Blanca cerró la
maleta mientras escuchaba refunfuñar a lo lejos a Juan sobre el exceso de
equipaje. Cada año se proponía reducirlo pero los «por si acaso»
pesaban demasiado. «Mujer prevenida vale por dos» decía su abuela y era lo que le respondía a Juan que insistía en que «no iban al desierto y que había tiendas».
Lucas merodeaba junto con Roco, nerviosos ambos, protestando porque «¡Querían marcharse ya!».
Lucas merodeaba junto con Roco, nerviosos ambos, protestando porque «¡Querían marcharse ya!».
«¡Bien, le encantaba esa canción!»
—¡¡¡Mamá!!!
—¿Qué?
—¡Quita esoooooo!
Blanca contestó tatareando más alto sin dejar de sonreír, Lucas buscaba la
complicidad de su padre para cambiar de emisora.
—Roco eres el
único que me comprendes—. Blanca le hizo una carantoña al perro y siguió cantando más alto. Juan se unió a sus desafinos. Lucas acabó rindiéndose y hasta Roco contribuyó con algún aullido.
A Blanca le
encantaban esos momentos absurdos, caóticos, de risas flojas.
A diferencia de
muchos de sus compañeros de oficina, ella no se pasaba todo el año planificando las vacaciones. No le gustaban las modas ni competir por destinos exóticos. A Blanca le gustaba su verano como aquellos que vivía de niña. Le
disgustaba no poder ofrecer a su hijo los tres meses que ella y sus hermanos disfrutaban pero al menos el mes que tenía lo aprovechaban al máximo. Le
gustaban esas vacaciones de pueblo, donde se hacían las cosas que siempre
se habían hecho, a pesar de los años, de la modernidad y de internet.
Eso sí, al llegar
siempre sentía ese pellizquito al no encontrar a mamá y papá. Los seguía echando de menos igual que el primer
día pero allí dónde estuviesen seguro que sonreirían al ver como sus hijos, esos
que vivían desperdigados, cada verano volvían al pueblo.
El olor de la
hierba recién cortada, el sabor del pan con chocolate, los paseos por la playa
solitaria, buscar conchas y piedrecillas de colores, la cabaña en el jardín, bicicletas, rasguños
y yodo, esas risas, las siestas, la brisa marina que les obligaba a coger
una rebequita por si acaso, las noches estrelladas en las que ella nunca
conseguía ver una estrella fugaz, las confidencias, el cariño y también las
ausencias.
Casi siempre los
primeros en llegar eran los de Luis, también eran los que más cerca vivían y
los que cuidaban que la casa siempre estuviese preparada para recibirlos.
Alguna vez con Asunta se proponían ser las que abrieran la casa pero hasta el
momento Luis siempre ejercía de hermano mayor y de anfitrión y ellas seguían
repitiendo que el próximo año sí lo conseguirían aunque a Blanca le daba igual ser
la primera o la última ya que lo único que quería era estar en casa. Ese era su hogar aunque hacía más de treinta años que ya no vivía allí. Cada árbol, cada piedra, cada montículo configuraban su paisaje de niñez y la habían ayudado a ser la mujer
que ahora era. Al llegar la calma se apoderaba de ella, siempre se decía que era el poder de los lugares en los
que se ha sido feliz.
No habían aún
apagado el motor y Roco ya ladraba como un loco amenazando con
dejarlos sordos. Entre quejas e intentos de callarlo Lucas abría la puerta y
se armaba un batiburrillo de patas y piernas, en las que acostumbraba a ganar
Roco que iniciaba una carrera desenfrenada saludando a saltos y lametazos a
cada uno de los habitantes de la casa.
—¡Este perro cada
día está más loco!—Se quejaba Asunta mientras intentaba abrazar a su sobrino y
evitar los lengüetazos—. Ya vale Roco. ¡Ya está! Me doy por saludada—. El animal seguía saltando y ladrando de un lado a otro.
Sin descargar el equipaje Lucas ya pedía su bañador y tía Asunta le
sacaba uno de los primos para que pudiera ir hasta la playa a buscarlos.
Luis también
salía a recibir a «la tardona» como, entre risas, la llamaba.
—Bienvenida—. La
abrazaba con una de esas caricias que llenan todo el cuerpo—. Se os ha echado de
menos—.No decía nada más mientras seguían entrando bultos y Juan retomaba sus quejas sobre el
exceso de equipaje.
Eran tres
hermanos y sus familias que en el mes de agosto convivían en la enorme casona del
pueblo. Quince entre adultos y niños de distintas
edades.
Blanca recordaba
con una sonrisa que en la oficina la miraban con cara de bicho raro cuando les decía que ella no iba de vacaciones sino que veraneaba. No buscaba
ni publicitar ni etiquetar sus días sino reencontrarse con tiempo sin
planificar y sin nada importantísimo por hacer o por fotografiar. No le gustaba
competir ni a la ida ni a la vuelta por el mejor lugar ni por la foto más
exótica.
De hecho nunca compartía sus recuerdos en la oficina. Eran suyos y de los suyos. Le llenaban
el alma de luz, de sonrisas, le recordaban que el tiempo se mecía sin prisas igual
que esas siestas en la hamaca o las conversaciones apasionadas o las risas salpicadas de chistes alejados de las noticias y de las preocupaciones del
resto del año. En el pueblo el pan sabía a pan, el
chorizo, el lacón, la androlla o el butelo tenían otro gusto, las estrellas no
se escondían, el aire era más limpio y todo cundía más. Disfrutaba recuperando
el apetito y el gusto por comer aunque después tuviera que sacarse esos quilos
con largas caminatas por la playa o por el monte. Se paraban a charlar con
los vecinos de toda la vida que aún quedaban, escuchar las novedades de los que
llegaron o de los que ya no vendrían porque se habían atrapado en el encanto
del escaparate.
Blanca disfrutaba
de esos días con los suyos recordando sus otros días de verano: las
confidencias con su hermana, las primeras salidas, el cine de pueblo, el sabor
del primer beso, el baile del farolillo, sus risas y alguna lágrima… De momento su hijo y sus sobrinos lo pasaban genial y
esperaban con ansia el momento de reencontrar la libertad que daba el pueblo.
Así que cuando le preguntaban por el verano, ella hablaba de su paraíso, ese
que no se documentaba sino que se vivía.
1. intr. Pasar las vacaciones de verano en lugar distinto de aquel en que habitualmente se reside.
Aunque ya hemos estrenado el otoño, me apetecía compartir este relato de uno de esos veraneos que parecen de tiempos pasados.
ResponderEliminarA veces comparto con la protagonista esa sensación agotadora sobre la competición de viajes y destinos exóticos en vacaciones y sobre todo publicarlo en las redes sociales.
Espero que os guste.
Besos
El mejor álbum de fotos es el de los recuerdos. Bonito relato y bonito homenaje a esos veraneos de antes, que todavía hay gente que sigue disfrutando.
ResponderEliminarBesos
Bonitos recuerdos Lorena Aquellos que se disfrutan, que se viven y que a lo largo de los años despiertan sonrisas y sí, el mejor album el de los recuerdos.
EliminarSupongo que sí sigue habiendo gente que disfruta de esos veranos de antes.
Besos
Un veraneo perfecto.
ResponderEliminarBesos.
Creo que para mis protagonistas es el mejor Alfred. A mi me recuerda a esos veranos de niña cuando todo estaba por hacer.
EliminarUn beso
No sabes cómo echo de menos no haber tenido "pueblo". En mi familia somos de ciudad desde dos generaciones antes de la mía y en la familia de mi marido, igual. Siempre envidié a la gente que se iba al pueblo en vacaciones. Me atrae mucho esa vida tranquila en la que los alimentos siguen sabiendo a lo que son y el pan lo hace el panadero y no se compra en el súper, y el embutido es casero y la leche de vaca.
ResponderEliminarMi hermana ha conseguido su pueblo por su marido; se puede decir que tiene pueblo consorte.
Muy sencillo tu relato, pero transmite muchas cosas.
Un beso.
Me has recordado Rosa a mi hijo menor que en vacaciones me preguntaba por qué no teníamos pueblo como sus amigos que se iban al de sus abuelos así que acabamos adoptando el pueblo de los fines de semana.
EliminarSon esos veraneos de los de antes los que quise recrear en el relato, de las cosas sencillas y del tiempo para hablar y jugar.
Me alegra que te haya gustado.
Un beso enorme
Me he reído con el pueblo consorte
Qué bonito relato, Conxita. Esa son unas auténticas vacaciones...He viajado con tus letras a ese hermoso pueblo, ha llegado hasta mí el olor y el sabor de lo descrito...Me ha encantado querida amiga.
ResponderEliminarBesos y abrazos miles.
Hola Marina me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarHay olores y sabores que transportan a momentos felices, me gusta mucho que hayas viajado con ella.
A mi me parece que es el encanto de la sencillez, de lo auténtico, que se disfruta y no se hace para mostrar.
Un beso enorme
¡Qué preciosidad! Y qué buenos recuerdos me despiertas. Ahora que me pillas "morriñosa", tu relato ha venido a acompañarme. Gracias y abrazos.
ResponderEliminarHa sido escuchar otoño Marisa y decidir recuperar este relato del verano. Así somos dos "morriñosas" ja,ja,ja.
EliminarMe encanta haber despertado esos buenos recuerdos.
Un beso enorme
Yo tengo pueblo los sábados. Un beso
ResponderEliminarAfortunada Susana, seguro que lo disfrutas.
EliminarBesos
Hola Conxita, he tenido la inmensa fortuna de vivir lo que tan bonito narras tanto de pequeño como luego desde otra perspectiva en la edad adulta. Ese regreso a los orígenes, a la esencia, yo al menos, no lo cambiaba ni por el mejor crucero, ni por el mejor hotel 5 estrellas.
ResponderEliminarEn tono de humor y siendo una película menor, la española estrenada este verano y precisamente llamada 'El mejor verano de mi vida', tiene momentos de cierta gracia en un viaje sarcástico al "mundo rural" pero sobre todo nos habla también de la importancia de las personas y del significado del verano para los niños que es mucho en su memoria para el resto de transcurso vital.
Besos y gracias por un relato tan hermoso.
Así que tú Miguel también eres de los afortunados con pueblo y has podido disfrutar de veranos eternos, ¡uy qué envidia!
EliminarTú lo has dicho y espero ver esa película, es la importancia de las personas y de esos veranos larguísimos que se recuerdan con una sonrisa en los labios, lo vivido y disfrutado, eso que nos ayuda a ser las personas que somos.
Me alegra que te haya gustado.
Un beso enorme
Hola Conxita, qué placer volver a leerte!
ResponderEliminarTu relato hoy me ha emocionado, he recordado mis veranos de niña, cuando mi padre hacía de nuestro Renault 4L una súper combi, donde mi hermano y yo podíamos jugar y dormir mientras recorríamos los casi 700km que nos separaban del mar... y allí pasábamos un mes maravilloso... de donde tengo los mejores recuerdos, y a los que pagaría por volver a vivirlos.
Gracias por estas letras, gracias por las memorias y las emociones... besotes y bentornata!!!
Hola Alma el placer es mio por volver a tenerte por aquí, muchísimas gracias por tus bonitas palabras.
EliminarMe encanta que el relato te haya llevado a tus recuerdos de niña. ¡Qué preciosos momentos vividos! Ese hacer de todo una aventura, esas risas e intimidad compartida, esa aventura hasta llegar al mar, la nostalgia por lo que se vivió y el disfrutar intensamente de esos momentos que después atesoramos y a lo largo de los años se recuerdan con una sonrisa llena de amor.
A mi me han hecho sonreír con dulzura tus recuerdos, gracias por compartir ese pedacito de tu infancia.
Un beso enorme
Los veranos son para gozar, como en tu relato. No hay verano que no guarde reencuentros y momentos relajados y de placidez por ausencia de relojes, pero esa vacaiones en el pueblo, con quienes se comparten afectos, son los mejores. Tuve la suerte de pasar unos días con primos, tías y sus familias y nos juntamos unos treinta. Una jornada magnífica. Luego de ese grupo quedamos sólo siete, pero qué felicidad .
ResponderEliminarUn abrazo
Preciosa entrada. feliz otoño
Hola Albada Dos estoy contigo en que hay momentos más propicios a los reencuentros y al relax como son las vacaciones y sí estar con personas con las que se comparte afecto es algo fantástico. Aprovechar esos momentos y disfrutarlos hacen que a pesar de las ausencias se recuerden con una sonrisa.
EliminarMe alegra que te haya gustado este veraneo aunque lo que importa es disfrutar de cualquier estación y de cualquier día.
Un abrazo y feliz otoño también para ti.
Me ha encantado, Conxita. Y me ha recordado a que hace unos años, unos cuantos blogueros, hacíamos peña y frecuentemente sacábamos un tema común sobre el que escribir. Cuando tocó el de las vacaciones, yo también recordé como las mejores Las vacaciones de mi infancia
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Chema por enlazarme tu entrada. Me ha encantado leer tu verano, qué preciosos recuerdos me ha traído de esos larguísimos veranos. Somos muy afortunados por haber disfrutado y tener esos preciosos recuerdos aunque creo que eso se valora más cuando vas cumpliendo años, ¿No te parece?
EliminarUn beso enorme
También fui un niño… sin pueblo que visitar, mis sensaciones las ha descrito muy bien Rosa.
ResponderEliminarTanto mi padre como mi madre son de ciudad, y también todos mis abuelos (eran de Madrid). Tengo que remontarme a los bisabuelos (cántabros los paternos, de Laredo, y de Jaén los maternos).
Creo que para muchos la exposición del viaje en la redes sociales, presentarlo en su escaparate virtual, se ha convertido en un objetivo más importante que el viaje en sí mismo, el viaje físico. Más que viajar para “estar”, parece que se viaja para que los demás te vean… estar. Algo que parece una anomalía de nuestros tiempos.
"Veranear" es una palabra preciosa, plena de recuerdos infantiles, una palabra muy ibérica. Dudo que tenga ese arraigo en Finlandia, jeje.
Un hermoso relato con aroma de pan, murmullo del río y algarabía de chiquillos.
Un abrazo, Conxita.
Jajaja Paco me has hecho reír con ese También fui un niño… sin pueblo que visitar y debe ser algo muy generalizado porque igual recuerdas una campaña publicitaria que hablaba a los urbanitas sobre adoptar un pueblo y que buscaba poner en contacto a pueblos que necesitan gente y a gente que necesita pueblos, ellos jugaban con ese sentimiento de cierta añoranza de aquellos que no han tenido pueblo para visitar y me pareció una buena campaña porque, a mi me genera mucha tristeza, cada vez hay una mayor despoblación de muchos pueblos.
Eliminarhttps://algosucedenuestrasmentes.wordpress.com/2013/02/05/pueblos-que-necesitan-gente-aquarius/
Sobre la exposición en redes sociales de las vacaciones y de la vida en general es algo que a mi me sorprende mucho, esa necesidad de mostrar que, a veces, parece estar por encima del disfrute y del vivir, si no hay wifi y foto hay hasta ansiedad porque los otros no verán en qué fantástico lugar del mundo se está viajando. Recuerdo el caso de una persona que competía con otra por mostrar primero las fotos porque se copiaban destino, impresionante.
Desde luego si veranear existe en finés o finlandés desde luego ha de ser de lo más complicado pronunciarlo pero seguro que algo parecido tienen porque los finlandeses saben valorar lo que es bueno.
Me alegra que te haya gustado el relato.
Un abrazo
Ni te imaginas como me gustan este tipo de veraneo,... y fíjate quién te lo dice jajaja. Norte viaja por trabajo, así que cuando llega el tiempo de las vacaciones procura disfrutar a fondo de las cosas sencillas de la vida. Como siempre me ha encantado Conxita!
ResponderEliminarEntiendo que esos viajes de Norte por trabajo no son tan relajantes ni se disfrutan tanto como cuando se eligen pero desde luego Norte transmite tantas emociones... Me alegra que te haya gustado el veraneo pausado, de esos que van quedando ya pocos porque ni son cool ni tienen mucho glamour. Es el encanto, que se descubre más tarde, de las cosas sencillas y auténticas.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un beso
No sabes cómo he disfrutado de tu veraneo. Es cierto que hoy en día nos hemos olvidado de saborear la quietud, no sabemos quedarnos quietos, sin hacer nada más que dejarnos sorprender por lo insignificante. ¡Qué pena la gente que ve el mundo a través de una cámara de fotos!
ResponderEliminarUn beso y feliz otoño
Es como dices Ana parece que con las prisas y el exceso de actividades nos hemos olvidado de disfrutar de la calma, de las cosas tranquilas, de las charlas y sí algunos solo saben ver a través de los móviles y de esa vida que sobreexponen en la que a veces hay mucho fingimiento.
EliminarUn beso enorme y muy feliz otoño
Un largo verano e intenso. Intenso en lo que tiene de los veranos de antes, así los recuerdo.
ResponderEliminarAbrazos Conxita.
Esos veranos de antes...suena a nostálgico pero se recuerdan con una sonrisa siempre.
EliminarMe alegra que los recuerdes así, bonitos e intensos.¿A qué siempre se te pinta una sonrisa al recordarlos? Mágicos.
Un abrazo Ernesto
Qué maravilla. Este año he ido unos días al pueblo y he vuelto renovada, y obviamente no he sacado la mejor foto de las que hay en las redes sociales, pero sí que he hecho fotos chulas con gente a la que adoro y que guardo para mí.
ResponderEliminarBesos y me ha encantado la historia.
Esas fotos con las personas que adoras a mi me parecen las mejores, de las que recuerdas toda la vida con una sonrisa inmensa.
EliminarMe alegra que te haya gustado Gema.
Un beso enorme y muy feliz semana
¡Qué texto más bonito¡
ResponderEliminarMe has hecho recordar cuando yo también me iba de "veraneo" a casa de mi abuela gallega y allí me juntaba con todos mis tíos y primos. Esas reuniones familiares durante todo el mes de agosto están grabadas en mi memoria como parte de mi forma de ser.
Ahora, que si el 'over booking' que si te pierden el equipaje, que si la habitación del hotel no es la que uno había pedido... Hemos perdido el norte. Intento volver al redil y regresar a mis costumbres veraniegas, aunque yo ya no tengo ninguna casa en ningún pueblo en la que veranear, cosas de las ausencias.
Cuentas todo con mucha naturalida. Una delicia leerte.
Un besote grande, grande, guapa.
Me alegra Paloma que hayas recordado esos veraneos en Galicia, con primos y tíos, como dices acaban configurando lo que somos y se recuerdan con la sonrisa de los momentos mágicos, que te llenan de felicidad y risas y también con una cierta nostalgia por los que ya no están. A esa tranquilidad ahora le anteponemos ese vértigo por si volarás, si llegará el equipaje y sobre todo si se tendrá wifi, que lo que no se publica parece que no existe.
EliminarSeguro que recuerdas esa publicidad sobre adopta un pueblo, que se dirigía a los urbanitas que no tenemos pueblo para poder vivir esas experiencias tranquilas y también evitar la despoblación de tantos pueblecitos preciosos. No deberíamos dejar que tantos pueblitos se mueran, se deberían hacer políticas para proteger esa parte rural que tanto bueno nos aporta pero claro eso es solo mi opinión.
Muchas gracias por tus palabras tan bonitas.
Un beso enorme y una muy feliz semana
Ay Conxita,
ResponderEliminarMe parece un relato muy tierno.
Con respecto a determinadas partes me he visto identificada, sobre todo en que paso el tiempo planificando viajes, pero no en que persigo modas o destinos exóticos; aunque sí lugares muy muy lejanos que, de no ser por el aislamiento que me proporcionan para evadirme de todo, puede que cambiara por tus veraneos.
Yo también recuerdo de pequeña mis tres meses de verano en una casa que teníamos en la playa y me hubiera gustado dar a mi hija ese tipo de veranos, pero aquí ya no hay donde ir, y la única opción para desconectar unidos es huyendo.
Así que lo que más me ha gustado de tu relato es que evoca los veranos felices de mi infancia que ojalá hubiese durado para siempre.
Un besito
Ayyyy Macarena para nada encajas en el perfil que describe mi protagonista. Blanca habla de aquellos que parecen solo viajar para su perfil de Instagram, facebook o cualquier otra red social, me parece que para nada es vuestro caso. Claro que es necesario planificar y sacar fotos pero ese no es el objetivo, lo bueno del viaje es vivir una cultura distinta y aprender de ella.
EliminarSí esos tres meses de verano para nuestros hijos ya no ha sido posible pero se trata de encontrar aquellos lugares que nos dejan huella y seguro que en el caso vuestro tu hija no tiene ni una sola queja, lo importante es el disfrute y saber vivir y no tengo dudas que en vuestro caso es así.
Esos veranos eternos y esas ausencias que duelen.
Un besote enorme
Nostálgico y bellísimo relato, Conxita.
ResponderEliminarUno se sumerge en la ilusión de ese momento donde existe el reencuentro y por un instante, todo lo que te rodea es precioso y único. Se necesita tan poquito para ser feliz y así poder completar ese álbum. Tan poquito, ains… :)
Yo he crecido en un pueblo, así que puedo confirmar que la niñez es muy diferente, existe libertad y confianza hacia lo que te rodea.
Para mí, es y será una de las épocas más bonitas de mi vida.
Un beso enorme.
Tú lo has dicho Irene son esas sensaciones de libertad, de confianza, de que todos acaban protegiendo a los niños, aquellas actividades que los niños pueden hacer y que ni se te pasan por la cabeza que las hagan en una ciudad.
EliminarTengo una amiga que es de un pueblecito y estudió en una escuela rural y cuando me cuenta su experiencia es tan relajada y tan distinta de las de las ciudades que una siente hasta un poquito de envidia. De hecho creo que más de uno de los urbanitas nos hemos planteado en algún momento, sobre todo con niños, cambiar la ciudad por un pueblecito en el que todo sea más relajado pero no siempre es posible y también la ciudad tira mucho a los que somos de ciudad.
Gracias por tus palabras.
Un beso enorme
Vacaciones en las que se disfruta de verdad en compañía de seres queridos, amigos...
ResponderEliminarCada vez hay más gente que apuesta por lo rural y estar en contacto con la naturaleza, olvidarse de la ciudad y aprovechar cada momento.
Qué bonito has descrito las sensaciones que proporciona las cosas y situaciones que dan sentido a la vida, en este caso a unas vacaciones.
Besos, Conxita.)
Hola Mila pasar buenos momentos en compañía de aquellos a los que quieres no tiene precio y encima sin prisas, con la calma de hacer lo que quieres y cuando quieres eso es un tesoro.
EliminarCon los años nos vamos dando cuenta de que las cosas importantes no se compran ni se venden y que se trata de valorar los pequeños detalles que nos hacen ser felices.
El contraste entre el ritmo acelerado de una gran ciudad y un pueblo es vertiginoso y no todo el mundo se acostumbra ni a uno ni a lo otro.
Un beso enorme
Jo, Conxita. Ni te imaginas lo que me he identificado con tu relato. Hasta mi adolescencia cada año veraneaba en el pueblo de mis padres en Almería. Y cada año antes de partir, viajábamos de noche, mi padre refunfuñando por todo lo que se llevaba mi madre, a quien le daba igual un maletero, que un maletero y una baca. Siempre le faltaba sitio. Recuerdo aquellos viajes con cariño, no solo por el destino, cada año distinto, porque yo era distinto cada año, si no por el viaje. Varias horas, de noche... Mi padre tenía los mismos cassettes siempre, Nat King Cole, Machín, hasta una cinta de chistes de Esteso... Como aire acondicionado no había, la discusión se centraba en la ventanilla del coche.
ResponderEliminarUn relato precioso, en el que transmites verdad. Un fuerte abrazo!!
jajaja David el tema de los maleteros y lo que llevamos las madres creo que no cambia con el tiempo.
Eliminar¿Aire acondicionado? Se trataba de ganar la ventanilla y abrirla si te dejaban, ¿verdad?
Gracias por compartir tus bonitos recuerdos, me han hecho sonreír y recordar mis viajes en coche con mis hermanas y en lo fácil que parecía todo cuando todo estaba por hacer.
Muchas gracias por tus bonitas palabras.
Un abrazo
Nunca tengo un mes seguido de vacaciones, pero diez días cada Agosto, veraneo tal como tú lo has descrito. No tengo hijos y mis sobrinos han estado un tiempo sin ir. Hace dos años mi sobrina vino con nosotros y este agosto, cuando saliamos de allí de vuelta a Barcelona, me preguntó: "Tete, ¿en semana santa vamos a venir?" Ya se apunta cada vez que me escapo. La saga continua.
ResponderEliminarPetonets.
¡¡¡Qué mona tu sobrinita!! Ya sabe lo que es bueno y encima estar con los tíos, vaya lujazo.
EliminarSeguro que esos diez días los aprovechas al máximo. Tengo compañeras que se reparten las vacaciones y dicen que les acaba cundiendo más. Personalmente yo prefiero hacerlo de una tirada pero es cuestión de gustos y de logística, pero diez días o un mes lo importante es aprovecharlo al máximo y llenarse de energía.
Petonets
Tu relato es bellísimo y me ha hecho recordar algún verano de mi niñez, ya tan lejana.
ResponderEliminarDías felices e inolvidables llenos de recuerdos entrañables e inolvidables.
Qué dulce y linda nostalgia!!.
Un beso.
Muchas gracias querida Amalia, sí te ha hecho recordar tus veranos me siento encantada porque qué bonito es ese recordar esos días felices e inolvidables llenos de recuerdos entrañables. Aquello que se ha vivido, que nos ha hecho felices lo seguimos recordando con una sonrisa, esos veranos interminables que nos han ayudado a ser las personas que somos ahora.
EliminarUn beso enorme
Así contado es precioso. Sigo veraneando con el marido, los nietos, las nietas, los gatos, las flores, las bicicletas, las chanclas, los bañadores... Cuando llega septiembre digo: sigue el calor pero es hora de irse a la ciudad je, je, Un beso.
ResponderEliminarJajaja Mara sí en algún momento ya toca irse para la ciudad y recuperar la calma.
EliminarSon esos momentos que se recuerdan siempre y con el paso de los años aún más, entonces solo recordamos lo bueno y nos olvidamos del cansancio, de los roces, de los momentos menos bonitos...
En el relato como bien dices he contado lo bonito, que al final es lo que mi protagonista recuerda con el paso de los años, eso y el amor de los suyos y los momentos menos bonitos se le olvidan.
Un beso enorme
Que os tengo un poco descuidado de lecturas, a mis compañeros, ya he guardado tu refrescante relato veraniego para leerlo con calma, pero no he podido evitar entrar para felicitarte por las imágenes que sueles elegir para tus historias.
ResponderEliminarVolveré Conxita. Hasta pronto.
Muchas gracias Tara, me alegra mucho que te gusten las imágenes, gracias por decírmelo.
EliminarNo te preocupes se hace lo que se puede con el tiempo, somos muchos y muchas lecturas. Ven cuando puedas y te apetezca, siempre eres bienvenida.
Un besote enorme
Cada quien disfruta de las vacaciones a su manera. Aunque a mí me encanta viajar y conocer sitios nuevos, también disfruto mucho de la tranquilad de la playa en la que veraneo con mi familia desde hace años. Y es que son sitios que te hacen sentir en casa, a gusto, por lo que entiendo a la perfección a la protagonista.
ResponderEliminarUn beso.
Lo que dices Mrs. Sofia es fundamental, se trata de disfrutar y sí unos lo hacen con tranquilidad y otros viajando, lo importante es pasarlo bien. Mi protagonista busca su paraíso en la tranquilidad y en los suyos, en ese sentirse en casa como bien dices pero lo que valora por encima de todo es que hace lo que le apetece, no le interesa ni aparentar ni mostrar que es la crítica que comparto con ella.
EliminarCada vez es más habitual escuchar y ver en las redes sociales un despliegue de viajes en el que casi algunos parecen competir por el destino más exótico, más lejanos o menos conocido, en el que sobre todo lo más importante es que esté documentado y transmitido casi en directo para que otros lo vean y se olvidan de mirar y disfrutar pendientes del móvil.
Un beso enorme
Hola, Conxita. Describes con tanta naturalidad y a la perfección esos veraneos familiares, que este relato me ha evocado los míos, cuando íbamos, siendo yo un niño, a pasar las vacaciones en casa de unos tíos, unas veces en un pueblecito de Zaragoza, otras en otro pueblo junto al mar menor. Me lo pasaba en grande.
ResponderEliminarMe ha hecho sonreír esa inevitable manía (sobre todo femenina) de llevar más cosas de las necesarias y esa justificación de por si acaso. Y nunca se aprende, cada año igual, jajaja.
A veces, a mí me resulta muy de postureo eso de elegir lugares lo más exóticos y lejanos posible para pasar quince días de vacaciones. Lugares preciosos y playas de ensueño las hay a muchos menos kilómetros de distancia.
No sé si alguna vez lo podré hacer, pero siempre me ha atraído ir un poco (solo un poco) a la aventura, improvisando, parando aquí y allí, según lo que se presente, y sobre todo disfrutar de la naturaleza y de los alimentos de la tierra.
Esas vacaciones que tan bien describes son estupendas, pero les veo un pequeño problema: demasiada gente junta, jajaja. Incluso con la familia, después de muchos días juntos, surgen diferencias, jeje.
Un abrazo.
Hola Josep Ma no sé si esa manía es femenina o masculina pero desde luego es muy habitual ese por si acaso jajaja y no se aprende.
EliminarCreo que conocer otros lugares y culturas es fantástico, un lujo y muy enriquecedor pero a veces tengo la sensación de que hay mucho de postureo como bien dices porque hay un cierto tipo de personas que una vez se ha hecho la foto pierde el interés por lo que está visitando y te suelta alguna perla como la inglesa que pretendía que le devolvieran el importe del viaje porque en Benidorm había muchos españoles, resulta de lo más patético.
Tenemos la suerte de vivir en un país en el que tenemos de todo muy cerca, las playas de ensueño las tenemos muy cerca.
Y sí a veces demasiada gente junta es agobiante tienes toda la razón pero mi prota solo ve lo bueno, jajaja.
Un beso enorme
Leía y leía pensando que llegaría la acción -¿Nos estamos volviendo así de idiotas?.
ResponderEliminarPor fortuna, esta iba integrada en cada una de las frases desde el principio.
Gracias por el relato.
Abrazos.
Jajaja Ignacio Tienes razón no hay acción, ni grandes viajes, ni fotos espectaculares simplemente un pasar el tiempo haciendo lo que se quiere, con la calma y con aquellos a los que se quiere.
EliminarGracias a ti por dedicarle tiempo.
Besos
Jo... he vuelto a los veranos de mi adolescencia...
ResponderEliminarEntonces todo era posible y la vida no hacía más que relucir.
Muy bonito.
Besos.
Mira que me alegro Xavi porque seguro que te han pintado una sonrisa y sí me encanta como lo dices entonces todo era posible y la vida no hacía más que relucir, estaba todo por hacer.
EliminarMe alegra que te haya gustado, muchas gracias por decírmelo.
Besos
No tengo recuerdos tan lindos de salidas durante el verano. Mi pueblo natal estaba en el norte de Italia y recién pude volver de adulta. Siempre me gustó viajar pero no en las temporadas de amontonamiento de turistas, sino en períodos más tranquilos.
ResponderEliminarPara el descanso me gusta más la montaña que la playa, aunque las de ustedes son realmente hermosas. Aquí el océano es más bravo.
Me gustó mucho el tono rememorativo con un toque de nostalgia, los encuentros familiares, el compartir lo cotidiano con amabilidad y me encantó eso de no planificar y sacar fotos de todo. ¡Eso es descansar el cuerpo y el espíritu!
Un abrazo grandote, Conxita.
Hola Mirella es que el pueblo natal lo tenías muy lejos pero lo importante es encontrar ese lugar donde sentirse bien y disfrutar. No importa si es el mar o la montaña lo que importa es pasarlo bien, ¿no crees? Personalmente me parece un horror la masificación pero por desgracia me resulta difícil viajar fuera de temporada y los lugar estan masificados me provocan pena y agobio.
Eliminar¡Es una maravilla descansar el cuerpo y el espíritu!. Hoy mismo leía un artículo sobre la intoxicación de las redes sociales y hasta he hecho una fotografía del artículo porque los números me han impresionado:
- se mira el móvil de 11 a 50 veces al día.
- el 81% de la población tiene un móvil frente al 41% de hace cinco años.
- Hay 27.000.000 de usuarios activos de las redes sociales.
- Pasamos más de 90 minutos al día conectados.
- el 22% de los estudiantes está online más de 6 horas diarias.
...
Podría seguir porque los números me han mareado, no me extraña que ahora la tendencia sea la digital detox, la desintoxicación digital.
Un abrazo enorme
Como siempre, tu relato está lleno de emociones, sensaciones y sentimientos sencillos. Muy entrañable.
ResponderEliminarTambién me ha gustado lo que dices sobre las modas y el competir por ver quien va a un destino mas exótico. Creo que ahora si no vas como mínimo a Vietnam eres un don nadie :D
Aunque siempre queda el recurso de hacerse fotos por el barrio y luego transformarlas con fotoshop. Total, lo que importa no es la verdad, sino la apariencia de verdad.
Que pases un buen día.
Hola Ángeles muchas gracias por tus palabras. Son justo las emociones las que en muchas ocasiones fijan los recuerdos.
EliminarJajaja sí por lo menos Vietnam. Supongo que también has visto esa moda por perseguir destinos exóticos y colgarlo en las redes sociales. Le comentaba a Mirella unos datos de un artículo que justo he leído esta tarde sobre la intoxicación digital que vivimos y las mentiras que se construyen para mostrar. Corría un curioso vídeo por twitter sobre las ridiculeces que se hacen para conseguir esas maravillosas fotos que publicaremos en Instagram, en fb o en cualquier otra red.
Me gusta mucho como lo expresas, lo que importa no es la verdad, sino la apariencia de verdad, totalmente de acuerdo.
Un buen día y un fantástico fin de semana también para ti.
ResponderEliminar!Veraneo y vacaciones, dos palabras mágicas que cuando llegue el dia, nos hacen pasar los momentos más felices y maravillosos! Me encanta con la ternura y la añoranza con la que describes tu lindo relato. Un placer pasar a leerte.
Abrazo y que tengas un feliz fin de semana
Hola Yessy Kan, mira creo que fue escuchar otoño y recordar este relato de verano, jajaja será un poco de morriña por esas vacaciones que se dejan atrás.
EliminarMuchas gracias por tus bonitas palabras, te lo agradezco.
Un beso enorme y que pases un fantástico fin de semana
Un precioso relato, una avenida familia que comparte veraneo y un lugar encantador. Te ha salido redondo (las fotos maravillosas).
ResponderEliminarEspero que tu veraneo haya sido igual que el de la protagonista.
Besos.
Gracias Laura me alegra que te haya gustado.
EliminarMi veraneo ha sido genial, lo he disfrutado mucho, espero que tú también.
Besos
Yo si he veraneado muchos años en Candelario, un precioso pueblo aquí al ladito de Béjar, donde vivimos, desde hace tiempo.
ResponderEliminarÍbamos para dejar atrás el calor de Cáceres. Mis padres alquilaban una casita, empece a ir con 11 años, y nunca pensé que el destino nos tuviera preparado vivir tan cerca de él ahora que ya somos sesentones. Allí nos daban la libertad que no teníamos en la ciudad. Seguimos conservando las buenas amistades que hicimos en aquellos años. Siempre que vienen amigos a vernos es uno de los lugares que no dejamos de enseñar.
Me ha encantado el relato y me has recordado momentos muy felices.. Gracias Conxita
Buen fin de semana.
Besos,
Hola Laura gracias por compartir esos recuerdos. Creo que esa libertad lo que hace esos recuerdos tan especiales y como dice una amiga las amistades que se hacen de niños son auténticas, estás con quienes quieres estar después se añaden otras amistades pero esas son muy especiales, con todos esos recuerdos compartidos de cuando todo parecía fácil y estaba por hacer.
EliminarNo conozco la zona pero seguro que es precioso. Lo buscaré por Google. Esta semana creo que ha sido la celebración de los 20 años de este buscador y han hecho algún reportaje sobre cómo vivíamos antes y desde luego nos ha facilitado la vida.
Me alegra mucho que te haya gustado y contribuir un poquito a recordar esos grandes momentos.
Feliz domingo y semana.
Besos
Un relato precioso, amiga, que nos hace evocar otros tiempos, que ya vemos demasiado alejados
ResponderEliminarUn abrazo
Tiempos vividos y disfrutados, qué bonito es ser capaz de hacerlo. Lejos o cerca lo que importa es tenerlos muy cerquita del corazón.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado.
Un abrazo
Julio David Vaya no sabía que tenía ese poder y me encantaría jajaja.
ResponderEliminarEs la sencillez de las cosas los que nos acaba atrayendo a algunos y algunas, ¿no crees?
Seguro que encuentras ese veraneo...
Un abrazo
Desde luego Conxita, el concepto de “veraneo” familiar lo has captado en todas esas entrañables escenas. Has impregnado tu relato de todos los sabores y olores, los buenos sabores, los de verdad, los auténticos.
ResponderEliminarSeguro que los niños de tu cuento no tan cuento nunca olvidarán esos veraneos genuinos, como la narradora no lo ha olvidado, y así lo ha dejado plasmado con cariño, pues se nota la nostalgia.
Muy bonito y entrañable Conxita, me ha traído algunos recuerdos, pero con playa ;)
Besossss
Hola Isabel creo que esos veraneos eternos, larguísimos, con libertades no permitidas en la ciudad y con esos amigos de infancia es algo que con el paso del tiempo se valora aún más.
EliminarCreo que como dices esos niños y esos adultos lo llevaran siempre en sus vidas como momentos entrañables, llenos de autenticidad y simplicidad.
Mientras escribía el relato que no es autobiográfico, no acostumbran a serlo, sí que buceé en mis recuerdos para algunas sensaciones de los protagonistas. Y es que también disfruté de vacaciones que empezaban al terminar el cole y terminaban en septiembre, y esa sensación de poder llegar tarde, cenar un bocadillo y seguir jugando o poder vagabundear por cualquier lugar sin más peligros que alguna que otra caída o rascada con la bicicleta.
Muchas gracias por tu nueva visita, un beso enorme y que pases una muy feliz semana.
Que relato más dulce, me he sentido protagonista de tu relato jejeje... Creo que veranear es una maravilla, a mi personalmente me encanta :) volver a los recuerdos y simplemente disfrutar del tiempo de los recuerdos de no tener planificados los dias... jejeje para mi sn unas vacaciones ideales. Eso si tambien me gustan las vacaciones en las sales a ciudades paises y lugares en los que nunca has estado y te aportan frescura y novedad. Hay que aprovechar cada momento y cada situación todas tienen cosas buenas. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Natalia.
EliminarEstoy de acuerdo contigo que veranear es una maravilla, sobre todo por ese olvidarse de relojes y rutina, aunque también está muy bien conocer nuevos lugares, ciudades, personas, ampliar horizontes... especialmente si se puede hacer en otras épocas porque actualmente es un horror la masificaciòn de tantos lugares preciosos.
Totalmente de acuerdo en aprovechar todo lo buenos que hay en cualquier situación y lugar.
Un beso y muy feliz semana
Me gusta recoerdar mis beranos de antaño, pese a no ser mi estación favorita. Y lo de las redes, bueno, son formas de ver, más que un concurso me parece como un diario público, una forma de compartir con quienes te rodean, hay muchos veraneos a pueblos de toda la vida :-) Besos.
ResponderEliminarRocío Esos veranos como bien dices son especiales quizás porque todo estaba por hacer y todo era posible.
EliminarLeía hace unos días que Tim Berners-Lee el inventor de la Web gratis y libre se quejaba de los derroteros actuales de internet. Él comenta que cada red funciona como un mundo preparado para mantenernos atrapados en su interior, lo que va contra la naturaleza con la que surgió la Red. Así que estamos en una gran contradicción, la red que tenía que hacernos libres y más comunicados, nos acaba atrapando e incomunicando. Eso sí, se tienen multitud de amigos y se viven vidas de escaparate.
Muchas gracias por tu visita.
Besos
Hola!hermoso tu relato y tu familia.
ResponderEliminarHola buhitos me alegra que os haya gustado.
EliminarEl relato no va sobre mi familia porque no es autobiográfico pero me alegra haberlo hecho tan real que pueda llevar a equívocos.
Gracias por leerlo.
Abrazos
Hola, Conxita, después del largo verano aquí estoy de nuevo leyéndote. Tus relatos tienen el poder de hacernos partícipes de cada historia que cuentas. Posees el don de transmitir con enorme fuerza vivencias cotidianas, aventuras y desventuras, temas de actualidad, reacciones del alma humana...Con todo ello aprendo mucho y me enriquece.Besos.
ResponderEliminarHola Maripaz muchas gracias por venir a leerme y por esas bonitas palabras que dedicas a mis letras, te lo agradezco de corazón.
EliminarLa curiosidad y las ganas de aprender son lo que nos hacen avanzar y seguir creciendo.
Un beso enorme
Interesante como ves la vida
ResponderEliminarMe traes recuerdo de cuando vivía en Argentina. Aqui en Miami el verano está siempre conmigo .Vivo en la ciudad y tengo un pequeño departamento frente al mar,por lo tanto no es que no entienda lo que dices, pero lo que tu vives dos meses yo lo vivo todos mis dias saludos
Eres muy afortunada Recomenzar no por vivir frente al mar y en el verano de Miami sino porque sabes que lo eres y lo disfrutas y vives intensamente. Bien por ti.
EliminarEl relato no es autobiográfico aunque sí comparto con la protagonista que solo tengo un mes de vacaciones pero intento hacer que mis días sean magníficos todos los días del año tenga o no vacaciones.
Gracias por recordar las cosas que realmente son importantes.
Un beso desde el Mediterráneo.
He recordado una frase de Camus que me gusta mucho...
EliminarAu milieu de l'hiver, j'apprenais enfin qu'il y avait en moi un été invincible.
Besos
El Relato es refrescante, lo fresco del verano siempre es bienvenido. Y con ellos la parsimonia y la tranquilidad de los lugares. Quizás la edad es la guinda para saborear esos brotes que a otras edades no apreciamos con el mismo son. Espero poder leerte pronto. Me ha gustado mucho, te invito a mi blog. Me gusta mucho cómo escribes, de hecho tenía una libreta con todos los nombres de todos los que escribís relatos para correponderos pero no la encuentro y voy desde el pensameiento... Me agradaria que me visitarás y me dieras tus impresiones sobre mis relatos. Saludos!!
ResponderEliminarCreo que tienes razón Keren que igual con la edad se valora aquello que de más joven no se hace, solo se vive y se disfruta y es con el paso de los años que se aprecia mucho más.
EliminarMuchas gracias por tus bonitas palabras y por supuesto que pasaré a visitarte.
Saludos y muy feliz fin de semana
Me he ido a veranear con tu relato. Qué maravilloso relato.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Saludos 🌞🌞🌞🌞
Hola Karin uyyyy sí ¡Qué ganas de veranear!
EliminarMe alegra haber contribuido con mis letras a ese veraneo.
Muchas gracias a ti por la visita.
Besos
Creo que lo más bonito que cuentas es sobre las sensaciones y los buenos recuerdos. Pero es que también está la tristeza, la tristeza de que los abuelos ya no estén aunque la protagonista se los imagine sonriendo al verlos a todos juntos. Sí, seguro que sonríen al ver a la familia unida. Todos los hermanos y todos los primos juntos. Pero quizá en ese momento no te das cuenta de que eso es lo más parecido a la felicidad, lo descubres con el tiempo, cuando se pierde. Porque creo que luego acaba perdiéndose, y los niños al hacerse mayores ya no quieren ir al pueblo y ya no tienen lazos tan estrechos con sus primos. Yo soy una de ellas. Y no porque prefiriera quedarme con los amigos de la ciudad, sino porque ya de mayor vi cosas malas de las que no me había percatado en mi niñez... pero eso es otra historia, una cosa particular mía.
ResponderEliminarAhora llevamos varios años viajando mi hermana y yo, no a lugares exóticos, sino a lugares culturales y siempre tenemos algo importante que fotografiar y documentar. Si no fuera por las fotos, ya habría olvidado muchos de los monumentos que he visto ¡Benditas fotos!
Un relato precioso, Conxita. Me da la sensación de que tiene mucho de autobiográfico y me alegra que disfrutes tanto en esos veranos con ternura, sentimiento y emociones... Envidia sana (si es que la envidia puede serlo).
Hola MJ muchas gracias por tus palabras.
EliminarEs cierto que esas ausencias pesan mucho y que hay ese pellizquito que relata la protagonista cuando recuerda a los que faltan. Eso no se puede cambiar y se echa de menos a aquellos a los que se quiere siempre.
Estoy contigo que esa felicidad quizás se es más consciente con el paso de los años, mientras se es niño se vive y se disfruta. Esa situación que comentas que los niños se hacen mayores y no quieren ir al pueblo la he escuchado en muchos casos, pero lo vivido y disfrutado se recuerda siempre con una sonrisa.
Hay veraneos para todos los gustos. Para mi protagonista son esos veranos de antes, que la llenan de fuerza. En otros casos lo que da fuerzas es conocer nuevos lugares, disfrutar de otras culturas y sobre todo pasarlo bien, eso es lo principal disfrutar de la vida. Seguro que esos viajes con tu hermana los recuerdas aparte de por las fotos por todas esas vivencias que habéis compartido y que siempre están ahí.
Me alegra mucho que te haya gustado el relato, muchas gracias. No es un relato autobiográfico, como decía mi hijo menor nosotros somos de ciudad y no teníamos pueblo jajaja, pero siempre en cualquier relato hay esa parte de nosotros, de sensaciones, de emociones, de vivencias que compartes con los protagonistas. En mi caso comparto con Blanca que me gusta disfrutar la vida, no mostrarla en las redes sociales. Así que yo también la envidio por esos veraneos.
Besos y feliz semana
Hola, Conxita.
ResponderEliminarMe has tocado la fibra sensible. Yo también sé lo que es veranear en un pueblo.El mío no tenía playa,pero casi lo rodea el Ebro.
En las fiestas de septiembre también había baile del farolillo y sí, tenía muchas ganas de que llegasen esas fechas para reunirnos allí. Los años han pasado y a mí se me hace difícil volver. Veo a mi padre por todas partes: cuando dejaban la puerta abierta para que entráramos con el coche y al tocar el claxon salían a recibirnos. Mis sobrinos que no se despegaban de mí. Snif! Voy a dejarlo...
Un relato precioso y entrañable.
Si has de contestar a todos, para San Esteban todavía no habrás acabado. Me doy por visitada.
Un fuerte abrazo.
Hola Ana me alegra que el relato te haya traído esos recuerdos de tus veranos y entiendo lo difícil que es volver cuando están tan presentes esas ausencias, hay lugares que siempre son y serán de ellos pero has sido afortunada por haberlo podido disfrutar y no todos pueden decir lo mismo. Esos momentos forman parte de nosotras y nos han hecho las personas que somos.
EliminarGracias por compartir tus recuerdos, me han emocionado por todo el amor que hay en ellos.
Jajajaja en San Esteban no pero a veces entre semana me cuesta un poco poder devolver las visitas pero siempre me pongo al día y si alguna vez no llego me entendéis, porque tengo la gran suerte de tener comentaristas que son/sois unos soles.
Un abrazo
Me ha encantado, Conxita. ¡Cómo ha cambiado esa idea de las vacaciones! Sobre todo desde que existen las redes sociales. También los españolitos viajamos mucho más que antes, y no nos contentamos con una semanita en un apartamento de la playa y el resto en casa de los abuelos. Pero yo soy de los de antes y, aunque soy un apasionado de los viajes, nunca renunciaré a ese "veraneo" auténtico con olor a pan de leña. Cuando, como dices tú, las estrellas se dejan ver y el tiempo nunca es perdido. No sé, será la nostalgia. ¡Snifff!
ResponderEliminarUn beso grande
Muchas gracias Isidoro por tus palabras y por el esfuerzo de ponerte al día en las lecturas. No era necesario que en mi caso era un relato corto pero encantada de tenerte por aquí.
EliminarEs como dices aunque seas un apasionado de los viajes también está esa parte especial de los veraneos de siempre, esos en los que la tranquilidad, el olor a pan con sabor a pan, contemplar las estrellas o simplemente estar sabiendo que no hay nada urgentísimo por hacer, son un auténtico lujo, un gustazo y un cambio del ajetreo diario en el que vivimos.
¡Será nostalgia!
Un beso enorme