Cansado y harto, el vuelo lleva más de tres horas de retraso y él solo quiere
llegar a casa y descansar.
Cierra el portátil dejando vagar su mirada por la sala de espera.
Sus ojos
se encuentran con los inmensos ojos azules de la rubia que tiene enfrente, a su
lado un tipo enorme con aspecto aburrido, quizás su marido, enganchado al
móvil. La mira un instante y por cortesía no por ganas, desvía su atención a
otros.
Una y otra vez sus ojos se encuentran con los azules, demorándose, olvidada
la educación, curiosos, se diría que incluso ávidos, se envuelven, se seducen,
se retan… Un juego de miradas al margen del resto.
Por fin van a embarcar y con disgusto, Carlos se levanta. La rubia y
su acompañante se retrasan discutiendo algún detalle que él no escucha. Ya dentro
del avión, los ve llegar. Desde su posición privilegiada recorre, descarado, el
cuerpo de ella, ceñido en un vestido de seda que muestra, de manera muy sensual
cada una de sus exquisitas curvas.
“Muy atractiva”.
Su mirada insistente parece alertarla porque de nuevo, sus ojos se
encuentran y ella le sonríe seductora mientras el hombre coloca sus pertinencias
en el compartimiento. Ocupan sus asientos quedando en la misma fila aunque en
extremos opuestos.
El avión despega y nada más estabilizarse, se apagan las luces de cabina.
La mayor parte de los agotados pasajeros intentan dormir.
Al poco, una luz en un extremo.
Carlos y su pertinaz insomnio saben quién
la ha encendido. Mira de reojo, la ve desabrocharse de forma lenta, un botón de
su vestido. Siente una descarga de adrenalina al tiempo que ansioso mira al
hombre que, duerme, al lado de ella.
La mujer sonríe, él también.
Otro botón y sus dedos inician un descenso seductor desde su cuello, sus
yemas juguetean apenas trazando delicadas curvas sobre su piel dorada.
Solo eso,
un movimiento suave que lo está volviendo loco.
La ve lamerse los labios
mientras disfruta.
Carlos ya no disimula, gira su cuerpo apoyándolo en la
ventana para mirarla de frente. Ella le sonríe y reposando su cabeza en el asiento
lo observa, de forma intensa, mientras se sigue masturbando. Él solo es consciente
de su deseo, cada vez más intenso.
Ella sigue jugando a dejarlo atisbar, ahora,
sus pezones y sus dedos acariciándolos.
“Ummm” - Ese palpitar en sus
pantalones, la boca seca, respiración acelerada. Deseo y excitación.
Con decepción ve como se encienden las luces, van a aterrizar. Está
acalorado y ansioso, quiere más. La mujer lo mira mientras abrocha, lenta, su
vestido.
El resto del pasaje se amontona en los pasillos, la pareja no se mueve,
esperan como él. Les cede el paso. Ella, delante, va haciendo paradas, casi
como al descuido para que sus cuerpos se encuentren. Él nota su perfume y ella,
probablemente su erección.
Eléctrico.
Fuera del avión, ella le dirige una sonrisa de despedida al tiempo que se
aleja con el hombre grande. Carlos suspira y sonríe…
“Excitante”.
Conxita
Ya de vuelta...
ResponderEliminarEscribir un relato erótico utilizando solo 500 palabras, este es el reto del concurso de relatos eróticos "Fantasias Textuales" y al que intenta responder mi "Caricias de altura".
Es difícil saber ¿qué es erótico y qué deja de serlo? ¿el erotismo está o lo hacemos? ¿cuál es la delimitación entre erotismo y pornografía?¿por qué se acostumbra a contraponer por una parte el amor romántico y por otra el erotismo? ¿puede una mirada ser erótica? Para mi si y esto es lo que inspira el fondo del relato, que lo inicia y lo mantiene, ese juego de miradas entre los protagonistas.
Así que no sé si lo habré conseguido... me encantará más que nunca saber vuestras opiniones.
Esto de las vacaciones es un rollo....Es broma, todos las necesitamos, lo digo porque se hecha de menos a la gente a la que te acostumbras a leer y los echas de menos.
ResponderEliminar¡Menos mal! ¡ya estás aquí! y con un relato de altura.
Realmente las mujeres que participáis en el concurso demostráis a parte de una imaginación desbordante, mucho erotismo a flor de piel. Después los formalismos y los encorsetamientos sociales nos hacen a todos un poquito ñoños. ¿No te parece? ¿ O es que disimuláis muy bien?
Un relato muy sugerente que deja al pobre hombre con la miel en los labios.
Besos
Gracias Francisco y encantada de saludarte de nuevo. No sé si será que esto del "bloggeo" crea adicción o más bien que como tu dices echas de menos a las personas con las que compartes pasiones y a las que te gusta leer. Bienvenido amigo, me has hecho sonreír.
EliminarSerá que el erotismo no entiende de sexo, aunque con frecuencia quizás a la hora de escribir uno se reprime por convencionalismos un poco ñoños o quizás porque puede resultar difícil saber donde está la barrera entre lo que es erótico y lo que son otras cosas...
Mientras escribía me preguntaba ¿es igual el erotismo para un hombre que para una mujer? Para mi no es cuestión de sexo , lo que para uno puede ser excitante para otro no lo puede ser pero no porque seamos hombres o mujeres, todo es cuestión de los ojos con lo que se mire y de la imaginación que se ponga, pero igual me equivoco.
Me alegra que te haya gustado y sí, creo que el pobre hombre se quedó imaginando pero...también es interesante, ¿no?
Un abrazo
Perdón por una falta ortográfica que se me coló allá arriba "Echa" de "echar" lo puse con" H" y es que tenía esa prisa tonta por poner el mensaje.
EliminarBesos otra vez
No te preocupes, sé que no es lo que queremos pero a veces se cuelan...A mi que escribo en catalán y en castellano...a veces me entran las dudas...
EliminarLo has conseguido, Conchita!
ResponderEliminarUna seductora y erótica lectura es tu triunfo, sin ser hombre me has hecho ponerme en su piel.
un abrazo!
Ai Clara, muchas gracias por tus palabras.
EliminarSi lo he conseguido me encanta, piensa que me preocupaba no ser capaz de transmitir las sensaciones, sobre todo porque el protagonista que "miraba" era un hombre y a veces "miramos" de forma distinta.
Un saludo
Tremendamente erótico Conxita. Logras trasmitir con auténtico brío las erecc... digo emociones de los personajes. En tu texto juegas con el cada vez mayor grado de excitación de ambos, y creo que cualquiera que te lea sentirá lo mismo. Gran trabajo. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarGracias Alejandro por tu comentario.
EliminarMe alegra haber sido capaz de transmitir lo que los protagonistas sentían y que fuera aumentando la temperatura cada vez siendo más excitante, poniéndose en la piel de ellos.
A mi los concursos me parecen un reto estupendo, escribir sobre temas que igual no te plantearías, me hace aprender mucho y dejando de lado el resultado, me hacen pasar un buen rato pensando y escribiendo. Te deseo lo mismo, mucha suerte.
Un saludo
Saludos Conxita, me pasó lo mismo cuando empecé a escribir un relato para el concurso. Tenía mis dudas entre lo erótico y lo marcadamente sexual y directo, así que el relato de la pintora que leíste en mi blog fue el segundo que escribí para el concurso y que finalmente presenté. Me alegra haber leído tus caricias de altura, aunque el pobre pasajero se queda con la miel en los labios, se ha amenizado el viaje je je.
ResponderEliminarUn saludo y suerte para el concurso :)
Gracias José Carlos, me tranquiliza ver que no solo yo tenía dudas.
Eliminar¿Dónde pones el límite, para que no se pase o sea muy ñoño? es difícil. Me alegra ver que ha quedado sutil.
Y sí, mi Carlos ha tenído un viaje interesante aunque no ha acabado, quizás, como él hubiera deseado...pero imaginar, desear, mirar...también es terriblemente excitante.
Un saludo y suerte para ti.
Muy sensual el relato Conxita.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te lo haya parecido Oscar.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un saludito
Un relato erótico (en mi opinión) es realmente bueno cuando te hace sentir la excitación de los personajes, al leerlo sube la temperatura del lector. Lograr eso puede ser fácil o más complejo, no a todo el mundo le pone lo mismo. A mí, personalmente, lo sutil, lo prohibido y el detalle logran tal cometido. Y eso has conseguido con tu texto en mí. Como el protagonista, me he quedado con ganas de más... Muy excitante, Conxita.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compañera de Letras! ;)
Gracias Edgar por tu comentario.
EliminarPienso como tu que se trata de conseguir contagiar la excitación, meterse en la piel de los protagonista y leer con avidez sintiendo lo que ellos sienten, conseguir esto siempre es muy difícil y especialmente en un tema como el erotismo donde somos muy distintos y lo que a uno le motiva a otro no le pone nada.
A mi me gusta pensar que mis "caricias de altura" han conseguido imaginar, jugar con lo prohibido, sacar ese punto morboso por lo inadecuado del sitio, del momento, por ser ella acompañada la que juega, sin grandes aspavientos pero provocando, sacando el lado "malo", jugando a jugar...
Me alegra que te hayas quedado con ganas de más, eso es mucho...
Un abrazo
¿Por qué será que siempre se desea más lo que no se puede tener? Muy bueno, Conxita.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Gracias Ma Jesús.
EliminarTienes razón que esa es otra mirada, la de desear lo que no se tiene en el caso de ella y en el caso de él. Y cuando se obtiene, deja de interesar y se busca otra cosa.
Podríamos pensar que es avidez, insatisfacción, egos mal resueltos, jugar con lo prohibido sin importar a quien se lastime, enamorar para después dejar...desgraciadamente hay muchas muestras de este tipo de egoísmo.
Un saludo
Un relato tremendamente morboso, Conxita. Creas una situación excitante donde los protagonistas juegan sus bazas y dejan volar la imaginación, nunca mejor dicho. La verdad es que me hubiera gustado que Carlos y la rubia de ojos azules se hubieran dado el teléfono para que esta historia tuviera continuación. Muy bueno, me ha encantado :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme!!
Gracias Julia.
EliminarAl final siempre es la imaginación y lo que con ella hacemos, esa capacidad de hacer que una situación sea de lo más vulgar o que pase a ser terriblemente excitante...mejor ponerle salsa a la vida, usemos más la imaginación.
La continuación de la historia...? ¿quién sabe...?esa imaginación puede hacer que se reencuentren en el sitio menos pensado.
Un abrazo
Qué distintos momentos se pueden vivir en la normalidad de cualquier actividad cotidiana. Los deseos tienen muchas puertas por donde salir.
ResponderEliminarAbrazos.
Cuanta razón tienes Ignacio.
EliminarLa vida es tan sorprendente, muchísimo más que cualquier relato que se pueda explicar. Y a veces lo cotidiano es con mucho más fascinante y sorprendente de lo que pensamos, solo se trata de mirar bien y vivir la vida con plena intensidad.
Carpe Diem, ¿no?
Muchas gracias por pasarte y por tu comentario.
Un saludo
Cuánta sensualidad en esa escena y ese voyeur que debe contenerse.
ResponderEliminarExcelente!
Gracias Mirna por tu visita al blog y por tu comentario.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Ese voyeurismo, ese hacer algo inadecuado, ese provocar... la mujer disfruta también siendo mirada y dedicándole ese placer que él no siente.
Un saludo
Muy buen relato Conxita. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias Wolfdux.
EliminarMe alegra que te haya gustado y volver a recibir tus visitas y comentarios.
Un saludo.
No me importaría nada encontrarme con esa mujer en alguno de mis viajes.
ResponderEliminarEsa es una de mis fantasías no realizadas, sexo en un avión. No necesariamente mas de un juego parecido al de tu relato o -quizá- caricias si los asientos son contiguos.
El relato es muy bueno. Trasmites.
Me alegra que te haya gustado.
EliminarTal y como comenté en el momento que lo escribí, no sabía si transmitiría la historia y si los ojos con los que miraba serían creíbles para los que lo leíais. Y también en qué parte dejarlo sin que quedara muy ñoño o fuera demasiado explícito, me alegra ver que el resultado no os pareció mal.
¿Quién sabe en qué avión estará la mujer rubia de grandes ojos azules?
Un abrazo.
No me importaría que fuera morena.
EliminarMe gusta el juego y el atrevimiento de ella. La travesura siempre me ha atraído.