasarais bien con el judo. Aprenderemos muchas cosas, por ejemplo que es mucho mejor ceder que enfrentarse a la fuerza, a caer y a levantarnos rápidamente, también a ganar pero sobre todo a saber perder, a conocer aquello que sabemos hacer muy bien y aquello que debemos mejorar, a respetar a nuestros compañeros,a nuestros adversarios y a nosotros mismos.
Ahora las caritas estaban pendientes de sus palabras.
—Hace muchos años un estudiante japonés... porque sabéis que el judo viene del Japón, ¿verdad?—Los niños afirmaron— Este estudiante era, físicamente muy poquita cosa y en aquella época ya había bravucones como ahora...y este chico había sufrido burlas y humillaciones. Él quiso aprender unas técnicas de las que había escuchado hablar en las que el más débil podía vencer al más fuerte.
Mientras estudiaba un día hubo una gran tormenta de nieve y él se dio cuenta que había árboles, muy fuertes, como los cerezos que acumulaban mucha nieve en sus ramas y otros más débiles que se flexionaban y la dejaban caer. ¡Vaya panolis! pensó.
Nuestro estudiante se fue a dormir y al levantarse vio con sorpresa que muchos de los fuertes cerezos tenían sus ramas rotas e incluso alguno estaba en el suelo mientras que los débiles sauces seguían moviendo sus ramas al viento.
Nuestro estudiante se fue a dormir y al levantarse vio con sorpresa que muchos de los fuertes cerezos tenían sus ramas rotas e incluso alguno estaba en el suelo mientras que los débiles sauces seguían moviendo sus ramas al viento.
¿Qué creéis qué había pasado?
—El secreto de su fuerza era la flexibilidad. Los sauces no se enfrentaban al peso de la nieve sino que arqueaban sus ramas y la dejaban caer—Ana inclinó su cuerpo para mostrarlo—Mientras que los cerezos aguantaban hasta que el peso de la nieve rompía sus ramas, los sauces vencían a la resistencia con la no resistencia, se doblegaban y dejaban caer el peso.
—¿Y eso es bueno?—Por fin una de las niñas preguntó.
—¿Qué te parece? ¿Qué os parece?
Se extendió un rumor de comentarios, síes y noes se confundían.
—Aunque puede parecer que los cerezos son más fuertes porque cargan con mucha nieve, al final el peso puede con ellos. El sauce estaba intacto, sus ramas no se habían roto,se movían de un lado a otro mientras que las de los cerezos estaban en el suelo. Y esto es lo que nosotros aprenderemos, a no oponer resistencia y a usarla en nuestro favor. Y también aprenderemos desde el principio del bienestar o la ayuda mutua. Solo podremos progresar con la ayuda de nuestro compañero, igual que ellos no podrán avanzar sin nuestra ayuda.
—¿Qué te parece? ¿Qué os parece?
Se extendió un rumor de comentarios, síes y noes se confundían.
—Aunque puede parecer que los cerezos son más fuertes porque cargan con mucha nieve, al final el peso puede con ellos. El sauce estaba intacto, sus ramas no se habían roto,se movían de un lado a otro mientras que las de los cerezos estaban en el suelo. Y esto es lo que nosotros aprenderemos, a no oponer resistencia y a usarla en nuestro favor. Y también aprenderemos desde el principio del bienestar o la ayuda mutua. Solo podremos progresar con la ayuda de nuestro compañero, igual que ellos no podrán avanzar sin nuestra ayuda.
—Venga, levantaos...Vamos a practicar. Poneos por parejas. Respetamos a nuestro compañero y lo demostramos con el saludo—.Ana les mostró cómo hacerlo.
Aquella fue su primera clase. A lo largo de las semanas, los niños, entre caídas y risas, entendieron qué significaba la flexibilidad y avanzar apoyando y siendo apoyados.
Antes de vacaciones iba a ser su primera exhibición delante de los padres. Los críos estaban nerviosos y Ana les comentó que harían un ensayo en la clase.
—Ana, ¡Me he dejado las chanclas!
—No pasa nada Alex. Ya te busco unas.
Ana fue al almacén, allí guardaban todo lo que los niños olvidaban en los vestuarios y que nunca recogían. Había un montón de zapatillas desparejadas, algunas que tenían pareja eran enormes. Por fin, encontró unas que podrían irle bien.
—Puahhh qué asco. Yo no me las pongo.
—¿Por qué?
—Ana son ¡Rosas!
—¿Y? Son unas chanclas.
—No soy ni una niña ni un marica.
Ana no podía creer lo que aquel niño de ocho años le decía. Lo hizo sentar a su lado.
—Alex ¿Recuerdas por qué nos saludamos siempre? Porque es una manera de respetar al otro...
El niño cabizbajo no la miraba.
—El respeto también es con las palabras. No insultamos, hablamos con respeto de todo y de todos. ¿De acuerdo? ¿Lo recordarás?
El niño seguía sin mirarla.
—¿Alex?—Ana le cogió la cara con suavidad para mirarlo a los ojos—Son unas chanclas de tu talla pero si no te las quieres poner no pasa nada, no hay otras, ves descalzo.
Ana lo miraba.
—A mi no me gusta el color rosa pero no porque sea de niñas o de niños sino porque a mí me gustan los colores muy vivos pero si lo tengo que usar, lo utilizo y no me pasa nada. Me adapto.
—Tú eres una chica y nadie se reirá de ti por llevarlo.
—¿Se reirán de ti por llevar unas chanclas rosas? Vaya tontos si lo hacen. No hagas caso. Sabes a mi novia le gusta mucho el rosa y cuando empezó a jugar a fútbol ella se ponía una cinta de ese color, decía que le daba suerte y nadie se reía de ella...
Alex la interrumpió.
—Dirás novio.
—No, mi pareja se llama Dunia.
—Aggsss
Ana sintió que se le encogía el corazón.
—¿Qué quiere decir esto?
Alex la miró. Ana lo miró.
—Soy la misma Ana con novia o con novio.—Dolida se levantó—Ya te puedes ir pero recuerda aquí nos respetamos, seamos como seamos, con rosa o sin rosa, con novios o novias y esto también lo aprendemos aquí.
Alex se marchó a toda velocidad y Ana se levantó con lentitud, con mucha tristeza. ¿Nunca cambiaban las cosas? Estaba segura que las opiniones de Alex no eran de él pero las repetía y llegaría a creerlas. No pensaba que hubiera entendido que tanto daba si te gustaba el rosa o no, los chicos o las chicas, que todos eran personas con iguales derechos.
A la vuelta de vacaciones la sorprendió una reunión con la dirección. Ana le preguntó a Carlos, su coordinador de Judo, si sabía qué pasaba, él lo desconocía y la acompañó. La sorpresa fue mayúscula para ambos: la dirección de la escuela había decidido suspender las clases de Ana.
Carlos estaba más indignado que la afectada.
—¿A qué viene esto?
—Los padres nos han hecho llegar un escrito de queja, exigen que Ana deje de dar clases a sus hijos.
—¿Por qué?
—Parece que has hablado con los niños de tu orientación sexual y que has hecho proseletismo con ellos.
—¡¿Qué?!—Ana y Carlos se exclamaron al mismo tiempo.
La directora les tendió la carta que una comisión de padres había enviado. Ana no podía creer lo que allí se decía y no pudo evitar las lágrimas al leer unas opiniones vengativas y llenas de falsedades. Había humillado a un niño obligándole a usar unas chanchas rosas y hablando de su orientación sexual.
Carlos lanzó la carta sobre la mesa.
—No podéis creer esa basura.
El coordinador se levantó y tendió la mano a Ana.
—Vamos, es más si Ana no hace clases, nadie hará clases.
—Tienes un contrato Carlos.
—Y vosotros la obligación de no creer estas falsedades. Es más, voy a convocar a todos los padres para hablar de este tema.
—¡Carlos! ¡No!
—Calla Ana, esto no va de ti ni de mí. No podemos aceptar la injusticia. Nosotros no enseñamos solo un deporte. Ayudamos a perfeccionar a las personas y contribuimos a un mayor bienestar. No se discriminará a nadie y menos desde nuestra disciplina.
Carlos miró a la directora.
—Me has escuchado hablar muchas veces de los valores del JUDO para el desarrollo integral de los niños y no hablamos solo del cuerpo sino también de la mente. Repiensa tu decisión y lo hablamos. Nadie va a decir que un colaborador mio no es adecuado por sus ideas o por su orientación sexual.¡Vamos Ana!
La cogió del brazo y dejaron a la directora mirándolos incrédula.
No hizo falta convocar una reunión, los padres se avanzaron recogiendo firmas para desmentir la carta enviada por otros padres. Casi tres cuartas partes de padres apoyaron a Ana. La escuela tuvo que reconsiderar su postura y aceptaron que siguiera dando clases y ganando campeonatos.
Alex y algunos otros, pocos, dejaron la escuela de judo.
Aquella fue su primera clase. A lo largo de las semanas, los niños, entre caídas y risas, entendieron qué significaba la flexibilidad y avanzar apoyando y siendo apoyados.
Antes de vacaciones iba a ser su primera exhibición delante de los padres. Los críos estaban nerviosos y Ana les comentó que harían un ensayo en la clase.
—Ana, ¡Me he dejado las chanclas!
—No pasa nada Alex. Ya te busco unas.
Ana fue al almacén, allí guardaban todo lo que los niños olvidaban en los vestuarios y que nunca recogían. Había un montón de zapatillas desparejadas, algunas que tenían pareja eran enormes. Por fin, encontró unas que podrían irle bien.
—Puahhh qué asco. Yo no me las pongo.
—¿Por qué?
—Ana son ¡Rosas!
—¿Y? Son unas chanclas.
—No soy ni una niña ni un marica.
Ana no podía creer lo que aquel niño de ocho años le decía. Lo hizo sentar a su lado.
—Alex ¿Recuerdas por qué nos saludamos siempre? Porque es una manera de respetar al otro...
El niño cabizbajo no la miraba.
—El respeto también es con las palabras. No insultamos, hablamos con respeto de todo y de todos. ¿De acuerdo? ¿Lo recordarás?
El niño seguía sin mirarla.
—¿Alex?—Ana le cogió la cara con suavidad para mirarlo a los ojos—Son unas chanclas de tu talla pero si no te las quieres poner no pasa nada, no hay otras, ves descalzo.
Ana lo miraba.
—A mi no me gusta el color rosa pero no porque sea de niñas o de niños sino porque a mí me gustan los colores muy vivos pero si lo tengo que usar, lo utilizo y no me pasa nada. Me adapto.
—Tú eres una chica y nadie se reirá de ti por llevarlo.
—¿Se reirán de ti por llevar unas chanclas rosas? Vaya tontos si lo hacen. No hagas caso. Sabes a mi novia le gusta mucho el rosa y cuando empezó a jugar a fútbol ella se ponía una cinta de ese color, decía que le daba suerte y nadie se reía de ella...
Alex la interrumpió.
—Dirás novio.
—No, mi pareja se llama Dunia.
—Aggsss
Ana sintió que se le encogía el corazón.
—¿Qué quiere decir esto?
Alex la miró. Ana lo miró.
—Soy la misma Ana con novia o con novio.—Dolida se levantó—Ya te puedes ir pero recuerda aquí nos respetamos, seamos como seamos, con rosa o sin rosa, con novios o novias y esto también lo aprendemos aquí.
Alex se marchó a toda velocidad y Ana se levantó con lentitud, con mucha tristeza. ¿Nunca cambiaban las cosas? Estaba segura que las opiniones de Alex no eran de él pero las repetía y llegaría a creerlas. No pensaba que hubiera entendido que tanto daba si te gustaba el rosa o no, los chicos o las chicas, que todos eran personas con iguales derechos.
A la vuelta de vacaciones la sorprendió una reunión con la dirección. Ana le preguntó a Carlos, su coordinador de Judo, si sabía qué pasaba, él lo desconocía y la acompañó. La sorpresa fue mayúscula para ambos: la dirección de la escuela había decidido suspender las clases de Ana.
Carlos estaba más indignado que la afectada.
—¿A qué viene esto?
—Los padres nos han hecho llegar un escrito de queja, exigen que Ana deje de dar clases a sus hijos.
—¿Por qué?
—Parece que has hablado con los niños de tu orientación sexual y que has hecho proseletismo con ellos.
—¡¿Qué?!—Ana y Carlos se exclamaron al mismo tiempo.
La directora les tendió la carta que una comisión de padres había enviado. Ana no podía creer lo que allí se decía y no pudo evitar las lágrimas al leer unas opiniones vengativas y llenas de falsedades. Había humillado a un niño obligándole a usar unas chanchas rosas y hablando de su orientación sexual.
Carlos lanzó la carta sobre la mesa.
—No podéis creer esa basura.
El coordinador se levantó y tendió la mano a Ana.
—Vamos, es más si Ana no hace clases, nadie hará clases.
—Tienes un contrato Carlos.
—Y vosotros la obligación de no creer estas falsedades. Es más, voy a convocar a todos los padres para hablar de este tema.
—¡Carlos! ¡No!
—Calla Ana, esto no va de ti ni de mí. No podemos aceptar la injusticia. Nosotros no enseñamos solo un deporte. Ayudamos a perfeccionar a las personas y contribuimos a un mayor bienestar. No se discriminará a nadie y menos desde nuestra disciplina.
Carlos miró a la directora.
—Me has escuchado hablar muchas veces de los valores del JUDO para el desarrollo integral de los niños y no hablamos solo del cuerpo sino también de la mente. Repiensa tu decisión y lo hablamos. Nadie va a decir que un colaborador mio no es adecuado por sus ideas o por su orientación sexual.¡Vamos Ana!
La cogió del brazo y dejaron a la directora mirándolos incrédula.
No hizo falta convocar una reunión, los padres se avanzaron recogiendo firmas para desmentir la carta enviada por otros padres. Casi tres cuartas partes de padres apoyaron a Ana. La escuela tuvo que reconsiderar su postura y aceptaron que siguiera dando clases y ganando campeonatos.
Alex y algunos otros, pocos, dejaron la escuela de judo.
¡Ah Conxita!Un relato que pone la piel de gallina y que es tan real como la vida misma, desgraciadamente. Soy docente y he visto ¡ tantas cosas!Pensamos que somos justos, tolerantes, comprensivos, que respetamos a todo el mundo...pero a la hora de la verdad...hay muchísima gente que no lo es. Menos mal que este relato termina bien y al final se hace justicia y son mayoría los padres que defienden el valor del RESPETO al ser humano. ¡Ojalá tomemos una buen lección de ello!Un abrazo.
ResponderEliminarHola Rita por desgracia los niños repiten aquello que muchas veces escuchan de sus mayores y ojalá nos olvidáramos de juzgar y nos dedicáramos a vivir nuestras vidas respetando a las personas.
EliminarComo bien dices nos creemos que somos muy tolerantes hasta que se deja de serlo y nos molesta lo que hace el de al lado, porque es de otro país, o por su manera de pensar, sus creencias, su sexualidad o cualquier cosa que lo hace distinto.
Ojalá se respetara mucho más al ser humano.
En mi relato he querido que acabara bien aunque soy consciente que no siempre se es justo ni se da la razón al que la tiene, en este caso mi protagonista y que muchas veces se toma la decisión más fácil.
Un abrazo y muy feliz semana
Si lo que tan bien cuentas no es real, podría serlo perfectamente. Se te pone la carne de gallina de ver lo que algunos padres del siglo XXI siguen sembrando en sus hijos.
ResponderEliminarBesos, Conxita.
Por desgracia Macondo actitudes como estas son más frecuentes de lo que nos gustaria. Vive y deja vivir a mi me parece una buena manera de vivir.
EliminarBesos y muchas gracias por tu tiempo.
Asombrada ante tu texto te leo
ResponderEliminarme gusta tu forma de decir las cosas
Eso estoy tratando de dejar de hacer prosa
para dedicarme más a escribir lo que siento y creo
Abrazos llenos de frío de un Miami no caribeño
Eres una genialidad besos
Muchas gracias Recomenzar.
EliminarPersonalmente creo que se debería hablar de todo respetando siempre al otro.
Mi idea del mundo no es el mundo, es solo lo que yo creo que es el mundo.
Sigue escribiendo de aquello que gustes y te llene, se trata de sentirse bien haciendo lo quenos gusta.
Espero que vuelvael tiempo cálido a tu Miami.
Besos
Imagino que sin ser una historia real, se aproxima demasiado a la realidad que nos rodea. Más ahora con esa ola de involución que va llegando.
ResponderEliminarBesos.
Ya sabes Alfred que la realidad supera a la ficción y solo tenemos que leer las barbaridades que se dicen en redes sociales o los políticos.
EliminarPor desgracia cada día parece que somos más intolerantes con todo aquello que es diferente.
Un beso y feliz semana
Son necesarias palabras como estas en estos tiempos que corren, amiga
ResponderEliminarUn abrazo
Vaya tiempos Ildefonso, en lugar de avanzar parece que retrocedemos a toda velocidad.
EliminarDa miedo leer tanto odio y resentimiento hacía todo aquel que es diferente o piensa y siente distinto.
Un abrazo
Lo lamentable es que haya tendencias de educación en la discriminación desde las casas. Padres de Alex siempre ha habido, pero se callaban por no quedar como energúmenos, ahora, sin embargo, se sienten legitimados por las urnas y lo positivamente incorrecto a voz en grito sin que se les pare.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Albada Dos lo cierto es que parece que vamos para atrás y cada vez se es más intolerante con todo aquello que es distinto.
EliminarEstoy contigo que intolerantes siempre han habido pero sí se contenían y ahora, aumentado por políticos inútiles e irresponsables, la intolerancia se legitima y cuanto más se grite, humille e insulte más se aplauden estas actitudes.
Triste panorama el que se ha dibujado.
Un abrazo
Por suerte, terminó imponiéndose el sentido común y el respeto. Qué lástima que esto no siempre sea así, al contrario, muchos manipulan a los niños y los utilizan para imponer su ideología; lo estamos viendo a diario. Excelente relato Conxita, como siempre. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias Marisa me alegra que te haya gustado.
EliminarLos niños repiten lo que escuchan en casa y el problema es cuando se educa en la intransigencia porque al final esos críos las acaban haciendo suyas.
No sé yo, parece que cuesta lo mismo educar en la tolerancia y el respeto a la persona.
Un abrazo y muy feliz semana
Hola, Conxita. Para comenzar, me ha encantado el concepto de flexibilidad de los sauces frente a los cerezos. Un ejemplo perfecto para la vida. Parece que estamos viviendo unos tiempos claramente involucionistas y lo triste es que los políticos ultras hayan trasladado sus delirios hacia las aulas. Y es precisamente todo lo contrario. El otro día hablaba con una persona de 17 años y precisamente de lo que se quejaba es de la nula educación sexual que les habían impartido en su centro escolar. Luego llegan los embarazos no deseados y sus consecuencias. Este es un solo un ejemplo. TÚ en tu estupendo relato lo has narrado con otros casos y ejemplos que ponen de relieve el peligro de la intolerancia.
ResponderEliminarBesos y buena semana.
Hola Miguel me alegra que te haya gustado.
EliminarMe pareció que esa metáfora era muy visual y que ilustraba perfectamente el concepto de flexibilidad.
Estoy contigo que estamos viviendo unos tiempos de involución y en la que discursos llenos de odio hacía todo lo diferente se están imponiendo. Y sí, ya han llegado a las aulas y a intentar condicionar el trabajo de los profesores diciendo qué pueden decir y qué no. Muy peligroso esos intentos de controlar lo que se enseña y educa.
Que haya mucha información en internet, no significa que se tenga formación y como bien dices hay muy poca educación sexual en la escuela. Hay muchos padres que prefieren que los hijos se "enteren" por fuera, que hablando con tranquilidad en la familia y en la escuela. Se tiene que poder hablar de todo y adaptado a la edad de los chicos.
Muchas gracias por tu visita.
Besos y feliz fin de semana
Un gran mensaje el que hoy encierra tu estupendo relato, ya que como profesora prejubilada y antigua defensora de esta y otras muchas causas de discriminación social, estoy más que convencida de que todavía se siguen dando comportamientos sexistas y machistas intolerantes con quienes no van con el mismo "cencerro" puesto al cuello. Es denigrante que dentro del actual panorama político no solo de nuestro país, sino de otros muchos que se las dan de civilizados y demócratas, continúe imperando el rechazo y la falta de respeto a cualquier opción sexual. Ya ni siquiera menciono los terribles castigos de países árabes donde se cometen auténticas barrabasadas.
ResponderEliminarDe modo querida amiga Conxita, que me uno a tu reivindicación en favor de una educación en igualdad y sin prejuicios, que eviten este tipo de conductas que estupendamente has plasmado en tu relato.
Un beso grande.
Hola Estrella muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarOjalá no hubiera ninguna duda en esa educación en igualdad y sin prejuicios. Asusta la involución que estamos sufriendo y el terrible papel que están jugando unos políticos irresponsables que incitan al odio hacía todo aquel que sea o piense diferente a ellos.
Imagino que como profesora has vivido muchas situaciones en las que los chicos transmiten prejuicios de sus padres, el problema es que esos prejuicios se acaban asumiendo como la manera adecuada de vivir.
Por desgracia aún hay muchos tabús y incomprensión hacía otras opciones sexuales. Con lo fácil que parece el vive y deja vivir. Y sí como comentas en otros países es terrible el trato o el maltrato a todos aquellos que tienen opciones sexuales distintas.
Un beso enorme y muy feliz fin de semana
Hola Conxita, me gustó esta clase de judo. El simil de los árboles es genial. Eso por un lado, y por otro que tengas que dejar las clases de judo por que la profesora (que puede ser un estupenda profesional) sea lesbiana. Una historia muy actual, y bueno, hablar de sexo en el aula, esto para algunos un sacrilegio, casi. Un abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarHola Emerencia me alegra que te gustara la clase de judo. Tengo que reconocer que yo nunca lo he practicado pero sí que sabía que detrás de sus enseñanzas hay una filosofía basada en el respeto por el otro y eso me parecía ideal para hablar de la falta de respeto por todos aquellos que piensan, sienten o aman diferente.
EliminarPor desgracia la intolerancia se está colando en las calles y me parece especialmente grave en las aulas porque en lugar de querer que sean espacios abiertos, para enseñar a pensar, se quiere limitar, prohibir y provocar intolerancia.
Me gustaría creer que volverá el sentido común y se aislará a los intolerantes pero por ahora parece bastante lejos y se asiste a un aumento de barbaridades dichas por políticos.
Un abrazo y feliz semana
Querida Conxita,
ResponderEliminarSé, porque lo veo a diario en las noticias, que estas cosas existen y continúan pasando; pero Gracias a Dios, y sin haberlo forzado, jamás me he encontrado este problema en casa. Muchas veces creo que el hecho de viajar ha contribuido mucho a ello, pero tengo la gran suerte de tener a una adolescente empática, tolerante y flexible que, incluso a veces, me da grandes lecciones y me enseña sobre nuevas tendencias en la sociedad actual. Creo que, en la mayor parte de las ocasiones, los hijos son lo que los padres enseñamos.
¡Buen relato para reflexionar!
Hola Macarena desde luego viajar es una de las mejores maneras de aprender a ser flexible, tolerante y como dices empático, conocer otras culturas y maneras de vivir nos ayuda a entender qué no hay una única manera de hacer o de pensar y eso es una vacuna contra la intolerancia, ¿verdad?
EliminarA veces he sentido vergüenza ajena viendo a viajeros insensibles con las costumbres y las culturas de los países que visitan, y una se pregunta por qué viajan, que se queden en casa que seguro que nada ni nadie los molestará. A mi me gusta recordar que nuestra idea del mundo, no es el mundo sino solo nuestra manera de ver el mundo.
Estoy contigo que sí en muchas ocasiones los hijos son lo que los padres enseñamos, por supuesto y también que se educa más con lo que hacemos que no con lo qué decimos.
Gracias por tu visita, un beso enorme.
Un relato real como la vida misma.
ResponderEliminarMe ha encantado la metáfora de la flexibilidad de sauces y cerezos.
Al igual que la amiga Estrella Amaranto me uno a tu reivindicación en favor de una educación en igualdad y sin prejuicios, que eviten este tipo de conductas.
Un abrazo y feliz semana.
Muchas gracias Carmen, me alegra que te haya gustado la metáfora y es que me pareció una manera preciosa de mostrar que a veces se es más fuerte siendo aparentemente débil.
EliminarDesde luego como maestra, igual que le pasa a Estrella imagino que habéis visto muchas situaciones en las que la intolerancia y los prejuicios aparecen, el problema es que los chiquillos a veces los traen incorporados de casa.
Un abrazo y muy feliz fin de semana
Me he quedado con un nudo en la garganta... me ha emocionado tu relato. Cuánto me gustaría que los casos de discriminación terminaran así, lamentablemente la gran mayoría en el hipócrita silencio y la falsa moral, terminan al contrario.
ResponderEliminarExcelente trabajo, como siempre. Un beso.
Hola Alma tienes razón que no siempre acaba bien como en mi relato pero para mi protagonista he querido que la razón se impusiera pero eso por desgracia no siempre es así, al contrario algunas personas son despedidas para evitar otros problemas porque hay mucha hipocresía y sí falsa moral.
EliminarGracias por tus palabras, siempre generosas con mis letras.
Un beso enorme
hola, Conxita:
ResponderEliminarEn mi vida de docente he topado más de una vez con situaciones semejantes. Los que estamos cara al público tenemos contacto con todo el abanico social de sensiblidades, creencias, manías, simpatías, etc. En unas ocasiones -la mayoría, afortunadamente- nuestra palabra y comportamiento logra vencer las ideas falsas y preconcebidas con que muchos alumnos arriban a las aulas, pero hay otras, como en el caso de Álex, en que es imposible vencer las resistencias. Menos mal que no estamos solos y que siempre hay compañeros y personas -como en tu relato Carlos- que se solidarizan con nuestra situación y comparte nuestro compromiso luchando activamente por cambiar las cosas.
La metáfora de los sauces es bellísima y creo que hay que tenerla presente siempre en todo.
Muy hermoso tu relato, Conxita. Un beso
Hola Juan Carlos y muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarA mí me pareció que esa metáfora ilustraba perfectamente que no siempre el más fuerte es el que acaba ganando.
Hace un tiempo comentando con un profesor de educación física sobre la importancia del deporte en la escuela me hablaba de todos los valores que se pueden trabajar y que se debería primar más en la escuela y eso está detrás de esta historia, como la protagonista quiere enseñar algo más que deporte, una manera de estar en la vida a sus alumnos.
Imagino que como docente has visto muchas situaciones en las que como bien cuentas los alumnos llegan con ideas preconcebidas a las aulas y justo ese trabajo tan cuestionado y tan importante que hacen los docentes para abrir mentes, ser tolerante y respetuoso con todos. Eso me parece tan importante y por ese motivo aún es más indigno lo que se está haciendo por parte de políticos irresponsables de cuestionar la profesionalidad de los docentes y toda esa polémica absurda con el pin parental.
Muchas gracias por tu tiempo.
Un beso y muy feliz fin de semana
Está claro que Ana no superaba el pin parental si existiera en ese centro.
ResponderEliminarCreemos que vivimos en una sociedad moderna, avanzada y progresista, pero nada de nada. Los retrógrados abundan por doquier y no es que hayan salido ahora, es que estaban agazapados esperando una oportunidad propicia para dejarse ver.
La postura de un niño tan pequeño sobre la sexualidad está condicionada por lo que oye en casa, el lugar donde nadie puede entrar a ver qué se dice o hace. Pero para compensar está la escuela, o los centros educativos de cualquier materia, para hacer ver realidades que en un hogar no se dan.
Perdona el discurso, pero ya sabes que ahora está la cosa muy caliente a cuenta de lo que se dice en los colegios.
Cambiando de tema (o no), hay una frase que viene a decir algo así como 'elige las batallas que puedas ganar'. No siempre oponer fuerza, como los cerezos, es lo adecuado, a veces es mejor doblarse y aguantar pero permanecer.
Genial relato.
Un besote.
Hola Paloma estoy contigo en que parecía que vivíamos en una sociedad moderna pero la realidad es que cada vez hay un mayor retroceso en temas que parecía que habíamos avanzados y es que los discursos irresponsables de algunos han hecho que vuelvan conductas, actitudes y pensamientos que parecía ya no estaban pero solo se escondían y ahora se puede decir cualquier barbaridad y encima se los aplaude.
EliminarLeyendo y viendo me vienen a la cabeza los versos del pastor Martin Niemöller con el poema que falsamente se atribuyó a Bertolt Brecht, se han dejado pasar demasiadas actitudes intolerantes porque afectaban a otros y ahora ya los tenemos en cualquier rincón diciendo barbaridades.
Qué bueno eso de elegir las batallas que puedas ganar, totalmente de acuerdo contigo.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso enorme y muy feliz semana
Hola Conxita.
ResponderEliminarTu relato poría ser perfectamente real, por desgracia.
Lo bueno es que hay personas con calidad humana qu eluchan contra las injusticias.
Muy feliz día.
Hola Gema seguro que la realidad supera a la ficción de mi relato. Tal y como hemos comentado cada vez hay más actitudes retrógradas e intolerantes de este tipo que se muestran sin ningún pudor.
EliminarOjalá solo fuera ficción y sí estoy contigo en que también al lado de los intolerantes hay muchas personas que luchan para que esto no pase, que se atreven a parar los pies a los intolerantes.
Un beso enorme y muy feliz domingo y semana
La directora, apoyando a los intransigentes, se puso a su altura, o mejor dicho a su bajeza. Parece mentira que, a punto de iniciar la segunda década de este siglo XXI, todavía hayan padres que (esos sí) inculcan y adoctrinan a sus hijos en la homofobia, la xenofobia y muchas otras fobias antisociales.
ResponderEliminar¿Y qué decir del deporte? Lo que debería ser un fair play se convierte muchas veces en una batalla campal, en una demostración de intolerancia y una expresión del más puro machismo contra los equipos femeninos.
Por desgracia, todavía nos queda mucho camino por andar para lograr una sociedad igualitaria y tolerante ante las diferencias.
Muy buena historia para poner de relieve esta injusticia.
Un beso.
Hola Josep Ma la directora quiere evitar problemas con los padres y como muchos otros cree que echando el problema se acaba el problema, sin entender qué la escuela como el deporte tienen que fomentar la tolerancia, la diversidad, el fair play que comentas.
EliminarEs terrible ver esos partidos de chicos en que los padres desde las bandas insultan y fomentan la agresividad contra el rival y contra el árbitro, me parece tan horroroso. Se tendría que atajar cualquier falta de respeto o intolerancia en el deporte, empezando por las ligas infantiles y siguiendo por las de adultos, cualquier muestra de intolerancia, racismo, machismo, incitación al odio, etc tendría que ser contestada con una sanción de las que duelen para que los propios clubs sean los primeros interesados en hacer del deporte un lugar respetuoso, tolerante y en el que el espectáculo sea el juego y no los energúmenos en las gradas. Pero me parece que estamos lejos de eso y aún hay algunos que insultan a los jugadores por el color de su piel, o insultan a un jugador mentando e insultando a su mujer. Muy triste.
Como dices queda mucho por andar.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso enorme y muy feliz y soleado domingo
Muy buena aportación a la tolerancia y el respeto, Conxita. Ojalá lo leyeran todos los padres de Alex que hay por el mundo, aunque no creo que entendieran nada.
ResponderEliminarLos mismos que en este país nos dan lecciones de Constitución a todos, los mismos que votaron en contra de la misma y ahora la toman coco su catecismo particular, esos mismos, ahora, con temas tan importantes como los derechos civiles, se saltan esa misma Constitución a la torera y pretenden anular lo que dice en cuanto a la no discriminación por raza, religión, orientación sexual, etc. La Carta Magna solo para lo que les interesa. Menuda panda de energúmenos.
Un beso.
Hola Rosa estoy contigo en que hay demasiados padres de Alex por el mundo y lo peor es que están convencidos que su manera de ver el mundo es la única manera.
EliminarY totalmente de acuerdo los que dan lecciones son los que se la pasan por el forro cuando no les interesa, y sobre todo cuando han de contribuir con sus impuestos a financiar la sanidad, la escuela, o las carreteras. En fin creo que el discurso irresponsables de algunos malos políticos han hecho que todo esté permitido y actitudes que parecían erradicadas ahora campan a sus anchas de nuevo, hay una involución democrática en muchos sentidos y liderada por esos mismos que se llenan la boca de España y de banderas.
Pues sí menuda panda de energúmenos y ahí están y subiendo.
Un beso enorme y muy buena semana
La sociedad es como una campana de Gaus,... afortunadamente la mayoría de la sociedad se encuentrta en posiciones de "normalidad", y solo los extremos, por uno y otro lado, desafinan.
ResponderEliminarHermoso relato Conxita!
Muy buena la comparativa El baile de Norte y ojalá esos extremos desafinen cada vez más hasta que desaparezcan. Con frecuencia es que son los que más gritan y más ruido hacen y eso nos hace creer que son muchos más de los que son, aunque son demasiados.
EliminarGracias por tus palabras.
Besos
Hola Conxita.
ResponderEliminarno he parado de leer hasta llegar al final, me ha encantado.
Hola Jordi, muchas gracias por decírmelo.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado.
Un beso enorme :)
Hola Conxita, me ha encantado tu relato. El respeto y la tolerancia en estos tiempos no andan muy sobrados a pesar de lo mucho que se habla de ellos. Un beso.
ResponderEliminarComo dices Mara últimamente no se va muy sobrado de respeto y tolerancia, al contrario cuanto más intolerante mucho mejor.
EliminarOjalá este tipo de conductas solo se dieran en la ficción.
Besos
Me estremezco y eso que es un relato, pero dice mucho y es como la vida misma...
ResponderEliminarUn abrazo.
Mari Carmen dice mucho ese estremecerse aunque solo es un relato...Lo cierto es que la realidad supera a la ficción en muchos casos y situaciones en las que prima la falta de respeto y la intolerancia, por desgracia, las estamos viendo con demasiada frecuencia.
EliminarUn abrazo
Hola Conxita, en tu relato hay un reflejo exacto de la realidad que por desgracia se vive en la mayoría de sociedades. La educación dirigida a fomentar el respeto, la igualdad, la no discriminación en ninguno de sus sentidos es fundamental para acabar con este tipo de conductas que tanto daño nos hacen.Siempre he dicho y lo creo firmemente que la educación basada en estos valores es la base para que otra sociedad y otro mundo sean posibles. El ejemplo que has puesto sobre la fuerza del cerezo y la flexibilidad del sauce es muy bueno y acertado para la comprensión de que no es tan importante la fuerza como la flexibilidad en nuestras vidas.Enhorabuena por tan magnífico relato y tan buenísima reflexión.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo con todo mi cariño.
Hola Marina estoy contigo que la educación es fundamental y una educación en la que no se diga de lo que se puede hablar, debatir o comentar y de lo que no, la educación ha de ayudarnos a pensar y a respetar a todo aquel que piensa y siente diferente. Estoy completamente de acuerdo contigo que una educación que fomente el respeto, la igualdad y la no discriminación es fundamental para que otra sociedad y mundo sean posibles. Ojalá.
EliminarMuchos creen que su manera de ver la realidad se convierte en la realidad y solo es una parte, la suya. Me pareció que la metáfora del sauce era muy adecuada para una sociedad que necesita mucha más flexibilidad y adaptación.
Muchísimas gracias por tus cariñosas palabras, gracias de corazón.
Que tengas una muy feliz semana, besos.
Hola Conxita!! Tu relato está de lo mas actual con el tema del "pin parental" aunque tu escrito sea sobre el deporte.
ResponderEliminarBesos.
Hola Conchi sí por desgracia el pin parental es otra de las barbaridades que últimamente algunos se dedican a publicitar.
EliminarEs muy triste ver como algunos se dedican a utilizar la escuela con fines partidistas, en lugar de intentar que sea un espacio protegido de las tonterías de cualquier iluminado que se permite insultar el trabajo tan importante que hacen los docentes, enseñar a pensar.
Besos
Gracias Unknown por tu visita.
ResponderEliminarSaludos
Mi querida gracias por tus escritos y por tu comentario en mi blog
ResponderEliminarCuando escribas hazlo por favor de la otra manera ya que me escribieron que el texto del comentario lo habia escrito yo. No uses el cell.Tu sabes la gente a veces tiene cosas raras y tuve que borrar un abrazo
Hola Mucha lamento que te diera molestias pero cuando escribo desde el móvil blogger se identifica con el logotipo sin fotografía.
EliminarUn abrazo
Conxita Casamitjana said...
ResponderEliminarDemasiados se apuntan a juzgar, es fácil, no cuesta nada, qué importa conocer los motivos, para qué...
Ojalá hubiera menos críticosy más empatía, seguroque el mundo sería un poquito mejor.
Y sí aprender a vivir la vida como tú haces, que son dos días y uno ya lo tenemos medio gastado.
Un beso
(Escribo desde el móvil y por eso no sale mi foto)
Sí, como te decía en el comentario anterior cuando escribo desde el móvil no sale mi fotografía. Lamento que te haya dado molestias.
EliminarUn abrazo
Muy real tu relato. Excelente reflexión
ResponderEliminarUna sociedad intolerante y con poco respeto.
Un beso.
Gracias Amalia, a veces da la sensación que cada vez somos más intolerantes y eso es muy triste.
EliminarRespetar al otro, sea como sea, no debería ser tan complicado.
Un beso enorme
¡Pues sí! más que un relato es la pura realidad de lo que ocurre en muchas escuelas, sobre todo esas que se denominan de élite y en las que no entras si no tienes unas creencias, ideas y tendencias políticas convenientes.
ResponderEliminarLo triste es que en las públicas también haya personas de mente cerrada y prejuicios raciales, homófobos y machistas.
Repito: La triste realidad, y que como dice Reverte: Prejuicios que solo se curan con educación y cultura.
Un beso.
Hola francisco parece terrible que en lugar de poner todos los medios y recursos para que nuestras escuelas sean lugares en los que se practique la tolerancia, el respeto, la no discriminación... haya algunos que busquen potenciar los enfrentamientos, decidir aquello que se tiene que escuchar o hasta pensar. Me parece francamente una involución y muy peligroso. Y por desgracia esa involución se nota en discursos cargados de odios y prejuicios que solo crispan la sociedad.
EliminarEducación y cultura me parece siempre un excelente binomio.
Un beso y muy feliz semana
Pobre Álex, qué ideas más antiguas le han transmitido. Yo entiendo que algunas personas no puedan asimilar determinadas cosas; no todo el mundo puede tener la mente abierta a ideas a las que no está acostumbrado o que le han enseñado a pensar que son "inadecuadas". Pero eso es una cosa y despreciar, insultar o infamar es otra muy distinta.
ResponderEliminarComo siempre, muy realista y reflexivo tu relato.
Un abrazo.
Cierto Ángeles, ideas muy antiguas y poco respetuosas. El pobre Álex repite lo que otros, probablemente sus padres, piensan y lo más triste es que si no encuentra a profesores que le ayuden a ver otras realidades acabará pensando que solo existe su manera de ver el mundo y eso es de lo más restrictivo.
EliminarComo bien diferencias no siempre es posible compartir otras maneras de sentir, pensar o querer porque se les ha enseñado a pensar que son inadecuadas pero es importante respetar a todo el mundo.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo y feliz semana
Me ha encantado la historia de los cerezos y los sauces. Dos formas de afrontar la adversidad y aquí el que parece fuerte acaba perdiendo... Menos mal que en tu relato Ana conserva su trabajo y no se comete una injusticia con ella.
ResponderEliminarMJ me alegra que te haya gustado.
EliminarEsa metáfora me pareció muy bonita y adecuada para la historia porque muchas veces es siendo flexible que conseguimos sortear dificultades y no empeñándonos en ser los más fuertes.
No siempre en la realidad acaba tan bien, pero quise que sí lo hiciera en mi historia. El deporte nos ayuda a trabajar valores, el respeto por el otro, la solidaridad, la ayuda, la flexibilidad, la aceptación...
Un beso y muy feliz semana
Hola Conxita!! Una historia preciosa y con un gran trasfondo que da qué pensar. ¡Gran relato! Besos!!
ResponderEliminarMuchas gracias Ana me alegra que te haya gustado.
EliminarParece que sería más sencillo poner menos etiquetas y escuchar, respetar más a todos aquellos que piensan diferente.
Un beso y feliz semana
Una admirable y a la vez real exposición de una realidad que nos abarca a todos. Un estilo delicado y a la vez contundente lleva al resultado final y lógico.
ResponderEliminarUn texto brillante y lúcido..., en contraposición a otros, manidos e interesados, sobre el denominado pin parental.
Que opciones políticas e ideológicas interesadas tratan de manifestar.
Fuerte abrazo Conxi.
Hola Ernesto me alegra que te lo haya parecido. Gracias por decírmelo.
EliminarDesde luego toda la controversia que se está generando sobre el pin parental me parece una muestra más de la absurdidad en la que parecen haberse instalados algunos, sería de risa si no fuera porque cada vez hay más personas que compran esos discursos interesados que buscan generar odio, despreciar al diferente y culpabilizar a todo aquel que no piensa igual que ellos.
En estos días he recordado por desgracia que algunos de esos mensajes de odio, esos mismos personajes que se llenan la boca de derechos y deberes (eso sí que se aplican a los otros, ellos se olvidan rápido del país a la hora de pagar impuestos por ejemplo) lo han utilizado con mucha frecuencia contra los catalanes y en algunos casos tristemente se les ha comprado. Da rabia ver que siguen machacando a todo aquel que piensa diferente. Ojalá hubiera mucho más respeto y educación por todas las ideas y personas.
Un abrazo Ernesto
Menos mal. He venido por aquí unas cuantas veces y me era imposible comentar y hoy veo que sí puedo bieeennn.
ResponderEliminarQue triste es que se siga pensando así. Pero por desgracia es muy real.
Queda mucho camino por delante para que este mundo sea más tolerante y flexible como los sauces Conxita. Respetar y educar en el respeto a las persosas sea cual sea su identidad, es primordial para sociedad.
Gran relato para rellexionar.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
Hola Laura ya he leído que estás teniendo problemas para comentar, no tengo mucha idea qué puede pasar. Sí que he notado que en alguno de los blogs que sigo me da problemas para entrar directamente pero no sé cuál es el motivo, sea lo que sea espero que se solucione pronto y por lo menos te ha dejado comentar.
EliminarHay mucho trabajo por hacer porque últimamente parece haber habido un rebrote de actitudes intolerantes y discursos muy extremos que buscan culpabilizar a todo el que sea diferente.
Estoy contigo que respetar y educar en el respeto a las personas sean como sean es fundamental para tener una sociedad mucho más digna.
Un abrazo y muy buena semana
Parece mentira, sí, que andemos todavía con esos mimbres. Y no sé si se vislumbra una sociedad más tolerante.
ResponderEliminar(Disculpa una vez más mis deformaciones (y entrometimientos): en "¿Por qué sabéis que el judo viene del Japón, verdad?" el "por qué" sería porque, junto y sin acento; el signo de interrogación lo pondría solo en "¿verdad?". En "levantaros" y "poneros por parejas", lo correcto, al ser imperativo, es levantaos y poneos. Por otro lado, el plural de sí y no es síes y noes, no "sis" y "nos").
Todo ello con cariño, claro.
Abrazos.
Hola Ignacio gracias por tus aportaciones que ya he modificado. No es ningún entrometimiento por tu parte y por favor no lo sientas así porque me gusta que me lo comentes y me ayudes a corregir esos fallos que son importantes. Gracias de verdad por comentarlo.
EliminarEstoy contigo que cada vez se nos está quedando una sociedad más intolerante, en lugar de avanzar parece que retrocedemos y se blanquean discursos que deberían estar relegados en el baúl de los olvidos, del que nunca deberían salir. No consigo entender la irresponsabilidad de algunos supuestos políticos con estos discursos que solo propician odio y resentimiento hacía toda persona que sea o piense diferente.
Un abrazo y muy buena semana
Muchos energúmenos todavía en esta sociedad.
ResponderEliminarDe verdad que a veces parece que estemos en el Paleolítico.
Besos.
Hay muchos más de lo que parecía Xavi, ahora están desatados y no se cortan en insultar, humillar y ofender a todos aquellos que sean distintos.
Eliminar¿Paleolítico? Peor diría, muy triste este retroceso en derechos.
Besos
Muy mal por el tocayo Alex.
ResponderEliminarHola Alexander, el tocayo de momento habla por boca de otros (sus padres seguramente) pero si no encuentra alguien que le abra la mente acabará asumiendo esas opiniones como propias.
EliminarUn abrazo y feliz semana
Me alegra que te haya gustado Julio David.
ResponderEliminarGracias por dedicarle tu tiempo.
Un abrazo y muy feliz semana
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ResponderEliminarI follow you through GFC! If you want, go to my blog :)
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Hi Nastya
EliminarThank you very much for your visit.
Regards
Estoy encantado con el colegio público de mis hijas, su programa de integración hacia las personas con discapacidad ha sido reconocido por la Comunidad de Madrid, y todos los años hacen las paraolimpiadas participando la totalidad de alumnos, es emocionante contemplar como los no discapacitados ayudan a algunos discapacitados, y es así ya desde pequeñitos. En la clase de valores mi hija mayor me dice que ya saben que no hay colores de chicos y chicas, etc, etc.
ResponderEliminarEso sí, la tolerancia y el respeto hay que traerlo ya desde casa. Gran relato, judo, sauces y cerezos mediante, interesante fusión.
Beso, Conxita.
Hola Paco qué interesante experiencia, así debería ser en todas partes y justo es esa colaboración y ayuda entre los chicos lo que integra y normaliza cualquier tipo de diferencia. Y aunque las escuelas tienen un papel fundamental, es necesario como bien dices que se traiga desde casa. Aceptar y respetar a todo aquel que es distinto.
EliminarEl deporte es fantástico para trabajar muchos valores y no solo quedarse en la competividad. Me alegra que te haya convencido el relato con esa fusión incluida.
Un beso enorme
Conxita ese es el mayor problema que enfrentamos los humanos, las etiquetas que les ponemos a las cosas. Sin importar el contenido, por su etiqueta lo apreciamos o despreciamos, y así pasa con todo, desde los productos que consumimos en el supermercado, hasta el nivel social o condiciones de vida de nuestros semejantes.
ResponderEliminarTodavía apestamos, pero creo que poco a poco nos iremos limpiando de tantas capas de mugre acumulada por años.
Buen relato Conxita, tremendas enseñanzas y muy natural la manera de abordar el tema de la sexualidad.
Agradable semana.
Totalmente de acuerdo I.Harolina vaya manía tan absurda y simplista de poner etiquetas y como bien dices se valora en función de la etiqueta no del contenido. Nos quedamos en lo superficial sin querer entender que nuestra visión del mundo, solo es nuestra visión, nuestro mapa del mundo, no el mundo.
EliminarNo sé si se limpian esas capas de mugre o cada vez se ponen más, por lo menos por la vieja Europa parece que retrocedemos apasos agigantados y asusta ver discursos cargados de odio hacia todo aquel que piense, sienta o ame diferente.
Muchas gracias por tus palabras.
Feliz semana
Poco a poco normalizaremos la situación, parece mentira pero hace no muchos años esto parecía inviable, valoremos lo conseguido y luchemos por seguir avanzando.
ResponderEliminarSAludos.
Hola Manuela como bien dices poco a poco normalizaremos la situación, y sí es mucho lo conseguido aunque hay todavía mucho por hacer. El problema es que algunos se resisten a aceptar lo conseguido y buscan la confrontración y el rechazo hacía toda persona que sea diferente, de nosotros depende no consentirlo y seguir avanzando.
EliminarSaludos y buen fin de semana
Una historia muy real, por fortuna tú le has dado un final feliz pero podría no serlo. Los prejuicios avanzan en estos tiempos.
ResponderEliminarYa lo argumento hace cien años Kropotkin, el apoyo mutuo es la base del progreso de la humanidad. Lo olvidamos por desgracia.
Pasa algo en el enlace a tu blog, está vacio, no he podido llegar aquí desde mi blog.
Un abrazo.
Hola Laura tienes razón en que muchas de las historias reales no acaban con el final de mi historia, al contrario.
EliminarMi primer recuerdo con la escritura, hace muchísimos años, fue para reescribir una obra de teatro que su final no me gustaba y eso aún lo sigo haciendo, como en este relato. Por desgracia la intolerancia y los intolerantes cada vez tienen más altavoces y lo de vive y deja vivir hay muchos que no se lo aplican. Como bien dices citando a Kropotkin el apoyo mutuo es la base del progreso de la humanidad, qué pena que se olvide.
Revisaré lo que comentas del enlace, también me está dando problemas para acceder a otros blogs. A ver si consigo saber qué pasa y arreglarlo. Gracias por decírmelo.
Un abrazo y muy feliz fin de semana
Aunque soy de los que piensan que en la viña del Señor tiene que haber de todo, en este relato tengo muy claro que Alex es una víctima de padres intolerantes y homófobos. Y lo preocupante para mi, son esos pocos niños que se marcharon junto a Alex ¿que le enseñarán el día de mañana a sus hijos?....Por lo que volvemos al principio: que en la viña del Señor seguirá habiendo de todo...
ResponderEliminarMe gustó mucho, Conxita.
Un abrazo.
Hola Manuel, cierto somos muchos y hay de todo pero aquellos que reclaman para sí todos los derechos con frecuencia son los que olvidan que los otros también los tienen para pensar, sentir o querer o hacer lo que quieran de forma diferente. Más tolerancia y respeto por los otros, no solo por uno mismo. La visión del mundo que tenemos cada uno de nosotros no es el mundo, solo nuestra manera de mirarlo y pretender que todos vean con nuestros mismos ojos es aparte de difícil, un problema.
EliminarLa intolerancia para Álex viene de casa y espero que encuentre a muchos profesores y otras personas que le ayuden a ver que se debe respetar al otro, sea como sea, nos guste más o menos, estemos de acuerdo o no. Respeto como mínimo.
Me alegra que te haya gustado, gracias por decírmelo.
Un abrazo y muy feliz fin de semana
Has tocado este tema con un buen ejemplo. La pena es que todavía hay gente intolerantes con los distintos.Todo es educación a la intolerancia. Es una pena que hay padres que educan como los años cuarenta.Tengo un primo casado con un chico maravilloso y la familia de ese chico no le habla, tanto sus padres como sus hermanos mayores. Nunca ha comprendido que se puede ser feliz de otra manera. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mamen por desgracia cada vez hay más muestras de intolerancia y en lugar de avanzar hay veces que parece que retrocedemos.
EliminarEjemplos como el que tú comentas son una pena, se trata de respetar y aceptar que somos diferentes. La lástima es el dolor que causan esas actitudes de rechazo incomprensible, es su hijo quiera a un hombre o a una mujer. Ellos pierden más.
Un abrazo
También a mi me ha pasado lo del enlace, en ocasiones no me lo permite, pero creo que no es sólo un problema de tu ordenador, sino que desde que se está cambiando esto de las lineas, en ocasiones cuesta enlazar y hasta conectar.
ResponderEliminarEl tema que has tocado es de pura actualidad, pero estando en el s xxI seguimos pensando como en el medioevo. Falta educación y sobra control; educación, eso es lo que falta.
Salut
Hola Miquel si a veces no puedes acceder a un blog porque no hay enlace y son blogs a los que accedías y seguramente sí está relacionado con lo que comentas.
EliminarHay veces que escuchando y viendo actitudes, sí que parece que estemos en el medievo. Triste este retroceso.
Cierto la educación siempre es una buena vacuna para la intolerancia.
Salut
Me ha encantado tu texto y la foto es muy inspiradora. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Rocio , bienvenida a este espacio de letras. Me alegra mucho que hayas decidido quedarte y espero seguir comentando contigo los relatos.
EliminarPor supuesto que me pasaré por tu blog.
Un saludo
Hola Conxita!! Muy buen relato, se me había pasado por alto y me ha encanto como has tratado este tema. Ojalá fuera capaces de vivir y dejar vivir en paz a lo demás. ¡Genial relato! Besos!!
ResponderEliminarGracias Ana por tu comentario.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo y con ese vive y deja vivir en paz.
Un beso
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