Con el tiempo
Raúl dejó de insistir, yo también. La abuela sí sabía pero al preguntarle nos
decía que éramos muy chiquillos para entender y empezaba a refunfuñar sobre una pesada carga.
Mamá a veces se
quedaba muy quieta, como si se mirara por dentro y entonces todo parecía congelarse. Si estaba papá, desaparecía en su habitación y a nosotros la abuela nos
apremiaba para que saliéramos a jugar a la calle. Entonces sí, la abuela Engracia
se sentaba al lado de mamá, le cogía una mano y le susurraba palabras que no
entendíamos. Mamá miraba con unos ojos que no eran los suyos y después dejábamos de ver porque se cerraba la puerta.
A mi hermano y a mí
no nos importaba mucho pero sí cuando llovía que teníamos que guarecernos en la
era del vecino pero los otros días siempre había alguien para jugar.
Empezamos a escuchar que nuestra madre hablaba con ellos. Eso lo decían los
mayores, movían sus cabezas y suspiraban cuando pasábamos mi hermano y yo. Al
preguntarle a mamá, sonreía con resignación y hasta un puntito de tristeza, nos
besaba y decía que eso eran cosas de viejas. Pero lo cierto es que por nuestra
casa pasaban muchas viejas, y muchos viejos y otros que no eran tan viejos y
también jóvenes y conocidos y desconocidos… Todos se acercaban a la abuela primero
como para que les diera permiso y después a mamá. Mamá no siempre estaba de
acuerdo. Había días que parecía que su piel se transparentaba, se
le notaban las venitas azules y los ojos se le hundían, entonces era cuando acostumbraba a decirles que no
pero los mayores eran muy insistentes y seguramente mamá muy blanda porque
ellos se iban con una sonrisa. Raúl y yo ya sabíamos que
volverían, que se sentarían muy cerca de mamá, que encenderían algunas velas, algo de incienso, que cuchichearían, que a ratos reirían y en otros llorarían y que nosotros
estaríamos en la calle.
A mí me enfadaba
toda esa gente que ponía tan triste a mamá. No les abría la puerta,
después la abuela me regañaba y más de una vez me quedaba sin postre pero yo no dejaba de hacerlo. Raúl era más directo, les sacaba la lengua y cuando la abuela no lo escuchaba, los insultaba.
Tampoco lo
podíamos hablar con papá, apretaba los labios, se le mojaban los ojos y le
caían gotitas que se enredaban en los pelos de su barba. Papá, a veces nos
apretaba muy fuerte, casi nos ahogábamos y veíamos sus manazas temblar, y sus
suspiros eran de los que partían el alma mientras decía que eso no podía ser, que él
no podía compartirla.
Alguna vez el hombre
estallaba y gritaba que solo quería vivos en esa casa.
Entonces mamá le sonreía, le decía que no podía hacer nada si ellos la habían
escogido. La abuela lo llamaba egoísta desconsiderado mientras continuaba que, Julita,
Julia es el nombre de mamá, no podía callarlos, que eso era un don que no se
escogía, que ellos la habían elegido y que de eso uno no se estaba.
Papá,
pobrecito papá, se iba cabizbajo, seguido por la mirada de mamá que parecía atrapada
entre ellos y la abuela.
No siempre era
así.
A veces pasábamos
meses enteros sin que mamá estuviera con sus secretos, entonces volvía a ser nuestra. Reíamos, nos abrazaba e inventaba juegos, nos
preparaba natillas, flan, arroz con leche, nos dejaba rebañar la cazuela y nos
daba besos de canela. Al acostarnos cogía un libro grandote lleno de mil y
un cuentos y nos los leía poniendo voces e intercambiando besos entre mi
hermano y yo. A Raúl y a mí nos gustaba apretujarnos en la cama con ella en medio, escuchando su dulce voz y
ese olor a natillas que era tan suyo. Papá nos miraba desde la puerta, mamá le
lanzaba un beso y entonce él se acercaba y nos hacía cosquillas. Mientras la abuela trasteaba
entre pucheros en la cocina.
Me encantaban esos momentos tranquilos pero ellos cada vez estaban más presentes.
Cuando se quedaba
en silencio y se difuminaba su mirada, Raúl y yo nos quitábamos de en medio. Ya era de los otros. Entonces empezaba la procesión de desconocidos que
susurraban frente a mi madre y sus ojos vacíos parecían decirles lo que querían
escuchar. En cada una de esas visitas ella menguaba un poquito más y papá lo llevaba
cada vez peor. Le insistía a la abuela que acabara con todo aquello pero
entonces mamá se ponía del lado de su madre y las dos le hablaban de
responsabilidad, de que no entendía. Así que me dolió
pero yo sí entendí a papá.
La tarde anterior
había sido muy pesada. Las visitas se sucedían. Susurros, risas, lágrimas,
voces de desconocidos y la de mamá que no era de ella. Y cada vez sus ojos
más insondables, más oscuros, los cercos los rodeaban y su piel a punto
de romperse. No merendamos ni tampoco cenamos. Tampoco vimos a mamá, ya estaba
ya acostada cuando nos dejaron entrar pero sí escuchamos a la abuela discutir con papá.
—La están matando
Engracia. ¡Esto se tiene que acabar!
—¡No entiendes! No puede hacer nada.
—Pronto será una
más de ellos.
—Ella es su voz.
—No me importa. ¡Quiero a mi mujer!
—¡No lo entiendes! ¿Cuándo vas a entender?
Y el pobre papá
solo repetía que quería que su mujer volviera. La abuela dejó de
escucharlo como siempre hacía cuando algo no le gustaba y papá se acercó hasta
donde estábamos Raúl y yo escondidos. Raúl no quería salir, pensaba que papá iba a reprendernos por estar escuchando. Estábamos
muy asustados. Hambrientos. Cansados.
—¿Papá?
Él no dijo nada, solo nos abrazó dejándonos las mejillas húmedas.
Se marchó.
Se marchó.
Con el tiempo
supimos que mamá hablaba con los muertos como antes lo había hecho su madre. Los difuntos la reclamaban, la importunaban tan pronto para buscar la paz, para comunicarse con sus familiares, para cerrar heridas o para lo que quisieran y mientras, nosotros íbamos perdiendo nuestra familia.
Después de la
marcha de papá, todo se hizo más oscuro.
Mamá ya no se
reía, ni inventaba juegos ni había natillas ni cuentos solo tenía oídos para ellos. Como Raúl y yo ya
teníamos edad para ir a la escuela de mayores, la abuela decidió que era momento
de trasladarnos a la capital. De domingo tarde a viernes vivíamos en la escuela, cada
uno en la nuestra aunque muy cerquita y a veces ni siquiera volvíamos los
fines de semana, nadie se acordaba de recogernos.
Pero un día fue papá
el que sí estaba. Apenas le quedaba pelo, ya no tenía barba, volvía a ser alto y
hasta sonreía. Nos dijo que tenía una nueva casa y que nos íbamos a vivir con
él.
Ellos se habían quedado con mamá.
Ellos se habían quedado con mamá.
Triste final para una linda historia, por tal como la contaste.
ResponderEliminarBesos.
Sabes Alfred yo creo que ese padre habrá aprendido a defender a los vivos y ella también ya sabe.
EliminarMe alegra que te haya gustado la manera de contarla.
Besos
"Ahora soy yo la que tengo secretos". Toma ya. Hay finales tan redondos y sorprendentes que justifican por completo un relato. Has ido hilando -y enredando con las letras- de una manera ideal para quedarse enganchado a lo que sucedía en el seno de esta familia.
ResponderEliminarBesos, Conxita.
Me alegra haberte enganchado Miguel.
EliminarMientras lo escribía no sabía si el narrador era un niño o una niña y se acabó de definir al final, también tenia alguna duda sobre si dejarlo abierto pero entendí que tenía más lecturas así, puedes entenderlo como un final o como un principio y deja esa parte un tanto inquietante. Me alegra haber acertado.
Besos
Vaya pedazo de historia que te has montado, Conxita. Y qué bien contada. Me ha encantado. Felicidades.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra que te lo haya parecido Macondo y que te haya gustado.
EliminarGracias por decírmelo.
Besos
Vaya, Conxita, me has sorprendido con ese ambiente tenebroso de tu relato, y esa mamá médium, atrapada entre los muertos y los vivos, viendo como se desmorona su familia, y con la voluntad anulada para actuar. Luego la abuela, que también tuvo esa facultad extrasensorial, consiente que su hija se vaya anulando… y que los niños con su papá pasen a un segundo plano, porque lo importante son las voces de los muertos.
ResponderEliminarDejas un final abierto e inquietante… como en las películas de Hitchcock ;)
Me ha gustado este cambio de registro en tu relato, con esos tintes oscuros.
Un beso.
Jajaja Paco esos finales abiertos e inquietantes del gran Hitchcock me encantaban, me ponían de los nervios y sí que el final del relato es un poco inquietante pero creía que justo así se debía acabar, como un final o como un principio, porque esos secretos y la manera de arontarlos parece que serán distintos... o no.
EliminarTienes razón que es un registro distinto y he disfrutado escribiéndolo, imaginando esa telaraña de sensaciones y emociones vividas por los niños con esa madre rendida a los otros, una abuela dominante y un padre superado.
Un beso
¡Uy, menudo giro final! Papá está contento pese a que su mujer se ha quedado con ellos que eso querrá decir que..., bueno no sé, no me atrevo a dar una solución a este final.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, en especial el desarrollo y ritmo que le has dado hasta el final en que el giro ya me mete en otra dimensión, O no.
Besos
Gracias Juan Carlos. Mientras leía el comentario he pensado que tenías toda la razón papá está contento aunque su mujer está con ellos y supongo que tiene tantas interpretaciones que le queramos dar.
EliminarLeí que el escritor desde el momento en que publica su relato deja de ser suyo y pasa a ser de cada uno de los lectores le damos nuestra interpretación y eso me parece que es la gracia de la literatura, ¿no crees?
Si convivir ya es una tarea compleja, que requiere de grandes dosis de paciencia y generosidad, no puedo pensar en cómo debe ser ese convivir con esos otros.
Un beso enorme y muy feliz semana
Qué relato y qué final.
ResponderEliminarEnhorabuena y feliz noche.
Me alegra que te haya gustado Marigem, ha quedado un poco inquietante jajaja
EliminarBesos y muy feliz semana.
Me gusta el ritmo, tal como se ha escrito por aquí. Y nada de dar respuestas...esto ha de quedar a libre albedrío
ResponderEliminarSalut ¡
Gracias Miquel, me alegra que te haya gustado.
EliminarY sí ese dar respuestas es algo que intento controlar porque es fácil darlas y en cambio tengo muy claro que como lectora me gusta llegar a mis conclusiones y dar mis respuestas.
Salut i bona setmana
Muy buena historia. No supe si eran muertos, extraterrestres o la mamá era prostituta o tenía desórdenes mentales.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Sara, me alegra que te lo haya parecido.
EliminarSeguramente esos otros podrían ser cualquiera de los que dices, no lo había pensado pero como le decía a Juan Carlos cuando le damos a publicar, la historia deja de ser nuestra y cada uno de los lectores la adaptamos a lo que nos apetece o nos sugiere en ese momento.
Besos y buena semana
Me ha gustado leerte, he pensado que era muy largo y tendría que dejarlo a medias pero el interés me ha hecho leerlo hasta el final. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ester me alegra haber sido capaz de mantener el interés de la historia. Gracias por decírmelo.
EliminarUn abrazo y feliz domingo
Estremecedor final. De madres a hijas, ser médium no se elige, parece ser. Vibrante tu post, el ritmo infantil dado, pero que describe bien el ambiente de esa casa, el secuestro de las almas errantes de esa madre. Porque sí, habrá, pocoas pero habrá medium, pero qué pasa con esos hijos ¿no?.
ResponderEliminarMe ha fascinado, amiga. Un abrazo
Muchas gracias Albada Dos.
EliminarDiría que no es algo que se elija, algunos dicen que todos podemos llegar a serlo porque está relacionado con una sensibilidad que podemos desarrollar. No tengo ni idea ni conozco el tema pero sí me parece que, en aquellos casos en que sea real, insisto que desconozco, ha de ser compleja esa interacción entre los que no están y los que sí están y reclaman la presencia.
En este caso la médium del relato no han optado por enriquecerse como sí pasa con ese floreciente negocio de la parapsicología que dicho sea de paso, siempre me ha parecido un nombre muy mal escogido porque no tiene que ver para nada con el trabajo que se hace en psicología.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Yo preferiría no tener secretos de ese tipo. Solo con maginarme que ello pudiera ser cierto, pienso que los vivos deben estar con los vivos. Perder a una familia por atender a los espíritus es perder todo lo más importante en esta vida. La vida es demasiado corta para ir malgastándola atendiendo a los muertos. Mala herencia la de esa familia.
ResponderEliminarSolo cuando he llegado hacia la mitad del relato he adivinado quiénes eran esos visitantes, je,je.
Un beso.
Hola Josep Ma buff a mi no me gustarían nada ese tipo de secretos jajaja. De hecho al empezar a escribir el relato pensaba en otros secretos más cotidianos pero el relato fue evolucionando de manera distinta de cómo lo había pensado y me gustó mucho más este que resultó bastante más inquietante.
EliminarSupongo que alguna vez también te habrá pasado, que empiezas el relato de una manera y acaba de otra porque parece que sean los propios protagonistas los que quieren contar la historia y el escritor solo se convierte en el facilitador, un poco es lo que le ha pasado a estos secretos de mamá.
Estoy contigo que es muchísimo mejor dedicarle tiempo a los vivos y a vivir, que son cuatro días y es importante disfrutarlos.
Un beso enorme y muy feliz semana
Me sucede continuamente, Conxita. Diría que casi todos mis relatos acaban desarrollándose de distinto modo del que había previsto al escribir el primer párrafo,,je,je.
EliminarUn beso.
Jajaja Josep Ma así me entiendes perfectamente, una cosa es la idea inicial y después todo se acaba transformando.
EliminarMás de una vez he leído que es esencial la planificación a la hora de escribir, que todo tiene que estar pensado y ahí a mi me pasa que parece que las letras van a su aire y los protagonistas son los que me dictan.
Supongo que en una novela no puede ser así, todo tiene que estar mucho más planificado, pero como de momento aún me siento muy lejos de poder escribir una novela voy tirando con mis musas poco planificadoras.
Besos
Me ha gustado este curioso argumento, donde una extraña cualidad mediúmnica atribuida a las mujeres de una familia sirve de pretexto para desarrollar toda una trama que a mi juicio pone de manifiesto la paradoja de que hay que ayudar a los muertos por encima de los vivos y de ahí que para estas mujeres también lo sean sus "secretos" por encima de su propio núcleo familiar (marido e hijos).
ResponderEliminarEsta interesante reflexión podría extrapolarse a otras de semejantes características, donde por ejemplo uno de los cónyuges antepusiera su trabajo a la familia, o donde un hijo mantuviera a raya a sus padres, porque no se hace responsable de sus actos violentos, con dependencia a estupefacientes, etc. Digamos que es una idea fantástica para ser aplicada a otras muchas áreas de las relaciones familiares y sociales.
Bueno, el caso es que gracias a tu estupenda entrada, querida amiga Conxita, me has motivado a reflexionar sobre el comportamiento humano.
Un beso y feliz fin de semana!!!
Gracias Estrella por tus palabras siempre generosas conmigo y mis letras.
EliminarEs cierto que se da esa paradoja que tan bien has analizado, se acaba priorizando la atención a los muertos en detrimento de los vivos y en este caso acaban perjudicando a su familia. Y sí como bien dices en el relato son los muertos pero es extrapolable a esas vidas en las que se opta por el trabajo con los workaddicts a los que el éxito personal, el poder, la fama... acaban pasando por delante de todo. Conozco casos de personas que toda su vida está alrededor del trabajo, sus jornadas se extienden de lunes a domingo, apenas toman vacaciones ni se está con la familia aunque se justifican con sus momentos de calidad, son otros muertos que acaban robando el tiempo a la vida familiar o quizás tapando carencias en las relaciones que no se quieren analizar. Cualquier dependencia no es buena.
Un beso y muy feliz semana
Que historia tan tremenda, que bien la has contado y que tristeza al final.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Gracias Laura es cierto que al final queda un puntito de pena porque el destino de la madre y la abuela antes no han sido muy felices pero sabes, yo creo que ella ha aprendido y no dejará que los otros se apropien de su vida.
EliminarUn abrazo y muy feliz semana
El tema de los médiums ya ha sido explorado, tanto en la literatura como en el cine y no es que me interese demasiado. Sin embargo, con tu relato quedé enganchadísima de entrada. Supiste contarlo con maestría desde la voz de de la niña, dando a entender qué le pasaba a la madre, sin mencionarlo explícitamente en la primera parte.
ResponderEliminarEl final es estupendo, te felicito, Conxita.
Besos.
Hola Mirella a mi tampoco es un tema que me interese mucho ni que conozca y de hecho cuando empecé a escribirlo no tenía nada que ver con temas paranormales pero a veces sin saber el cómo los personajes de las historias parece que tienen vida propia y que te usan para contar su historia y eso es lo que ha pasado con estos secretos de mamá y por lo que me habéis comentado parece que estos secretos de otros han mejorado la historia.
EliminarGracias por tus palabras.
Es un placer tenerte por aquí especialmente después de leer que te tomas un espacio para descansar. Descansa querida Mirella, aquí siempre va a ser una alegría recibirte y tener un huequito para charlar y espero pronto seguir leyéndote.
Un beso enorme y muy feliz semana
Que bien sabes engancharnos.Lo cuentas con tanto misterio que deseas llegar al final para saber como ternima la historia.
ResponderEliminarVaya final. Ellos no se quedaron solo con mamá.... ella también se los llevó.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
Muchas gracias Laura, me alegra mucho que la historia haya resultado amena y misteriosa jajaja
EliminarEl final me parecía que tenía que ser ese, dejándolo abierto y que cada uno le demos el significado que más nos guste, en mi caso prefiero pensar que ella ha aprendido y no dejará que le hagan lo mismo que a su mamá.
Feliz semana también para ti.
Besos
Hola Conxita!! Me encanta este "secreto de mamá", lo has bordado con el final que le has dado. ¡Fantástico relato, como siempre! Besos!!
ResponderEliminarMuchas gracias Ana me alegra que te haya gustado,
EliminarDesde luego hay secretos y secretos ¿verdad? Los de esta mamá dan bastante miedo. Mucho mejor quedarse con los vivos.
Besos y muy feliz semana.
Qué hermosa historia, qué bien escrita y cuánto es capaz de transmitir. Y ese giro final me ha parecido muy triste pero muy poético.
ResponderEliminarMe ha encantado, Conxita.
Un beso.
Ains qué bonito Rosa.
EliminarMe alegra que te haya gustado la historia.
Respecto al final, lo dejé abierto para que cada cuál construya su final.
En mi caso soy una optimista y tiendo a pensar en positivo, creo que no van a poder con ella jajaja, que ha aprendido y no va a dejar que la utilicen como a su madre.
Un beso enorme y muy feliz semana
Me has dejado sin aliento ¡Qué maravilla de relato! Y pese a que se trata de una historia que acongoja, lo que más me ha impresionado es cómo se plasman los recuerdos de nuestra infancia para marcar nuestras vidas. Algunas veces, por desgracia, tan amargamente que dejan una cicatriz imborrable y maldita para siempre. Ojalá todas las personas pudiéramos tener sólo recuerdos felices de nuestra infancia.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Conxita.
Un enorme beso
Hola Macarena me alegra que te haya gustado.
EliminarHay varias teorías que apuntan que en la infancia podríamos encontrar el origen de por ejemplo muchos de nuestros prejuicios ya que se trata de actitudes aprendidas en base a las experiencias que acumulamos a lo largo de nuestra existencia, especialmente en la infancia. Desde pequeños absorbemos como esponjas todas aquellas creencias, costumbres y tradiciones que observamos en nuestra familia y en nuestra sociedad. Cuando crecemos tenemos la necesidad de construir nuestra propia identidad, utilizando todas las premisas que hemos absorbido para identificarnos con un grupo social determinado. Este posicionamiento nos brinda una sensación de seguridad y nos ayuda a sentirnos aceptados.
Desde luego sería más sencillo si pudiéramos escoger qué recuerdos guardar y que estos fueran felices, pero también es cierto que las personas somos muy distintas y que a iguales situaciones hay personas más resilentes, que consiguen salir y tener muy buenas vidas y otras que no.
Besos y muy feliz semana
Como siempre nos has regalado una historia fascinante,... con un desarrollo que te envuelve y te lleva hacia ese final,... de "saga" o "fatalidad" familiar que las mujeres parecen llevar con resignación.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Gracias El baile de Norte.
EliminarMe alegra que te haya gustado esta historia que me ha salido un tanto inquietante con muchas presencias. Resignación sería una palabra, aunque una de las protagonistas hablaba de responsabilidad, en todo caso aquí podríamos hablar mucho de si la responsabilidad no debería ser hacía los vivos.
Besos y muy buena semana
Extraordinario relato... lo que se dice "herencias familiares", esas, que a veces -siempre- sería mejor no recibir.
ResponderEliminarUn besote!!!
Hola Alma hay herencias que sería mejor no recibirlas, totalmente de acuerdo contigo y en el caso de la protagonista aún más, mejor se dedique a vivir la vida con los vivos.
EliminarMe alegra que te haya gustado, gracias por decírmelo.
Besos y buena semana
Me río Una historia larga y aburrida Pero te hace feliz que te sonrian.abrazos siempre
ResponderEliminarHola M me parece que es tu primera vez a Enredando con las letras, así que bienvenida.
EliminarGracias por tu opinión.
Feliz día.
Muy fuerte lo que vive esa mujer, y como repercute en su marido e hijos. Pero, en algún momento ella perderá ese don, porque la abuela parece haberlo perdido y ahora es la hija la que tiene esa herencia que debe ser tremenda y terrible. Ella tendrá que ver si puede compaginar ese don con una vida normal... o ahora se verá en la misma situación que su madre.
ResponderEliminarSiempre me he preguntado cómo esas personas pueden sobrellevar algo así, cómo pueden vivir oyendo o viendo escenas de otras épocas, voces que dan mensajes o que infunden miedo. ¿Llegan a acostumbrarse? ¿Les desequilibra? ¿Les aterroriza? ¿Se puede vivir toda la vida asustado?
Me parece un don horrible y yo sí creo que hay unas pocas personas en el mundo que lo tienen (menos de las que lo aseguran porque hay mucho timo también). A veces pienso que puede que sea otra cosa que tiene explicación, pero que aún no hemos encontrado y que interpretamos erróneamente.
Hola MJ la convivencia no acostumbra a ser sencilla con los vivos si encima le añades un montón de difuntos reclamando su espacio, no debería ser fácil vivir en esa familia. Parece que la madre y la abuela se olvidan de los vivos y se centran en los muertos y espero que la protagonista haya aprendido la lección, a mi me gusta pensar que no dejará que le hagan lo mismo.
EliminarDesconozco el tema de los fenómenos paranormales y de las médiums, tampoco sé si realmente existen o no. Es un tema que se presta por desgracia a mucho engaño y a estafar que abusa de las ganas de saber respecto a los que ya no están.
Desde el desconocimiento estoy de acuerdo contigo que no ha de resultar nada fácil convivir con eso y que puede llegar a ser terrorífico visto desde fuera, imagino que si uno ha de convivir con ello se llega a acostumbrar sobre todo si sabe cómo conducirlo. Pero todo esto te lo digo desde mi más absoluto desconocimiento.
Generalmente todo aquello que no conocemos nos da un poco (o un mucho) de miedo.
Un beso y muy feliz semana.
Conxita me ha encantado tu relato, bien llevado y narrado a un ritmo inquietante y tranquilo a la vez. Esas imágines tan claras con las que describes la vida familiar, y !ese final! no pudo estar mejor orquestado, de fanfarria.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Gracias I.Harolina me alegra que te haya gustado. Qué bien lo has descrito con ese ritmo inquietante y tranquilo a la vez y es que así es cómo avanza el relato y la vida de la protagonista.
EliminarFeliz domingo también para ti y una muy buena semana
Bien pensado Julio David es extraño que no hubiera monetizado sus servicios jajaja y al menos algo hubieran ganado los suyos.
ResponderEliminarTienes razón en que cada vez hay menos personas que ayudan desinteresadamente pero también que les damos más importancia a los egoístas que a aquellos que son honrados y siguen haciendo el bien a los otros pero sin grandes exhibiciones. Sería mejor poner el foco en aquellos que hacen el bien no en tantos que solo van a su provecho.
Un abrazo
Un gran relato. Sorprendente y, como siempre, muy bien escrito.
ResponderEliminarBonito leerte.
Un beso, Conxita. Felices días.
Muchas gracias Amalia por tus bonitas palabras siempre.
EliminarUn beso enorme y muy feliz semana
¡Hola, Conxita! De inicio pensaba que se trataba de un relato sobre el Alzheimer, luego ya sospeché la historia que se escondía entre las líneas. Pero esa frase final, pua! Es de esas que te ponen los pelos de punta. Concisa y directa al pecho del lector. Es un relato que no sé si calificarlo como triste o de terror, en todo caso es de esos que te clavan a la pantalla. ¡Enhorabuena! Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarHola David cuando empecé a escribirlo pensaba que los secretos de esa mamá fueran mucho más triviales y cotidianos pero el relato fue evolucionando solo.
EliminarTampoco sabía si el narrador protagonista sería un hombre o una mujer y de ahí que a lo largo del relato el narrador no se pronuncia y tanto podía ser uno u otra pero al final el relato decidió convertirse en un poco inquietante, quizás porque todo lo relacionado con el más allá, con los muertos, médiums, brujas... tiene ese aire más tenebroso. Seguro que el cine y la literatura de terror han tenido mucho peso en ello, pero en todo caso me alegro que el resultado te haya primero sorprendido y después enganchado. Es un placer haberlo conseguido. Yo he disfrutado escribiéndolo jajaja
Gracias por tus palabras.
Un abrazo y feliz semana
Magnifico, amiga... Me ha gustado mucho su final
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Ildefonso me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo y muy feliz semana
Qué relato tan bueno!!!
ResponderEliminarUn aplauso para ti.
En tensión desde el principio y el final es de traca.
Bravooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Besos.
Muchas gracias Xavi me alegra que te lo haya parecido.
EliminarEs sorprendente porque no sabía cómo iba a acabar hasta que llegué al final y esa frase era la única que podía ir para que cada uno podamos elegir qué pasará o cómo continuará. Veo que la coincidencia ha sido mayoritaria y en este caso me encanta la mayoría, gracias por decírmelo.
Besos
¡Qué maravilla de relato! Me ha tenido enganchada hasta el final, y es que este tema da mucho de sí. PEro saber explicarlo con esa maestría es hermoso.
ResponderEliminarLa herencia de madres a hijas es algo inexplicable pero que existe.
Felicidades por escribirlo tan bien.
Un abrazo
Muchas gracias Charo.
EliminarCierto que es un tema que se ha tratado mucho tanto en la literatura como en el cine, pero como tantísimos temas.
Me dijeron que en literatura está todo escrito desde los griegos pero cada uno le acabamos poniendo nuestra voz.
Hay herencias que son terribles y es mejor no recibirlas. ¿No crees? Mejor quedarse y disfrutar de los vivos.
Gracias por tu amabilidad.
Un abrazo
Curiosa manera de contar el martirio que debe de ser tener la capacidad de comunicarse con los muertos. Me ha gustado la forma y el mensaje. Hablar con muertos no debe de ser nada agradable.
ResponderEliminarRecuerdo que hace unos años se pusieron de moda dos series de TV norteamericanas sobre las vicisitudes dos mediums, una se llamaba Medium y la otra Entre fantasmas, y las dos presentaban a las protagonistas como si ver muertos fuera lo más normal del mundo, con lo que se podía convivir como si tal cosa. Ver a los muertos parece poco creible, pero que se acepte con tanta naturalidad, ya es de ciencia ficción.
Más tarde salió otra serie, esta vez británica, mucho más aceptable, desde mi punto de vista: Afterlife, y en esa la medium estaba medio chalada por culpa de sus poderes. Eso ya es más plausible.
Perdona el rollo, pero es que me ha parecido que has mostrado la faceta más lógica de quienes puedan tener ese "don" (si es que eso es posible, que yo no lo tengo tan claro, ja, ja, ja).
Fenomenal relato, y el final tan inquietante con esa hija que recibe una herencia envenenada.
Un besote.
Hola Paloma no conozco mucho el tema pero desde luego seguro que es mucho mejor hablar con los vivos. A esta pobre mujer la acaban atrapando en su telaraña y se olvida de vivir y de los suyos.
EliminarNo he visto ninguna de esas series que comentas, aunque me suenan, de hecho es un tema que no me llama mucho la atención y de ahí la sorpresa de este relato. De hecho cuando empecé a escribirlo tenía otra idea pero evolucionó por sí mismo a este con presencias inquietantes y una herencia de lo más terrorífica o al menos a mí me lo parece.
Sobre esa medium chalada como dices imagino que escuchar voces, ver a gentes que no están, hacer de intermediario... no parece una buena manera de permanecer sana.
Desconozco si existe ese don y parece que estamos de acuerdo que no lo parece mucho pero lo que si hay en este mundillo del ocultismo es mucho aprovechado que juega con el dolor ajeno.
Me alegra que te haya gustado :)
Un beso enorme y muy feliz semana.
Una historia que nos cuentas un poco inquietante. Ser medium y hablar con los muertos deben de ser gentes que o tiene dones o lo hacen para ganar dinero engañando a la gente. La trama contada desde una niña es entretenida y al final se ve que va de herencia, fue la abuela, la madre y heredó la hija. Un abrazo
ResponderEliminarHola Mamen tienes toda la razón que ha quedado una historia de lo más inquietante, con esa herencia que mejor no recibirla.
EliminarEs cierto que en estos temas hay mucho desaprensivo que se aprovecha del dolor y de las ganas de no perder el contacto de las familias. Es triste pero hay desaprensivos que lo hacen. No es el caso de esta mamá pero lo triste es que ella se olvida de los vivos para entregarse a los muertos. Triste.
Espero que la chiquilla haya aprendido la lección y no olvide a los vivos.
Un abrazo
Genial!1 Fantastico relato, lo lei enganchadisima y me fuiste sorprendiendo paso a paso, yo creo en los muertitos y que buscan comunicarse asi que me maravillo, muy original. Gracias, abrazosbuhos.
ResponderEliminarHola Buhoevanescente me alegra que te haya gustado.
EliminarNo conozco mucho el tema de los médiums pero hay algunos que hablan de una sensibilidad especial, no lo sé, no sé qué parte hay de verdad y qué parte hay de interesados que buscan aprovecharse de la credulidad de las personas. En el caso del relato esta mamá está entregada a su don, tanto que se olvida de sus hijos.
Muchas gracias por tu comentario.
Abrazosbuhos
wau!!menudo final Conchita, secretos que no falten, un relato con un final ¡genial!
ResponderEliminarYo también te aplaudo.
Gracias por tu visita.
Feliz semana.Bss
Me alegra que te haya gustado Carmen.
EliminarEse final no podía ser otro para que cada lector imagine su historia.
Muchísimas gracias por tu visita y por tus amables palabras.
Feliz semana a pesar del terrible coronavirus.
Besos
Es evidente como dicen los gallegos: que meigas haberlas ahylas, pero que conste de que lo digo por la madre Engracia (la abuela). Dicho esto, no me queda que decirte otra cosa, que el resto del la historia hasta el mismísimo final, lo has bordado.
ResponderEliminarUn abrazo, Conxita.
¡Qué amable y generoso eres! Manuel.
EliminarYa lo dices haberlas haylasy no conociendo el tema le aplico la prudencia, supongo que sí puede haber personas con una sensibilidad especial y puede ser que se comuniquen o crean que lo hacen, no lo sé, lo que sí sé es que, no en el caso del relato, hay personas con cara que se aprovechan de la credulidad y las ganas de saber de muchos y eso también por desgracia se da.
Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Un relato inquietante... No recuerdo haberte leído nada parecido.
ResponderEliminarEl "Ahora soy yo la que tengo secretos.", ¿pertenece a la protagonista o es un lapsus que se te ha escapado. :))))
Gran abrazo Conxi.
Jajaja Ernesto ¿Quién no tiene algún secreto por ahí? Y desde luego los que pudiera tener seguro que no son como los de mis protagonistas, ¡qué agobio! Ya dan mucho trabajo los vivos como para añadir a los muertos jajaja.
EliminarTengo algún otro relato similar pero este sí me ha quedado un poco inquietante con ese final, pero ya sabes que yo soy de las positivas y creo que mi protagonista no va a dejar que le roben la vida ni a los vivos.
Me alegra haberte sorprendido cambiando de registro.
Besos y feliz semana, y a cuidarse que está el mundo muy alterado
¡Huy! Da un poco de cosa.
ResponderEliminarQue los muertos vuelvan es algo que está latente en muchas culturas. Ese vagar de quienes no han encontrado el descanso.
Tendré que ir a visitarte.
Abrazos.
Jajaja sí Ignacio Tengo que reconocer que me ha quedado un relato un tanto inquietante, quizás porque el tema de por sí ya nos inquieta.
EliminarComo bien dices esos muertos que no descansan, que vuelven, que intentan comunicarse... es algo de lo que se habla en muchas leyendas de distintas culturas, la literatura y el cine también nos han dado muchisimos ejemplos y supongo que por ahí nos queda algo y el miedo a lo desconocido, a la muerte.
Un abrazo y a cuidarse de los virus
Hola COnxita, triste que se quede sola, sin su realidad familiar, solo con fantasmas. Valiente papelón le ha tocado a tu protagonista, ese tranquilizar las conciencias ausentes. Un abrazo
ResponderEliminarHola Emerencia desde luego es todo un papelón, como si los vivos no dieran suficiente trabajo también se enreda con los muertos.
EliminarSupongo que sus prioridades son distintas o acaba atrapada en una realidad paralela, no debe ser nada fácil convivir con esas voces y no acabar ida. En todo caso espero que la hija sepa llevarlo mucho mejor.
Un abrazo
Caramba, Conxita, hasta se me hizo corto, de entrada no podía imaginar nada, ya por la mitad comencé a intuir de qué iba. Una buena trama bien dibujada y con expectación hasta el final.
ResponderEliminarMe ha encantado la forma en que la has ido tejiendo, dejando claro que hay "secretos" que a veces son a voces y que pueden pasar de generación a la siguiente...
Un gusto pasar a saludarte, y recrearme en tu arte.
Muchos besos, amiga ;)
Hola Mila me alegra que te haya gustado y sobre todo haber sido capaz de sorprenderte.
EliminarAl imaginar la historia era otra completamente distinta a la que acabé escribiendo y un poco inquietante pero he disfrutado escribiéndola.
Esos secretos desde fuera se ven como una pesada carga y es que escuchar las voces y peticiones de los que no están ha de ser muy duro.
Besos y mucha paciencia en estos días de reclusión para evitar la propagación del maldito virus.
Nos leemos :)
Un relato estupendo, Conxita, creo que bastante diferente a los que sueles escribir, en cuanto a la temática, lo que demuestra tu versatilidad.
ResponderEliminarMuy interesante, y me ha encantado la frase "como si se mirara por dentro".
Abrazos!
Me alegra que te lo haya parecido Ángeles, es cierto que es un tema distinto de los que he acostumbro a escribir. Al principio cuando empecé a escribirlo pensaba en otro tipo de secretos más cotidianos pero la protagonista pensaba distinto jajaja y acabé escribiendo un relato un tanto inquietante pero que he disfruto mucho escribiendo.
EliminarGracias por destacar esa frase, me parecía que describía lo que la niña veía en la madre.
Un abrazo y muchas lecturas en estos días de quedarse en casa por responsabilidad
Oh, rayos. "I see dead people"...
ResponderEliminarJajaja Alexander. ¡Qué miedo!
EliminarUn abrazo
Para nada me esperaba este final ¡Yo que estaba contenta porque el padre había ido a buscarlos!. Me ha inquietado tu relato, a ver ahora como me duermo.
ResponderEliminarUn abrazo Conxita.
Jajaja Conchi espero que hayas dormido fantásticamente a pesar del relato.
EliminarTienes razón que quedó un poco inquietante ese final pero seguro que esa niña ha aprendido y el padre también.
Un abrazo
Menudos secretos los de esta familia, y menuda herencia dejó la madre a su hijo. Hay amores que no se pueden compartir con presencias que ya no pertenecen a este mundo y menos presencias de extraños.
ResponderEliminarDestaco la figura del pobre padre que tiene que soportar la irrupción de los difuntos en detrimento de su familia.
Una buena narración.
Besos.
Hola Francisco vaya herencia eh amigo, jajaja
EliminarDesconozco el tema pero se puede intuir la angustia ante esa asfixiante dualidad entre las necesidades de los vivos y de los muertos.
Esa madre parece optar por entregarse a los muertos descuidando a sus vivos, espero que su hija haya aprendido y priorice a los vivos. Y especialmente que ese padre que ya perdió a su mujer no deje que le quiten a la hija.
Un beso y muchos ánimos y lecturas para estos días de confinamiento por responsabilidad y para parar a este puñetero virus
Un relato superinteresante Conxita que me tuvo en vilo hasta el final. Realmente hay personas especiales y tú eres una de ellas. Un beso desde casa en una preciosa tarde de domingo.
ResponderEliminarMe alegra que te lo haya parecido Mara, es un relato distinto pero que he disfrutado escribiendo.
EliminarMuchísimas gracias por tus preciosas y generosas palabras, gracias de corazón.
Besos y muchos ánimos en estos días de reclusión siguiendo las recomendaciones de #Yo me quedo en casa, por todos y cada uno de nosotros, de todos aquellos que queremos, de pequeños, grandes y de todas las edades, para parar a este virus.
Escribir de un pasado es volver a vivirlo
ResponderEliminarAdmiro eso que no lo tengo yo.
Espero que no me borres
No se que hice para provocar molestias en vos
Me gusta leerte y ver cómo piensas.Lo único que te dije
----cuando te acerques de nuevo escríbeme desde tu blog---
Gracias Y siempre te espero Eres un gran escritora
Hola Mucha nunca borro ningún comentario.
EliminarDesconozco qué te ha llevado a pensar que puedo haber borrado un mensaje tuyo, no lo he hecho, ni tuyo ni de nadie.
De hecho como sabes, en este blog siempre respondo todos los comentarios, sean los que sean, porque creo que intercambiar opiniones es justo eso.
No me has molestado. No he podido acceder a tu blog porque como ya te dije últimamente contesto desde el móvil porque tengo muy poco tiempo. Cuando contesto desde el móvil no aparece ni mi fotografía ni la imagen ni de mi blog sino el logotipo de blogger y como me dijiste que eso era un problema para ti no te comento desde el móvil.
Estos días que tengo más tiempo, iré a visitarte desde el portátil.
Un abrazo
A veces pasa. Mientras se intenta salvar a los muertos, se dejan perder a los vivos.
ResponderEliminarMe gustó el final y la posibilidad de imaginar esos secretos.
Saludos.
Muchas gracias Mento por la visita y bienvenida a este espacio de letras.
EliminarA veces nos olvidamos de los que están por priorizar a los que ya no están.
Dejé abierto el final justo para pensar en eso, todos los secretos y todos los finales son posibles, depende de cada uno de nosotros.
Saludos y muchos ánimos en estos días de responsabilidad individual y colectiva
Deseo que estéis bien. Todos juntos venceremos esto.
ResponderEliminarBuena cuarentena Conxita
Desde casa te mando este abrazo 🙅
Gracias Laura.
EliminarTodos bien gracias y sin pisar la calle desde el viernes pasado. Mirar tus fotos es una ventana al exterior.
Por responsabilidad individual y colectiva #yo me quedo en casa.
Un abrazo enorme