La había perseguido hasta la saciedad.
Aún recordaba sus conversaciones,
aquellos encuentros aparentemente casuales aunque llenos de intencionalidad, conversaciones
apasionadas sobre cualquier tema, sus risas y bromas, los whatsapps
encantadores del inicio habían dado paso a otros apasionados, calientes y hasta
en algún momento pasados de vuelta, se diría que incluso, soeces…
Su interés pleno,
nada era bastante para él. Si tenía ganas de hablar, tenían que hablar. Si tenía
ganas de jugar, excitado, jugaban. No importaba el juego, ni el cuándo ni el
dónde…ella estaba.
Se sentía atractiva, deseada y enamorada. Sin percatarse, él
se había convertido en su muletilla emocional que determinaba como sería su día.
Se acostaron después de su primera salida. Era tonto perder el tiempo, se
gustaban, se conocían y ya eran mayorcitos para jugar al amor eterno. Una cena
en un local de moda, muy cool, que él generosamente pagó, la acompañó a casa y
ya en el coche, los jueguecitos calientes los hicieron desear mucho más. Ella
no dudó en invitarlo a su casa.
Valió la pena. Tierno y excitante. Hicieron el amor apasionadamente, según
ella. Follaron como locos, según él. El caso es que ambos estuvieron
satisfechos.
Más tarde, ella ya no tanto cuando él se desperezó diciéndole que
se iba para casa, Elia había fantaseado con dormirse entre sus brazos. Trabajo,
costumbre u otra excusa que ella justificó.
Habían sido un par de meses de locos.
Vuelve a consultar el whatsapp y se atrapa en ese remolino de emociones del
doble clic.
Leído ººº
Entregado 17.49
La rabia la inunda al ver que, hace escasos momentos, él se ha conectado sin
decirle nada. Humillación y rabia.
“Maldito capullo, ¿a qué estás jugando?”
Proyecta su odio hacía el puñetero whatsapp y la dependencia que le provoca,
sintiéndose incapaz de dejar de curiosear en lo que él hace, sus conexiones,
sus idas y venidas que desconoce pero con las que fantasea, imaginando. Sus
emociones en una montaña rusa, de la rabia a la decepción, de la
justificación a la crítica más dura.
Ahora recuerda como sus mensajes se habían ido espaciando. Cada vez más
trabajo, cada vez menos divertidos, menos constantes ni previsibles, cada vez
menos apasionados. Sus citas se han poblado de excusas. Trabajo, cenas,
reuniones. Ni siquiera lo puede encontrar en su bar favorito, después de haber
entrenado duramente sus exquisitos abdominales y bronceado ese cuerpo magnifico
que tanto cuida. Roberto se ha hecho escurridizo, antes lo veía a todas horas,
ahora es francamente difícil encontrarlo.
Repasa una y otra vez la última vez que quedaron.
“¿Ha hecho algo mal? “
“¿Se molestó por algo?”
No consigue encontrar nada distinto. Revisa sus whatsapps, todos esos que
guarda desde que empezaron su aventura. Con el dolor de la desaparición es
capaz de ver como la pasión de los primeros días ha ido dando paso a la
distancia y a una cierta frialdad, eso sí muy educada y cortés. Él jamás pierde
la compostura, puede herir, destrozar, pero siempre desde la exquisitez de unos
modales perfectos.
Ha desaparecido.Inaudito, patético y la hace sentir
fatal.
“El puto tío se ha esfumado”.
Le envía mensajes que no contesta. Lo llama y salta su contestador, deja
mensajes que él no devuelve. Se siente una imbécil, se la ha vuelto a jugar.
Todo era mentira, una mentira más.
Y a pesar de la evidencia de que ha ido a topar con uno de los cada vez más
abundantes especímenes de hombres narcisistas y egocéntricos, cobardes,
inmaduros e incapaces de comprometerse con nada ni nadie, Elia se tortura buscando saber en qué ha fallado.
No consigue entenderlo y lo intenta. Es frustrante. ¿Qué le pasa por la
cabeza? ¿Cómo alguien pasa de la noche a la mañana de ser encantador a un
malnacido? Y lo peor, es no tener ni siquiera la oportunidad de
decírselo.
La rabia la consume, quiere odiarlo al tiempo que se humilla y le suplica una
explicación.
“Solo dime qué te pasa”.
Y el móvil sigue devolviendo el silencio y ya ni siquiera puede hablar con
sus amigas, hartas de escuchar sus lamentos sobre el capullo integral del que ella
estaba enamorada, animándola a pasar página, como si fuera tan fácil luchar contra
un fantasma.
“Roberto ¿dónde estás? Contesta al menos”.
Elia llora por ese hombre al que ha de olvidar,que no la merece pero del
que se había pillado. No puede explicar que siente en su piel la frialdad
absoluta con la que él posa su dedo encima del chat con su nombre y la elimina.
“Nada, no ha significado nada”.
Quiere olvidarle, pero no es fácil. Solo quiere amar y que la amen, ¿por
qué ha desaparecido?
“Maldito cobarde”.
Mientras el egocéntrico Narciso busca nuevas relaciones a las que seducir y
olvidar sin complicaciones. Elia y otras muchas antes que ella, hacen interesante
su perfecta vida de pareja, esos
interludios al margen de su mujer lo hacen sentir vivo. Eso es vida, esa es su
vida.
Y Elia cansada lanza su móvil contra el sofá mientras de su boca sale un
exabrupto.
“Que te jodan puñetero egoísta”.
Y ahora es ella es la que posa su dedo sobre el contacto de Roberto y lo
elimina, mientras piensa que quizás mañana encuentre a alguien valiente, capaz
de querer cuando toca amar y de afrontar sin miedo cuando el amor desaparece.
“Quizás lo encuentre…”
Y en ese quizás que implica pero no ordena, que sugiere pero no manda, que aconseja pero deja libertad para hacerlo...Elia se descubre animada porque sabe que ya está en el buen camino,,,
Conxita
Safecreative 1509195194345
Foto Muntsa López
Este relato está basado en un artículo de Joana Bonet ELS “MISSING” publicado en la Vanguardia en catalán del día 9 de Setiembre de 2015, el nombre de missings es de ella donde habla de hombres inmaduros e incapaces de comprometerse, que parece que desgraciadamente cada vez más proliferan.
ResponderEliminarMe gustaría dedicar mi historia a todas las mujeres que han tenido la mala suerte de encontrarse con este tipo de cobardes. Y a los hombres que afortunadamente no son como esos.
Aprovecho para comentar que Erika Martin,¡ muchísimas gracias Erika! me dice que reciben también el nombre de ghosting
ResponderEliminarPatética manera de acabar las relaciones.
Un salud
Buen relato, me ha gustado por su naturalidad y un buen tema para el debate, desde luego.
ResponderEliminarMuchas gracias Gerardo por tus palabras, encantada de tu visita, espero que repitas.
EliminarCreo que como bien dices es un tema que da para debate, sin entrar en las razones del por qué como hace la protagonista, si que plantea temas que como sociedad nos atañen, ¿qué clase de sociedad estamos construyendo?
Es sorprendente que algunos con la edad, en lugar de evolucionar hacía relaciones más maduras se de una vuelta a comportamientos inmaduros y a una incapacidad para el compromiso y para respetar a la otra persona.
Un saludo
¡Lo prometido es deuda!
ResponderEliminarEl tema del que hablas esta muy bien reflejado en el texto. Y el ritmo del relato y los acontecimientos van cogidos de la mano haciendo del relato una lectura amena en la que se empatiza con Elia. Me ha encantado lo de la "muletilla emocional", ya que creo que todos, o casi todos, tendemos a convertir a la persona a la que queremos en esto. Es un error por nuestra parte, pero aún así, no podemos evitarlo...
Lástima que Roberto quede como el malo de la película, pero suelen darse muchos más casos de hombres que hagan esto, que no a la inversa. Por lo demás, chapó.
¡Felicidades! Un abrazo Conxita.
Encantada Wolfdux de darte de nuevo la bienvenida.
EliminarSobre la muletilla emocional, tienes razón la dependencia de cualquier tipo aunque sea amando a la otra persona y siendo amado por ella no es buena, no podemos depender de otros para sentirnos bien.
Como bien dices Roberto es el malo de la película porque hay muchos más casos de hombres ejerciendo este tipo de situaciones que mujeres, aunque seguro que también los hay. Desgraciadamente es una cuestión de inmadurez y de falta de respeto por el otro y eso...está, a veces, en los dos sexos.
No sé hasta qué punto las nuevas tecnologías, la facilidad de contacto y desaparición ayudan a este tipo de situaciones. Todo parece fácil, aprietas un botón si te gusta, eliminas si no te gusta.
Un abrazo y hasta prontito.
El camino que estamos eligiendo es el incorrecto a mi entender. La sociedad y con ella involucrados estamos todos los hombres y mujeres que la formamos; somos cada vez más egoístas, niños grandes que solo quieren satisfacer sus egos absolutos sin tener en cuenta los deseos o necesidades del compañero-a de al lado.
ResponderEliminarLa pareja no hace mucho era el apoyo, la comprensión, el sacrificio, la entrega por el otro, el compromiso, el respeto, la ternura y el consuelo; de ahí surgía la familia con ciertos valores éticos, morales que creaba cierta unión entre sus miembros...¡Pero claro!! los tiempos cambian, avanzamos, lo experimentamos todo antes de tiempo o cuando no corresponded por edad o preparación o simple madurez; y cuando llega ese tiempo ya estamos de vuelta de todo y hastiados. Queremos probar cosas nuevas, más fuertes, más excitantes.
En definitiva : nos hemos convertido en grandes pero inmaduros, con deseos desmesurados de encontrar la felicidad sin preocuparnos por la del otro. Narcisistas prepotentes que buscan el propio placer y autocomplacencia etc etc.
Habrá alguno que me tache de clasista, tradicionalista y más y más, pero es mi sentir y creo que antes a nivel personal y comunitario funcionábamos mejor y con más coherencia. Aún así los tópicos siguen siendo muy típicos:
Hombres egoístas que quieren vivir su propia vida sin prescindir de compañera sometida a sus deseos y mujer inteligente y trabajadora que sigue cayendo en manos desalmadas en su búsqueda de príncipe azul con dinero y posición.
Por tanto creo que hemos perdido el timón y a los timoneles y con puro remo y sin velas no creo que lleguemos muy lejos antes de naufragar.
¡Vaya perodata! Pero es que tu escrito me ha inspirado sobremanera y es que la situación está descrita de perlas.No obstante aunque el hombre queda de malo, la exigencia de ciertas mujeres muchas veces da miedo.
Besos y perdón por el sobre-exceso de palabras.
Fantástica reflexión Francisco y en tu caso, jamás hay un sobre exceso de palabras.
EliminarEstoy de acuerdo contigo que nos estamos equivocando, que el mundo que estamos dibujando no es demasiado acogedor, todo es de usar y tirar y eso también se aplica a las relaciones.
No sé si lo anterior era mejor, creo que no todo era mejor, pero si había un respeto por las personas, no todo valía, había unas reglas, unas normas de conducta que todos más o menos respetábamos. Ahora...a mi me asusta ver según qué comportamientos, que actitudes, esas actitudes egoístas, ese dañar en nombre de qué, esa prisa por alcanzarlo todo y después nada satisface.
La principal diferencia que yo veo es que todo vale, eso sí para satisfacer el propio ego y las propias necesidades.
También creo que en este mundo egoísta no toda la culpa les corresponde a ellos, todos ponemos una parte, aquellas mujeres que miran a otro lado, que aún sabiéndolo permiten que las engañen para no perder...su posición, su estatus, su coche, casa...aquellas mujeres que siguen creyendo que el sapo se convertirá en un príncipe azul y un sapo siempre será un sapo, es difícil ver por donde navegar y sobre todo ir contra corriente, educar, enseñar que valores son importantes y no rendirse...aunque francamente está difícil.
Como ves, yo también soy de las que se enrolla un montón. El tema da para mucho, desgraciadamente.
Me alegra que te haya inspirado y que te guste como lo he descrito.
Un besazo
Hola!!! Lo primero gracias por comentar en mi blog y lo segundo, me ha encantado el relato.
ResponderEliminarYo nunca he vivido algo así(de momennto) pero es algo muy a la orden del día, con las nuevas tecnologías da la sensación de que todo en la vida es de consumo rápido, hacemos un click y lo que nos aburre es borrado.
Lo has expresado genial y si encuentro el artículo que dices en español(no sé catalán) lo leeré porque me has intrigado.
Un besito.
Hola Marigem, ha sido un placer pasarme por tu blog y leerte. Y tus palabras son encantadoras, muchas gracias por decírmelas.
EliminarComo he comentado el relato me lo inspiró un artículo que escribió una periodista hablando sobre un tipo de persona incapaz de comprometerse, que no tiene ningún reparo a la hora de desaparecer, engañar o mentir. Personas frías y egoístas que solo viven pensando en su propio interés y en satisfacer sus deseos y necesidades que creen que el mundo solo gira a su alrededor y que es mejor porque ellas están. Nos harían un favor si más de uno...desapareciera, menudos inútiles.
Esta periodista ha acuñado el nombre de "missings" para describir a estos tipos, pero como he comentado Erika Martin del blog http://anecdotasdesecretarias.blogspot.com.es también se los conoce por ghosting, no acabo de saber cuál seria la traducción para estos personajes.
No sé si está en castellano, lo siento.
Un saludo y muchas gracias por comentar.
Marigem, Erika pasa un link en el que está muy bien explicado las conductas de este tipo de personajes.
Eliminarhttp://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-08-10/ghosting-o-la-terrible-forma-de-abandonar-a-tu-pareja-que-se-ha-puesto-de-moda_957542/
Gracias, luego me paso que me parece muy interesante. Besos.
EliminarHola Conxita,
ResponderEliminarme mucho gustó el relato, me sentí totalmente identificada porque más de una y más de dos veces me han dejado así. Todo va perfecto y de repente de la noche a la mañana desaparecen del mapa. Es muy doloroso descubrir que tu "pareja" ha estado jugando contigo y tus sentimientos.
Un día investigando en internet si solo me ha pasado a mi o no, descubrí que es un fenómeno social y que se llama ghosting. Es lo que tiene la tecnología, das a "eliminar" y ya está. Lo de romper cara a cara ya no se lleva.
Por cierto, esto es tan común en hombres como mujeres.
Te dejo un link que explica más sobre el tema:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-08-10/ghosting-o-la-terrible-forma-de-abandonar-a-tu-pareja-que-se-ha-puesto-de-moda_957542/
Bueno, ya acabo que me estoy enrollando como las persianas.
Un besote
Hola Erika,
EliminarGracias por el link y por tus comentarios.
Lo acabo de leer y es un poco como el artículo que comenté que me inspiró el relato. Después investigando, ves que es muy común y doloroso y más frecuente en hombres, aunque también se da en mujeres. No creo que sea una cuestión de sexo, sino de compromiso, de madurez y de capacidad de afrontar las relaciones.
Siento que hayas tenido que experimentarlo porque me parece de las peores y más cobardes maneras de finalizar una relación, sobre todo porque dejas a una parte sin poder decir nada, sin una explicación e imaginando qué ha hecho mal, para que pase. Una relación exige respeto, para mantenerla y para dejarla, no hacerlo es una cobardía. Romper una relación no es fácil, pero la persona con la que has compartido espacios, risas, conversaciones...sentimientos (ya tengo mis dudas) se merece que lo hagas frente a frente.
Aunque antes, también había los cobardes que lo hacían por teléfono, una llamada para decir que ya no estaban interesados, pero al menos cogían el teléfono para hacerlo...cobardes e impresentables siempre ha habido, en todas las épocas. Ahora parece haberse generalizado, muy triste.
Creo como en el artículo que las nuevas tecnologías favorecen esta "desaparición", todo es tan fácil", pero para no echar todas las culpas al progreso, también diría que está relacionado con una forma de vida mucho más egoísta y despreocupada, sin reglas ni normas más que las de la propia satisfacción y el aquí y el ahora.
Un placer compartir opiniones contigo y que te haya gustado el relato.
Un abrazo
¡Hola Conxita! Muchísimas gracias por visitar mi blog y comentar él.
ResponderEliminarAhora soy yo quien te devuelve la visita y con la intención de volver. Además he visto comentarios de muchos conocidos a los que sigo y que, a su vez, son seguidores míos, Francisco, Marigem, Erika ;-)
Te leía y era como si lo estuviera viviendo en mis carnes. Hace muchísimos años, cuando todavía no existía el whatsapp sino los sms, me ví en esas...porque desapareció a lo "ghosting", término que aporta Erika.
Me costó mucho aceptar que el hombre en cuestión había estado como haciendo un "casting", porque lo mismo que conmigo (¡fue él quien me buscó!), jugó con otras, hasta que, después del "tanteo", se quedó con una mujer separada y con hijos.
Para mí no es esto lo raro, porque no todos buscamos lo mismo y podía ser ese su ideal de mujer, pero el hecho de no atreverse a dar la cara no conseguí descubrir si era por cobardía o por pura insensibilidad.
Ahora, cuando me lo encuentro, casi siempre con pinta de aburrido, y aunque no suelo hacerlo con casi nadie, soy yo quien no le da la cara ;-)
Me ha encantado el relato Conxita, ¡besos!
Gracias Chelo por tu visita y el comentario.
EliminarQue triste ver lo cobardes que son las personas, que juegan con los otros sin importar el daño que hacen. Evidentemente el desamor, la rotura de las relaciones, todo esto existe pero afrontado como un adulto, dando la cara y explicando aunque sea doloroso, desaparecer es de inmaduros, de cobardes y de personas que bien pensado, cuanto más lejos mejor.
Siento que lo tuvieras que experimentar por lo doloroso que explicas que fue, dejan señales profundas pero de todo se sale y lo que es seguro es que tu estabas mucho mejor "con un señor" así lejos de ti.
Impresentables siempre han existido, que desaparecen "cuando van a por tabaco" , o que hacen una llamada telefónica para no dar la cara o son borrados de la faz de la tierra...sencillamente patético.
Mientras lo escribía pensaba ¿tienen sentimientos esos tipos? ¿no les duele ni un poquito borrar a esa persona que hasta hace poco estaba en su vida? ¿les gustaría que los ignoraran, sus mensajes, sus llamadas,...? ¿cómo lo vivirían? no consigue encontrar la respuesta. Supongo que se tiene que ser de una manera especial para hacer algo tan bajo.
A raíz del artículo que me inspiró el relato, parece que cada vez es más común y que se generalizan este tipo de actitudes tan despreciables. Esperemos, al menos no toparse con estos tipos.
Un saludo, me alegra que te haya gustado el relato y espero verte pronto de vuelta comentando otras historias.
¡Claro, ya me hice seguidora tuya! Muchas gracias por ser tan empática, ¡besos!
ResponderEliminarGracias Chelo por hacerte seguidora y por compartir tu experiencia.
EliminarSaluditos guapa
Hola, Conxita:
ResponderEliminarTal y como te comenté hace un rato, he leído tu relato con gusto aunque no esté de acuerdo con lo que expones posteriormente en tus comentarios al margen.
Me explico: creo que la indiferencia en lo que respecta a las relaciones sentimentales, al inicio y consolidación de las mismas (para ser más concreto) no tiene nada que ver con el género de los nuevos amantes. Superados los tiempos en los que las relaciones sexuales resultaban pecaminosas para las mujeres (los hombres de estos "pecados" de la sexualidad siempre han sido exonerados) hasta puntos de condena popular inadmisibles; lo que nos queda es que cada intento de conexión fundamentado en la atracción y el deseo se convierte en la prueba del algodón. Ambos géneros la realizamos pasando de las palabras y los gestos al mundo de la absoluta intimidad donde el amor incipiente suele sufrir el golpe de lo secreto, de lo que ocultamos, de lo que nos proporciona placer o de todo aquello que nos repele.
Desde un sabor, un olor, un tacto, unas prisas o unas lentitudes; por no hablar del resultado final de la experiencia y aprobación meramente física de nuestros propios cuerpos y su disposición para la práctica de la actividad sexual.. todo parece condicionado para un examen. Lograr un aprobado en dicha asignatura viene a ser un milagro. No nos damos tiempo a conocernos, a practicarnos, a aceptar nuestras pequeñas idiosincrasias que, de forma curiosa, suelen marcar y destruir la posibilidades de relación posterior al primer encuentro íntimo. Los motivos que subyacen se centran en un sentimiento de fracaso ante las expectativas que genera ese otro amor que consolidábamos con las palabras y los gestos. Al final se produce el choque de trenes entre lo imaginado (y amado) y la posibilidad de que ese primer encuentro, y lo ocurrido en el proceso, se convierta en una norma, se convierta en el futuro de una relación donde quizá podamos sentir pasión por la mente de la persona amada y repulsión hacia sus artes amatorias. Es entonces cuando surge la cobardía a la que haces mención, es cuando se da el síndrome de teléfono roto que tantas veces se padece sin que nada tenga que ver el género del cobarde. Es en ese momento cuando no hablamos para decirnos cómo nos gustan las cosas del nuestros cuerpos (la mayoría de las veces no somos dueños de sus exquisiteces o de sus fobias) y, sin darnos tiempo, salimos corriendo a probar suerte de nuevo.
Éste comportamiento es, en definitiva, el resultado de nuestras prisas hasta para las lides del placer. Si nos detuviésemos, si hablásemos de lo que no solemos hablar, si no escondiésemos (los unos y las otras) las apetencias, los deseos, las frustraciones y los sueños; sin duda todos/as seríamos mejores amantes y nadie saldría corriendo mientras rompe el teléfono.
Pero casi nadie suele preguntar a las claras "¡Oye! ¿A ti cómo te gusta follar?" y, para colmo, casi nadie ante esta pregunta (que se debería normalizar) suele decir la verdad.
Un cordial saludo y cuenta con un lector más.
Manuel F.
Gracias Manuel por tu visita y por tu comentario.
EliminarEste tipo de comportamientos no está solo relacionado con el tema sexual, evidentemente totalmente de acuerdo contigo es que todo es cuestión de hablar, de gustos y de tiempo. Tienes razón que las prisas actuales, donde todo es de usar y tirar parece no haber tiempo para nada y es necesario recuperarlo, comunicarnos más, mucho más.
A pesar de que parece que todo el día estemos comunicados, la que ocurre es que cada vez hay más incomunicación. Solo se tiene que mirar esos grupitos de adolescentes todos juntos y chateando con sus móviles con otros que no están allí. ¿Es eso normal? ¿por qué no hablan entre ellos y cuando estén solos chatean con otros? un misterio.
Los "missings" o los ghostings" de los que hablo en el relato y en los comentarios que hemos intercambiado, son personas (mayoritariamente del sexo masculino, aunque también hay mujeres pero no parece ser tan habitual) que tienen un miedo al compromiso, una incapacidad para comprometerse en las relaciones, acostumbran a ser inmaduros y cobardes y sobre todo, a la hora de terminar sus relaciones prefieren no dar la cara, no enfrentar la ruptura cara a cara y esconderse en el anonimato que dan las nuevas tecnologías: no contestar a los mensajes, no coger el móvil, desaparecer en definitiva
Eso, ese un acto de cobardía que no permite a la otra persona despedirse, que nadie merece. El amor se acaba, de acuerdo, pero seamos adultos para afrontar tanto el amor como el desamor. Eso es lo que en el fondo mi relato reivindica.
Me alegra tenerte de nuevo lector y de apasionado comentarista. Estaré encantada de leer tus opiniones, es lo que más me gusta.
Un saludo
Muy buen relato. Creo que describes muy bien 'el lado oscuro' que tienen algunos enamoramientos. No creo que sea exclusivo de las mujeres aunque sí pienso que estas situaciones se dan más en el género femenino. Me refiero a esa dependencia del otro, el saber que abusa de su influencia sobre el (la) enamorado(a) pero áun así hay un sentimiento de culpa porque el abandonado(a) piensa que hay algo que ha hecho mal.
ResponderEliminarAl menos la protagonista de tu historia parece que abre los ojos al final. Las malas experiencias si sirven para actuar mejor en el futuro son muy valiosas.
Un abrazo
Hola Kirke, gracias por tu comentario y por visitar el blog.
EliminarCreo, como tu bien dices, que la dependencia emocional sí que se da más en las mujeres, el desapego absoluto que intentaba describir con este tipo de desapariciones de un día para el otro, por lo que he visto es más habitual en un tipo de hombre. Es evidente que seguro que hay mujeres que también lo hacen, seguro, desgraciadamente nos equiparamos también en lo malo.
La protagonista abre los ojos a base de golpes y decepciones y en lugar de ver que el tipo es un narcisista inmaduro, primero pasa por toda una fase de culpabilidad buscando lo que ha hecho mal, eso es lo duro, pero si al final ve que se trata de mandarlo "por ahí".
Un saludo
Saludos Conxita, por fin me he hecho un tiempo de "break" para leerte. Buen aporte. Muy amena la lectura y penosamente le ha pasado a alguna que otra; y también a otro. :S
ResponderEliminarEn mi opinión, no hay que dar esas malas señales, la completa dependencia de otra persona, o el creer que alguien le puede hacer feliz a una, no es lo correcto. En fin que al que le ha pasado, aprenda de la experiencia. Buen tema,mostrado desde la perspectiva actual, pero un tema harto de viejo, en donde las personas, hombres y mujeres, no buscan compromiso sino solo deleite momentáneo.
Estoy viendo como suscribirme a tu blog, y te agradezco que visitaras el mío. Aquí me imagino lo haré a través del Blogger, así que si gustas también te pongas en linea. ¡Nos leemos!
Muchas gracias K. Marce por el comentario y por tu tiempo.
EliminarEl desamor es un tema tan viejo como la humanidad, aquí ya no es tanto ni la dependencia ni la ruptura, es una manera de hacer, de terminar las relaciones sin dar la cara, sin enfrentarte al dolor y a la decepción o al alivio del otro. No dar a la persona que te ha acompañado durante un tiempo, ya no digo querido porque entiendo que no es así, la opción de verte mientras le dices que todo ha terminado, que no quieres estar más con ella porque no la amas, porque te aburre o qué se yo porque has conocido a otra. Es evitar el mal rato de romper las relaciones cara a cara y esconderse detrás del desaparecer como si de un fantasma se tratara.
Y sí el deleite momentáneo como tu dices tampoco es un tema actual, aunque ahora aún es más habitual, todo parece de usar y tirar, hasta las personas.
Un saludo y hasta prontito.
Un post estupendo, Conxita, y de rabiosa actualidad desgraciadamente.
ResponderEliminarTengo amigas y hermanas solteras y me consta que tus letras reflejan una dolorosa realidad que se ha convertido en algo cotidiano. Las nuevas tecnologías nos facilitan el poder encontrar a nuevas amistades o incluso a una pareja, pero también que puedan desaparecer de la noche a la mañana sin ninguna explicación y sin tener que dar la cara. Penoso!!
Un abrazo y enhorabuena por un relato tan bueno. Me ha encantado :)
Gracias Julia, es un placer que te haya gustado, gracias por leerlo y comentar.
EliminarEs triste ver que es una realidad mucho más extendida de lo que pensamos,te das cuenta de que todos conocemos a alguien a la que le ha pasado, A mi me da por pensar en qué está pasando con nosotros, con nuestros valores, con los sentimientos...¿qué sociedad estamos construyendo? No tienen valor las personas, los sentimientos, ¿nada? ¿tan difícil es afrontar una ruptura cara a cara? ¿tanta inmadurez y egoísmo hay?
Me sorprende...Es evidente que siempre ha habido cobardes, ellos y ellas, personas que se esconden para no dar la cara, pero las nuevas tecnologías parece que lo facilitan...es tan fácil como ignorar un mensaje, ignorar una llamada, borrar ese número y ya está..¡¡¡buff que triste!!!
Un saludo
El relato tiene ritmo y, aunque desde el principio, se presiente el desenlace, mantiene el interés.
ResponderEliminarImagino (y lo digo porque soy una de esas personas que no lo tiene) lo que es vivir algo semejante con el wasap, pendiente de una pantalla. Con la ventaja de que es tan fácil borrarlo.
Saludos.
Gracias Ignacio por tu visita, un placer como siempre tenerte entre mis lectores.
EliminarCualquier dependencia es mala, del whatsapp y de la otra persona.
Aquí se añade la cobardía, el no dar la cara, el dejar al otro sin posibilidad de explicación, sin saber que es lo que pasa y por qué de un día para otro se acaba una relación, quizás nunca la habido para el tipo o tipa que hace estas conductas...
Me decía una colega que Sabina lo resume con "esa forma tan cobarde de no decirnos que no".
Un saludo
Menos mal que al final parece ya estar recuperándose y encontrando el camino. Una historia por desgracia que siempre se ha dado. Lo que ocurre es que hoy en día tenemos los whatsapp y necesitamos el contacto constante con la otra persona. Y esto también puede cansar, puede quemar una relación.
ResponderEliminarGracias por tu visita! Y me quedo por aquí, que tienes muy buen blog!
Besotes!!!
Hola Margari,
EliminarMuchas gracias por tu visita y por tu comentario. Me alegra que te guste el blog, gracias de nuevo.
Tienes razón que siempre han sucedido historias como la de Elia, ahora las nuevas tecnologías lo hacen todo más fácil y más difícil, la misma comodidad de acceso es igual a la hora de desaparecer.
La dependencia del otro para ser feliz, siempre es un problema. Lo primero es quererse uno mismo, no necesitar nada para poder querer sin dependencias.
Un saludo y bienvenida
Hola Conxita. Yo también te doy las gracias por pasarte por mi blog. Me ha encantado tu historia, sobre todo el final. Creí que se iba a obsesionar y ser incapaz de salir de la espiral de la espera y la desesperación. Te felicito y te mando un beso
ResponderEliminarBienvenida Ana y muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarAfortunada la protagonista que no ha quedado atrapada en la queja y la desolación. Diría que igual la prepara para no volver a encontrarse con esta clase de tipos, pero no sé...porque el hombre y la mujer son los únicos que tropiezan siempre con la misma piedra, ¿no es eso lo que dicen? Espero que no y que este tipo de actitudes tan despreciables sean minoritarias.
Un saludo
Hola
ResponderEliminarMuy buen relato y muy bien escrito, con un ritmo ágil muy integrado en el medio en que se desarrolla la historia. Juegas a la perfección con esa ambigüedad que provocan las conversaciones por whatsapp. Es tremendo como esas nuevas tecnologías pueden llegar a formar parte de nuestra vida de forma que condicionen nuestras relaciones hasta ese punto. Aparte de eso, la historia de Elia y Roberto me parece de lo más real por desgracia, una muestra de como se desvirtúan las relaciones cuando la gran parte de la comunicación sólo pasa por esos medios y no por el verdadero contacto directo.
Un placer leerte. Un saludo y hasta la próxima
Bienvenido Isidoro y muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarTienes razón al decir que la aparente facilidad para la comunicación de las nuevas tecnologías, al final acaba resultando ser una fuente de malentendidos e incomunicación.
Los correos electrónicos, los whatsapps, el facebook, twitter...no tienen "tono", un comentario casual puede ser leído de muchas maneras, provocar ambigüedades y malos entendidos.
El whatsapp puede facilitar el contacto, pero no puede sustituir una conversación, las modulaciones del lenguaje, las entonaciones, el sentimiento,las miradas, las caricias, las complicidades...el contacto directo con las personas a las que amas y aprecias.
Encantada de conocer tu opinión, que te haya gustado y espero verte pronto de vuelta.
Un saludo
He tardado en contestarte pues he estado unos días fuera disfrutando del final del verano.
ResponderEliminarMis comentarios suelen ser muy breves, a la vista de los precedentes. Te he leído de un tirón, porque tienes una gran fluidez y dominio de la expresión, lo que denota tu profesionalidad y buen hacer para contar historias, que no es nada fácil. Me ha gustado. La temática muy real relatando esa promiscuidad tan de moda en nuestro tiempo, imposible de pensar en los que somo mayores. Quizá por esa facilidad en la primera cita proliferan esos vanidosos esclavos de su cuerpos, sin duda muy apetecibles, que en realidad son ídolos de pies de barro, cobardes e inseguros, porque les falta un componente básico del varon, la hombría.
Bienvenido Marcos y muchas gracias por tus amables palabras.
EliminarMe alegra que te haya gustado la historia y mi manera de contarla, desgraciadamente este tipo de situaciones son mucho más frecuente de lo que pensaba cuando escribí la historia.
Creo que tiene que ver con una manera superficial de entender las relaciones, basadas en el usar y tirar, todo vale muy poco, todo es rápido y sin compromiso.
Como bien dices, parece que proliferan vanidosos egocéntricos inmaduros y cobardes, a pesar de que hay muchos hombres, por desgracia algunas mujeres también se apuntan a esta terrible manera de hacer las cosas.
Un saludo y muchas gracias por quedarte en el blog.
Muy buen relato, esto que vos relatás, así, son las relaciones actuales.A nadie le importa nada, y sin distinción de género!
ResponderEliminarMuchas gracias Eric por tu visita y tu comentario. Encantada de recibirte en este blog.
EliminarDesgraciadamente como dices parece que este tipo de relaciones inmaduras y con una falta absoluta de compromiso y respeto por el otro, se han ido generalizando. Todo parece de usar y tirar, hay una insensibilidad por los otros, y sí, tienes razón que muchas veces tampoco hay distinción de sexo.
Un saludo y te invito a leer otros de mis relatos, me encantará saber qué te parecen..
Me ha encantado el relato, el tema es muy interesante, perderse en el anonimato que procuran las nuevas tecnologías y no enfrentarse a las consecuencias de nuestros actos.... Vamos , ser un cobarde de tomo y lomo y un egoísta.
ResponderEliminarVoy a leerme ahora ese artículo que remites.
Felicidades Conxita.
Bienvenida Yolanda y muchas gracias por tu comentario.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Desgraciadamente parece que las nuevas tecnologías también se utilizan para que los cobardes se escondan detrás de ellas, ellos y ellas porque parece que es un tema en el que estamos igualados aunque los hombres van en cabeza, En el fondo se trata de personas egoístas, a las que les importa solo su propio bienestar, que utilizan a los otros en su provecho y cuando se cansan, desaparecen.
Esconderse detrás de silencios, excusas o mentiras solo es propio de personas miserables y cobardes. Y parece que abundan, y mucho.
Un beso.
Sabíais que Ghosting ha sido elegida como una de las palabras de 2015 por el diccionario Collins, el Ghosting está cada vez más en boca de todos.
ResponderEliminarEn 2014 se hizo una encuesta en Estados Unidos, un estudio realizado por el instituto YouGov para el Huffington Post en el que se mostró que el 11% de los participantes habían practicado ghosting alguna vez, y el 13% ya lo había sufrido personalmente. La revista Elle también hizo una encuesta sobre el tema entre sus lectores: 26% de las mujeres y 33% de los hombres ya sufrieron el efecto ghosting alguna vez. ¡Qué triste!
http://wwwhatsnew.com/2015/12/06/que-es-el-ghosting-aqui-os-lo-explicamos/?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter
Buen relato!! Muy natural y con mucho debate.
ResponderEliminarUn saludo, sigue así y espero leerte más (que con esto del máster apenas tengo tiempo) :)
Gracias Raquel y bienvenida al blog, espero que repitas pronto y me des tu opinión en otros relatos. Entre descansos del máster...ideal.
EliminarDesgraciadamente parece que es mucho más habitual de lo que pensamos, las nuevas tecnologías facilitan mucho desaparecer y eso, aunque es de cobardes, parece que muchos y muchas lo son. De acuerdo con el artículo que he puesto parece ser que se está convirtiendo en una epidemia y eso, es muy triste.
Un saludo y espero verte pronto de vuelta, como puedes ver me encantan vuestros comentarios.
Un saludo
Hola Julio David, gracias por leerlo y por tu comentario tan sincero.
ResponderEliminarMe encantaría conocer tu experiencia porque me gustaría escribir un relato similar pero desde el otro lado, en este caso desde el punto de vista masculino, intentar entender las motivaciones que llevan a este tipo de situaciones.
Si no te parece mucha indiscreción, te dejo el correo electrónico del blog cecepublic@gmail.com por si me quieres enviar un mail sobre este tema, porque me gustaría entender un poco más el qué lleva a hacer las cosas de una manera determinada.
Y por supuesto, no tengo ninguna duda de que volvió a la normalidad...
Un saludo
Tu relato muy bueno.
ResponderEliminarEl tipo desapareciendo sin dejar rastro un capullo.
Me encantó lo de "hacer el amor" y "follar".
Me parece bien lo de sexo en la primera cita, si se sabe que apetece porque esperar un numero de citas predeterminado no se sabe por quién.
Acabar algo nunca es una maravilla pero bueno es aclarar la situación para que las dos personas puedan empezar algo nuevo.
Me gusta -mucho- la puerta a la esperanza del final de tu relato. Bien por ella... lo mejor está por llegar, seguro.
Hola Guille, me alegra que te haya gustado.
EliminarEstoy de acuerdo en que terminar las relaciones siempre es difícil pero es necesario mirar al otro y decirle lo que se piensa, explicarle, aunque sea complicado. No hacerlo es de cobardes y de inmaduros personajes (hombres o mujeres) que en estos casos se esconden detrás de las nuevas tecnologías para no dar la cara, es tan fácil como ignorar un mensaje, una llamada, o mover el dedito y borrar ese mensaje que molesta, sin importar lo que le pase o sienta el otro, a mi me parece patético. Tal y como expliqué parece ser un fenómeno que va en aumento, precisamente por la facilidad de no dar la cara,¡qué cobardes somos las personas!
Me alegra que te haya parecido bien la esperanza de ella, ¡¡claro que sí!!, de todo se sale y aunque cuando se está en el centro de la tormenta todo se ve negro, negro y parece que no hay salida, siempre hay salida y seguro que lo que llegará será mejor, porque ella se merecía algo mucho mejor.
Un saludo
No saber explicar porque se acaba algo destruye todo lo anterior. Impide focalizar en el tiempo bueno de esa relación cuando se recuerde.
EliminarSaber es necesario.
Y si, espero que a ella el futuro se le convierta en su mejor tiempo.
Pues tu lo has dicho, dejar a alguien sin saber el qué ha pasado hace que solo se recuerde el dolor, no hay nada peor que la ausencia de explicación, se puede estar o no de acuerdo, eso es lo de menos, pero al menos saber...fundamental. No dar eso, es de cobardes, que mejor lejos.
EliminarYo suelo decir follar, ya sabes que desconfío de lo que el personal nombra como amor.
ResponderEliminarEso si, solo follo con personas a las que quiero.
Las palabras, son solo palabras y sirven para nombrar, lo que importa es lo que hacemos. No amas, ni más ni menos, ni mucho ni poco, porque hagas el amor o porque folles, simplemente que sea auténtico. ¿Cuantas mentiras hay detrás de palabras amorosas?
Eliminarla manera de emplear el verbo amor por parte del personal es lo que me hace rechazar ese vocablo y su desgastado significado.
EliminarPrefiero el yo te quiero. Parece mas estable, menos ciego, mas real.
Y si, al follar hay que hacerlo sin caretas. Y solo con personas a las que se quiere... no necesariamente para pasar una vida juntos.
Guille, al final son palabras, lo que importa es lo que hay detrás. De nuevo son los hechos, no lo que decimos que hacemos, sino lo que hacemos.
EliminarA mí me encanta la definición que hace el pequeño principe de Saint Exupery y que comparto totalmente entre amar y querer.
Un saludo